Otra Noche de Confesiones / Epílogo. (original) (raw)
TÍTULO: Otra Noche de Confesiones.
CAPÍTULO: Epílogo.
RATING: PG - 13.
WORD COUNT: 2250 ~.
N/A: Mi agradecimiento grande a todas las personas que colaboraron con este fic, leyendolo y dándome sus opiniones, comentarios, retroalimentaciones y demás. Eso es como vivirlo conmigo y lo parecio muchísimo. Sobra decir, que agradecimiento especial a Fini que ha estado acompañando este viaje y que espero lo siga haciendo. Besos.
EPILOGO
–¿Como qué?…- preguntó Andrómeda retadoramente. Nadie respondió. –_Me dan pena_… no tienen ni pizca de las agallas de sus mujeres, ni de seguridad en sí mismos, ¡ni de nada! Ellas los VIERON a ustedes CON OTRA y pudieron soportarlo y aprender de ello. Y créanme que aunque fue fuerte, fue muy útil para todas conocer a otros hombres y verlos a ustedes con otras mujeres porque ahí se muestra todo lo que realmente son. Ustedes deberían de aprender un poco del valor de ellas.
Los caballeros se quedaron en silencio, pero su ira, celos y egoísmo persistió. Nada parecía convencerlos hasta que Andrómeda volvió a hablar.
–Aunque, si quieren hacer algo, podemos hacer una cosa. Tengo entendido que usaron veritaserum en su fiesta. Entonces, si están dispuestos a afrontarlo, bébanlo de nuevo, y… si eso les calma, confiesen honestamente si se dieron cuenta de las diferencias con su mujer y qué significó esa noche para ustedes.
Los chicos se mostraron indecisos. Por un lado deseaban saber algo de lo que había pasado esa noche, pero por otro, sería un verdadero reto soportarlo. Pero no podrían vivir con la duda. En conclusión, lo bebieron.
Las gotas de veritaserum fueron revueltas en generosos vasos con Whiskey, la mayoría de los implicados bebieron hasta el fondo. Algunos incluso, volvieron a servirse. Había que prepararse de algún modo.
–Que empiece Draco que dice que fue OBVIO. – ironizó Harry.
–Pues sí… y tal vez sea el más imbécil de todos, porque sabiendo perfectamente que todo era diferente a Astoria, nunca se me ocurrió suponer que aunque la estaba viendo, no era ella. – el veritaserum hizo al rubio hablar con total honestidad.
–¿Cómo supiste que no era ella?
–Pues de entrada por el cuerpo, no tienen nada que ver. Además el carácter, tu mujer es muy enojona. Rezonga por todo. Se puso furiosa de un instante a otro. Pensé que me iba a golpear. Nos peleamos, _por si te consuela saberlo_…
–Me alegro. –dijo Ron secamente.
–Algo le habrás hecho… - dijo Harry con acidez.
–Pues no. Le dije algo… no recuerdo qué. – Se queda pensativo –creo que fue algo sobre que estaba hinchada o algo así. – dijo el rubio haciendo ademanes de bultos en el pecho con las manos.
–¿De casualidad no le dijiste que estaba aguada? – preguntó Charlie inquisitivo, con la sonrisa en los labios anticipando la respuesta.
–Sí… eso fue. Se puso como loca. Después, todo marchó bien. Pero es muy diferente a Astoria.
–Sii, eso ya lo has dicho, ¿qué más notaste? – preguntó Andrómeda sacándole más la sopa.
–No sé si sea así siempre, pero me pareció tímida en la cama. De las que empieza muy valiente y luego no sabe cómo acabar. Tal vez porque estaba conmigo, aunque no creo. Me pareció que estaba contenida. No es muy complaciente… No le gusta hacer sexo oral pero le gusta que se lo hagan… - continuó Draco alzando ambas cejas.
La ventana de la cocina estalló en pedazos. Harry tenía los ojos cerrados.
–Perfecto, estaba haciendo calor… - murmuró George con nerviosismo.
–¿Di en el llaga Potter?
–Ojalá te hubiera arrancado la polla de una mordida. Al menos no lo disfrutaste…
–Es pésima para las mamadas, pero aún así lo disfruté. Fue una muy buena noche. A pesar de todo, es de esas que se recuerdan. Aunque… estuvo a punto de irse, no sé qué diablos te ve, pero te ama. – finalizó el rubio tratando de poner un toque despreciativo a su valioso comentario.
Harry permaneció con fuego en la mirada y el monstruo de los celos haciendo de las suyas en todo su cuerpo. Que Draco le dijera que lo amaba después de decirle que había metido su asqueroso pene en la dulce boquita de su mujer, no lo hacía sentir mejor.
–Bien Draco, ahora tienes el derecho de preguntar. – invitó Andrómeda.
Entonces el rubio transformó su mirada en acero puro fijándose en Bill. No le dijo nada, pero no fue necesario. La mirada de Draco era intensa y cargada de celos.
–Me siento más imbécil que tú… Nunca me di cuenta. No noté absolutamente nada. Aún ahora cuando trato de recordar diferencias, casi no puedo distinguir nada. – Bill bajó la mirada apenado, parecía decepcionado de sí mismo.
–Bueno, hablando en plata, si no fuera por el color del cabello, de espaldas se parecen bastante. No es tu culpa. – le dijo Charlie palmeándole la espalda. –Tal vez a la hora de la pasión también se parecen…
–¿Astoria estuvo contenida, como Ginny? – preguntó el rubio esperanzado.
–No, al contrario. Se parecía mucho a Fleur. Desenvuelta, libre, aventurera… _muy expresiva_… Supongo que son parecidas hasta en eso. Yo lo disfruté y ella también lo hizo. – finalizó sosteniendo su mirada.
Draco tenía los labios cerrados y la misma expresión de una piedra.
–Bueno, incluso las chicas mientras intercambiaban sus ropas comentaron su gran parecido. Fue una coincidencia. Ahora te toca escuchar a Arkadi. – habló Andrómeda dirigiéndose a Bill.
–Espera… una pregunta más. – dijo el rubio con voz firme, sin moverse desde su lugar. Todos voltearon a verlo. –¿Lo hicieron dentro de la casa o… fuera, al aire libre?
–Al aire libre, en el mar.
La mandíbula de Draco se trabó y se quedó inmóvil.
–¿Te dio en la llaga Malfoy? – preguntó el gemelo sonriendo.
Draco hizo gala de su mejor cara de desprecio y sacando su varita expulsó un lazo que le cosió los labios a George al instante.
–¡Draco! Por Merlin, dénme su varitas. ¡Todos! –dijo Remus mientras recogía las varitas y deshacía el hechizo del rubio. –Parece que todavía están en el colegio…
–Hombres… - suspiró Andrómeda. –Te escuchamos. – repitió hacia Arkadi.
–Yo también noté diferrencias. Cuando la abrracé al llegar supe que erra mucho más alta, perro ella me dijo que erra un hechizo especial en sus zapatos… y le creí. Crreí todo como un tonto. Porque todo parrecía una sorpresa marravillosa. Que ella estuvierra dándome una sorpresa de ese tipo, me dejó ciego.
–¿Sorpresa de cuál tipo? – preguntó Bill.
–Presentarse en mi casa, de noche; sin otrro objetivo que pasarla conmigo. _Tan decidida_… Parrvati no lo hubierra hecho. Sólo de imaginar lo que pensarría mi mayordomo se habría ruborizado. – Terminó el soviético con expresión triste.
–Lo disfrutaste…
–Como una de las cosas más bellas de mi vida.
Bill no acertó ni a molestarse ni a ponerse celoso. Era más fuerte la evidente desilusión de Arkadi, él hubiera deseado con todas sus fuerzas que fuera su novia. No podría culparlo.
–¿Quién estuvo con Parrvati? – preguntó Arkadi buscando ansioso con la mirada.
–Yo. – Respondió Dean. –Y supongo que soy el menos imbécil e infeliz de todos jeje. Yo no tengo una relación con Luna… y de hecho, me halaga bastante que me haya contado como su pareja. Nos vemos de vez en cuando, somos buenos amigos. Y además con lo de su viaje, no se me hizo raro que hubiera cambiado… ¡Y vaya que había cambiado!. Parvati está hecha un _cuero_…
La mirada de Arkadi se puso más osca que de costumbre. Estaba hiper-serio.
–Lo siento, es el efecto del veritaserum. Pero mentiría si te dijera que no lo disfruté… fue genial. Aunque también sentí que estaba tímida; y decía cosas… jajaja pero pensé que eran payasadas de Luna jajajaja. Pobrecita, a lo mejor estaba asustada.
–Ríes mucho al recordarlo. – dijo secamente Arkadi.
–Es que me pasa lo que a Draco. No puedo creer que me haya acostado con Parvati… Cuando estuvimos en el colegio le dediqué varios sueños… ¡y pensar que los cumplí sin darme cuenta! Jajajaja.
Los chicos apenas pudieron darse cuenta en qué momento se había levantado Arkadi de su lugar y había cruzado la sala. Para cuando se dieron cuenta Dean ya estaba tirado en el piso con el labio roto. Dean aceptó el golpe sin hablar ni defenderse, mientras Charlie ya había sujetado a Arkadi y lo llevaba de nuevo a su lugar.
–Errrr, ¿con quién estuvo Luna entonces? – preguntó Dean al volver a sentarse limpiando su labio.
–Ron…
–Me uno a los pendejos. No me di cuenta. – respondió Ron sorprendido y abatido. –Si lo reflexiono, como que hay detalles que… que noto, pero… _no sé_… Luna fue… sí fue diferente a Hermione, pero también muy parecida y, la neta fue uno de los mejores polvos de mi vida.
–Luna tiene un poder sensacional para hacerte sentir en las nubes, como fuera de este mundo… - Completó Dean recordando con admiración. –Me fascina.
–Sí, me puso como pocas veces… fue diferente, loco… Y ya, habla Neville.
–Me pasó prácticamente lo mismo que a Draco. Demasiadas diferencias. Desde que le tomé la mano al irnos supe que no era la mano de Hanna… Estaba muy ligera, muy delgada… Me dijo que estaba tomando una poción para adelgazar y verse muy guapa en la boda de Hermione. Y aunque se me hizo muy raro que Hanna hiciera eso, no desconfié… _Qué puedo decir_…
–¡Todo! Dilo todo. – exigió el pelirrojo.
–Cuando hicimos el amor… bueno, tú sabes cómo es Hermione. Fue igual. Es… muy apasionada, entregada. Era raro porque Hanna no es así, pero yo pensé que se había tomado algo… Y si, me gustó, fue como explorar en otra cosa que no acostumbro, y fue muy bueno, pero me quedo con Hanna.
–Já, más te vale.
–Ahora, me interesa mucho escucharte Harry.
Harry contuvo el aire y se pasó las manos por el cabello, luego se sentó. Su congoja por pensar en Draco y Ginny en la cama era tanta que se había olvidado de que se había acostado con la mujer de Neville, un amigo muy querido para él. Suspiró.
–Pues sí, la sentí más llenita… Fue linda, tierna… cariñosa. Diferente a Ginny, ahora lo veo.
–En tu recuerdo evocaste esa noche…
–Sí, bueno… _Ginny_… es decir, Hanna… había estado muy dispuesta… - Harry volvió a ver a Draco y trato de evitar el comentar sobre sus problemas maritales, los chicos sabrían entender a lo que se refería. – sin _problemas_… Fue una buena noche. Muy bonita. Perdóname Neville.
El silencio envolvió la sala mientras cada uno, involucrados o no, pensaban en todo lo que habían escuchado. En lo que habían vivido, y en lo que venía más adelante…
–Quisiera que hubieran escuchado las palabras que se decían ellas al regresar de sus recuerdos… “_Tienes un gran esposo, te ama_”… “_Casi se da cuenta, te conoce muy bien_”… Se maravillaron de ver como las aman… y volvieron contentas con aprendizajes que obtuvieron sólo para poder disfrutarlos con ustedes. –comentó Andrómeda.
–Hubiera preferido que lo aprendiera conmigo. Con-Migo. – Ron era una piedra de obstinación. Y seguía serio.
–Ron, no sabes lo que dices. Lo que Neville le mostró a Hermione tu no lo hubieras podido hacer, ¡ni lo todo lo que aprendió Ginny con Draco! O todo lo que logró Dean con Parvati… esas cosas no se aprenden con el mismo hombre. Y aunque ahora se quejan SÉ que ya han empezado a cosechar todos esos frutos. LO SÉ.
Nadie parecía poder negarlo en verdad. Todo parecía horriblemente cierto.
–Y hablando de _frutos_… - al sonido de esa palabra todos tensaron sus cuerpos –Creo que hay algo que queda por saber… -dijo Charlie enfrentándolos a la parte más difícil.
No pasó más de un segundo de espera en el cual algunos cuerpos se relajaron y otros… tres en particular, crisparon sus miradas con verdadero pánico. Una mirada esmeralda, una azul y una gris como el acero.
–Nada de eso. ¡Ellas salieron de la casa perfectamente preparadas! – respondió rápidamente Andrómeda antes de que la tensión se dejara correr.
Por suerte, la reacción personal de los implicados impidió que pudieran estar al pendiente de los demás, para cuando reaccionaron Andrómeda ya había respondido.
–¿Se los dirán? – preguntó Andrómeda temerosa.
Los caballeros vivían una lucha interna, difícil decisión.
–No. Yo no lo haré. – dijo Bill suavemente.
–Ni yo, pero de mi cuenta corre que Astoria no vuelva a asistir contigo a ningún lado. – espetó el rubio.
Todos, uno a uno, fueron acordando no decir nada ni hacer reclamaciones de ningún tipo. Sólo faltaba Harry, quien permanecía en silencio. En debate interno.
–¿Harry?
El pelinegro quedó en silencio con la mirada perdida.
–Ya Potter… no quiero un divorcio en mi conciencia. Ya te dije que te quiere… - Draco parecía tenso y apenado a la vez.
–No diré nada yo tampoco.
–Bien, ahora vayan con ellas y disfrútenlas, tienen grandes esposas. Y ellas son también muy afortunadas. –comentó la dama.
–¿Y ya? ¿Esto es todo? Ellas, simplemente… no darán al menos una revancha. ¡Ustedes tienen derecho a los mismos aprendizajes que ellas!, ¿no? Digo… - incitó George imprudentemente.
Nadie habló. Andrómeda y Sirius se voltearon a ver inquietos y nerviosos. Las cosas podían tomar un camino… más lejano del que ellos pensaron. Pero los chicos se mantuvieron en silencio. Ni siquiera sus respiraciones se escuchaban. Qué había por decir… nada. Lo que ellos más deseaban en ese momento era ir, y mirarlas a los ojos para saber si ellos, sus hombres seguían en sus pupilas. A pesar, de todo ellos sabían que así era.
–Err… prometo no volver a organizar una despedida de soltera donde estén sus esposas… lo juro jeje. – finalizó Andrómeda tratando romper la tensión.
–Claro que no, a la próxima ¡organizarás la del novio! – rió Charlie palmeando a Percy en la espalda, a quien, maldita la gracia que le hizo.
N/A: Espero que les haya gustado y en algunos meses me hagan el honor de volver a leerme. Vienen por ahí, en lista de espera dos fics, un Drinny y un Weasleycest… pero aún no decido qué escribir primero…
Gracias.
La Comadreja.