La falsa representación de los estudiantes mexicanos en España, El Estudiante. Semanario de la Juventud Española 1925 (original) (raw)


La publicación en El Estudiante del día 6 de una carta de don José Vasconcelos, en la cual se afirmaba, de un modo concluyente, la calidad y antecedentes de Soto, individuo mexicano, ha causado profunda sorpresa en algunas provincias del norte de España, principalmente en Valladolid, donde aquel individuo, en compañía de su inseparable Zaldúa, también mexicano, venía realizando, según aseguraba pomposamente, «labor de acercamiento por la raza y por la humanidad». Aparecieron aquellos dos sujetos en España en el mes de julio de este año, y manteniendo su falsa representación, han paseado el norte de la península, con una naturalidad verdaderamente admirable. Asentados, por último, en Valladolid, donde han intensificado su labor –ya lo hemos dicho: «por la raza y por la Humanidad»–, se han visto sorprendidos desagradablemente por las afirmaciones terminantes de don José Vasconcelos. Soto y Zaldúa, entonces, para reivindicarse ante la opinión vallisoletana, han movido el mar, el cielo y la tierra, haciendo una exhibición de documentos que, de ser legales, no desmienten en absoluto la afirmación del ex ministro de Instrucción pública de México. Como en circunstancias semejantes no falta un defensor, Soto y Zaldúa han encontrado el suyo en El Diario Regional, periódico de Valladolid, defensor de lo indefendible.

De todas formas, la afirmación de don José Vasconcelos queda en pie. Nada puede quebrantarla lo que digan en el norte de España, en beneficio de los falsos representantes. Nosotros no podemos concederle importancia a la cuestión desde el momento que el señor ministro de México en España nos afirma que ha aconsejado a Soto y Zaldúa el abandono de nuestro país. Sin embargo, escribiremos al señor Vasconcelos para que, si lo estima conveniente, de oportunidad y de importancia, nos facilite los datos que demostrarán, al cabo, la afirmación de su carta, que publicamos el día 6.

Por lo que a nosotros respecta, creemos que hemos cumplido con nuestro deber dando publicidad a la usurpación. Lo de Soto y Zaldúa es una demostración palpable de que el hispanoamericanismo puede ser, en algunas ocasiones, por malas artes, cotizable. Y nuestra intervención para impedir semejante indignidad, era una obligación. En el día de hoy hemos cumplido con ella.

Vayan con Dios Soto y Zaldúa.