EL SOL DE PORTOCARRERO (original) (raw)

El llamado Sol de Portocarrero

DOLORES GALLARDO LÓPEZ

Para quienes vivimos en Madrid y, en general, en el centro de España, la mención de un Portocarrero ilustre del pasado nos hace pensar en el famoso cardenal Portocarrero, Luis Manuel Fernández de Portocarrero (Palma del Río 1635-Toledo 1709), uno de los hombres más poderosos de la España de su tiempo (cardenal desde 1669, virrey interino de Sicilia en 1677, arzobispo de Toledo e influyente personaje de la corte de Carlos II, último de los Austrias españoles). Tras una azarosa vida acabó en Toledo y quiso ser enterrado ante la capilla de la Virgen del Sagrario en la catedral de Toledo. Desengañado, quiso que en su tumba se colocara esta sencilla y sobrecogedora inscripción Hic iacet, pulvis, cinis, nihil: “Aquí yace polvo, ceniza, nada”, sin nada más que identificara a su ilustre morador.

Sin embargo quienes hayan visitado la ciudad de Almería sabrán que el símbolo de la ciudad es el llamado Sol de Portocarrero: un radiante sol antropomorfo orlado de guirnaldas que, realizado en plata o en oro, se vende en cualquier joyería/platería de la ciudad. Este sol es la réplica turística del altorelieve que, mirando a levante, aparece esculpido en un lugar del muro exterior de la hermosa catedral de la ciudad.

También la joven Universidad de Almería ha elegido el llamado Sol de Portocarrero como símbolo para su escudo.

El lugar que en el interior de la catedral corresponde a donde en el exterior está esculpido el famoso Sol es el testero de la capilla funeraria del obispo D. Diego Fernández de Villalán, ubicada en la girola de la catedral, detrás del altar mayor y que fue erigida en el siglo XVI. Allí está el sepulcro de mármol y alabastro con la estatua yacente de este obispo, que fue quien mandó construir la espléndida catedral-fortaleza de Almería. La capilla está presidida por el llamado Cristo de la Escucha, imagen que goza de gran devoción en la ciudad.

El obispo Villalán

D. Diego Fernández de Villalán, cuarto obispo cuarto obispo de Almería, era natural de Valladolid y pertenecía a la orden de San Francisco en la rama de los menores de la obediencia. Compañero del cardenal Cisneros, fue un gran teólogo y había sido predicador de los Reyes Católicos. Fue el primer obispo que vino a vivir en Almería (los anteriores tenían las rentas y privilegios del cargo pero no vivieron en la ciudad). Fue obispo de de 1523 a 1556. Como ha quedado dicho mandó construir la espléndida catedral-fortaleza de Almería.

El llamado Sol de Portocarrero es por tanto el Sol de Villalán. El obispo Juan de Portocarrero fue posterior.

El obispo Portocarrero

D. Juan del Castillo y Portocarrero era natural de Salamanca, hijo de los condes de Palma, que tenían su palacio en esa ciudad. Estos condes eran descendientes de la casa de Villena por don Luis de Portocarrero, hijo menor de don Juan Pacheco, importante personaje de la época del rey Enrique IV de Castilla.

Juan de Portocarrero había ingresado en el convento de San Francisco de Salamanca de la orden de menores observantes. Estudió en la Universidad de Alcalá.

Fue confesor de María, hermana del rey Felipe II y emperatriz de Austria por su matrimonio con Emperador Maximiliano II, y de Ana de Austria, cuarta esposa de Felipe II.

Según el cronista de la corte de Valladolid, Luis Cabrera de Córdoba, el rey lo había presentado para el obispado de Almería antes del 18 de mayo de 1602. Fue preconizado obispo de Almería el 29 de julio de ese mismo año, por bula del Papa Clemente VIII. El viernes 7 de marzo de 1603 tomó posesión por poderes, que había concedido al presbítero licenciado don Antonio González. Fue obispo de Almería durante 28 años.

¿De dónde viene la confusión del Sol?

Según los estudiosos hay varias razones, aunque ninguna parece definitiva. Quizás la más importante sea el hecho de que el escudo del obispo Portocarrero lleva en uno de sus cuarteles un sol parecido al del obispo Villalán: En la parte superior de la torre, mandada construir en época del obispo Portocarrero, que está en un extremo de la fachada principal de la catedral, se observa un escudo pequeño en el que aparece un sol muy parecido al del obispo D. Diego de Villalán.

Bibliografía: Juan López Martín, La iglesia de Almería y sus obispos, Instituto de Estudios Almerienses, 1999