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Fracturada definitivamente durante la Gran Guerra la Segunda Internacional –la que habían cuajado en París “los marxistas” de 1889–, Lenin y el Partido Comunista de Rusia (bolchevique) impulsan la Internacional Comunista (en ruso Komintern) –Tercera Internacional, quinta generación de la izquierda–, que se organiza en el Congreso Mundial de la Internacional Comunista celebrado en Petrogrado, del 2 al 6 de marzo de 1919, con voluntad de acabar con el capitalismo, alcanzar la dictadura del Proletariado y extender la revolución y los Soviets fuera de Rusia. El Partido Socialista Italiano se negó a ingresar en la Internacional Comunista, provocando la escisión comunista: el 21 de enero de 1921 Antonio Gramsci y Amadeo Bordiga fundan en Livorno el Partido Comunista de Italia (sección italiana de la Internacional Comunista).

El mismo día del comienzo en Petrogrado del congreso comunista, 2 de marzo de 1919, publica Benito Mussolini –antiguo dirigente del Partido Socialista Italiano y director del órgano socialista Avanti!, que en 1914 transforma en _Il Popolo d'Italia_– un comunicado convocando a una reunión programática a celebrar el 23 de marzo de 1919. Ese día, en Milán, Benito Mussolini señala ante trescientas personas reunidas en el Palacio Castagni, en la plaza San Sepolcro, sede del Círculo de la Alianza Industrial, el inicio de lo que había de ser el fascismo. Al día siguiente publica Il Popolo d'Italia el Programma di San Sepolcro. Fondazione dei Fasci di Combattimento, donde puede leerse: “L'adunata del 23 marzo impegna i fascisti a sabotare con tutti i mezzi le candidature dei neutralisti di tutti i Partiti.” “Posta questa bussola al nostro viaggio, la nostra attività dovrà darci subito la creazione dei Fasci di combattimento.” El 6 de junio de 1919 difunde Il Popolo d'Italia el Manifesto dei Fasci Italiani di Combattimento. En octubre de 1919 tiene lugar en Florencia el primer congreso nacional de los fascios de combate.

“fascio”

1919 «El nuevo gobierno italiano. Negativa de colaboración. Madrid 23 (Urgente). Roma. Los periódicos hacen constar que el grupo parlamentario llamado “Fascio” se ha negado terminantemente a facilitar ministros al presidente Nitti, por lo que éste hubo de prescindir de la colaboración. Aquel grupo exigía la aprobación del siguiente programa: Amnistia completa, abolición de la censura, elecciones en Octubre por el sistema de la representación proporcional e inteligencia entre los industriales americanos e italianos para la concesión de un empréstito a Italia. Nitti rechazó este programa, manifestando que seguiría fiel a sus convicciones.» (El Telegrama del Rif. Diario ajeno a la política, defensor de los intereses de España en Marruecos, año XVIII, número 6.765, Melilla, martes 24 de junio de 1919, pág. 2-3.)

«Tampoco nosotros sabemos qué pensar del nuevo Gobierno italiano. El Fascio, el bloque de la unión patriótica, le ha negado su concurso, considerándole como un “rinunciatore” de las reivindicaciones adriáticas, cuando lo mismo Nitti que Tittoni, presidente de la Comisión de Versalles, hacen hincapié en ellas.» (Manuel Ciges Aparicio, “Las aspiraciones italianas. Significación del nuevo Gobierno”, El Imparcial. Diario liberal, Madrid, lunes 30 junio 1919, pág. 1.)

«Todo esto influye en la política interna. A mediados de noviembre se harán las elecciones generales. El trabajo es febril: el “Fascio combattenti”, o sea los archipatriotas intervencionistas “enragés”, olvidándose de que oficialmente la guerra está acabada, llevan la campaña con una violencia increíble, acusando de traidores a la patria a los no intervencionistas, y por consiguiente, excluyéndolos de las listas electorales.» (E. del Pinard, “Crónica de Italia. Armonías aliadas”, El Debate, Madrid, domingo 16 noviembre 1919, pág. 3.)

«Detrás de los dos grandes partidos antedichos [PPI Partito Popolare Italiano, PUS Partito Ufficiale Socialista] corren a la lucha todos los demás. Los liberales, conservadores, republicanos y reformistas, los omnipotentes de ayer, ven acabarse su reinado y hacen esfuerzos supremos por salvarse. Todos ellos se han concertado y constituido un bloque o fascio, que titulan pomposamente il fascio della Vittoria.» (P. D'Esterri –Turín, 12 noviembre–, “La elecciones en Italia”, El Debate, Madrid, viernes 21 noviembre 1919, pág. 3.)

1920 «Ampliando su trayectoria, estrictamente literaria, Marinetti fundó, durante la guerra, el partido político futurista cuyas doctrinas ha sintetizado en su reciente libro: Democrazia Futurista: Dinamismo político, y en su diario Roma Futurista, que hoy, con las Revistas Dínamo, Única, L'Italia Futurista, Il fascio y la veterana Poesia, forman sus múltiples órganos de expresión literaria, artística, política y hasta teatral.» (Guillermo de Torre, “Una página de Marinetti”, Grecia, revista decenal de literatura, nº 45, Madrid, 1º de julio de 1920, pág. 12.)

«Los sucesos que ocurrieron en Trieste. Dicen los yugoeslavos que las autoridades italianas nada hicieron para impedir los desmanes. Belgrado 23 (12 n.). La Oficina de Prensa comunica: La población yugoeslava de Trieste ha publicado un memorándum con el relato de los hechos ocurridos en Trieste. "Il Fascio de Combatimento" –dice el memorándum– publicó una proclama en la que arengaba a la población italiana de Trieste.» (La Voz, Madrid, 24 de julio de 1920, pág. 5.)

“fascista”

1921 «Los socialistas. Roma, 27. A causa de la escisión en la dirección del partido socialista, ha sido publicado un llamamiento exhortando al proletariado a que permanezca fiel al partido de Florencia. Un grupo de fascistas invadió el local del diario Difesa, provocando un incendio. A consecuencia de este incidente, los obreros de la localidad se han declarado en huelga. Havas.» (La Vanguardia, Barcelona, viernes 28 de enero de 1921, pág. 15.)

«Los fascistas y los empleados de Correos. Roma, 28. A consecuencia de divergencias surgidas entre “fascistas” y los empleados de Correos, Telégrafos y Teléfonos, que han originado algún tumulto, motivando la intervención de la policía, dichos empleados han abandonado el trabajo, cesando, por tanto, aquellos servicios públicos. Havas.» (La Vanguardia, Barcelona, sábado 29 de enero de 1921, pág. 13.)

«Italia. De política interior. Roma, 1. En la Cámara de los diputados se ha entablado un debate sobre política interior. Uno de los diputados del grupo socialista se ha lamentado de la actuación de los “fascisti” en la vida pública del país afirmando que el socialismo es contrario a toda violencia, como lo demuestra el resultado del Congreso de Liorna.» (La Vanguardia, Barcelona, miércoles 2 de febrero de 1921, pág. 14.)

«Italia. El triunfo de Giolitti. […] Ha corrido el rumor, desmentido enseguida, de que los socialistas habían llegado con el gobierno a una especie de compromiso a propósito de la ley sobre el aumento del precio del pan. Según el mismo rumor el gobierno se había comprometido a tomar medidas especiales contra los “fascistas” cuyas manifestaciones demasiado violentas han llegado a temer los socialistas. Lo que parece cierto es que los socialistas comienzan a darse cuenta da la impopularidad de su actitud en la cuestión del pan y buscan salir de este mal paso. Actualmente se contentarían de buena gana los socialistas con un compromiso del gobierno de oponerse en adelante a las violencias de los “fascistas”. Esta especie de compensación cubriría según parece la retirada de los socialistas que tienen que hacer frente a las luchas interiores y a la impopularidad en el exterior.» (La Vanguardia, Barcelona, domingo 6 febrero 1921, pág. 16.)

«Los fascistas. Roma, 9. Los fascistas han celebrado su primer congreso en Trieste en medio del mayor entusiasmo. El diputado Moussolini ha explicado los principales puntos del programa de acción de los fascistas. Según él ante la fuerza de la anarquía y la burocracia los fascistas representan el término medio. En lo que concierne a la política internaciónal Moussolini ha declarado que su partido se pronuncia en favor de la revisión del tratado de Sevres e insiste en la necesidad de obrar para librar a Italia de la esclavitud de los aliados. Por último el orador declara que se opone a la unión de Austria a Alemania. Los congresistas se han adherido a la opinión de Moussolini. Radio.» (La Vanguardia, Barcelona, jueves 10 de febrero de 1921, pág. 12.)

«El incendio de las oficinas del Laboratore. Trieste, 11. El viento huracanado hace que continúe el incendio en las oficinas del periódico comunista Laboratore. El incendio se ha propagado a las casas vecinas, algunas de las cuales son pasto de las llamas. El periódico citado fue tomado por los fascistas en asalto. Se dice que en la redacción, oficinas e imprenta, había gran cantidad de armas y municiones. La policía ha podido comprobar con motivo del incendio, que la casa estaba convertida en una verdadera fortaleza.» (La Vanguardia, Barcelona, 12 de febrero de 1921, pág. 17.)

Fascistas y socialistas. Roma, 15. En diversos puntos han estallado nuevos conflictos entre los elementos fascistas y socialistas. Ayer en Bolonia el profesor Bassani de Milán dio una conferencia en el teatro Racini. A la salida muchos grupos de fascistas formando un cortejo se dirigieron en manifestación al domicilio del diputado Zanardi mientras que otros grupos iban a silbar al diputado Nicolasi. No se registraron incidentes graves. Radio.» (La Vanguardia, Barcelona, miércoles 16 de febrero de 1921, pág. 12.)

«Socialistas y fascistas. Florencia, 28. A consecuencia de una colisión entre socialistas y fascistas se han registrado tres muertos y numerosos heridos practicándose varias arrestaciones. Havas.» (La Vanguardia, Barcelona, martes 1 de marzo de 1921, pág. 14.)

«Socialistas y fascistas. Sangrientos sucesos en varias ciudades. Turin, 1. Ayer en varias ciudades de Italia, estallaron conflictos de carácter sangriento. En Florencia se lanzó una bomba contra una manifestación monárquica, resultando muerto un carabinero. Los encuentros entre socialistas y fascistas duraron todo el día. Por la noche varios grupos de fascistas atacaron el edificio en que está el sindicato ferroviario, resultando muertos dos comunistas muy conocidos. Hubo además otro muerto y treinta heridos. A consecuencia de estos sucesos, se han efectuado algunas detenciones. Se ha declarado la huelga general en Florencia no saliendo los trenes. En San Hilario, cerca de Reggio Emilia, también se ha impedido ir al trabajo, produciendo disturbios y resultando treinta y cinco heridos. En Vereslli ha habido tres heridos graves y han sido detenidos dos consejeros municipales. En Reggio di Calabria los fascistas han atacado a bastonazos al diputado socialista Argentieri que ha tenido que huir de la ciudad. Radio. || Florencia, 1. De las colisiones producidas entro nacionalistas y socialistas hay que lamentar seis muertos y numerosos heridos. En Denzo los nacionalistas fueron atacados por los socialistas; pero aquellos se rehicieron e incendiaron la Bolsa del Trabajo. Ha habido numerosos heridos por ambas partes. La policía ha practicado muchas detenciones. Havas. || Roma, 1. Telegrafían de Spezziu que con motivo de los conflictos surgidos entre nacionalistas y socialistas, la policía se vio obligada a intervenir, habiendo resultado muerto un agente. En Peseia, en la provincia de Florencia, ha sido encontrado el cadáver de un nacionalista acribillado a puñaladas. Havas.» (La Vanguardia, Barcelona, miércoles 2 de marzo de 1921, pág. 14.)

«Los nacionalistas italianos. Roma, 5. En los centros políticos ponen de manifiesto que los sucesos más o menos sangrientos desarrollados estos días en distintos puntos de Italia no revisten carácter inquietante, sino que constituyen un modo de bautismo de fuego de los fascistas, a los que al principio se les quería negar toda importancia por considerarse que no llegarían a disponer de fuerza alguna. Pues bien, han bastado algunas semanas para que la reacción lograse dominar y puede decirse que a estas horas son dueños de la situación. La Liga fascista consta ya de más de un millón de afiliados, mientras que van disminuyendo de hora en hora las filas comunistas, de quienes se ha separado ya la gran masa socialista. Havas.» (La Vanguardia, Barcelona, domingo 6 de marzo de 1921, pág. 20.)

«Roma 24. Según los diarios, un gran número de Asociaciones obreras socialistas, han abandonado el partido, ingresando en el grupo “fascista”. En Cerignola, a consecuencia de un conflicto entre “fascistas” y socialistas, registrado anoche, hubo que lamentar dos muertos y varios heridos.» (El Globo, Madrid, sábado 26 de marzo de 1921, pág. 1.)

«El huracán de la revolución azota toda la península, y anarquistas, comunistas y sindicalistas muestran por instantes mayor osadía. Frente a la ola roja se levantó la reacción “fascista” o nacionalista, dispuesta a defender los principios de Patria y propiedad, sin que esta defensa haya tenido ayuda del Poder público.» («La ola roja en Italia», ABC, Madrid, domingo 27 de marzo de 1921, pág. 13.)

«Mas colisiones en Italia. Roma 29 (4 t.). Telegrafían de Alexandría, en el Piamonte, que, a consecuencia de una colisión habida entre nacionalistas y socialistas, resultaron dos personas muertas y otras varias con heridas de gravedad. Durante los incidentes que tuvieron lugar en San Giovanno, en Val d'Arno, los obreros de las minas de Castelnuovo asaltaron el local de la Dirección, asesinando al director y a uno de los ingenieros. Como represalias, los “fascistas” incendiaron la Cámara del Trabajo. (Fabra). || Dos bombas. Colisiones. Roma 29 (4 t.). Durante la ceremonia de entrega de una bandera a una Sociedad “fascista” en Alejandría, los asistentes advirtieron que un individuo se preparaba a lanzar una bomba. Varios “fascistas” se echaron sobre él en el momento en que el desconocido lanzaba el explosivo, que, afortunadamente, no causó ninguna víctima. El anarquista fue en seguida apuñalado por los “fascistas”. Se lanzó otra bomba desde un balcón de un inmueble ocupado por una Sociedad anarquista. El local fue en seguida invadido y saqueado por los “fascistas”. Acudieron los «carabinieri», y se entabló una lucha con los comunistas; pero estos fueron en seguida dispersados y dejaron sobre el terreno un muerto y varios heridos. (Radio.)» (La Voz, Madrid, 29 de marzo de 1921, pág. 4.)

«En Italia ha surgido una unión de ciudadanos que se llama el Fascio. El periódico francés Le Temps ha explicado recientemente lo que son los Fascistas: constituyen una reacción contra los atentados que la debilidad de Nitti ha dejado realizar. En España también hemos tenido gobernantes como Nitti y no es extraño que surjan los Fascistas ante la cobardía del poder, produciéndose un estado de barbarie que se debe desarraigar a toda costa ya que no será posible exigir la debida responsabilidad a los Nittis que lo han originado.» (Emilio Sánchez Pastor, «El frente único», La Vanguardia, Barcelona, 21 de abril de 1921, pág. 15.)

«La lucha social en Italia. Los “fascistas” toman represalias. Roma, 20. Según telegramas de Fogino recibidos hoy, los “fascistas”, en señal de represalias por los incidentes ocurridos en aquella localidad, han incendiado varias casas en las que habitaban significados comunistas que habían participado activamente en la agresión dirigida contra los “fascistas”. Todos los comunistas conocidos han sido expulsados a viva fuerza de la localidad, registrándose algunos muertos y heridos. La llegada de tropas de Policía de refuerzo consiguió restablecer el orden. Una mujer muerta a tiros. Roma, 20. El periódico La Idea Nazionale publica un despacho de Florencia diciendo que los “fascistas” se apoderaron en Foiano de una mujer, la cual, durante los disturbios del domingo pasado, hizo cortar a hachazos los dedos de un herido “fascista”. La detenida, aprovechando un momento de confusión de sus aprehensores, logró huir a campo traviesa; pero fue muerta a tiros de revolver por sus perseguidores.» (La Libertad, Madrid, jueves 21 de abril de 1921, pág. 1.)

«Roma 20. Según telegramas de Fogino, recibidos hoy, los fascistas, en señal de represalias por los incidentes ocurridos en aquella localidad, han incendiado varias casas en las que habitaban significados comunistas que habían participado activamente en la agresión dirigida contra los fascistas. Todos los comunistas conocidos han sido expulsados a viva fuerza de la localidad, registrándose algunos muertos y heridos.» (El Globo, Madrid, sábado 23 de abril de 1921, pág. 2.)

«Excitación de los ánimos. La lucha electoral en Italia. Roma 23. La lucha electoral se presenta con agudos caracteres, por la excitación de los ánimos, hasta el punto de que puede asegurarse sin hipérbole que es hoy la principal preocupación de Italia. Los fascistas, que surgieron a la vida pública para la defensa del orden social, con objeto de impedir, por un lado, la invasión del bolchevikismo, y, por otro, la preponderancia de los comunistas y de los ácratas, respondieron a la violencia de sus adversarios con represalias más violentas aun; es decir, que de un extremo se ha pasado al otro. Agrava la situación el hecho de que los contendientes están armados, y, además, los fascistas se hallan organizados militarmente. En este momento parecen los más fuertes.» (El Imparcial, Madrid, domingo 24 de abril de 1921, pág. 1.)

«La lucha social en Italia. […] Represalias. Roma, 26. Un telegrama de Turín anuncia que los comunistas han asesinado a un “fascista”, mutilado de la guerra. Como represalias, 20 “fascistas” han incendiado la Bolsa del Trabajo. Se entabló un verdadero combate entre las llamas, del que resultaron un muerto y varios heridos.» (La Libertad, Madrid, miércoles 27 de abril de 1921, pág. 1.)

“fascismo”

1921 «No obstante, nada bastará a conseguir que los electores italianos no se preocupen de las aventuras de la política interior. El "fascismo" deberá desaparecer, igual que el "comunismo". Ambas fracciones habrán de deponer las armas y limitar sus funciones a las de dos partidos en oposición dentro de los límites de la ley. El pueblo italiano está de esas fracciones hasta la coronilla, y seguramente no escatimará al Sr. Giolitti una manifestación electoral de su hastío y de su voluntad de que se ponga fin a esta especie de guerra civil, que ensangrienta las ciudades italianas, entorpeciendo la evolución pacífica del trabajo.» (Dr. Franco Franchi, «ABC en Roma. La política exterior de Italia», ABC, Madrid, viernes 22 de abril de 1921, pág. 5.)

«Es raro el día que al examinar los telegramas del extranjero no encontramos alguno procedente de Italia en el que se nos habla de luchas entre fascistas y socialistas. Tan popular se nos ha hecho la primera denominación que ya ni la subrayamos; ha tomado carta de naturaleza entre nosotros. ¿Qué es el fascismo? ¿A qué responde ese estado de lucha? Estamos seguros de que será una explicación interesante para algunos lectores, porque va a demostrar la similitud de los combates político sociales, de verdadera guerra civil, entablados en Italia, y los que ensangrientan las calles de Barcelona. Fascismo, fascista, es voz derivada de fascio, que corresponde a la francesa «faisceau», y quiere decir, por lo tanto, haz o manojo. Su núcleo principal, al menos el primitivo en torno al cual han ido agrupándose nuevos fascistas, está formado por antiguos combatientes.» (Mariano Marfil, «El “fascismo” italiano y la lucha político-social», La Voz, Madrid, lunes 25 de abril de 1921.)

«La situación políticosocial en [Italia]. La contienda electoral. Roma, 24. […] Los socialistas preven una derrota completa, y han anunciado su abstención en la lucha; pero, a pesar de esto, se teme que se produzcan choques y colisiones sangrientas entre los socialistas y los fascistas. El fascismo nació, como es sabido, para la defensa social y sirvió para establecer un dique contra la invasión del bolcheviquismo ruso y contra la prepotencia proletaria, comunista y anárquica. Unos y otros contendientes están igualmente armados, y los fascistas, que se hallan militarmente organizados, son hasta ahora los más. Se agudiza la lucha entre fascistas y comunistas. Roma, 24. Comunican de Acqui que representantes fascistas que habían pedido la palabra después de una reunión celebrada por los comunistas, a lo que se opusieron estos últimos. Se entabló un combate a tiros de revólver, resultando cinco o seis heridos. La fuerza pública consiguió restablecer el orden; pero durante la noche, los fascistas incendiaron la Cámara del Trabajo. En Turín, el director del periódico Ordine Nuovo, señor Gramsci, ha sido rodeado por un grupo de fascistas, que le hirieron de gravedad. Un obrero mecánico, que salía del periódico, quiso socorrerle, pero fue herido a bastonazos.» (La Correspondencia Militar, Madrid, lunes 25 de abril de 1921, pág. 4.)

“antifascista”

1922 «Se pensó en elegir un hombre nuevo, amplio de espíritu, que pudiese actuar de aglutinante; sonó mucho el nombre de Nicola, Presidente de la Cámara de Diputados; fue designado por el Rey para sustituir a Bonomi; Nicola contaba con la simpatía de la fracción socialista parlamentaria, que, en principio, no rechazaba una participación ministerial condicionada; pero los socialistas como compensación a la simpatía prometida exigían del Gabinete Nicola una política decididamente antifascista. Nicola, en el caso de aquiescer a esta exigencia, debía contar con la oposición resuelta de las derechas y especialmente con la rabiosa hostilidad de Musolini.» (Crónica internacional, España. Semanario de la vida nacional, Madrid, 18 febrero 1922, nº 308, págs. 5-6.)

«El 19 de este mes, Mussolini manifestó en la Cámara de los Diputados que "el fascismo declarará dentro de poco si quiere ser un partido legal o insurreccional; en este segundo caso no podra pertenecer a ninguna mayoría, ni tendrá la obligación de permanecer sentado en esta sala". "Ningún Gobierno –añadió– podrá gobernar en Italia teniendo en su programa las ametralladoras contra los fascistas… Si de la crisis surge un Gobierno de reacción antifascista, nosotros obraremos con máxima energía e inflexibilidad e iremos a la insurrección." Las hazañas realizadas por los fascistas demuestran que las palabras de su jefe no son vaga amenaza retórica; todo Gobierno tendrá que contar con ellos.» («La crisis italiana se complica», ABC, Madrid, 29 de julio de 1922, pág. 17.)

«Ahora bien; el día mismo de la votación adversa al Ministerio Facta, Mussolini, jefe de los fascistas, declaró sin ambages en la Cámara que cualquier tentativa que se hiciera para constituir un Gabinete antifascista preludiaría la guerra civil. Facta ha prescindido de los socialistas y de los fascistas; pero si los primeros se conforman con que los otros no participen en la combinación ministerial para que ésta no les sea desfavorable, Mussolini y sus amigos estiman que, en las presentes circunstancias, es Gobierno antifascista aquel en que ellos no estén representados, y aun de un modo preponderante, si no por sus 32 diputados, por los 700.000 correligionarios aguerridos y bien armados, que cuando quieran afrontan o suplantan a la fuerza, y lo mismo imponen el orden que el terror en Bolonia, en Cremona, en Rávena, en Novara, en Andría y en cien otras poblaciones. […] La derrota del socialismo en los últimos tiempos es tan grande, que sólo puede compararse con el triunfo del «fascio». Este comenzó perdiendo el miedo a su antagonista; después le impuso su voluntad. No es extraño que, para defenderse del primero, los gérmenes del fascismo empiecen en varios países a fructificar.» (Manuel Ciges Aparicio, «Socialistas y fascistas», El Imparcial. Diario liberal, Madrid, domingo 6 de agosto de 1922, pág. 1.)

«El triunfo del fascismo determina un suicidio. Roma 9 (9 n.) El abogado Valente, jefe socialista muy conocido en Italia, se ha suicidado a consecuencia de la decepción que le ha producido la ascensión de los fascistas al Poder. (Radio.)» «El Gobierno italiano ha adoptado medidas enérgicas para normalizar la situación interior y reprimir el movimiento antifascista de Cerdeña.» (El Sol, Madrid, viernes 10 noviembre 1922, pág. 5.)

«Hay una fracción extrema del «fascio» que reputa de excesivamente blanda la conducta de los correligionarios que ejercen el Poder en la persecución de sus enemigos, y es ella quien ha seguido tomándose la venganza por su mano, como antes del triunfo. Ella aplica a grandes dosis el castigo a medias grotesco y a medias bárbaro del ricino; incendia en Turín los Círculos obreros, el Círculo de los ferroviarios, el Círculo de los maquinistas, la Bolsa del Trabajo e impide a los bomberos extinguir el fuego; ella pendencia con los «arditi» d'annunzianos, e incita a la Policía a clausurar la Asociación de los legionarios de Fiume, residente en Milán, y a detener 60 miembros. Este único hecho bastaría para que el móvil D'Annunzio, protector de Mussolini hace dos meses, se volviese antifascista.» (Manuel Ciges Aparicio, «D'Annunzio contra Mussolini», El Imparcial. Diario liberal, Madrid, miércoles 27 de diciembre de 1922, pág. 1.)

“antifascismo”

1923 «Desde hace unas semanas, ha podido observarse una innegable agitación que en el seno del fascismo produce perturbaciones e incidentes de una violencia a veces tumultuosa. Uno de ellos ha tenido lugar hace pocos días, y es harto significativo. El diputado italiano Misuri ha sido expulsado oficialmente del partido fascista por indisciplina. A esta medida de rigor correspondió el diputado redoblando en la Cámara sus ataques al fascismo, considerado como partido político, aunque elogiando la labor personal y las condiciones excepcionales de Mussolini. A la salida fue agredido por un grupo de fascistas, de los cuales la Policía pudo detener a uno. Por boca de su presidente, M. de Nicola, la Cámara italiana ha protestado de semejante agresión. Parece incluso que se tomarán medidas rigurosas, y se adoptarán todos los medios para intentar la evitación de casos parecidos. No sabemos si todo ello consolará suficientemente al diputado agredido. En definitiva, su antifascismo no parece que haya de reducirse ante los argumentos con que se pretende acallarlo.» («En la Cámara italiana. Las agresiones al fascismo», Heraldo de Madrid, sábado 2 de junio de 1923, pág. 1.)

«Miles de adeptos, sacerdotes en gran parte, difunden incansablemente su antifascismo —Don Sturzo descontento con los patriotas católicos de su partido —Mattei-Gentili y Martire, que rigen el antiguo órgano oficioso "popular" en Roma, Il Corriere d'Italia, funda otro periódico, Il Popolo, órgano absolutamente sturziano, donde se combate a Benito Mussolini con palabras como éstas…» (Rafael Sánchez Mazas, «La crisis del fascismo. V. El imperio o la muerte», ABC, Madrid, 30 de junio de 1923, pág. 19.)

1924 «De Nápoles son también los dos principales jefes del liberalismo italiano antifascista: Nitti y Améndola, y en Nápoles fue primeramente constituída la primera Asociación de estudiantes para la defensa de la libertad. A las fiestas del centenario de la Universidad no ha asistido Mussolini, debido probablemente a cierto antifascismo de la ciudad, donde los fascistas tienen grandes fuerzas, pero no la simpatía de lo que pudiera llamarse el "genio del lugar".» (Ramiro de Maeztu, «Pareceres. El fascismo real», El Sol, Madrid, miércoles 14 de mayo de 1924, pág. 1.)

«Es, sin embargo, demasiado grande el abismo que separa el fascismo del antifascismo. Son adversarios irreconciliables. En cuanto se ha hablado de dicha normalización, multitud de elementos fascistas extremistas se han pronunciado contra de ella.» («Política extranjera. La crisis del fascismo», La Época, Madrid, miércoles 30 de julio de 1924, pág. 1.)

“filofascista” “filofascismo”

1924 «El espectáculo actual atestigua la dispersión espiritual del bloque donde el fascismo ha cimentado su poder. Los llamados filofascistas pasan cada vez en mayor número y con las banderas más desplegadas a engrosar la oposición o a engrosar la tendencia llamada "normalizadora o legalitaria", que se va pareciendo a la oposición más cada día. Un filofascismo típico y bien entusiasta y evidente era el del liberalismo de la derecha, que ha dado ministros, subsecretarios y diputados a Mussolini. Su órgano oficioso, el Giornale d'Italia, combate estos días con creciente acritud al Popolo d'Italia, órgano oficioso y personal del presidente Mussolini, dirigido por su mismo hermano, Arnaldo Mussolini.» (Rafael Sánchez Mazas, «Los "Intelectuales", la Oposición y el Extremismo», ABC, Madrid, 22 de julio de 1924, pág. 21.)

«Si será tentador el ofrecimiento francés, que Mussolini, que se muere de envidia como todo curandero político por ser considerado como un defensor de los intelectuales y un hombre europeo, ha enviado emisarios para ofrecer a la Sociedad de Naciones que se funde el Instituto Internacional de Jurisprudencia en Roma, regalando el Estado italiano filofascista el edificio y una fundación de un millón de liras.» (Francisco Madrid, «Sociedad de las Naciones. Las tristes sesiones de estos días», Heraldo de Madrid, jueves 2 de octubre de 1924, pág. 1.)

«Pero si bien se mira, toda discordia en las relaciones con el Gobierno es desfavorable más que ventajosa para el fascismo, puesto que antes todo el partido liberal prestaba una plena adhesión, que ahora queda reducida a los liberales salandristas. En realidad, son éstos los que permanecen en la primitiva posición filofascista, mientras que los demás se alejan de ella, aunque sea lentamente.» («Los liberales italianos», El Sol, Madrid, miércoles 22 de octubre de 1924, pág. 5.)

«A través de Salandra, muchas fuerzas de Italia, la Banca, la industria, la aristocracia, podían encontrar la vía de un filofascismo ilusionado.» (Rafael Sánchez Mazas, «Una victoria del gobierno de Mussolini», ABC, Madrid, miércoles 17 de diciembre de 1924, pág. 24.)

1925 «Más tarde, Lugones, en una fiesta literaria del Centenario de Ayacucho, nos ha definido explícita y claramente su actitud espiritual –actitud inequívocamente nacionalista, reaccionaria, filofascista– sobre la cual podía habernos antes inducido en error la colaboración del poeta argentino en la Sociedad de las Naciones.» (José Carlos Mariátegui, «Un congreso de escritores hispano-americanos», Mundial, Lima, jueves 1 de Enero de 1925.)

1926 «En el campo del filofascismo, aparte de aquellos elementos que, sin convicciones de ninguna clase, acuden siempre a todo partido nuevo con fines de medro personal, se destacan perfectamente dos grupos: el de los imperialistas, que no persiguen otro objetivo que el de lograr grandes expansiones territoriales y económicas, y el de los miedosos, atormentados por la visión terrorífica de la revolución social, que de buena fe creen que el único medio de combatirla y vencerla es el de oponer a la misma una disciplina de gobierno basada en la violencia.» (J. Roig y Bergada, «Del momento. El filofascismo”, La Libertad, Madrid, viernes 11 junio 1926, pág. 1.)

1933 «Quiero defender a Ortega, contra los que le acusan de filofascismo. Nadie ha escrito y pensado en España contra el fascismo las maravillas heréticas que ha pensado y escrito Ortega.» (“Antifascistas en España: Don José Ortega y Gasset”, F. E., Madrid, 7 de diciembre de 1933.)

“intelectuales antifascistas”

1925 «Al manifiesto de los intelectuales fascistas italianos ha seguido el de los antifascistas, que lleva al pie cuarenta y una firmas, de las cuales las más conocidas en España nos parece que son las de los Sres. Amendola, Bracco, Sem Benelli, Benedetto Croce, Einaudi, Guillermo Ferrero, Giacosa, Matilde Serao y Guido Villa.» (“Los intelectuales antifascistas”, El Sol, Madrid, 6 de mayo de 1925.)

“socialfascismo”

1929 «Moscou 14 (10 m.). El organo oficial Izvestia publica las tesis aceptadas por la décima reunión plenaria del Comité Ejecutivo del Komintern, concernientes a su “situación internacional y sus fines actuales”. He aquí algunas de las resoluciones votadas: Primera. Intensificar la lucha contra la socialdemocracia internacional, la cual constituye el eje más importante del capitalismo. Sobre todo, necesidad de luchar contra el ala izquierda de la socialdemocracia, porque es ella la que impide la desorganización de la socialdemocracia, creando la ilusión de la oposición a la política de las instancias directoras del partido, cuando en realidad sostiene la política del “socialfascismo”. Segunda. Desenmascarar del modo más implacable la socialdemocracia y su papel en la preparación de la guerra, sobre todo su izquierda, que es el aspecto más peligroso del socialimperialismo. (Radio.)» (“En Rusia. Acuerdos del Comite Ejecutivo del Komintern. Contra la socialdemocracia”, La Voz, Madrid, 14 de agosto de 1929, pág. 5.)

1930 «Continúa Roberto haciendo estragos con y sin escala: “Con las últimas huelgas ha crecido nuestro prestigio revolucionario tanto como ha decaído el de los anarquistas. Se ha comprobado que el contenido ideológico del anarcosindicalismo no difiere del que posee el socialfascismo. Que no ha sido por mera casualidad por lo que socialistas y anarquistas han condenado los imponentes movimientos huelguísticos de Sevilla, Bilbao, Málaga, Granada, &. Y cuando todo esto ocurre, ¿podemos permitir ni un momento más que el anarquismo, ideología burguesa, se mantenga al frente de los Sindicatos obreros revolucionarios?” No señor, no se puede permitir ni se permitirá, porque para ello se toman reconstituyentes, y reconstituidos y repuestos han de estar los que escriben el órgano oficial del partido comunista castellano con objetivos bien determinados.» (Baturrillo, “Comentarios”, La Revista Blanca, nº 178, Barcelona, 15 octubre 1930, suplemento, pág. XIV.)

“socialfascista”

1930 «He aquí lo que dice, entre otras muy lindas cosas, el partido comunista español, desde el periódico que Tontoff y Bellakoff publican en Bruselas: "Trabajadores de toda España: En las últimas acciones el Partido Comunista se ha acreditado como el guía del proletariado revolucionario. Por eso todas las miradas de odio de la burguesía van contra el. La represión contra el Partido Comunista, la lucha a muerte contra él, es organizada por la burguesía con el auxilio de los jefes social-fascistas y anarco-sindicalistas. Se habla de fantásticos movimientos revolucionarios, se inventan huelgas en todos los puntos de España y con la ayuda de la Prensa burguesa y socialfascista y anarquista, se prepara en gran escala la ofensiva contra los comunistas. El bloque contrarrevolucionario de la burguesía y los social-fascistas y anarquistas es dirigido contra el Partido Comunista, a fin de aplastar a éste y con él a la clase obrera."» (La Revista Blanca, Barcelona, 1 septiembre 1930, suplemento del nº 175, pág. VI.)

1932 «Al mismo tiempo, estos países donde se señala esta tendencia que ya se ha hecho notar varias veces (como Alemania, como Francia, &c.), tienden a la utilización de la enseñanza del fascismo sobre el control sindical y tratan de establecer, si no una organización sindical del Estado, como la fascista, sí una organización afecta que, pactando con la burguesía, ateniéndose a criterios reformistas, paritarios y colaboracionistas, frenen y detengan el impulso revolucionario de las masas. Es evidente que este papel lo juega la II Internacional. Lo jugó durante la guerra europea; lo juega en los conflictos sociales del occidente de Europa. Por esto, el proletariado revolucionario denomina a los dirigentes de estas organizaciones con el neologismo político de socialfascistas.» (Santiago Montero Díaz, Fascismo, Cuadernos de Cultura, Valencia 1932.)

«Maniobrando prudentemente Lerroux empezó a desarrollar una campaña contra el Gobierno, exigiendo sobre todo la salida de los socialfascistas de él, porque, ante todo la burguesía quiere conservar a los socialfascistas como su reserva fuera del gobierno para que estos no se desacrediten demasiado. Al mismo tiempo se han animado diferentes grupos monárquico-clericales y fascistas.» «Comenzaré por señalar algunas de ellas, destacando en primer lugar a los socialfascistas. El partido socialista tiene en el Parlamento 112 diputados, y 3 de sus exponentes más autorizados están en el gobierno Azaña y constituyen el nervio dirigente. Desde el gobierno y desde el Parlamento son los campeones decididos de la contrarrevolución. La participación de los socialfascistas en el campo de las actividades contrarrevolucionarias ocupa un primer plano que es necesario explicar.» «La política represiva del gobierno contra las organizaciones revolucionarias es dirigida especialmente desde el ministerio del Trabajo, representado por el socialfascista Largo Caballero, Secretario General de la U.G.T.» «El papel principal de la U.G.T., dirigida por los socialfascistas en España y que representa la Internacional de Ámsterdam, consiste en la participación activa en la ofensiva contra el nivel de vida de los trabajadores, y constituye uno de los principales obstáculos para la victoria de la revolución.» (Manuel Hurtado Benítez, “El P. C. de España en la revolución española”, La Internacional Comunista, número 7, octubre 1932.)

gbs