Ceferino Araujo Sánchez, Los museos de España (original) (raw)
Los museos de España
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Revista Europea, Madrid, 4 de julio de 1875, año II, tomo V, nº 71, páginas 17-21.
En España siempre ha sido escasa la afición á las bellas artes, y la Pintura especialmente, se ha cultivado más como auxiliar del culto católico, que para satisfacer una necesidad de los magnates ó del pueblo. Los artistas, en su mayor parte, han vivido en la miseria y han muerto en los hospitales, sin que ni los más favorecidos hayan logrado nunca aquel boato de príncipes que alcanzaron en Italia Rafael, Miguel Á�ngel, los Zuccaros y muchos otros; en los Países Bajos, Rubens, Vandick, y Teniers (el joven); en Alemania, Alberto Durero; y en Francia, Lebrun.
Obligados nuestros artistas á luchar con la austeridad de los monjes, la escrupulosidad de los teólogos y la tacañería de los cabildos y aun de los potentados, tienen necesariamente sus obras que resentirse de estas influencias; siendo tan cierto y averiguado este estado de cohibición en que se encontraban, que no hay archivo de convento ni catedral en que no se hallen documentos con los contratos más denigrantes, las condiciones más absurdas; y á la terminación de las obras mil cuestiones y pleitos, ya sobre el precio estipulado, ya sobre las condiciones artísticas de los trabajos. Torrigiano, el Greco, Tristán, Berruguete, Juan de Juanes, todos, en fin, pasaron su vida en estas enojosas contiendas con adversarios poderosos.
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