CVC. Rinconete. Arte. Edificios de planta centralizada, por Juan Carlos Ruiz Souza. (original) (raw)

ARTE / Claroscuro

Por Juan Carlos Ruiz Souza

[[Cuadro] de Sebastiano Conca (1680-1764).](../../../img/citas%5Fclaroscuro/italianos%5Fxviii03.jpg "Sebastiano Conca (1680-1764): �La educaci�n de Aquiles�.")

Sebastiano Conca (1680-1764): La educaci�n de Aquiles (detalle)
Lienzo, 59 x 74 cm
N�m. de inventario: 2869

Desde la m�s remota antig�edad los hombres vincularon el c�rculo, figura geom�trica que no tiene principio ni fin, con lo divino y con el m�s all�, de ah� que su forma haya sido elegida frecuentemente para arquitecturas de car�cter religioso y tambi�n funerario. El Tesoro de Atreo en Grecia, las tumbas etruscas de Cerveteri, el Santo Sepulcro de Jerusal�n, etc., son ejemplos en los que la planta centralizada es la protagonista, y desde el mundo romano se ver� continuamente en multitud de construcciones vinculadas con alg�n hecho religioso, hist�rico, o con la muerte o entierro de personajes relevantes, y com�nmente se conocen como edificios de car�cter martirial.

A lo largo de toda la Edad Media europea se levantaron capillas y mausoleos de planta circular, caso de la capilla palatina erigida por Carlomagno en Aquisgr�n (siglo viii), o la de los Condestables construida en la cabecera de la Catedral de Burgos (siglo xv). En el mundo isl�mico estos edificios son denominados con la palabra qubba, en alusi�n a su car�cter cupulado, ya que este t�rmino intr�nsecamente significa �c�pula�. El primer gran edificio monumental conservado de la cultura musulmana, pertenece a esta tipolog�a, y se trata de la celeb�rrima C�pula de la Roca (siglo vii), erigida en Jerusal�n en �poca omeya, y su construcci�n est� realizada sobre la roca desde la que Mahoma ascendi� a los cielos seg�n la tradici�n.

Sin lugar a dudas la qubba es el elemento m�s caracter�stico del horizonte arquitect�nico isl�mico. Todav�a hoy los perfiles de El Cairo, Damasco, Estambul, o Amm�n, entre otras muchas ciudades, presentan esas c�pulas t�picas de mausoleos y oratorios, y el propio paisaje se encuentra jalonado por construcciones similares, vinculadas a un sant�n, a una tumba egregia o a alg�n hecho hist�rico. Como herencia de la presencia musulmana durante varios siglos en la Espa�a que un d�a fue al-Andalus, todav�a se conservan humilladeros y ermitas en encrucijadas de caminos, a las afueras de pueblos y ciudades, consistentes en un peque�o edificio, muchas veces cupulado, y en cuyo interior se halla un peque�o altar o una sencilla cruz. No cabe duda de que muchos de ellos est�n erigidos en el mismo lugar donde anteriormente hubo construcciones musulmanas, que simplemente se consagraron al cristianismo, conservando su naturaleza sagrada.

Ver todos los art�culos de �Claroscuro�

Centro Virtual Cervantes © Instituto Cervantes, . Reservados todos los derechos. cvc@cervantes.es