Positivismo lógico (original) (raw)
no figura
Diccionario filosófico marxista · 1946
Positivismo lógico (empirismo lógico)
Una de las corrientes de moda en la filosofía reaccionaria, variedad del idealismo subjetivo. Esta escuela idealista, llamada el “Círculo de Viena” (Schlick, Carnap, Frank y otros), nacida en Austria a comienzos del siglo XX, es prolongación directa del “machismo”. Los últimos representantes del círculo de Viena viven actualmente en Estados Unidos. En Gran Bretaña, el positivismo lógico está representado actualmente por Russell, Popper, Ayer, Wisdom.
En lo referente a la cuestión fundamental de la filosofía (ver), los lógico-positivistas prosiguen la línea de Hume (ver) y de Mach (ver). Niegan la realidad objetiva independiente de la experiencia sensible. Para reforzar las posiciones del idealismo subjetivo en su lucha tradicional contra el materialismo, recurren a la logística (ver). El positivismo lógico tiene por principales funciones: 1) la falsificación y la deformación idealista del sentido y del contenido teórico de las conclusiones de las ciencias de la naturaleza; 2) la limitación empírica del conocimiento científico; así, el positivismo lógico hace el juego de la religión y justifica sus tesis en nombre de un conocimiento no científico, místico; el positivismo lógico excluye igualmente a la ética y a la estética de la jurisdicción de la ciencia; 3) la mutilación de la lógica de su papel en el conocimiento científico y de sus relaciones con la realidad. Para el positivismo lógico, la misión fundamental de la filosofía consiste en el análisis de las nociones y de los juicios científicos. A fuerza de sofismas, los lógico-positivistas se esfuerzan por excluir todo contenido objetivo de las nociones y juicios científicos. Incapaces de refutar los principios materialistas, rehúsan examinar los problemas esenciales de la ciencia filosófica, bajo pretexto de que no son más que “pseudoproblemas”. Las leyes y las formas de la lógica son asimiladas por ellos a las reglas arbitrarias, convencionales de un juego de cartas. La crítica leninista del empiriocriticismo (ver) constituye un arma acerada en la lucha del materialismo científico contra el positivismo lógico.
Diccionario filosófico abreviado · 1959:417
Positivismo lógico
Variedad del neopositivismo. Surgió en los años veinte del presente siglo en el Círculo de Viena (Carnap, Otto Neurath y otros), que mantenía estrecho contacto con la Sociedad berlinesa de filosofía empírica (Reichenbach, Hempel y otros). A fines de la década indicada y a comienzos de la siguiente, se difunde en gran escala por los círculos científicos de la intelectualidad burguesa y aparece como base ideológica de la “filosofía de la ciencia” neopositivista. Desde fines de la década de 1930, el centro principal del positivismo lógico se encuentra en los Estados Unidos. En esta etapa, el positivismo lógico, en el que se producen sensibles cambios en varios aspectos particulares respecto al periodo del Círculo de Viena, se conoce con el nombre de empirismo lógico. El positivismo lógico aparece como heredero del machismo y, en general, de la tradición idealista subjetiva positivista que arranca de Berkeley y Hume. Sin embargo, los positivistas lógicos renuncian a la posición psicológica y biológica en el problema del conocimiento, posición característica del viejo positivismo y que se ha desacreditado; intentan combinar el empirismo idealista subjetivo con el método del análisis lógico del saber. Según el positivismo lógico, la auténtica filosofía científica sólo es posible como análisis lógico de la ciencia, análisis que ha de tender, por una parte, a eliminar la “metafísica” (es decir, la filosofía), y por otra, a investigar la estructura lógica del conocimiento científico con el fin de descubrir el contenido “dado directamente” o empíricamente comprobado de los conceptos y aseveraciones científicas. El fin último de semejantes investigaciones se cifraba en la reorganización del saber científico en una “ciencia única”, que debía proporcionar la descripción de lo “dado directamente” y en la que debían borrarse las diferencias entre las ciencias particulares –física, biología, psicología, sociología, &c.– tanto por el tipo del contenido de los conceptos como por el procedimiento de su formación. Además, la lógica y la matemática se examinan en calidad de “ciencia formal”, no como conocimiento del mundo, sino como colección de asertos “analíticos” que formulan las reglas –establecidas convencionalmente– sobre las transformaciones formales. A comienzos de la década de 1930, el positivismo lógico intenta liberarse de algunas de las más odiosas consecuencias del principio de lo “directamente dado”. Acepta las concepciones del fisicalismo, mas no por ello se elimina el carácter subjetivista de su filosofía. La renuncia obligada al sensualismo idealista subjetivo consecuente, conduce a los positivistas lógicos a concepciones convencionalistas tan carentes de base como dicho sensualismo (teoría de la coherencia de Neurath-Carnap). La esencia idealista subjetiva del positivismo lógico predetermina la ilegitimidad de sus pretensiones al papel de “filosofía de la ciencia”. Por otra parte, en la esfera de las investigaciones propiamente lógicas, algunos representantes del positivismo lógico han obtenido valiosos resultados (Carnap, Reichenbach y otros).
Diccionario filosófico · 1965:370-371
Positivismo lógico
1. Variedad del neopositivismo. Surgió en los años 20 del siglo 20 en el Círculo de Viena (Carnap, O. Neurath y otros). A fines de los años 20 y comienzos de los 30 se difunde ampliamente en los sectores científicos de la intelectualidad burguesa y constituye la base ideológica de la “filosofía de la ciencia” neopositivista. Desde fines de los años 30, el principal centro del positivismo lógico lo constituye EE.UU. En esta etapa, el positivismo lógico, cuya posición en una serie de cuestiones particulares cambió considerablemente en comparación con el período del Círculo de Viena, se conoce bajo el nombre de empirismo lógico. El positivismo lógico es heredero del empiriocriticismo y, en general, de la tradición subjetivo-idealista positivista que se remonta a Berkeley y Hume. Según el positivismo lógico, una filosofía auténticamente científica sólo es posible como análisis lógico del lenguaje de la ciencia. Este análisis debe orientarse, por una parte, a la supresión de la “metafísica” (es decir, de la filosofía tradicional) y, por la otra, al estudio de la estructura lógica del saber científico con el objeto de aclarar el contenido empíricamente verificable de los conceptos y afirmaciones científicas. El objetivo final de esa investigación es la reorganización del saber científico en un sistema de la “ciencia única”, que describiría “lo dado inmediatamente” y en que se borrarían las diferencias entre las distintas ciencias: física, biología, psicología, sociología, &c. La lógica y las matemáticas se enfocan en este caso como “ciencia formal”: no como conocimiento sobre el mundo, sino como surtido de afirmaciones “analíticas” que formulan las reglas establecidas por acuerdo de las transformaciones formales. Al comienzo de los años 30 el positivismo lógico trata de librarse de algunos de los efectos más indeseables del principio de “lo dado inmediatamente”. El positivismo lógico acepta la concepción del fisicalismo, lo cual, empero, no ha eliminado el carácter subjetivista de su filosofía. La esencia idealista subjetiva del positivismo lógico predetermina la ilegitimidad de sus pretensiones de desempeñar el papel de “filosofía de la ciencia”. Al mismo tiempo, en el dominio de las indagaciones propiamente lógicas, algunos representantes del positivismo lógico (Carnap, Reichenbach y otros) obtuvieron resultados valiosos.
2. En ética, el positivismo lógico representa un intento de investigar los juicios morales valiéndose de los medios de la lógica formal y de la metodología aplicada por los neopositivistas a las ciencias naturales y exactas. Tal intento condujo al estudio formal en extremo de los fenómenos de la moral, a la simplificación máxima de su naturaleza y a toda una serie de conclusiones científicamente inconsistentes; resultaron fuera de la esfera de investigación las cuestiones del origen y la evolución histórica de la moral y quedó sin explicación el mecanismo de su acción. Los partidarios del positivismo lógico en ética prescindieron del hecho de que la moral constituye una forma específica de las relaciones sociales y de la conciencia; el objeto de su estudio lo constituía exclusivamente el lenguaje moral. En virtud de tal reducción del objeto de la ética, los conceptos y juicios morales mismos recibieron una interpretación desvirtuada. Por ejemplo, sobre la base de que el bien y el mal no se perciben por los órganos de los sentidos y no se verifican por las observaciones puramente empíricas y el experimento, los positivistas llegaron a la conclusión de que estos conceptos, en general, carecen de contenido. Por cuanto los juicios morales no se someten a la verificación (Principio de verificación), los positivistas los privaron de todo significado lógico, proclamándolos “carentes de sentido” y “pseudojuicios”. Esta metodología condujo posteriormente a una serie de conclusiones nihilistas sobre la moral (Emotivismo).
Diccionario de filosofía · 1984:343-344