Jos� Luis L�pez Bulla: Espa�a: Que Bertinotti intervenga en Izquierda Unida (II) (original) (raw)

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7 de octubre del 2007

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Espa�a

Que Bertinotti intervenga en Izquierda Unida (II)

Jos� Luis L�pez Bulla

Metiendo Bulla / La Insignia. Espa�a, octubre del 2007.

Es claro que mi desesperada propuesta de que Fausto Bertinotti `intervenga� en la situaci�n interna de Izquierda Unida es simplemente eso: desesperada. De ah� que deje al descubierto toda una serie de flancos no irrelevantes. Como tambi�n es `desesperado� el planteamiento de mi sobrino Despertaferro que pide algo as� como que un grupo de personalidades haga un llamamiento a todos los sectores litigantes de IU para que entren en buenas razones. Me imagino que est� pensando en gentes como Jos� Saramago, Vicen� Navarro, Antonio Baylos, Juan Moreno et alia. Nada que objetar, siempre que sea posible. Que los llamados no hagan caso, podr�a ser. Pero nadie que est� preocupado por lo que pueda pasar en IU deber�a silenciar su voz y su palabra. Como un deber y en ejercicio de un derecho. Lo m�s ineficaz ser�a callar e, incluso, pensar que las `propuestas desesperadas� pueden ser in�tiles.

En todo caso, voces convenientemente informadas me dicen algo que parece ser una verdad como un templo. El epicentro del problema no est� exactamente en IU sino en el PCE. Y, a decir verdad, creo que el partido comunista se encuentra de la siguiente manera: comoquiera que, para bien o para mal, transfiri� todos los poderes a la coalici�n de IU parece que se preguntan "�exactamente qu� somos y para qu� servimos?". Es decir, se trata de la l�gica interrogante de una organizaci�n que est� plenamente sumergida y no tiene visibilidad alguna en el cuadro pol�tico e institucional realmente existente. De donde podemos sacar una primera conclusi�n: la decisi�n que, en su d�a tomaron los comunistas espa�oles de trasladar todos los poderes a la coalici�n reci�n creada (IU) se ha convertido tambi�n en una fuente de problemas. No importa ahora afirmar que, desde mi punto de vista, dicha decisi�n fuera coherente con el proyecto de fundar una nueva organizaci�n que, por lo dem�s, dec�a tener la voluntad de incorporar una serie de organizaciones pol�ticas y sociales a un proyecto compartido. De manera que el planteamiento del PCE no era de generosidad cuando hablaba de la plena decisi�n pol�tica en la sede de IU, era sobre todo de l�gica: no se puede llamar a tales o cuales colectivos a coparticipar y, simult�neamente, mantener la cultura tercero-internacionalista de los comisarios pol�ticos.

Ahora bien, la mencionada decisi�n -coherente y l�gica- acab� creando un retru�cano pol�tico: el env�o del PCE a las catacumbas. As� las cosas, no quedaba otra alternativa que la disoluci�n del PCE. Lo que no se hizo. La situaci�n era, pues, que los comunistas manten�an el partido, pero �ste no exist�a realmente en el tablero pol�tico e institucional. Este panorama real -y no la poca o mucha capacidad o incapacidad de los dirigentes del PCE- es la madre del cordero. Y de paso estimo que los saberes del grupo dirigente del PCE son algo subjetivo: para sus parciales, su secretario general ser� indudablemente el no va m�s; para otros, la opini�n ser� asaz diferente.

Ocurre, por otra parte, que -adem�s de hacer pol�tica submergida- los dirigentes del PCE no han puesto en marcha una profunda puesta al d�a de su cultura. Es el caso contrario de Rifondazione Comunista (Fausto Bertinotti) que, se est� de acuerdo o no con �l, es una persona que ha provocado importantes discontinuidades con relaci�n al partido: un partido que, debe recordarse, �l no fund�; fue obra de Armando Cossuta y Sergio Garavini. Como muestra de las potentes diferencias entre Rifondazione y el PCE, �chese un vistazo a dos publicaciones: Alternative, la primera; Nuestra bandera, la segunda. Entiendo que la diferencia es la siguiente: la pol�tica de Rifondazione analiza las situaciones realmente existentes y propone lo que idealmente elaboran; el PCE cree analizar una realidad que s�lo est� en las cabezas de los analizantes, de donde se desprende que las propuestas s�lo tienen que ver con abstracciones. La segunda diferencia entre Rifondazione y el PCE es que los primeros intervienen directamente, sin intermediarios, en la pol�tica y en el cuadro institucional; el PCE est�, como ha quedado dicho, submergido. Pero esa situaci�n de catacumbas es el resultado de una opci�n voluntariamente asumida. Recu�rdese, sobre todo, que tal acto voluntario se debi� tambi�n a que el PCE hab�a entrado en barrena y, tras la lectura de los partes meteorol�gicos, encarg� a No� que construyera el arca para aguantar el diluvio que se ve�a venir. IU, el arca, sobrevivi�, aunque a trancas y barrancas. Y quien sobrevive puede, si se gobierna adecuadamente el tim�n, hipot�ticamente crecer; si el tim�n se desnorta acabas en los baj�os y te estrellas.

As� pues, si mis comunicantes me dicen que los problemas no est�n exactamente en IU sino en el PCE, la situaci�n parece ser irresoluble. Especialmente porque nos encontramos ante un partido desubicado de las grandes novedades del mundo contempor�neo. S�lo desde una vasta operaci�n pol�tico-cultural m�s o menos similar a la realizada por Bertinotti podr�a regenerar, en teor�a, al partido comunista, y a partir de ah� convertir el chinchorro de IU en una posterior Arca de No�.

Aclaro que yo no me apuntar�a a eso. Y, a tal efecto, me permito contar una an�cdota. Cuando en el Paraninfo de la Universidad de Barcelona rend�amos sentido tributo al inolvicable maestro Manuel V�zquez Montalb�n, le dice a Llamazares: "Has llegado demasiado tarde a IU". Uno de los acompa�antes de Gaspar me dice: "�Entonces, vuelves a nosotros?". No, le dije, me limito a constatar que este compa�ero ha llegado demasiado tarde. Pero que yo no me apunte a lo que desesperadamente planteo como soluci�n al problema, es totalmente irrelevante. Lo que tiene inter�s es que: 1) se d� con la tecla de c�mo resolver urgentemente la complicada situaci�n de IU, y 2) que esa tecla establezca la necesaria relaci�n con un proyecto de sostenibilidad pol�tica de IU.