Steve Khan en su mejor momento - Fundación Nacional para la Cultura Popular (original) (raw)

Por Rafael Vega Curry
Fundación Nacional para la Cultura Popular

Steve Khan se ha convertido en el gran maestro de la guitarra de jazz latino, con una propuesta musical realmente única. Su nueva grabación, “Backlog (Asuntos pendientes)” expande el trabajo que ya consolidó en sus dos discos anteriores, “Parting Shot” y “Subtext”. A todas luces, se encuentra en su mejor momento, en términos de su concepto, el sonido de su guitarra, la selección de repertorio y la interacción con sus músicos.

Carátula de la producción “Backlog” de Steve Khan. (Foto suministrada)

“Interacción” es una palabra clave aquí. Al igual que en “Subtext”, en “Backlog” acompañan al guitarrista tres grandes músicos de ascendencia boricua: los percusionistas Marc Quiñones y Bobby Allende y el bajista Rubén Rodríguez. Entre los tres, acumulan un resumé de bagaje casi infinito, que incluye desde Willie Colón y Rubén Blades hasta Tito Puente, Spyro Gyra, los Allman Brothers, Grover Washington, Roberta Flack y Celia Cruz, entre muchos otros.

Pero más importante aún, este trío de puertorriqueños de Nueva York –a quienes se les une el baterista Mark Walker- ayudan de manera decisiva a Khan a definir su concepto de fusión, al proveer el sabor auténtico de la salsa y el jazz latino de la Gran Manzana. Para un purista, el uso de un cencerro y la campana de un timbal sitúan automáticamente a una pieza dentro del género de la salsa. Aquí esa barrera queda superada, con frecuentes campaneos que invitan a bailar, mientras al mismo tiempo Khan ejecuta su magia en la guitarra, con profundas exploraciones jazzísticas que vale la pena escuchar en múltiples ocasiones para captar toda su riqueza. Todo fluye de manera orgánica y auténtica.

El sonido de esa guitarra merece un comentario aparte. El rasgo distintivo de los mejores jazzistas es que tienen un sonido propio, y Khan lo posee hace mucho tiempo. Cálido, fluido, delicadamente asertivo, llegando en ocasiones a lo poético, es inmediatamente identificable. Su Gibson 335 también puede ser agresiva si la ocasión lo requiere, como sucede aquí por lo menos en un tema, pero nunca hace uso de pirotecnias innecesarias.

Como en grabaciones anteriores, Khan presenta aquí composiciones de dos de sus compositores favoritos, Ornette Coleman y Thelonious Monk, e incluye además selecciones de Stevie Wonder (por primera vez en su carrera), el recientemente desaparecido vibrafonista Bobby Hutcherson y el pianista, también ya fallecido, Andrew Hill. La presencia de invitados especiales en varios de los diez números, así como las discretas orquestaciones de Rob Mounsey en sintetizadores, añaden nuevas tonalidades y colores. La voz de Tatiana Parra le da un acento de “world music” a la pieza final.

Cada número trae un deleite especial: los acentos de música jíbara con que comienza “Criss Cross”, de Monk, así como los vibrantes solos de conga y timbal de Quiñones y Allende; el “Latin Genetics”, de Ornette, a ritmo de plena y con la jubilosa trompeta de Randy Brecker; la tierna versión en bolero de “Our Town” (compuesta por el padre del guitarrista, Sammy Cahn, y Jimmy Van Heusen), en el que la guitarra “canta” con íntima perfección; los agradables colores y swing del vibráfono de Mike Mainieri en “Head Start”.

El segmento compuesto por las piezas “Rojo” e “Invisible” es toda una gozada salsera, con congas, timbal y la perfecta conjunción jazzística, y el saxofón tenor de Bob Mintzer ampliando el sonido del segundo con un solo repleto de swing y fluidez. Mientras tanto, “Emily” (clásico de Johnny Mandel y Johnny Mercer), en cadencia de 6/8, da cuenta del buen gusto de Khan en la selección de temas, los giros imaginativos con que los recrea y el sonido lírico de su instrumento.

La originalidad de Khan continúa de manifiesto en su versión de “Go Home”, de Stevie Wonder, en ritmos de oriza, blues y son montuno. Aquí, además, el guitarrista da rienda suelta a su lado más rockero y reafirma una vez más que su enfoque es único en todo el panorama del jazz latino.

Otra gran selección cierra este magnífico disco, “Catta”, de Andrew Hill, una composición raramente cubierta por otros músicos. Acentuando el carácter esencialmente “latino” del tema, este es un alegre fin de fiesta, con un sólido concepto de grupo, una guitarra de delicioso swing y solos de percusión que confirman que Marc Quiñones y Bobby Allende también tienen estilos singulares de expresión.

Admirablemente bien concebido y secuenciado, “Backlog” es una de las mejores grabaciones en la carrera de Steve Khan, quien ha hecho suyas de corazón las tradiciones musicales latinas y puertorriqueñas. Es música totalmente accesible y, a la vez, de implicaciones más profundas de lo que pudiera parecer a simple vista, multifacética, memorable y hermosa. Es necesario mencionar también la unidad en el diseño gráfico que distingue las producciones del guitarrista; esto crea un sentido de que son volúmenes de una colección que esperamos se extienda por muchos años más, para deleite de quienes aman la mejor música.