A los filósofos de este siglo (original) (raw)
«A los filósofos de este siglo. Se han hecho, es indudable, descubrimientos famosos; el vapor ha obrado maravillas, la electricidad milagros; pero no sabemos que hasta ahora se haya encontrado medicina para curar remordimientos, y sobre todo estamos segurísimos de que no la habéis hallado para libraros de la muerte. No la habéis hallado, no la hallaréis; el árbol de la vida crecía solo en el Paraíso y no echará raíces jamás en la tierra corrompida. Y pues habéis de morir, francamente, tenéis perdido el pleito, porque la vida dura muy poco, y creemos, salvo vuestro parecer, que os convendrá mucho ser cristianos. _Aparisi._»
(“Asistencia nº 14. El Cielo”, estampita de 55×103 mm, impresa “Con licencia eclesiástica”.)
Este “pensamiento” de Antonio Aparisi Guijarro (1815-1872), ilustre añorante de la derecha primaria encarnada en el carlismo (“en defensa de la bandera de la antigua España: Dios, Patria y Rey, que son justicia y libertad”), ya quedó fijado para la eternidad, con letra impresa, en El Pensamiento de Valencia. Revista política, religiosa, científica y literaria, que el mismo Aparisi impulsó emulando, con voluntad localista, la obra que, catorce años antes, «Dios encendió en la mente de Jaime Balmes»: El Pensamiento de la Nación. Periódico religioso, político y literario. En efecto, en noviembre de 1857, en la entrega 16 de El Pensamiento de Valencia, dentro de la continuación de sus «Pensamientos filosóficos, sobre el estado actual de la sociedad, revolución que la amenaza y medios de conjurarla», firma Aparisi el siguiente párrafo:
«Una palabra a los filósofos. Se han hecho, es indudable, descubrimientos famosos; el vapor ha obrado maravillas, la electricidad milagros; pero no sabemos que hasta ahora se haya encontrado medicina para curar remordimientos; y sobre todo, estamos segurísimos de que no la habéis hallado para libraros de la muerte. No la habéis hallado, no la hallaréis; el árbol de la vida crecía solo en el paraíso, y no echará raíces jamás en la tierra corrompida. Y pues habéis de morir, francamente, tenéis perdido el pleito, porque la vida dura muy poco, y creemos, salvo vuestro parecer, que os convendría mucho… ser cristianos.» (El Pensamiento de Valencia, tomo primero, desde 1º de junio a 31 de diciembre de 1857, Imprenta y Librería de Don José Mateu Garín, Plaza de la Almoina, núm. 2, Valencia, páginas 516-517.)
Muerto Aparisi, fue su amigo León Galindo de Vera (1819-1889, que ya era el suscriptor número 242 de las Obras completas de Platón y poco después había de renacer como individuo de número de la Real Academia Española), quien se encargó de preparar la edición póstuma de las Obras de D. Antonio Aparisi y Guijarro, donde quedó transcrita fielmente en su literalidad esa frase (tomo I, Biografía. Pensamientos y Poesías, Madrid 1873, págs. 159-160), tal como había aparecido publicada en 1857 en El Pensamiento de Valencia.
La decimonónica (y paulina, no se olvide Colosenses 2:8) recomendación-advertencia-amenaza del ulema Aparisi a los filósofos, fue repetida durante décadas, con regusto de superioridad inmortal, en sermones, estampitas, hojas de almanaque y demás instrumentos del agitprop católico, aunque con ligeras y curiosas variantes. En la estampita reproducida arriba el paternalista y frailuno consejo final condicional, dotado hasta de puntos suspensivos: “os convendría mucho… ser cristianos”, ha sido transformado en un agorero futuro admonitorio casi imperativo: “os convendrá mucho ser cristianos”; y el titulillo de Aparisi, “Una palabra a los filósofos”, se ha convertido en “A los filósofos de este siglo”. Ignoramos cuándo comenzó a difundirse esa estampita, pero la frase con esas variantes se encuentra también, por ejemplo, en el segundo número de la Hoja Dominical de Igualada. Dedicada a fomentar la piedad en las familias cristianas (domingo, 30 de agosto de 1903, pág. 2, Establiment Tipográfich de Nicolau Poncell, Igualada, Barcelona):