Testamento de Nostradamus. Las piezas de la herencia: Un dispositivo de codificaci�n del n�mero de cuartetas prof�ticas (original) (raw)

Las piezas de la herencia: Un dispositivo de codificaci�n del n�mero de cuartetas prof�ticas
por Patrice Guinard
-- traducci�n P�a Urruzuno --

Nota: Este art�culo prolonga mis precedentes textos relativos al Testamento de Nostradamus, y su lectura es indispensable para comprender �ste, as� como el art�culo de Daniel Ruzo (1962), reproducido en facs�mil en la 26a edici�n de CURA.

Poco tiempo antes de su deceso, Nostradamus declara disponer de la suma de 3444 escudos y 10 sueldos (Cf. Testamento, 24): los cuales ha exhibido y mostrado realmente en presencia de los testigos m�s adelante nombrados en las monedas especificadas como sigue: primeramente en treinta y seis nobles a la rosa (valiendo once florines pieza), ducados simples ciento uno, angelotes setenta y nueve, dobles ducados ciento veintis�is, escudos viejos cuatro, leones de oro en forma de escudos viejos dos, un escudo del rey Luis, una medalla de oro valiendo dos escudos, florines de Alemania ocho, imperiales diez, marionetas diecisiete, medios escudos sol ocho, escudos sol mil cuatrocientos diecinueve, escudos pistolas mil doscientos, tres piezas de oro dichas portuguesas valiendo treinta y seis escudos (pistolas).

Tal enumeraci�n de monedas diversas no puede m�s que sorprender al lector: 1200 escudos pistola fueron contados, pero tambi�n -- precisamente -- 1419 escudos sol (no 1420) y 101 ducados!. Estos n�meros, como lo ha mostrado parcialmente Ruzo, en su art�culo de 1962 y luego en su obra de 1975, se refieren a los recuentos de cuartetas aparecidas en las ediciones sucesivas de su obra prof�tica.

36 nobles a la rosa
101 ducados
79 angelotes
126 dobles ducados
4 viejos escudos
2 leones de oro en forma de viejos escudos
1 escudo del rey Luis
1 medalla de oro con valor de 2 escudos
8 florines de Alemania
10 imperiales
17 marionetas
8 medio escudos sol
1419 escudos sol
1200 escudos
3 portuguesas con valor de 36 escudos

Adem�s de la heterogeneidad de estos n�meros, mi atenci�n fue atra�da por las equivalencias dadas por Nostradamus, a saber los 36 nobles a la rosa (con valor de 11 florines cada una, menci�n tachada del registro 675), la medalla de oro con valor de 2 escudos, y las 3 portuguesas con valor global de 36 escudos.

Los 101 ducados y los 126 dobles ducados se refieren inmediatamente a las 353 cuartetas de la primera edici�n, aparecida en Mac� Bonhomme en 1555 (101 + 126 + 126 + = 353), y los 1200 escudos pistolasa las 300 nuevas cuartetas o 1200 decas�labos de las terceras ediciones (1568), como lo not� Ruzo (1962), p.77-78). Los 1419 escudos sol deber�an simbolizar las 286 o 289 nuevas cuartetas de las segundas ediciones (1557), y el resto de las piezas, de 11 clases diferentes, las cuartetas de los almanaques. Estas �ltimas hac�an en efecto un total de 169 piezas (= 36 + 79 + 4 + 2 + 1 + 1 + 8 + 10 + 17 + 8 + 3), y los almanaques conten�an te�ricamente las cuartetas prof�ticas que fueron publicadas por Nostradamus desde 1555 a 1567, durante 13 a�os, a raz�n de 13 cuartetas por a�o (una cuarteta por el a�o en curso y una cuarteta por mes por cada almanaque)

Reuniendo los valores de los escudos restantes, en progresi�n num�rica de 1 a 8, y en los adicionales a los 1419 escudos sol, se obtiene la suma de 1430 escudos, que, divididos por 5 (5 clases de piezas), o a�n multiplicando por 2 (como se desprende de la segunda edici�n) y luego dividido por 10, como lo sugiere Ruzo, da 286, el n�mero de nuevas cuartetas de la segunda edici�n (ejemplar de Budapest).

1 escudo del rey Luis
2 leones de oro en forma de viejos escudos
4 viejos escudos
8 medio escudos sol = 4 escudos sol
1419 escudos sol

TOTAL = 1430 escudos

Una segunda deducci�n de las mismas piezas, esta vez teniendo en cuenta el n�mero de las piezas y no de su valor en escudos, y a�adiendo la medalla de oro (con valor de 2 escudos como lo precisa Nostradamus, as� pues asimilable a la serie de los escudos) y los 10 imperiales, dan un total de 1445 piezas, que, dividido esta vez a�n por 5, valen exactamente 289, el n�mero de nuevas cuartetas de la segunda edici�n (en el ejemplar de Utrecht)

1 escudo del rey Luis
2 leones de oro en forma de viejos escudos
4 viejos escudos
8 medio escudos sol
1419 escudos sol
1 medalla de oro con valor de 2 escudos
10 imperiales

TOTAL = 1445 piezas

Estas 11 piezas de dos clases -- y reenv�o a mi art�culo precedente debido a la importancia de esta disposici�n (11 -- 2) en la econom�a del Testamento --, la medalla de oro y los 10 imperiales, de las cuales yo me sirvo con Ruzo para el segundo recuento de piezas relativas a la segunda edici�n de las Profec�as, deber�an reencontrarse l�gicamente en el segundo recuento, ese que Ruzo no ha visto. En efecto, �cu�les son las piezas restantes?

36 nobles a la rosa
79 angelotes
8 florines de Alemania
17 marionetas
3 portugueses

A�adi�ndoles las 11 piezas, es decir la medalla de oro y los 10 imperiales, -- y Nostradamus llama nuestra atenci�n sobre el n�mero 11 cuando el indica que cada noble a la rosa a un valor de 11 florines -- se obtiene un total de 154 piezas (36 + 79 + 8 + 17 + 3 + 1 + 11), el n�mero conocido de cuartetas de los Almanaques(Cf. La edici�n de Chevignard de los Presagios, 1999). Se notar� tambi�n que el n�mero de cuartetas de los Almanaques vale 11 veces 14, o a�n 14 veces (10+1), los 10 imperiales y la medalla de oro.

Otro indicio concerniente a este dispositivo que enlaza las segundas ediciones Sixte Denyse / Antoine du Rosne con las cuartetas-presagios es la menci�n de 300 nuevas cuartetas bajo el t�tulo de ediciones de 1557: "donde hay en y � [sic]) tres c�ntimos que nunca fueron impresos. �Errata voluntaria, para llamar la atenci�n del lector y poner su sagacidad a prueba? Se puede considerar, tanto m�s que se encuentra en los dos ejemplares, y que la utilizaci�n de la preposici�n acentuada, "_�",_m�s que un auxiliar, sugiere un rumbo o un destino: "hasta" "con destino a", "para alcanzar las" ...300 cuartetas. Como sea, perdi� 11 cuartetas (300 - 289) en el ejemplar de Utrecht, y 14 (300 - 286) en el ejemplar de Budapest, para satisfacer la menci�n. Ahora bien, en mi texto precedente, he demostrado que los n�meros 14 y 11 hab�an sido justamente elegidos por Nostradamus para codificar el corpus de las cuartetas publicadas, a saber 154 (= 14 x 11). As� se confirma la relaci�n encriptada entre los n�meros de las cuartetas de las ediciones 2 y de los presagios, que son los dos fragmentos del corpus dejados voluntariamente "inconclusas".

En conclusi�n las 1096 cuartetas aut�nticas y conocidas de las Profec�as y los Almanaques, dicho de otro modo las 353, 286 + 3 y 300 cuartetas de las diferentes ediciones de las Profec�as, y las154 cuartetas de los Almanaques, son indicadas en el recuento de las piezas de la herencia, con la ayuda de operaciones relativamente simples, sin embargo ligeramente m�s sofisticadas cuando son necesarias para las ediciones 2A y 2B de las Profec�as, sujetas a ardientes controversias. Lo que es notable, es que la organizaci�n estructural m�s o menos compleja de las piezas reproduce la de las ediciones de los textos, especialmente para las ediciones 2 y para las cuartetas en versos llamadas Presagios.

Si fuese necesaria una demostraci�n adicional, me contentar� con agregar que el valor total de las piezas en escudos calculadas por Nostradamus, a saber 3444 escudos y 10 sueldos, equivaliendo 1096 veces el n�mero PI, lo que es justificado por otros, como lo ha visto Ruzo, que las cuartetas deber�an ser ordenadas sobre uno o varios c�rculos en las etapas ulteriores de la decodificaci�n.

3444,20 (el escudo val�a 50 sueldos en el a�o 1560) / PI = 1096,32 (aproximaci�n 0,03%). De hecho (en realidad) hay una disminuci�n de exactamente un escudo (3443,20 = 1096 PI), estos n�meros 1 (aqu�, la diferencia de un escudo) y 10 (aqu�, el valor decimal en sueldos) ser�an los mismos que los que hubieron servido a la delicada decodificaci�n del n�mero de las cuartetas de las ediciones 2. (hay tambi�n, si convenimos el valor del sueldo en un d�cimo de escudo, 3444,10 = 31 x 111.1, o sea 31 veces, "cuatro 1" ["quatre un"] -- o "quatrain", cuarteta.)

A menos que demostremos que el Testamento de Nostradamus sea falso, vemos en este documento la confirmaci�n de la autenticidad de las diferentes ediciones de las Profec�as de Nostradamus encontradas hasta hoy, las de 1555, de 1557 (que reproducen m�s o menos la � las famosas ediciones perdidas de Sixte Denyse, Lyon, 1556), y de 1568 (que reproducen veros�milmente una edici�n de 1558). Y para responder a los detractores, demoledores y deconstructores de todo pelaje, admitiremos que, en estas condiciones, es decir el Testamento de Nostradamus, es falso lo que se agregar�a a las supuestas falsas ediciones de las Profec�as de los a�os 50 - 60, es decir que el Testamento fue escrito por Nostradamus en complicidad con supuestos falsificadores contempor�neos a su obra, lo cual es un absurdo.

Invito tambi�n al esc�ptico, no desanimado por el c�lculo, a probar estas curiosas "coincidencias" con la ayuda de un programita susceptible de generar aleatoriamente una serie de 15 enteros naturales, de preferencia por grupos, por ejemplo de 5 n�meros (entre 1 y 5), de 4 (entre 6 y 20), con repeticiones eventuales, y de 4 (entre 21 y 200), adem�s de 2 (entre 1000 y 2000). Apuesto que cualquiera de las mil primeras series generadas por este "m�todo" (que propongo a esp�ritus supuestamente fuertes, pero est�riles, aquellos a los que "nuestras piruetas aritm�ticas" no tienen la suerte de agradar; Cf. Nostradamus L��ternel retour(Nostradamus, el eterno retorno), colecci�n Descubrimientos/Historia, Gallimard, 2003) no pudieron hacer aparecer los n�meros de los diferentes reagrupamientos de cuartetas.

[Se podr� leer la cr�tica de esta obra, que Jacques Halbronn, acaba publicar en el sitio de Ramkat:"Resulta que el trabajo que hemos presentado por estos dos universitarios es de un nivel cient�fico muy mediocre, y casi siempre de segunda mano", http://ramkat.free.fr/analyse, texte 19.]

La inteligentsia retribuida de las universidades y los centros de investigaci�n (Cf. Feyerabend, Science in a free society (Ciencia en una sociedad libre); y Guinard, Astrologie: Le manifeste, CURA, 1999,

http://cura.free.fr/01qapa1.html) es generalmente hostil a las investigaciones criptogr�ficas. As� un Jean C�ard, director de la tesis de Halbronn y autor del prefacio del excelente R�pertoire (Repertorio) razonado de Benazra (1990), a�n sin perjuicio de querer remplazar (Repertoire, p. VIII) (Repertorio, p. VIII) "infinitos" por "�nfimos" en el verso II 47 - B (variante ya recogida en 1867 por Le Pelletier -- Anatole, no "Antoine"), toma como pretexto las pruebas de impresi�n constatadas en las primeras ediciones para rehusar toda indicaci�n o connotaci�n de orden criptogr�fico (p. VII). Si los Essais (Ensayos) de Montaigne "desense�aban" la estupidez, como el recuerdo, evocaci�n), despu�s Marie de Gournay, la "hija pol�tica" de Montaigne, C�ard (¡quien nos dir� quiz�s un d�a como desense�ar la cobard�a!), no es cierto que Montaigne se hizo la misma idea de la criptograf�a que nuestros universitarios modernistas (Cf. Guinard, Memoire et Extinction dans les "Essais", M�moire de Ma�trise, Nanterre, 1981), para las figuras de estilo, los metaplasmas, y los procedimientos criptogr�ficos ser�an para los escritores del Renacimiento, m�s que simples juegos de palabras y de idioma, la principal herramienta para poner en perspectiva y de autoreferenciaci�n del texto, comenzando por la cuarteta nostrad�mica, que es en si misma una especie de icono, o a�n un "medall�n", no de naturaleza conmemorativa, sino de inspiraci�n y de aspiraci�n prospectiva. La cuesti�n no es entonces saber si estas investigaciones criptogr�ficas agradan o no a nuestros ide�logos, sino si ellas eran familiares y practicadas por los hombres del Renacimiento, y aqu� en este caso especial por Nostradamus.El n�mero final de las cuartetas del Corpus

"Psicol�gicamente, el hombre no puede considerar aquello en lo que no cree, y menos a�n eso de lo cual aprendi� a dudar" (Daniel Ruzo).

S�lo hemos encontrado por el momento aquello que ya conoc�amos, es decir, el n�mero de cuartetas publicadas por Nostradamus en sus diferentes ediciones de las Profec�as y de los Almanaques. De ahora en adelante voy a tratar de delimitar, con la ayuda de mis herramientas, procedimientos y razonamientos, lo que se ha conseguido mantener velado durante cerca de medio milenio.

Probablemente no hubo jam�s una edici�n de 1000 cuartetas, soluci�n simpl�sima para las mentalidades perezosas. La menci�n por Antoine Du Verdier, en 1585, de la existencia de una edici�n de "Dix Centuries de Propheties par Quatrains" ("Diez Centurias de Profec�as por Cuartetas") no implica en absoluto que las centurias hayan estado "completas".

El peruano Daniel Ruzo supone que el corpus prof�tico nostrad�mico est� compuesto exclusivamente de cuartetas (1982, p.235) y que fue enteramente editado en vida del autor entre 1554 (Almanaque de 1555) y 1566 (Almanaque de 1567), e incluye las Profec�as, es decir, en el espacio de 13 a�os (1982, p.245). Por otra parte admite la existencia de ediciones lyonesas de la Profec�as en 1556 y en 1558, aquellas de las ediciones gemelas de Avignon, y a�n las de 13 cuartetas prof�ticas, perdidas, incluidas en el almanaque de 1556, y muy improbable a mi juicio.

Ahora bien, no me satisface el n�mero total de cuartetas conocidas, a saber 1096, que el mismo Ruzo ha intentado "cepillar oscuramente" (y ha reducido a 1080), a fin de corroborar su idea de una proyecci�n circular de las cuartetas en relaci�n con las supuestas eras precesionales. La eliminaci�n de un cierto n�mero de cuartetas me parece extremadamente especiosa y su distribuci�n de las cuartetas es injustificada (Ruzo, 1982, p. 52.54). Pienso por el contrario que es necesario agregar un cierto n�mero de cuartetas a las 1096 aparecidas.

En efecto, el doble detalle ha sido dejado a un lado en el curso de estos an�lisis: las equivalencias de valor dadas para la medalla de oro y para los portugueses -- la medalla de oro con valor de 2 escudos y los 3 portugueses con valor de 36 escudos. Se trata de valores globales, de otro modo Nostradamus lo habr�a especificado como lo hizo para los seis nobles a la rosa del registro 675. En total 4 piezas con valor de 38, es lo que incita a a�adir esta diferencia de 34 piezas(38 - 4) al n�mero de cuartetas del corpus. As� el total de cuartetas tenidas en cuenta no ser�a de 1096, sino de1130, a saber 1096 + 34. Esto explica adem�s por qu� la menci�n de los nobles a la rosa con valor de 11 florines no ha sido retenida en el registro en el registro 676.

Se recuperan entonces un total de 1130 cuartetas sustrayendo al n�mero 1419 refiri�ndose a la segunda edici�n, el n�mero total de nuevas cuartetas de esta edici�n, a saber 289. Es decir,1419 - 289 = 1130.

En su art�culo de 1962, Ruzo ha calculado el montante de los mandatos y legados dejados por Nostradamus en su Testamento: 4 cirios de una libra cada una para sus funerales, 10 sueldos para 13 pobres, 1 escudo a los Hermanos de la Observancia de San Pedro, etc.,...o sea, con el escudo de 50 sueldos o a�n a dos libras y media, la suma total de 2217 escudos y 8 sueldos (Ruzo, 1962, p.76).

A la suma total de piezas de oro, Ruzo ha agregado el monto de los cr�ditos y reembolsos a su activo, o sea 1600 escudos (indicados en el registro 675), y sustra�do el monto de los mandatos y legados: 3444 escudos y 10 sueldos + 1600 escudos - 2217 escudos y 8 sueldos = 2827 escudos y 2 sueldos.

Ruzo a remarcado que el monto final, a repartirse entre sus tres herederos principales, su esposa Anne Ponsarde y sus hijos mayores C�sar y Magdeleine, as� a dividir por tres, da un resultado de 942 escudos, o sea el total de las cuartetas de las Profec�as, 1 escudo y 2 sueldos, que representan seguramente la diferencia de 3 cuartetas de las ediciones 2A y 2B, es decir la cuarteta latina y las dos cuartetas suplementarias 41 y 42 de la centuria VII del ejemplar de Utrecht, y no como le crey� Ruzo, las cuartetas 43 y 44 de la centuria VII publicadas en la edici�n Jean Didier (Lyon) de 1627 (ver, Benazra, R�pertoire, p.188). Ruzo las supuso aparecidas en las ediciones de Avignon, de existencia discutible, y las mantiene a rega�adientes, justamente porque ellas corroborar�an su hip�tesis de decodificaci�n.

Sin embargo, si nos atenemos al enunciado del registro 676, y no al de su borrador (registro 675), verdaderamente no accidental como lo he demostrado, se trata de una cantidad de cr�ditos y de garant�as, ignorados por Ruzo, de 1100 escudos, y no de 1600 escudos, los que equivalen a la suma a distribuir entre los 3 herederos de de 2327 escudos y 2 sueldos. Mediante ese n�mero, Nostradamus indica, ya no la suma total de las cuartetas publicadas es sus Profec�as (942), sino la suma total de las cuartetas del corpus, excepto las de la primera edici�n (representadas por la aproximaci�n de un escudo del descuento precedente), de 2 cuartetas (simbolizados por los dos sueldos y que ha tenido en cuenta dos veces). En efecto, hay: ((2327 � 2) / 3 (herederos)) + 353(cuartetas de la edici�n 1) = 1130 � 2.

As�, mediante esas sumas restantes de la herencia (calculadas a partir de los dos registros del notario Joseph Roche), tras la ejecuci�n de los diversos actos previstos en el Testamento, es se�alado el n�mero de cuartetas publicadas en las Centurias, a saber 942, y el n�mero total de cuartetas a tener en cuenta, a saber 1130.

(Subsisten a�n dos descuentos sobre los que no he intentado buscar una interpretaci�n "numerol�gica": primeramente el n�mero marca la diferencia entre el valor total de las piezas de la herencia dado por Nostradamus (3444 escudos y 10 sueldos) y su valor real en los a�os 1560 (falta de conocimiento numism�tico suficiente), en segundo lugar el n�mero total de las piezas de oro, a saber 3015. Me contentar� por el momento, con marcar que �ste �ltimo es divisible por 15, es decir, por el n�mero de piezas de diferentes especies, y el resultado es de 201, 1130 � 942 + 13. Dicho de otro modo, el cociente del n�mero total de piezas por el n�mero de especies de piezas vale, a 13 unidades m�s o menos, la diferencia entre el n�mero total de cuartetas del corpus y el n�mero de cuartetas publicadas en las Profec�as.).

Existe a�n, en el descuento de las piezas de oro, una manera diferente, que necesita que le conceda un poco de imaginaci�n, para llegar al n�mero 1130. Interes�ndose esta vez en las unidadesde las 15 piezas y as� omitiendo las eventuales decenas y centenas, a saber 6, 1, 9, 6, 4, 2, 1, 1, 8, 0, 7, 8, 9, 0, 3, remarco que cuatro cifras son mencionadas una vez (2, 3, 4, 7), otras cuatro lo son 2 veces (0, 6, 8, 9), una lo es tres veces (el n�mero 1) y la �ltima (el n�mero 5) no se la nombra. Esto puede ser expresado por la siguiente ecuaci�n: 2347 � (2 x 689) + 111 (3 veces la unidad 1) + 50 (0 veces la unidad 5) = 1130.

Yo llegu� a esta intuici�n en que el n�mero 1130 deb�a ser el n�mero final de las cuartetas prof�ticas el 1 de julio de 1995 por un c�lculo muy simple. El n�mero te�rico de cuartetas de una Centuria, es decir, 100, sumado al n�mero te�rico de cuartetas de un Almanaque, es decir, 13, el total multiplicado por el n�mero te�rico de Centurias (y tambi�n al de los almanaques conteniendo las cuartetas decasil�bicas) es igual a 1130. Es decir (100 + 13) x 10 = 1130.

Un curioso sumario de posiciones planetarias figura en la ep�stola a Henry, fechada el 27 de junio de 1558: "luego de alg�n tiempo y en aquel comprendido desde el momento en que Saturno volver� a entrar el siete del mes de Abril hasta el 25 de Agosto, J�piter el 14 de Junio hasta el 7 de Octubre, Marte desde el 17 de Abril hasta el 22 de Junio, Venus desde el 9 de Abril hasta el 22 de Mayo, Mercurio desde el 3 de Febrero hasta el 24 del susodicho. Despu�s del primero de Junio hasta el 24 de Marzo y del 25 de Septiembre hasta el 16 de Octubre" (texto de la edici�n Pierre du Ruau, seg�n la edici�n de Benoist Rigaud de 1568, circa 1630, Benazra n� 44. Sin embargo en las ediciones de 1568: "Mercurio desde el 3 de Febrero, hasta el 27 del susodicho").

Estos sumarios de per�odos de retrogradaci�n planetaria (y Nostradamus escribi� "que volver� a entrar) eran usuales en la confecci�n de los almanaques, por ejemplo al comienzo de La gran y verdadera nueva pronosticaci�n para el a�o 1543 de Maistre Seraphino Calbarsy, un imitador que se disfraza de un anagrama de 'Phran�oys Rabelais' (Cf. Rabelais, Obras completa, edici�n Mireille Huchon, Gallimard, 1994, p.951-952).

Pierre Brind�Amour (1993, p.256) ha probado, despu�s del alem�n Christian W�llner 81926), que estos per�odos de retrogradaci�n corresponden al a�o 1606, y que los d�as de retrogradaci�n han sido tomados del Ephemeridum novum de Cyprien Leowitz aparecido en Augsburg en marzo de 157. Para el primer per�odo mercurial, Leowitz indica desde el 3 al 24 de febrero, pero para el per�odo marcial, el menciona el 23 y no el 22 de junio.

La idea me ha surgido al calcular el n�mero de d�as restituidos por cada uno de los siete per�odos mencionados, porque los 140 d�as separados por el intervalo saturnino el 7 de abril al 25 de agosto, cualquiera sea el a�o considerado, recuerdan los 140 presagios aut�nticos en verso publicados por Chavigny. Siguiendo con la deducci�n, se obtienen para J�piter 115 d�as, para Marte 66 d�as (desde 17 hasta el 22 de Junio), para Venus 43 d�as, y para Mercurio 21, 23 y 21 d�as, 65 d�as acumulados. Multiplicando cada uno de los n�meros por los 7 primeros enteros, en su orden de exposici�n, se obtiene de nuevo la suma de 1130: (140 � 1) + (115 � 2) + (66 � 3) + (43 � 4) + (21 � 5) + (23 � 6) + (21 � 7) = 1130.

Efectuando la misma operaci�n, pero contando globalmente el per�odo mercurial, 65 d�as que se multiplicar�n por 5, se obtiene la suma de 1065, 1000 + 65. Este n�mero 65, que equivale a 13 veces 5 (planetas), es tambi�n el n�mero clave de este dispositivo, ya que agreg�ndoselo al n�mero 1065 reci�n obtenido, se obtiene de nuevo el n�mero 1130.

Retomando ahora los n�meros del testamento, y especialmente 13 y 31, siendo este el �ltimo n�mero codificado con los puestos espec�ficamente en evidencia por Nostradamus (ver mi art�culo precedente), se obtiene la ecuaci�n trivial:(13 � 13) + (31 � 31) = 169 + 961 = 1130 (comparable a nuestras observaciones precedentes, a saber: (13 � 13) + (22 � 22) = 353 + 300 et (13 � 22) = 286].

Habr�a por consiguiente 15 cuartetas (169 � 154) que agregar a las 154 que contienen los Presagios, y 19 cuartetas (961 � 942) a las 942 de las Proph�ties. Es de notar que las variedades de piezas son y que el n�mero muy particular de escudos de oro, 1419, repiten evidentemente esos n�meros.

"El pempotam de los a�os"

Mi atenci�n ha sido atra�da por el n�mero "trescientos" que figura en el segundo verso de la �ltima cuarteta publicada por Nostradamus.

El gran imperio ser� por Inglaterra,
El pempotam de a�os m�s de trescientos:
Grandes copias (ej�rcitos) pasar por mar y tierra,
Los Lusitanos no estar�n contentos.

La cuarteta X 100 de las Profec�as es generalmente interpretada como indicadora de la duraci�n de la hegemon�a brit�nica en el mundo, desde Le Pelletier (1867) que interpret� el neologismo_pempotam_, del griego pan y del lat�n potens, como "todopoderoso". Esta interpretaci�n cl�sica no ha variado, ya que se la reencuentra sin modificaci�n alguna notoria ni explicaci�n verdaderamente convincente del neologismo problem�tico, por ejemplo en Max de Fontbrune en 1938, en Vlaicu Ionescu en 1987, o a�n en David Ovason en 2001.

(Este t�rmino no deja de reservar sorpresas ya que aparece tambi�n, con diferente ortograf�a, en los contextos m�s diversos, y parece designar, sucesivamente, un hombre, un pueblo o una plantaci�n, una regi�n: En el segundo verso del presagio para Agosto de 1558:"Las razas ocupadas: elegido_el Pempotan"; en el primer verso de la cuarteta VIII 97: "En los confines de VAR cambiar los pompotans"; en el prefacio a Enrique:"comprendiendo el Pempotam la mesopotamia de Europa"_).

El a�o 1588, fecha de la destrucci�n de la "Armada Invencible" de Felipe II de Espa�a por el vicealmirante Francis Drake, marca el comienzo de la supremac�a inglesa, militar_(copias)_ y mar�tima (Cf. Le Pelletier, Ionescu y Ovason). Max de Fontbrune prefiere el a�o 1603 que marca laceraci�n de la Gran Breta�a por Jaime I de Escocia. En efecto, la uni�n de Escocia e Irlanda a Inglaterra puede ser leg�timamente interpretada como el debut pol�tico del futuro "gran imperio".

Puede admitirse tambi�n la fecha de 1584. Desde comienzos del Siglo XVI, espa�oles y portugueses comienzan a repartirse el "nuevo mundo" y ciertas regiones del viejo: es el comienzo de la "europeizaci�n" del globo. Inglaterra, fundando Virginia en 1584, su primera colonia, quebrando la hegemon�a de los "Lusitanos" (del lat�n Lusitania, una de las tres provincias de la pen�nsula ib�rica, hoy Portugal), t�rmino empleado por Nostradamus, por sin�cdoque, para designar el conjunto de los conquistadores y colonizadores ib�ricos. Se puede retener tambi�n el a�o 1600, fecha de la fundaci�n de la famosa Compa��a de las Indias.

Cualquiera sea el comienzo y final del Imperio Brit�nico, el segundo verso permanece oscuro y abandonado por los exegetas. En efecto_pempotam_, no es pan-potens ni_pampotent_, y Nostradamus no escribi� Le pempotam (ser� o durar�) m�s de trescientos a�os, sino: El Pempotam de a�os (es o ser�) m�s de trescientos. Esos 300 podr�an designar las cuartetas de la �ltima parte de las Profec�as, aparecidas con una paginaci�n separada, las que debieron ser a�adidas algunas unidades, y Nostradamus es coherente al indicar la existencia de este suplemento aislado, esta "Inglaterra", precisamente el la �ltima cuarteta de su obra publicada. Si lo observamos con el primer Fontbrune y seg�n un criterio pol�tico, la fecha de 1603, se admite que 1922, a�o de la proclamaci�n del Estado Libre de Irlanda, marca el fin simb�lico de ese imperio. Digamos un total de 319 a�os.

As� un poco m�s de 300 cuartetas, en este caso 319, compondr�an la �ltima parte de la Centurias. Pero, �qu� ser�a ese pempotam de los a�os? Puede ser un anagrama de mappemot, un equivalente hist�rico del globo geogr�fico, ese mapamundi de vocablos ordenados en cuartetas decasil�bicas que son las Profec�as, y que ordenan los a�os en un esquema circular, seg�n una idea de Ruzo. As�, la expresi�n "pempotam/mappemot" (a a�n_"mappetom(e)", del griego "tomos" o del lat�n "tomus", se�alando las divisiones o porciones del corpus), elegida por el salon�s para designar su obra prof�tica, indica su poder absoluto, el de una_cartograf�a de la historia, que permanece a�n hoy en estado de rompecabezas.

Las copias pueden entenderse en su sentido moderno, y los lusitanos en sentido del verbo latino lusitare (burlarse, mofarse). As� se puede arriesgar esta interpretaci�n de la cuarteta, que dobla la precedente (gracias al segundo verso de la cuarteta):

El corpus prof�tico estar� completo gracias a un suplemento de algunas cuartetas. Esta fidedigna cartograf�a cronol�gica comprende m�s de 300 cuartetas en su �ltima secci�n. Y se distribuir�n copias a lo largo de todos los continentes, lo que incomodar� aqu�llos que se burlan de �l.

Esta cuarteta es notable por su doble sentido y su doble contexto referencial. Podr�a ser que esta cuarteta haya sido encuadrada sobre este modelo. Como lo he se�alado en el congreso de CURA en diciembre de 2000 (Cf.

http://cura.free.fr/10colloq.html#1), cada cuarteta ser�a un texto de 2 caras � un Janus seg�n la imagen de Chavigny � una volcada hacia el pasado, la otra hacia el futuro, o bien ambas volcadas hacia el futuro, como en el presente caso. Esto podr�a ser lo que el fan�tico Dagueni�re hubiese entendido, en 1558, calificando al profeta de "loco de doble vuelta". As� podr�a explicarse la divergencia de interpretaciones, la ligera discrepancia existente entre una interpretaci�n dada y su objeto, y tambi�n que se pudiera recuperar la cr�nica de los eventos pasados, especialmente de la historia romana, como el presagio de los eventos futuros.Las �ltimas cuartetas de Nostradamus

En mi art�culo anterior, hab�a hecho notar que la diferencia de 58 d�as que separan los Colofones de las dos ediciones de Antoine du Rh�ne de 1557 � ediciones probablemente piratas pero aut�nticamente fieles a los originales --, lejos de ser aleatorias, simbolizan el n�mero de cuartetas faltantes de las_Profec�as_para alcanzar los mil millones. Consideremos ahora la diferencia entre los Colofones de los dos primeros refritos de la obra, la edici�n de Mac� Bonhommme, y la primera aparici�n "Antoine du Rh�ne", es decir entre el 4 de mayo de 1555 y el 6 de septiembre de 1557. Hay 2 a�os y 125 d�as; los dos a�os simbolizan las dos ediciones, y 125 es igual a 5 elevado al cubo, es decir 5 x 5 x 5.

El n�mero 3, utilizado para esta codificaci�n, es evidentemente uno de los tres n�meros del Testamento (ver mi art�culo anterior), y la repetici�n de los tres �5� se encuentra en el a�o de la aparici�n de la primera edici�n. Pero hay m�s: la diferencia en d�as es de 855, es decir 3 x 15 x 19, estos dos �ltimos n�meros indican las cuartetas a agregar a los tres grupos de cuartetas publicadas. En efecto, las _Profec�as_han conocido tres refritos; las cuartetas publicadas pueden ser repartidas en tres "libros" (las primeras centurias reunidas en un primer libro, las centurias VIII, IX y X reunidas en un segundo libro, con una paginaci�n diferente, y los almanaques y pronosticaciones); y el conjunto de las cuartetas del corpus pertenecen en lo sucesivo incluso a tres grupos: el de las Centurias, el de los Almanaques, y el grupo de las cuartetas adicionales, precisamente en n�mero de 15 y de 19.

�Cu�les son las 34 cuartetas suplementarias? Hay m�s de una cincuentena de candidatas en los escritos anexos y en los textos aparecidos posteriormente, a veces sobre las indicaciones dadas por el mismo Nostradamus, especialmente a su joven secretario Chevigny, el que, en 1594, hiciera aparecer _La premiere face du Janus fran�ois_bajo el nombre de Jean-Aim� de Chavigny. Se puede pensar particularmente en las 13 cuartetas, 2 de la "centuria XI" y 11 de la "centuria 12" (sobre la importancia de este recorte �11 + 2�, ver mi art�culo anterior), reproducido en su Janus Gallicus.

Ahora bien, existen precisamente 34 cuartetas, repartidas en 10 cuartetas autobiogr�ficas y 24 cuartetas prof�ticas, en un extra�o documento titulado "La historia verdadera de la apertura de la Tumba de Michel NOSTRADAMUS la que fue abierta el quinto d�a de Enero de 1688�" (Par�s, Chez la Veuve de Charmot), no se�alado por Benazra en su Repertorio (Repertoire) pero disponible en el sitio_Gallica_ de la BNF. Estos ser�an, seg�n el editor, las �ltimas cuartetas de Nostradamus, las que fueron removidas de la tumba y que habr�an sido descubiertas luego de la apertura de su tumba, un siglo antes de los eventos de los a�os 1790.

Es curioso que ese texto confiera precisamente 34 cuartetas, presentadas como una suerte de suplemento post mortem al corpus prof�tico. �Su o sus autores habr�an descubierto ciertas intenciones del profeta, o m�s veros�milmente, habr�an seguido las ex�gesis e hip�tesis de decodificaci�n perdidas o destruidas?

Una muestra de estas cuartetas:

II
Antes que yo deduzca mi vida
Mi nacimiento y mi condici�n
Si he tenido en mi tiempo buen renombre
Los envidiosos me han tenido una gran envidia

XX [X]

Los rebeldes de la Fe Cat�lica
Tendr�n gran miedo del ardor del Sol
Ellos causar�n un muy gran aparato
De grandes ca�ones, de mosquetes y de picas

XXXIV [XXIV]

Yo reconozco una cosa cierta
Que los Turcos tendr�n muy grandes penas
El Gran Se�or sin enfermedad
Un d�a terminar� su vida.

Seg�n toda verosimilitud, estas cuartetas son de las falsas, compuestas de rimas conjuntadas excepto las dos �ltimas (las 23 y 24 de la segunda serie), mientras que las cuartetas de Nostradamus son de rimas cruzadas. Los versos no son de decas�labos y no respetan la cesura despu�s de cuatro s�labas. En cuanto al estilo y la sem�ntica, de una banalidad extrema, son el producto de un imitador torpe. No se fabrican cuartetas "nostrad�micas" tan f�cilmente. Los teorizadores de una conspiraci�n de falsificadores y sus �mulos har�an bien de ajustarse un poco m�s a la po�tica y a la prosodia antes de hacer aparecer sus elucubraciones.

Vale lo mismo para la cuarteta del frontispicio de la Pronosticaci�n para el a�o 1567 del plagiario Mi. De Nostradamus (abajo a la izquierda) como para el del falso Almanaque para el A�o 1565 aparecido a nombre del profeta de Sal�n (abajo a la derecha). Halbronn escribe en la p�gina 105 de su obra sobre Crespin que el primero no ha sido deducido "por la serie": prueba de que no se confunde los escritos de Michel de Nostradamus con los de los imitadores y falsificadores.

La fuerte raza Morena Quiere abrir las puertas del reino: Pero un feliz destino Rompe el hilo de su vano prop�sito. El a�o de gracia ser� para varios pueblos, En amistad estar�n los campesinos, La tierra tendr� en s� muchos muebles De los que en muchos lugares ser�n suficientes.

No es Nostradamus quien acapara para s� el nombre y las funciones. En un pr�ximo estudio, intentar� demostrar, con la ayuda de nuevos �ndices, cu�les son las 34 cuartetas aut�nticas a incluir el corpus.

Tolosa, 13 de junio de 2003.