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- El cheli es una jerga, originaria de la ciudad de Madrid (España), que hereda elementos del casticismo madrileño y en ocasiones marginales y sobre todo disfemismos, que son expresiones despectivas o insultantes. El término parece venir acuñado por el novelista Francisco Umbral o por lo menos es él quien lo da a conocer en el diario madrileño El País. Según Margarita de Hoyos González, el cheli nace en el momento del cambio político experimentado en España de la transición y bajo la influencia del movimiento mundial, como es el punk. Pero no podemos decir que es a partir de este momento cuando surge, pues ya en sectores como barrios bajos y ciertos círculos estudiantiles se habla esta jerga, aunque es en este momento cuando se empieza a generalizar en toda la nación, en todos los niveles sociales del habla de los jóvenes. Cuando definimos el cheli como jerga nos estamos refiriendo al habla diferenciada que pertenece a un mismo grupo social. Podemos describirla como una “lengua secreta”, antiprotocolaria que llegó a tener un uso casi coloquial entre la juventud madrileña del último cuarto del siglo XX. Dentro de las jergas las más frecuentes suelen ser de profesiones como médicos (éxitus, meteorismo, aerofagia, idiopático,…), deportistas (revés, triple, braza, mariposa, corner,…) teólogos (librar, absolución, anástasis, apolinarismo, decálogo,…) militares (baja, frente, piquete, vivac, batallón,…) pero también podemos encontrar otras como la estudiantil (catear, no pillarlo, recreo, hacer pellas,...), de cárcel (garbimba, ají, vironcha, rieles, papitos,…) e incluso en pequeños núcleos de hablantes como pueden ser los familiares. Por otro lado tenemos las más chocantes que buscan la exclusión del ciudadano común. Estas se caracterizan por un lenguaje muchas veces poco comprensible y forjado adrede para ser secreto, lo cual tiene una respuesta molesta y que irrita en el hablante que queda excluido en este grupo estaría incluida la jerga cheli. Esta jerga se caracteriza por tener dos funciones principales: la primera es que permiten que los miembros del grupo se identifiquen entre sí como tales y la segunda es la de diferenciar al grupo y protegerlo impidiendo el acceso a los no iniciados. Si tuviéramos que identificar por algo el cheli sin duda tendríamos que hablar de la semejanza en cuanto a la edad de sus hablantes, comportando una concepción muy juvenil (hasta una edad cercana a los veinticinco años), “el cheli más de edad que de clase, es un instrumento al servicio de la identidad del sector, no del individuo” menciona Lázaro Carreter en su obra “” y de hostilidad a los que nacieron antes. El mismo autor en su libro El dardo en la palabra comenta la impersonalidad de su lenguaje, que permite a sus hablantes recurrir sin preocupación y sin ningún sentimiento de vergüenza o de culpabilidad a términos brutales, carentes de finura y adoptar comportamientos acordes con esos términos. “La forma de expresión es oral en la mayoría de los casos, sin una gran riqueza de léxico, eficaz y directa, con un tono y una forma espontánea o con aires de superioridad y advertencia, la modalidad preferida es la advertencia y con una estructura simple y en muchas ocasiones prefabricada”. Podemos recoger como influencias para esta jerga el o agitanado. Siendo una jerga fundamentalmente oral, existen escritos en publicaciones alternativas, panfletos, o grafitis. Además, desde que la utilización de los chats y foros en internet es común entre la comunicación de los jóvenes, el cheli se escribe. Es característico de esta escritura la utilización de apócopes y abreviaturas libres. (es)