En busca de los últimos carpetanos (original) (raw)

En busca del espacio perdido

Prólogo a Isabel Cabanellas y Clara Eslava, dirs¡, Territorios de la infancia. Diálogos entre arquitectura y pedagogía, Grao, Barcelona,, 2005

Los niños que se aman se abrazan de pie Contra las puertas de la noche Y los paseantes que pasan los señalan con el dedo Pero los niños que se aman No están para nadie Y es sólo su sombra Quien tiembla en la noche Excitando la rabia de los paseantes Su rabia su desprecio sus risas y su envidia Los niños que se aman no están para nadie Están en otra parte mucho más lejos que la noche Mucho más alto que el día en la deslumbrante claridad de su primer amor. (Jacques Prevert, Espectáculo, 1951)

El ultimo sueno

Mil gracias intangibles a mis seres queridos, los que ya no están pero nunca desaparecen y para los que me acompañan en mi vida apoyándome y dándome cariño, fuerza y alegría.

EL ULTIMO ENCUENTRO

Sándor Márai nació el año 1900 en Kassa, una pequeña ciudad húngara que hoy pertenece a Eslovaquia. Pasó un periodo de exilio voluntario en Alemania y Francia durante el régimen de Horthy en los años veinte, hasta que abandonó definitivamente su país en 1948 con la llegada del régimen comunista y emigró a los Estados Unidos. La subsiguiente prohibición de su obra en Hungría hizo caer en el olvido a quien en ese momento estaba considerado uno de los escritores más importantes de la literatura centroeuropea.

Los últimos románticos

LOS ÚLTIMOS ROMÁNTICOS: MISIONEROS PROTESTANTES EN CASTILLA LA NUEVA DURANTE LA GUERRA CIVIL, 1990

Durante la Guerra Civil los protestantes españoles se encontraban entre dos fuegos. Pero su opinión sobre los acontecimientos pesaban mucho en la opinión pública del Reino Unido.

La última

es estudiante de Letras Hispánicas en la Universidad de (>uadalajara. Ganador del premio Tinta y Whisky (2009, tu Guadalajara, Ediciones Urano y whisky Dewar's) y del Premio Nacional al Estudiante Universitario Sergio Pitol. categoría relato, con el presente trabajo. A Jessica V isto desde el cielo, por los pájaros y en los mapas, el hostal de la Santa Cruz parece equidistante de la playa, los campos de maguey, el peñón con glifos prehispánicos y el balneario de aguas termales. A ras de tierra, lamentablemente, las montañas y el estado de las carreteras lo alejan de todo y al lugar sólo llegan excursionistas desorientados y viajeros con problemas. A pesar de eso, para Juana vale la pena escucharlos cruzar la puerta, ver sus rostros de recién salvados cuando les muestra el dormitorio o cuando les contesta que, efectivamente, puede venderles algo de gasolina. A estos apresurados por seguir viajando suele inducirlos a comer o beber algo, a veces con pequeñas tretas, diciendo que en dos horas le traerán los galones de combustible -que en realidad tiene en la bodega-, o llenándoles de palabras pesadas el camino que les espera: sol, polvo, serpientes, el desierto, la soledad. Casi siempre los convence, pues aunque esté mintiendo, ella sabe de lo que habla. Cada martes un transportista apodado El Conde llega a comer y a leer los periódicos que compra a lo largo de la carretera, pasquines de pueblo que terminan amontonados en el buró de Juana. Antes sentía gusto por verlo llegar, ahora es parte de su rutina. Hubo un tiempo, al principio, en que le daban miedo sus manos gigantes y sus ojos rojizos, su boca temblorosa y su barba espesa que le ocultaba el rostro como si cargara una penumbra personal. Entonces, para hacerle creer que no estaba sola, se asomaba al patio y llamaba a un hijo imaginario que acabó por difuminarse. El Conde corrió la voz de que el hijo se había casado con una fuereña y ahora de verdad está sola. Losjueves, la abarrotera le surte las conservas que después vende como alimentos frescos; los viernes, una carreta se lleva la basura; los domingos, Juana deja su lugar a una joven de la comunidad para ir a escuchar misa o a que algún médico revise su salud; el resto de la semana está ansiosamente abierta a las sorpresas. Quizá por eso el lunes 2 de noviembre recibió entusiasmada al desconocido Emiliano, aunque ya empezaba a cuajar la media noche. Él venía desde las tierras calientes del Sur. Apenas salió de su auto, el viento le heló la cara, y para cuando llegó al portón cerrado del hostal ya se le había metido en todo el cuerpo. El exterior de la finca sugería que adentro todos dormían, por el limen de la puerta se filtraba una oscuridad reposada y tibia que por un momento movió sus escrúpulos, pero que después lo hizo tocar la aldaba como quien mendiga un trozo de pan. "Cosa del karma", pensó, porque en los primeros días del viaje que ahora terminaba no dejó de imaginar a su casero tocando desesperadamente el timbre y husmeando por las ventanas, ansioso de una voz que por lo menos le pidiera otro mes de prórroga. Juana leía los periódicos viejos cuando escuchó los golpes en su puerta, fue como si un espectro le tocara el hombro; dio un salto y trató de ordenar los papeles esparcidos por el cuarto, avergonzada de su pasión por la nota roja. Después abrió un hueco entre las pesadas cortinas de la ventana y alcanzó a ver el capó del coche. Le pareció que se quemaba. No pudo ver que el humo salía de la boca de Emiliano que fumaba bajo el dosel, abrazado a su valija, temblando de algo más que frío porque ahí, parado en la noche de un pueblo elemental, sentía que los golpes de sus manos ateridas semejaban al llamado de la muerte. Últimamente también pensaba mucho en eso. Se dice que la infancia termina cuando se es consciente de la guadaña que pende sobre nosotros; Emiliano sabía que la vejez empieza cuando se le espera sin miedo. Había tenido esa certeza hacía más de dos meses en el velorio de Jesús Carrillo, su mejor amigo de toda la vida. Primero fue una incertidumbre que le brotó en el rostro en forma de tranquilidad, pero después, cuando todos los que regresaban de ver al muerto se detenían junto a él para palmearle la espalda, dos ideas aprisionaron con fuerza su corazón: la primera, que de un tiempo a la fecha sus amigos venían cayendo como 24 • INVIERNO, 2012

El-ultimo-caton

actividades desde el siglo II hasta nuestros días. Los más de veinticinco kilómetros de estanterías del Archivo Secreto Vaticano daban idea del volumen de documentación conservada. Oficialmente, el Archivo sólo poseía escritos de los últimos ocho siglos; sin embargo, los mil años anteriores (esos que sólo pueden encontrarse en los niveles tercero y cuarto de los sótanos, los de alta seguridad), también se hallaban bajo su protección. Procedentes de parroquias, monasterios, catedrales o excavaciones arqueológicas, así como de los viejos archivos del Castel Sant'Angelo o de la Cámara Apostólica, desde su llegada al Archivo Secreto esos valiosos documentos no habían vuelto a ver la luz del sol, que, entre otras cosas igualmente peligrosas, podía destruirlos para siempre.

Los últimos de Napoleón

https://postalesdesde.home.blog/, 2019

El 2 de diciembre del 2012 tres amigos emprendieron un viaje. La fecha respondía a una elección deliberada, puesto que aquel mismo día, años atrás, Bonaparte se había auto-coronado emperador y, un tiempo después, ganó la batalla de Austerlitz. Sin embargo, el periplo que iniciaba no tenía relación con su gloria, sino todo lo contario. Seis meses antes, concibieron la idea de repetir la agónica retirada que la Grande Armée llevó a cabo desde Rusia hasta Francia hará dos siglos, como un homenaje, aunque ellos la realizarían a lomos de una quejumbrosa Ural soviética con sidecar que no pasaba de 80 Km/h. y se gripaba con los octanos del gasóleo capitalista de nuestro continente...

Ultimos viajes del peregrino

Revista Iberoamericana, 1991

La obra de Carpentier publicada en los primeros aiios despues del triunfo de la Revolucion Cubana celebraba un regreso personal, artistico y politico a la patria. Pero, si bien anhelado y a menudo m6vil de gran parte de su obra, el regreso habia sido imprevisto. Porque, aunque la novelistica carpenteriana, urdida a base de revoluciones y dilatados periplos de los personajes, todo entretejido en una minuciosa cronologia simb6lica, parecia haber profetizado esta ultima fase, el propio Carpentier, de ninguna manera concreta habia anticipado, ni participado en la realizacion de esa ruptura en la trama de la historia. El cumplimiento de la profecia era enteramente literario. Los personajes de Carpentier, sobre todo los de El siglo de las luces, se le habian adelantado en su inmersi6n en las aventuras de la historia; ya cerca de sus sesenta anos de edad, 61 los seguiria, como un Alonso Quijano, de las letras a las armas, del libro a la acci6n. El regreso a la patria constitufa, por lo tanto, un momento de reflexividad plena, en que vida, obra y conciencia se reflejaban las unas en las otras, proyectando una imagen multiple pero coherente de si mismas. Es decir, coherente por la misma multiplicidad y reflexi6n; por su caracter inaugural. "Peregrino de Santiago" iba a Ilamarse "El camino de Santiago", aludiendo a su protagonista viajero, proyeccion temprana de su autor, como romero o peregrino fue el protagonista de Los pasos perdidos. Si peregrinohabia querido significar la rareza de Carpentier, tanto personal como artistica, y por lo tanto su originalidad, la llegada a la Revoluci6n era la consagracion de esa diferencia, de su pertenencia al origen. 1 El prescntc ensayo cs un capftulo adicional a mi libroAlejo Carpentier: The Pilgrim at Home, publicado originalmente por la Cornell University Press on 1977, que ahora sale on edicion paperback por la University of Texas Press. La versi6n espanola es tambin doe pr6xima aparici6n. El titulo de mi libro esta tornado de El peregrino en su patria, novela bizantina de Lope de Vega, on parte por la presencia do tanto peregrino on la obra de Carpentier, los peregrinajes do su propia vida, y su intenci6n inicial de utilizar cl tcrmino (de origen medieval) on el tftulo de su conocido relato "El camino de Santiago". ROBERTO GONZALEZ ECHEVARRIA El impacto del real y turbulento presente revolucionario se hizo sentir mas lentamente, y es lo que viene a marcar la ultima produccion de Carpentier, que abarca principalmente dos novelas escritas despues de 1959: La consagracidn de la primavera (1978) yEl arpa y la sombra (1979). Esta novelistica responde a tres factores primordiales, pero de muy diverso orden: la adhesi6n de Carpentier al regimen cubano, ylos conflictos que esto suscita porlas contradicciones entre la obra de Carpentier y la Revolucion; el llamado Boom de la novela hispanoamericana, realizado en gran medida por discipulos suyos como Carlos Fuentes, Gabriel Garcia Marquez y Mario Vargas Llosa; y la muerte de Carpentier el 24 de abril de 19802. Digo la muerte porque Carpentier, que murio de la consabida "prolongada enfermedad", tuvo tiempo para ponderar sobre su inminente Ilegada, e incorporarla a sus reflexiones literarias. El apoyo de Carpentier al regimen revolucionario, a traves de todas las crisis, sobre todo las desatadas por los casos Padilla (1969 y 1971), cuando muchos de sus amigos (como Cortazar) titubearon, y otros rompieron con Cuba, le asegur6 a Carpentier una posicion privilegiada, y a la vez perversamente emblematica en la burocracia cultural 3. Despues de abandonar o ser separado de su puesto como director de la Editorial Nacional en 1967, Carpentier vivi6, y muri6 por cierto, en Paris, como ambulante ministro de cultura del gobierno revolucionario. Significativamente, sin embargo, pasaba temporadas en La Habana, alojandose en el Hotel Nacional, o el Habana Libre (antes Hilton), como si Cuba fuese no su patria, sino un lugar que se visita en viaje de turismo o vacaciones. Carpentier participo en todas las ceremonias que su tardio ingreso en el Partido Comunista le exigio. Por ejemplo, dej6 hacerse elegir diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular por el distrito de La Habana Vieja, cuando era notorio que Carpentier no mantenia residencia en Cuba 4. El paso de la revoluci6n a la burocratizacion, de los actos a los rituales politicos, dej6 a Carpentier ileso, pero tambien al margen. La coherencia en la multiplicidad del 2 E1 cadaver do Carpentier fue regrosado a La Habana para el sepelio, en un avi6n fletado especificamento para ese cometido por cl gobierno cubano, a instancias personales del propio Fidel Castro. Fuc 6stc el ultimo regreso del prriino a su patria. El pcriodico Granma lc dedic6 una pagina entera a la muerte de Carpentier en su edici6n del 4 do mayo de 1980 (p. 6), con testimonio do condolencia de diversas partes del mundo y fotograffas. Bohemia del 9 do mayo de 1980 contiene breves textos evocativos de Carpentier a cargo de

ARCHIPIÉLAGO PATAGÓNICO: LA ÚLTIMA FRONTERA

2005

vol. 33 número2 NUEVOS HALLAZGOS DE SITIOS DE CAZADORES RECOLECTORES MARINOS TEMPRANOS EN ISLA ENGLEFIELD, MAR DE OTWAY " 12 Miradas", Estudio por Carolina Odone y Peter Mason: Taller Experimental Cuerpos Pintados índice de autores índice de materia búsqueda de artículos