Jito da la victoria y el pase en la prórroga (original) (raw)

J.A. REMENTERIA

Jueves, 18 de octubre 2012, 10:21

El Eibar sudó la gota gorda para eliminar al Arroyo, que se comportó como un equipo competitivo hasta el final. El gol armero llegó en el 110, en una prórroga en la que los de Garitano tiraron de oficio y entrega, no dando ningún balón por perdido. El técnico eibarrés sacó en el 103 a Jito que sustituía a Dani García y el delantero aprovechó un pase en profundidad de Del Olmo para batir a Saavedra, que nada pudo hacer en su salida. Alegría desbordante en las gradas y en los jugadores eibarreses.

Avisaban los técnicos armeros que el Arroyo iba a ser un rival incómodo y complicado, y así lo fue. El Eibar llevó la manija del partido ante un contrario bien plantado y expeditivo a la hora de defender su parcela. En la primera mitad se vieron jugadas de calidad de los armero, aunque les faltó concretar en los metros finales. Hubo acciones brillantes, jugando al primer toque con paredes, combinando con criterio, desbordando al Arroyo en el centro del campo pero les faltaba que llegara el gol. Ni uno de los dos equipos gozó de ocasiones claras.

En la segunda mitad, el Arroyo salió presionando más arriba, en su intento de no dejar salir con el balón a los armeros y, al poco de reanudarse el encuentro, Ruano envió el esférico al larguero tras un saque de banda. Una falta de entendimiento entre Iruretagoiena y Raúl Navas hizo que el balón quedara sin control, para aprovecharlo Ruano y dar el susto, pero menos mal que en el posterior rechace no acertó Toni para batir a Iruretagoiena. El Eibar se rehizo del susto y siguió dominando, lanzando córners pero sin crear peligro.

La salida de Del Olmo, que sustituía a Capa, sirvió para dar más chispa al ataque. El veterano jugador puso voluntad y entrega, dos aspectos que fueron claves en la prórroga. La entrega de todos los jugadores del Eibar fue la nota destacada, en especial Errasti, Abaroa, Dani García y Arruabarrena. En defensa hubo alguna que otra indecisión, pero se solventaron para mantenerse firme ante los delanteros cacereños que en el tramo final trataron de sorprender. Jito, autor del gol, demostró ser un ariete con olfato. Aprovechó los minutos que le dio Garitano para reivindicarse. No falló y llevó a su equipo a la victoria y a la siguiente eliminatoria en la que hay puesta mucha ilusión. Un triunfo merecido, trabajado, en el que no hubo tregua en los ciento veinte minutos.