«Revue des Deux Mondes», Natacha (original) (raw)
Natacha
(continuación) [viene de 6:184 - sigue en 8:249]
Revista Europea, Madrid, 12 de abril de 1874, año I, tomo I, nº 7, páginas 207-214.
He notado que las posturas de sol a orillas de los lagos, con sus inflamados horizontes, sus diáfanas brumas, sus sonrosados reflejos que por todos lados se encienden, hasta en el rostro de la mujer cuyo vestido se roza al paso, eran positivamente un elemento poco favorable al ingenio. La influencia de todas estas cosas es enervante y deletérea. Hay en los reflejos del agua que se duerme, en ese vago perfume del rocío y de las flores que se abren al anochecer, algo que entorpece las facultades activas y predispone a esa pereza del alma que se llama ensueño (reverte), palabra que detesto, y mucho más lo que expresa. No sé qué inexplicable feliz tranquilidad se infiltra en las venas. El cerebro, en vez de producir ideas, se contenta con sensaciones, y de tal modo se naturaliza uno en los espacios imaginarios, que las locuras más extrañas parecen de pronto extraordinariamente naturales.
Facsímil del original impreso de esta parte en formato pdf