Gustavo Bueno dice que los consumidores y sus familiares deben asumir sus responsabilidades / La Voz de Avilés (original) (raw)
El filósofo Gustavo Bueno |
H. F.
El filósofo Gustavo Bueno abrió el turno de intervenciones en las jornadas con una ponencia marco, en la que reflexionó sobre la problemática de la droga desde diferentes ángulos de observación.
Gustavo Bueno afirmó que «las familias de los consumidores culpan a los narcotraficantes o a los fabricantes de drogas, pero deberían también asumir su responsabilidad en el problema».
El filósofo indicó que el drogodependiente «es como una máquina descompuesta que hay que reparar y de esa reparación generalmente se encargan, en primer lugar, sus familiares o allegados de su entorno».
Bueno manifestó que la problemática de la droga «es unacuestion de tolerancia y libertad», añadiendo que «la situacion ante este fenómeno de las drogas está poniendo sobre el tapete la estructura de nuestra sociedad». Acotó asimismo que «la drogadiccion tiene unos fundamentos tan destacados que, en el proceso global, es uno de los conflictos más importantes de la Humanidad, lo que le convierte en un problema desde el punto de vista político, social y médico».
Modelo social y político
En este sentido, señaló que «las pautas de conducta entran en conflicto a la hora de definir el modelo social y político, lo que obliga a salir en defensa del modelo de sociedad preferible y, en este punto de vista nos vemos obligados a discutir qué tenemos que hacer ante una máquina desorganizada, el drogodependiente, que se puede romper».«Entiendo por droga» –aclaró– «a un término íntimamente ligado al concepto de alimento y medicamento, y el peligro es mezclar dichos conceptos».
Bueno reconoció que asumir que la coca es un alimento en Bolivia y una droga fuera del país entra dentro del «relativismo que reconoce que los hombres no somos una especie homogénea, sino que más bien existen diferentes sociedades con diferentes pautas culturales». El filósofo explicó que «en este caso lo más adecuado es respetar cada cultura en nombre de la libertad».
Otro punto de vista diferente lo contempla la teoría evolutiva, «sumamente difícil de presentar y defender, que no hemos venido de la nada, ni somos iguales ni estamos en la misma cultura. Por eso las culturas con incompatibles frente a la tolerancia, y entonces se produce la lucha a muerte entre las culturas, como en la selva».
Mosaico de formas de vida
Para el filósofo, «la sociedad planetaria a la que hemos llegado hace poco tiempo, es un verdadero mosaico de formas de vida que se han dado a lo largo de siglos conviviendo entre las diferentes culturas, utilizándonos los unos a los otros».
La alternativa más extendida es, sin embargo, la absolutista, estimó, que considera que «los hombres somos una estructura que está dada desde siempre, y por eso tenemos una naturaleza, una salud que está perfectamente definida desde un punto de vista médico».
La medicina se orienta, puntualizó, «hacia la salud a través de un planteamiento ético, pero la ética muchas veces se contradice con las reglas morales».