�Nostradamus conoc�a los planetas transaturninos? por Patrice Guinard (original) (raw)

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�Nostradamus conoc�a los planetas transaturninos?
por Patrice Guinard
-- traducci�n Lic. P�a Urruzuno --

N. Ed.: Atenci�n! Este texto in�dito, sin incidencia y casi sin relaci�n con el resto de mi tesis, que dedico a Vlaicu Ionescu, puede contrariar la raz�n de los lectores desprevenidos.

Despu�s de 1984, y aproximadamente cada 3 a�os, algunas obras esenciales han venido a metamorfosear el conocimiento hasta hoy muy parcial que pudo forjarse sobre la obra del profeta de Salon. Citemos como recordatorio la reedici�n en facs�mil, de Robert Benazra, de las Propheties (Lyon 1555) seg�n el ejemplar de Albi y con las variantes del ejemplar de Wien (Lyon, Les Amis de Michel Nostradamus, 1984), la Bibliographie Nostradamus XVI�-XVII�-XVIII� si�cles de Michel Chomarat (Baden-Baden, Valentin Koerner, 1989) luego la de Robert Benazra, el R�pertoire chronologique nostradamique(Paris, La Grande Conjonction, 1990), la reedici�n en facs�mil, seg�n el ejemplar de la biblioteca Sz�ch�nyl de Budapest, por Michel Chomarat, de la edici�n de 1557 de las Proph�ties(Lyon, 1993), la obra de Pierre Brind'Amour (1941-1995), Nostradamus astrophile (Presses de l'Universit� d'Ottawa (Can.) & Paris, Klincksieck, 1993), seguido de la edici�n cr�tica de la primera parte de los cuartetos, por el mismo autor, Nostradamus. Les Premi�res Centuries ou Propheties (Gen�ve, Droz, 1996), y sobretodo la reciente edici�n de Recueil des Presages prosaiques (Lyon, ms 6852) del secretario de Nostradamus, Jean-Aim� de Chavigny, por Bernard Chevignard, les Pr�sages de Nostradamus (Paris, Le Seuil, 1999).

Estas obras tienen la tendencia de dejar en la sombra las dos tentativas m�s originales de elucidaci�n del corpus nostrad�mico: las del peruano Daniel Ruzo y del rumano Vlaicu Ionescu, el primero habiendo trabajado sobre el descifrado del orden de los cuartetos y que demostr� en 1975 que el testamento dejado por Nostradamus formaba parte integrante del corpus prof�tico (en Le testament de Nostradamus, tr.fr., Monaco, Le Rocher, 1982), el segundo habiendo avanzado en diversas obras de interpretaci�n atinadas que dejan atr�s, por su precisi�n, a los aficionados a las predicciones astrol�gicas. Ionescu titula a uno de los cap�tulos de su primera obra: "1991, el a�o del derrumbamiento del r�gimen sovi�tico", antes de precisar: " Este deber� ocurrir en Junio de 1991." (en Le message de Nostradamus sur l'�re prol�taire, Paris, Dervy, 1976, p.777-778). El 12 de junio de 1991, Boris Eltsine era elegido por sufragio universal para la presidencia de la Federaci�n Rusa, antes que la U.R.R.S. se disgregara s�lo algunos meses m�s tarde.

En un art�culo esencial ("Nostradamus et les plan�tes trans-saturniennes", en Atlantis 325, 1983, p.205-241), Ionescu expone la idea de que Nostradamus har�a referencia al descubrimiento de los 3 planetas trans-saturninos en los cuartetos VIII 69, IV 33; y I 84 de las Centurias.

El cuarteto VIII 69: el descubrimiento de Urano

Aupres du jeune le vieux ange baisser,
Et le viendra surmonter � la fin:
Dix ans esgaux aux plus vieux rabaisser,
De trois deux l'un l'huitiesme seraphin.

Cerca del joven el viejo �ngel bajar�
Y vendr� a coronarle al fin:
Diez a�os iguales a los m�s viejos rebajar,
De tres dos el uno el octavo seraf�n

Ref.: Les propheties, Lyon, Benoist Rigaud, 1568.
le vieux ange baisser en el ejemplar de Lyon (Biblioth�que Municipale, r�s 811 007, Benazra, ed. n�11, p.84) y _se vieux ange baisser_en el ejemplar de Aix (Biblioth�que du Mus�e Paul Arbaud, S 389 ; Benazra, �d n� 18, p.89).

El tema del descubrimiento de Urano est� levantado para el 13 de marzo de 1781, Bath, 21h10 (a esta hora, los dos luminares, debajo del horizonte, no pueden perturbar la observaci�n) Posici�n de los planetas referidos en el cuarteto: Urano: 84� 27, Marte 263� 23, Saturno 259� 42.

Descubrimiento de Urano

Descubrimiento de Urano - 13 de marzo de 1781 - Bath - 21h10 (HL)

La interpretaci�n de este cuarteto, como de los siguientes, se apoya en un doble plano de referencia, estrechamente entrelazados, el plano mitol�gico y el plano astron�mico (cf. Ionescu, p.212, p.214...)

Aupres du jeune le (se) vieux ange baisser,
Et le viendra surmonter � la fin:

Cerca del joven el (su) viejo �ngel bajar�
Y lo coronar� al final:

El viejo dios Ouranos (Urano) (viejo �ngel) (vieux ange), el cielo estrellado, rebajado (bajar�) (se baisser) por su hijo Saturno (el Kronos griego), el m�s joven de entre los titanes (el joven) (le jeune), que lo mutila y le arrebata su trono (y astron�micamente Saturno es el �ltimo planeta del Septenario, el que ocupa la "s�ptima esfera"), recuperar� finalmente sus derechos a partir del descubrimiento del planeta al que los astr�nomos dar�n su nombre (y lo coronar� al fin) (Et le viendra surmonter � la fin).

Dix ans esgaux aux plus vieux rabaisser,
De trois deux l'un l'huitiesme seraphin.

Diez a�os a los m�s viejos rebajar,
De tres dos el uno el octavo seraf�n_._

Disminuyendo (rebajar) (rabaisser) el valor de 10 "a�os" (10 ciclos) saturninos, el ciclo planetario m�s largo conocido hasta ese momento (Diez a�os iguales a los m�s viejos) (Dix ans esgaux aux plus vieux), - que es tambi�n el famoso ciclo mencionado por Albumasar, y al t�rmino del cual Pierre d'Ailly ha pronosticado el advenimiento del Anticristo -, o sea alrededor de 295 a�os solares, es decir invirtiendo las segunda y tercera cifras (De tres dos) (De trois deux) del n�mero total del conjunto del ciclo (el uno), se obtiene 259, que es la posici�n ecl�ptica aproximada de Saturno (259�), y se puede observar que la posici�n ecl�ptica del nuevo planeta, Urano (el octavo seraf�n) (l'huitiesme seraphin), en 84�, tiene un n�mero igual (el uno)(l'un) a la duraci�n de su ciclo, o sea 84 a�os.

Yo agrego que en astrolog�a, siendo Urano el planeta de la unificaci�n (cf. thesis meae sequentiam), este t�rmino, l'un (el uno), reviste una importancia particular dentro del cuarteto. Toda la polys�mie del cuarteto conduce all�, e Ionescu la ha escamoteado un poco, ya que �l se refiere en su texto a una edici�n posterior, que lo induce a interpretar en su totalidad la expresi�n l'un l'huitiesme seraphin, y no a separar l'un de l'huitiesme seraphin. Por el contrario, Ionescu muestra pertinentemente (p.218) que el eje Urano-Marte separa la configuraci�n planetaria en dos grupos de planetas, el cual representa el emblema que ser� atribuido a Urano.

Por otra parte, los primeros y �ltimo t�rminos del cuarteto,Aupres du (cerca de) y seraphin (seraf�n) contienen el anagrama siguiente: Uranus de phi pares, es decir "Urano, tu te manifiestas a trav�s (el n�mero) Phi" � "Urano, tu te subordinas (o tu obedeces) al n�mero Phi". La revoluci�n sideral de Urano (84 a�os) equivale a 52 veces el n�mero Phi (aproximaci�n 0.15%), o tambi�n, esta vez expresado en d�as, 19.000 veces el n�mero Phi (aproximaci�n 0.19%). [N. del T.: La proporci�n de oro (1,618034) es tambi�n llamada secci�n de oro o la media de oro o simplemente el n�mero de oro. Se la representa frecuentemente por la letra **Phi (**F). El valor m�s cercanamente relacionado, que se escribe como phicon una peque�a "p" es solo la parte decimal de PHI, es decir 0,618034.]

El cuarteto IV 33: el descubrimiento de Neptuno

Juppiter joint plus Venus qu'� la Lune
Apparoissant de plenitude blanche:
Venus cach�e soubs la blancheur Neptune,
De Mars frapp� par la gran�e branche.

J�piter se une m�s a Venus que a la Luna
Apareciendo de plenitud blanca:
Venus escondida bajo la blancura de Neptuno,
De Marte golpeado por el granado brazo.

Ref: Las primeras ediciones no concuerdan entre s� en el 4� verso:
Les Propheties (Lyon 1555), ed. y prefacio Robert Benazra, Lyon, Les Amis de Michel Nostradamus, 1984 da De Mars frapp�par la gran�e branche.
La reedici�n de Michel Chomarat (Lyon, 1993) del texto de 1557, Les Propheties (Lyon, Antoine de Rosne) da De Mars frapp�epar la gran�e branche.
La edici�n Benoit Rigaud, 1568 (ya mencionada) da De Marsfrap�e par la grav�ebranche.

Parad�jicamente, este cuarteto que menciona espec�ficamente el nombre Neptuno, permanece enigm�tico, ya que se remite a una fecha de descubrimiento, que no es la generalmente admitida. El tema del descubrimiento de Neptuno est� fechado para el 8 de agosto de 1846, observatorio de Cambridge, 0h (medianoche), en una fecha, elegida por Ionescu (y que lo habr�a sido por Nostradamus), intermedia entre el 4 y el 12 de agosto de 1846, d�as en los que el planeta ha sido observado, en dos oportunidades, por el astr�nomo ingl�s James Challis (seg�n Nigel Calder, The comet is coming, New York, The Viking Press, 1980, ref. Ionescu). En esta fecha, simb�lica, el planeta, conjunto a la Luna, est� en su estado de ocultaci�n. Por otro parte el enredo de circunstancias particularmente problem�ticas que acompa�an a su descubrimiento concuerdan bastante bien con el car�cter astrol�gico del planeta, y el documento que contiene la correspondencia entre George Airy y John Adams (y que podr�a rese�ar el rol de James Challis en el descubrimiento de Neptuno) habr�a desaparecido de los archivos del observatorio de Greenwich.

Posici�n de los planetas pertenecientes al cuarteto: J�piter 71�33, Venus 102�43, Marte 145�59, Luna 325�43, Neptuno 327�05.

Descubrimiento de Neptuno

Descubrimiento de Neptuno, el 8 de agosto de 1846, Observatorio de Cambridge, 0h01 (HL)

El cuarteto describe el tema fechado para la fecha simb�lica del descubrimiento de Neptuno: 106� separan a J�piter de la Luna, pero solamente a 31� de Venus (J�piter se acerca m�s a Venus que a la Luna) (J�ppiter joint plus Venus qu'� la Lune); es la luna llena (Apareciendo de plenitud blanca)(Apparoissant de plenitude blanche), Venus est� debajo del horizonte (Venus escondida)(Venus cach�e), Neptuno, donde el nombre es mencionado, est� conjunto a la Luna que lo oculta (bajo la blancura de Neptuno) (soubs la blancheur Neptune), Marte est� opuesto a Neptuno (Neptuno, de Marte golpeado por el granado/pesado brazo) (Neptune, de Mars frapp� par la gran�e/grav�e branche).

Hay que notar que Ionescu, quien utiliz� una edici�n posterior, problablemente truncada, interpreta la expresi�n grav�e blanche. Ahora el t�rmino latino granatus (granado, abundante en granos, de apariencia granosa) podr�a relacionarse justamente a la V�a L�ctea, a la que, seg�n �l (cf. p.224), Nostradamus hace referencia en su cuarteto. El otro t�rmino,gravatus (sobrecargado, aplastado, arrollado, abrumado) es igualmente posible. En cuanto al t�rmino branche (rama, brazo), y no blanche (blanca), parece relacionarse con el tridente que se le atribuye a Neptuno. En efecto el tema presenta un doble tridente: Saturno-Neptuno-Luna y Mercurio-Marte-Sol, que ilustra dos veces el emblema que ser�a atribuido a Neptuno. El cuarto verso puede entonces interpretarse como sigue: Marte y Neptuno en oposici�n, (Neptuno, de Marte golpeado y Marte golpeado por) (Neptuno, De Mars frapp�(e) y Mars frapp� par), con la ayuda de una furca (branche), atravesado por la V�a L�ctea (granado brazo). (gran�e branche) Este cuarteto parece entonces construido sobre el tema de la dualidad: doble menci�n de la blancura (la de la Luna, llena, y la de la V�a L�ctea), doble menci�n de Venus (el planeta doble, de la disociaci�n (cf. thesis meae sequentiam), de la que los astr�logos consideran a Neptuno como la octava superior), doble menci�n de gran�e/grav�e(granado/pesado) (y doble adjetivo frapp�/frapp�e - golpeado), doble tridente.

La insistencia sobre J�piter y Venus permanece mientras tanto un tanto problem�tica, ya que los dos planetas no pertenecen a la configuraci�n en doble tridente, incluso si el astr�logo puede f�cilmente comprender que el nuevo planeta re�ne de alg�n modo las caracter�sticas de uno y de otro. El primer verso, Juppiter joint plus Venus qu'� la Lune (J�piter se acerca m�s a Venus que a la Luna), adem�s de su sentido mitol�gico trivial (V�nus/Afrodita permanece en el entorno inmediato de J�piter/Zeus, lo que no es el caso de Diana/Artemisa), pone de manifiesto en las letras componentes de los 3 planetas, el nombre latino del dios Neptunus. Pero Juppiter (J�piter) y Venus (Venus) tienen cada uno 4 letras en com�n con Neptunus (Neptuno), mientras que la Lune _(Luna)_no tiene m�s que 3.

Ionescu (p.225) relaciona el ciclo neptuniano con la posici�n de Venus y con el n�mero PHI: 164.79 = 1.618034 veces 102.72 (aproximaci�n: 0.86%). Por otra parte, J�piter (Juppiter), con sus dos p, contiene 8 letras, y Venus (Venus) contiene 5, lo que se�ala una vez m�s la proporci�n del n�mero de oro. Del mismo modo que 12 meses (lunares) se registran en un a�o solar, 12 veces phi meses venusinos se registran en un a�o jupiteriano: 12 x 1.618034 x 0.615 = 11.94 ~ 11.86 (aproximaci�n: 0.67%). Lo que resuelve esta vez el enigma situado en el primer verso.

La interpretaci�n esc�ptica de los cuartetos de Nostradamus es generalmente un verdadero fiasco, por ejemplo la de Pierre Brind'Amour (1996, p.513) para el cuarteto neptuniano: "J�piter (el esta�o), se une m�s a Venus (al cobre) que a la Luna (que a la plata), aparece dotada de plenitud blanca; Venus (el cobre), escondida bajo la blancura de Neptuno (del agua), ser� golpeada por el brazo pesado de Marte (por la mano armada de hierro). (...) Una aleaci�n de esta�o y de cobre se forma en el curso de una operaci�n alqu�mica; luego es enfriada en el agua, despu�s pulverizada por medio de una maza de hierro."!

El cuarteto I 84: el descubrimiento de Plut�n

Lune obscurcie aux profondes tenebres,
Son frere passe de couleur ferrugine:
Le grand cach� long temps sous les latebres,
Tiedera fer dans la playe sanguine.

Luna oscurecida en las profundas tinieblas,
Su hermano pasa de color ferruginoso.
El grande oculto largo tiempo bajo el escondite,
Templar� hierro en la presa sanguina.

R�f : Les Propheties (Lyon 1555), �d. y prefacio Robert Benazra, Lyon, Les Amis de Michel Nostradamus, 1984. Variante del ejemplar de la biblioteca de Wien : Son frere pasle

El tema del descubrimiento de Plut�n est� levantado para el 23 de enero de 1930, Lowell Observatorio de Flagstaff (Arizona), 21h. Posici�n de los planetas pertenecientes al cuarteto: Luna 242� 04, Sol 303� 27, Marte 289� 31, Plut�n 108� 14.

Descubrimiento de Plut�n

Descubrimiento de Plut�n, el 23 de enero de 1930, Observatorio Lowell, Flagstaff (Arizona). 21 h (HL)

El cuarteto describe el tema levantado para el 23 de enero de 1930, fecha de las primeras tomas fotogr�ficas efectuadas por Clyde Tombaugh: la Luna est� debajo del horizonte en el FC (Luna obscurecida por las profundas tinieblas) _(Lune obscurcie aux profondes tenebres);_el Sol (Apolo, que personifica al Sol, es el hermano gemelo de Artemisa, quien personifica a la Luna) ha pasado a Marte, el planeta rojo asociado al hierro, despu�s de 14 d�as (Su hermano pasa de color ferrug�neo) (Son frere passe de couleur ferrugine); Plut�n largo tiempo invisible (El grande oculto largo tiempo bajo el escondite)(Le grand cach� long temps sous les latebres) y en oposici�n a Marte (Templar� hierro en la presa sangu�nea) (Tiedera fer dans la playe sanguine)

Ionescu se�ala que en las fechas de los respectivos descubrimientos, Marte estaba en oposici�n a cada uno de los planetas concernientes (p.212), lo que corrobora la significaci�n astrol�gica de Marte, el disparador, el despertador de las tensiones. Por otra parte, y como para los dos temas precedentes, la configuraci�n del tema ilustra el emblema que ser� atribuido al planeta, con su punto de anclaje, formado por un stellium de 5 planetas, sus dos brazos, en direcci�n a Neptuno y J�piter, su barra transversal, ligeramente inclinada (Luna y Urano), y Plut�n, el planeta invisible. Es de notar que sumando las posiciones ecl�pticas de la Luna (242�) y de Urano (8�), se obtiene la duraci�n aproximada de la revoluci�n sideral de Plut�n. Por el contrario, y como lo remarca Ionescu (p.237), la posici�n ecl�ptica de Plut�n, 108�, equivale a 9 veces 12 (meses) solares y 4 veces 27 (d�as) lunares, lo que parece justificar la elecci�n de los luminares. Yo agrego que la ecuaci�n 9 x 4 = 108 / 3 corrobora la idea de triplicidad que contiene el cuarteto.

El stellium planetario Marte-Venus-Mercurio-Sol evoluciona en direcci�n a Urano, de donde el anagrama del segundo verso (que doy como una curiosidad):Su coraz�n (el del Sol_) lo espera: cuajar Urano de hierro_ (Son coeur l'esp�re: figer Uranus de fer). El t�rmino del lat�n latebra significa cobertizo-escondite, y el t�rmino griego A�d�s / a�d�s designa a la vez el dios de los Infiernos, A�d�s (que se transformar� en Hades), y la cualidad de permanecer invisible, a�d�s. Ionescu observa que tiedera es el anagrama de _tri - a�d�,_lo que podr�a se�alar la triple oposici�n de Plut�n, a Marte, a Saturno, y al grupo Sol-Mercurio-Venus, pero tambi�n, de seguro, el hecho que Plut�n est� tres veces escondido: una vez como planeta invisible ( bastante m�s peque�o que Neptuno y Urano), una vez en el emblema que lo representa, y una vez por su nombre (cf. infra).

Queda el problema del grande escondido (grand cach�): �Porqu� este atributo, mientras que Plut�n es un planeta min�sculo? En los cuartetos II 59, II 78, III 1 y en un presagio para mayo de 1559, se trata acerca del gran Neptuno (grand Neptune), lo que sugiere que este planeta, y no Plut�n, es el protagonista de los �ltimos versos: Neptuno, mucho tiempo invisible, en posici�n dominante al Ascendente y en tr�gono a Saturno, templar� (tieder�) la disonancia de Marte (hierro) (fer) en el seno del stellium planetario en Capricornio - Acuario (en la presa sangu�nea) (dans la playe sanguine). Esta interpretaci�n refuerza el status de Plut�n como planeta escondido, ya que, en adelante, no aparece en s� mismo entre los protagonistas del cuarteto que le es consagrado. Existe mientras tanto otra interpretaci�n consistente en considerar esta vez cach�e, y no m�s_grande_ (grand) como el sustantivo al cual se relaciona el adjetivo grande (grand). Lo cual lleva de nuevo a la interpretaci�n inicial, pero que tambi�n sugiere que Plut�n, el grandemente escondido, tres veces invisible (grandement cach�, trois fois invisible), podr�a en lo sucesivo atender las funciones de "tres veces grande", Hermes, y dar as� nacimiento a un nuevo hermetismo, el precisamente iniciado por el adivino de Salon.

Como el primer cuarteto, relativo al primer planeta transaturnino, estaba dominado por la unidad, y como el segundo, relativo al segundo transaturnino, lo estaba por la dualidad, el tercero, relativo al tercero transaturnino lo es por la triplicidad. Es Ionescu quien observa que el vocablo _playe_comienza con las dos primeras letras de Plut�n (que son tambi�n las iniciales del observatorio donde el planeta fuera descubierto, Percival Lowell), no remarca m�s que las primeras letras de los vocablos del primer verso (3 para el planeta que introduce el verso, y 3 para los otros t�rminos, si se omite la preposici�n, inexistente en lat�n) forman un anagrama de Plut�n: LUNe Obscurcie aux Profondes Tenebres = PLUTON. Nueva coincidencia, dir�a el esc�ptico, que yo invito a verificar si existe en el conjunto del corpus otro verso que verifique estas condiciones.

Demostraci�n aritm�tica de la legitimidad de la interpretaci�n de Vlaicu Ionescu

"Los tres cuartetos forman una unidad y cualquier camino indicado por uno de ellos es al mismo tiempo una invitaci�n impl�cita para seguir esta v�a en lo que concierne a los otros". (Ionescu, p.225).

En la Eneida (10.175-177) de Virgilio, se hace referencia a un adivino, ar�spice y astr�logo, con el nombre de Asilas: el famoso int�rprete de los hombres y de los dioses, a quien obedecen (y se revelan) las entra�as de los animales, los astros del cielo, las lenguas de las aves y los fuegos prof�ticos del rayo. "Este adivino m�tico es el ancestro del profeta de Salon, ya que, a �l tambi�n le son revelados los tres astros del cielo hasta entonces desconocidos. Los dos primeros versos de los tres cuartetos forman un acr�stico apenas visible: A E I A L S, o sea Asilae, "a Asilas", a quien este grupo de cuartetos est� dedicado.

El nombres de los 3 planetas transaturninos aparecen en los cuartetos que le son consagrados: el de Neptuno est� expl�cito, los de Plut�n y Urano aparecen bajo una forma cifrada. La atribuci�n de los nombres de los 3 transaturninos por los astr�nomos a conocido una historia rocambolesca, y las funciones de los dioses mitol�gicos coinciden estrechamente con las significaciones que ser�n atribuidas ulteriormente a los planetas por los astr�logos. Es tambi�n de remarcar que los emblemas que en adelante representan a estos planetas tienen un curioso parecido con las figuras tem�ticas levantadas en los momentos respectivos de su descubrimiento, coincidencia que no parece haber escapado al autor de las Centurias.

El cuarteto I 84 (consagrado a Plut�n) indica claramente la duraci�n del ciclo uraniano (84 a�os), pero tambi�n el hecho de que Plut�n ha sido descubierto 84 a�os despu�s que Neptuno.

El cuarteto IV 33 (= 333) indica los per�odos de los dos otros planetas, y se�ala sus armon�as: en efecto 333 = 84 (Urano) + 249 (Plut�n) = 165 (Neptuno) + 2 x 84 (Urano). La ecuaci�n de los per�odos siderales (Urano + Neptuno = Plut�n) es notable, puesto que la aproximaci�n es inferior a 0.1%. El n�mero 333 vale tambi�n aproximadamente 2 veces el per�odo neptuniano (1.04 % aproximadamente), lo que es corroborado por el hecho de que el cuarteto parece regido por la dualidad, como lo he demostrado precedentemente.

Por �ltimo el cuarteto VIII 69 (= 769), consagrado a Urano, indicaba el del ciclo plutoniano (249 anos), como el cuarteto I 84, consagrado a Plut�n, indicar�a el del ciclo uraniano. En efecto, 769 = 249 (Plut�n) + 520 (y a�n 84 (Urano) + 165 (Neptuno) + 520), este �ltimo n�mero, 520, no siendo otro que la suma de las posiciones ecl�pticas de los tres planetas en el momento de su descubrimiento: 84� 27 + 327� 05 + 108� 14 = 519� 46, redondeado a 520�

As�, la interpretaci�n del conjunto de los 3 cuartetos muestra que Nostradamus conoc�a los nombres de los 3 transaturninos, la duraci�n de sus per�odos siderales, y sus posiciones ecl�pticas respectivas a los d�as de sus descubrimientos. C.Q.F.D.

Ep�logo

Baruch de Spinoza (1632-1677), el fil�sofo inmoralista, ateo, generoso, y excomulgado en 1656 por la comunidad jud�a de Amsterdam. Poco le import�, con tal que le dejaran escribir, vivir su filosof�a, erigida a la imagen de su ser: asunto vital que consiste en librarse de los tiranos y de los sacerdotes, como de la servidumbre voluntaria. "Pues Spinoza form� parte de los vivientes - videntes. (...) Spinoza no cre�a en la esperanza ni incluso en el coraje; �l no cre�a m�s que en la alegr�a, y en la visi�n." (Gilles Deleuze,Spinoza, P.U.F., 1970, p.20)

M�s vale obedecer a los astros, y conocer los l�mites reales de su propio poder en el mundo, que encontrarse confundido y recogido por la agitaci�n s�rdida de una m�quina que rueda sobre la nada y que conduce a sus f�sicos, sus pol�ticos y sus financieros directo hacia al muro. Las certezas y las verosimilitudes de los especialistas autorizados son los vi�ticos que dan el cambio al desatino y al entorpecimiento ante lo desconocido. Los poderes, peque�os o grandes, estatales o sociales, econ�micos y culturales, exteriores o interiores, esos peque�os tiranos que sojuzgan la consciencia, se nutren del sentimiento imb�cil del libre albedr�o de cada uno, del temor a perder la ilusi�n, y de la ignorancia general en cuanto a la naturaleza de lo Real.

Si Nostradamus ha visto el acontecer futuro brillar en la llama, si lo ha transcrito en un estilo que relega los textos surrealistas a la categor�a de simples ejercicios de colegial, y que medio milenio de ex�gesis filol�gica a�n no ha osado afrontar, si lo ha encriptado a fin de que su obra atravesara los anunciados siglos de racionalismo oscuro (y a pesar del encarnizamiento de las bibliotecas p�blicas en hacer desaparecer los rastros de las primeras ediciones), en tal caso la historia que se ha fundido en el espect�culo desde hace algunas d�cadas, no es m�s que la ratificaci�n de la contemplaci�n del profeta provenzal. Y si la historia a�n, est� verdaderamente, despu�s de cinco siglos, al remolque de las Centurias de Nostradamus, entonces la voluntad de cambiar las cosas, el arrogante dogma de la ideolog�a moderna, no es m�s que un enga�o (ese por la que Spinoza ha teorizado), y estos dos pensadores de ascendencia jud�a, uno profeta y pensador, el otro fil�sofo y vidente, son probablemente los primeros perdonavidas de la ontolog�a judeo-cristiana, de la que el pensamiento _�nico_es el �ltimo y m�s lamentable avatar

Y poco importa que la principal cualidad de los Cuartetos y de los Presagios sea o no sea simplemente la de prestarse a interpretaci�n, si la atenci�n y la emoci�n que suscitan son plenamente satisfechas por el eco que ellos inspiran en la consciencia, y �nicamente en aquella que sabr� respetar el plano de inmanencia generado por la obra prof�tica: el de la visi�n.

Referencia de la p�gina:

Patrice Guinard: �Nostradamus conoc�a los planetas transaturninos?
(versi�n francesa, 05.2000: http://cura.free.fr/05nostra.html)
http://cura.free.fr/esp/10nostra.html
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