Miquel Porta Perales, La blancura de la estupidez (original) (raw)
Analiza Gustavo Bueno las «Ideas muy cortas, pero muy claras» del Presidente del Gobierno
Gustavo Bueno, Zapatero y el Pensamiento Alicia. Un presidente en el País de las Maravillas, Temas de hoy, Madrid 2006, 367 páginas, 18,50 euros
Después de un siglo de totalitarismo y guerra, de que Europa fuera salvada in extremis del nazismo y el comunismo por EE.UU., del síndrome del 68 y la patología progresista, de la crisis de los discursos emancipatorios, de la emergencia de un fundamentalismo político y religioso que amenaza nuestra existencia, después de todo eso, seguimos sin aprender la lección. Seguimos sin percibir la complejidad de lo real lejos de la ingenuidad y el idealismo. Lejos de la imprudencia y la estulticia. Ahí están, para demostrarlo, la irresistible ascensión del pacifismo, el multiculturalismo, el animalismo o el relativismo. Y ahí están –esa es la aportación española a la enciclopedia de los disparates de lo políticamente correcto– el talante, el diálogo, el buenismo, el retroprogresismo, el retronacionalismo, la Alianza de Civilizaciones. Contra tanta bobería, el filósofo Gustavo Bueno nos brinda un ensayo que descubre las miserias del pensamiento flácido que nos invade. Y lo hace desvelando los lugares comunes de la España de las maravillas de Rodríguez Zapatero y la cohorte de sicofantes que le ríe las gracias.
Gustavo Bueno acuña la expresión de «Pensamiento Alicia» para referirse a esa extraña manía de percibir el mundo al revés que define la ideología –supongamos que la tiene– de Rodríguez Zapatero. No crean ustedes que el Pensamiento Alicia es una forma de pensamiento utópico. Y es que la utopía, peligrosa por tantas razones, contiene a veces una crítica saludable de lo existente.
Con el Pensamiento Alicia de Rodríguez Zapatero no ocurre eso, porque lo que lo define es la ensoñación simplista del adolescente. La Alicia del espejo, como Rodríguez Zapatero, está dotada de una «racionalidad simplista» que es incapaz de descubrir los hilos y aristas de la realidad. Racionalidad simplista que, puesta a disposición del consumidor a través del «simplismo sonriente» de Rodríguez Zapatero –«ideas muy claras, pero muy cortas»–, da importantes réditos ideológicos y políticos.
La navaja de Occam
El filósofo Gustavo Bueno, con la navaja de Occam, disecciona, al modo del positivismo lógico, las manifestaciones más representativas del Pensamiento Alicia de Rodríguez Zapatero. El resultado es demoledor. Algunos ejemplos: la Alianza de Civilizaciones y el pluralismo cultural son unos proyectos carentes de sentido al no tener en cuenta la incompatibilidad entre culturas y civilizaciones distintas; el diálogo sólo es válido si las partes están en disposición de entenderse, de lo contrario puede devenir una práctica peligrosa al legitimar acciones intolerables en una democracia; la recuperación de la memoria histórica confunde la subjetividad de la memoria con la objetividad de la historia en un ejercicio maniqueo cuyo objeto es la ocultación de la historia y la demonización del adversario; la atribución de derechos humanos a los simios –cosa distinta es el buen trato– evidencia el despropósito de otorgar derechos sin el correlato del deber; la conducta solidaria no entiende que, en ocasiones, los valores son incompatibles con la solidaridad, pudiéndose generar enfrentamientos de solidaridades de consecuencias perversas; la nacionalización de las Comunidades autónomas no es una cuestión semántica, sino que esconde el proyecto político de la independencia; la exaltación de la democracia no puede olvidar sus insuficiencias; el humanismo –¿qué humanismo?, ¿el aristocrático?, ¿el democrático?, ¿el cristiano?, ¿el antropológico?, ¿el liberal?, ¿el socialista?– es un círculo vicioso que se define en función de un hombre que previamente ha sido definido por el propio humanismo.
Gustavo Bueno no ha escrito un panfleto, sino un ensayo que da razones y argumentos contra el pensamiento perezoso. Ensayo que, más allá de la crítica del simplismo del Pensamiento Alicia de Rodríguez Zapatero, reflexiona sobre cuestiones de hondo calado como la ética, la naturaleza y el comportamiento del hombre, la dicotomía entre memoria e historia, nuestra historia reciente, la democracia y la libertad. Y está el aviso para navegantes: el Pensamiento Alicia no es inocuo ni meramente metafísico o idealista; el Pensamiento Alicia, cuando se traduce políticamente, «puede llegar a ser peligroso y repugnante» al envolver la realidad –un ejercicio de mala fe de consecuencias impredecibles– con un velo que tiene «la blancura de la estupidez sin la menor mancha de inteligencia».