Arnaldo P�rez Guerra: Chile: Hambre en la mar (original) (raw)
28 de octubre del 2007
Chile
Hambre en la mar
Arnaldo P�rez Guerra
Sirel / La Insignia. Chile, octubre del 2007. Fotograf�a de Jorge Salom�n.
La crisis de la merluza estaba anunciada. Sin medir consecuencias, Chile se convirti� en potencia pesquera: sexto pa�s en desembarque pesquero, segundo productor y exportador mundial de harina de pescado, uno de los mayores productores de salm�n. El actual sistema de cuotas denominado L�mite M�ximo de Captura (LMC) ha depredado los recursos. No promueve la "conservaci�n", como dijeron las autoridades antes de su aprobaci�n. Es un sistema de asignaci�n empresarial: la ley corta de pesca privatiz� los recursos y entreg� por diez a�os la propiedad del 80 por ciento de la cuota global anual de todas las especies a conglomerados liderados por Luksic y Angelini. Se entreg� un 65 por ciento de la merluza a la flota industrial, el 35 por ciento restante qued� para los artesanales. Hoy, mientras los grupos econ�micos aumentan sus ganancias, los pescadores ven c�mo su actividad y la merluza est�n a punto de desaparecer.
Las caletas de pescadores viven una crisis sin precedentes. Seg�n el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), el 71 por ciento de las pesquer�as presentan un nivel de colapso y signos de sobreexplotaci�n. Nada se hizo. De 17 especies, diez est�n en estado cr�tico, nueve de ellas administradas por la flota industrial. Hace d�cadas que los pescadores exigen que el arte de arrastre sea regulado en los caladeros hist�ricos y �reas de desove. Saben que de mantenerse el actual modelo, otros recursos sufrir�n el mismo destino que la popular "pescada" o merluza.
"Es absurdo replicar planes de recuperaci�n por recurso. Los costos sociales deben ser asumidos por quienes desencadenaron esto� En plena cesant�a, no hay peces. Nuestros botes no salen porque no hay peces. La olla com�n no la dejaremos. Las autoridades no se anticiparon a esta triste realidad", dice Gabriel Valenzuela, presidente del Sindicato de Caleta El Membrillo.
S�lo en la V Regi�n hay unas diez mil personas ligadas al mar: pescadores, encarnadoras, fileteadores, ambulantes, fleteros, etc. "La red de arrastre, el enmalle y cercos de gran calado producen da�os irreparables en el fondo marino. Arrasan todo lo viviente. Convierten el fondo del mar en desierto", agrega.
Por a�os los pescadores artesanales de San Antonio, Valpara�so y Conc�n proponen el cierre de �reas a la pesca de arrastre. No hay respuestas y la tendencia va en contrario. Luis Rivera, pescador de El Membrillo, dice: "El agotamiento de la merluza viene de hace tiempo. Lo que est� hecho no tiene vuelta atr�s. S�lo quedan merluzas peque�as, ni siquiera juveniles. �De qu� nos sirven las cuotas si no hay peces? Si no fuera por la olla com�n, no comer�amos".
La merluza se extingue
A s�lo tres a�os de la privatizaci�n de los recursos del mar, la merluza com�n baj� en un 73 por ciento y su recuperaci�n es pr�cticamente imposible. No es el �nico pez que se extingue. El 2004, la subsecretar�a de Pesca reconoci� que el 71 por ciento de las principales especies econ�micas son sobreexplotadas y corren serio riesgo. Pero todas ellas, a excepci�n de la merluza del sur, continuaron asign�ndose a la industria. "No es posible continuar con el criterio de maximizaci�n econ�mica cuando hablamos de la extracci�n de recursos naturales. De seguir as�, es inevitable que ocurra con otras especies lo que hoy vivimos con la merluza", dice Cosme Caracciolo. Las autoridades y la subsecretar�a reconocen que "los actuales niveles de captura hacen imposible que la merluza sobreviva". Seg�n el IFOP, "entre 2001 y 2005 la escasa poblaci�n adulta (de merluza) ha sido capturada con la red de arrastre de la flota industrial. El m�ximo rendimiento de la pesca industrial coincide con el per�odo de desove".
Para el IFOP la disminuci�n de la merluza ha sido mayor en la V regi�n, que por a�os fue el �rea artesanal por excelencia. "No se visualiza una mejor�a de aqu� a un a�o m�s. Se sab�a el riesgo de otorgar cuotas, ante la presencia de peces juveniles", dicen sus expertos. IFOP recomend� otorgar 42.000 toneladas. Sin embargo, el Consejo Nacional de Pesca, entreg� 62.000 toneladas. Del "compromiso" de disminuir la cuota, nadie se record�. M�s de 120.000 personas viven de la pesca artesanal y actividades asociadas a ella: encarnadoras, fileteadores, comerciantes, etc. "Mientras se sigan concentrando los recursos del mar en manos de unos pocos que sacan el mayor beneficio, el hambre, la cesant�a y el agotamiento de las especies se mantendr�n", agrega Eduardo Quiroz.
La maldita jibia
Para miles de pescadores la �nica alternativa es capturar jibia. "La necesidad nos hace correr riesgos. La gente se sacrifica, sobrecargando sus botes", dice Leonardo Mu�oz. Otro pescador, Emilio Figueroa, agrega: "Las �ltimas muertes ocurrieron porque no hay pescada. Hay que sacar la maldita jibia, que est� a precio de huevo. Nos quitaron la merluza y hoy pagamos con la vida de nuestros compa�eros. Ac� hay treinta embarcaciones que debido a su tama�o s�lo pueden pescar merluza, pero hoy salen a la jibia".
"La captura de la jibia se hace 'a pulso'. Hay que luchar con cada ejemplar y subirlo al bote", dice Leonardo Mu�oz. Pero de una tonelada no se obtiene m�s de 40 mil pesos. "S�lo en combustible y v�veres gastas 30 mil. No alcanza para mantener a una familia", agrega. A pesar de todo, d�a a d�a arriesgan sus vidas. Dante Vidal y Manuel Salas, llevaban treinta a�os como merluceros. Naufragaron y murieron al buscar jibias. A trav�s de un celular comunicaron que estaban a punto de volcarse cerca de Punta Curaumilla. Una inmensa ola los volc�. Varios pescadores acudieron al rescate. La Capitan�a de Puerto se uni� a las labores. Un tercer ocupante, Pedro Alarc�n, sobrevivi� a la tragedia. Salas y Vidal dejaron viudas e hijos, que mantendr�n el oficio. Alarc�n seguir� pescando. Pocos recuerdan que el subsecretario se hab�a comprometido a elaborar un mecanismo para "mejorar el precio de la jibia".
Eduardo Quiroz, presidente de la Federaci�n Nuevo Amanecer, cree que la presidenta Bachelet no impondr� una moratoria al arrastre: "No reconocer�n que cometieron graves errores. Seguir�n con paliativos, reconversi�n, esto y lo otro, jugando con el hambre", dice. "Con innovaciones t�cnicas, asignaci�n de recursos para mejorar embarcaciones, plantas pesqueras y una importante inversi�n estatal, la jibia ser�a alternativa. Pero la crisis es resultado de leyes nefastas: el primer enga�o fue el de las 5 millas -195 millas para los industriales y 5 para los artesanales-, luego, durante el gobierno de Ricardo Lagos, junto con los TLC vino la privatizaci�n, hasta el 2012. Los industriales elijen el recurso obtenido: el grande va a las bodegas, el peque�o, que ya est� muerto, al agua. Completan la cuota con juveniles. As�, la matanza de peces es tremenda".
Reina en la torre
El arrastre es reconocido en el mundo como un arte de pesca poco selectivo y depredatorio. "Desgraciadamente no nos escucharon. Hoy estamos frente a una crisis casi terminal. El Estado debe hacerse responsable del hambre que se vive en las caletas", dice Cosme Caracciolo, presidente de la Confederaci�n Nacional de Pescadores Artesanales (Conapach). La merluza no es la �nica especie en peligro. Hay una fauna asociada de 96 especies, entre ellas, el congrio colorado, dorado, tollo, pejegallo, lenguado, raya, y otras, que tambi�n son arrasadas. "Es una aberraci�n que los peces sean propiedad de alguien, estando a�n en el mar. El hambre es detonante de explosiones sociales. Nos preocupa que las autoridades sigan en el limbo. Bachelet es una reina en la torre: tiene buenas intenciones, pero su equipo econ�mico no le hace caso", agrega.
Grandes empresas como El Golfo, Alimar, B�o B�o y SPK han agotado la merluza. Miguel Nanjar�, dirigente de los artesanales de San Vicente, en la VIII Regi�n, explica que tienen problemas por las cuotas: "Estoy ac� en Valpara�so solidarizando con mis compa�eros pescadores. En mi regi�n vivimos lo mismo. Con botes peque�os y pescadores con cuotas m�nimas, no alcanza para subsistir. Queremos seis meses de pesca y otros seis de veda. Es la �nica forma de proteger los recursos. Pedimos a la autoridad que durante los meses en que la sardina desova no se pesque. Si no hacemos nada, en un par de a�os m�s la sardina desaparecer�, igual que la merluza", dice.
Para Gerardo Abarca, pescador de Caleta Diego Portales, la crisis se arrastra hace unos nueve a�os. Ha trabajado m�s de 50 a�os en la pesca: "Cuando empec� a ir a la mar, era un ni�o. Poco a poco llegaron barcas espa�olas. Sal�an del molo y al llegar a El Membrillo, ten�an la carga. Ahora barren el mar como una escoba. Ya no hay pescadas, sardinas, jureles, sierras... Los pel�canos nunca se ve�an en tierra. Est�n aqu� porque tienen hambre, igual que nosotros. Los cerqueros cierran 4.000 brazadas, obtienen la carga y lo dem�s lo botan. Lo mismo hace la red de arrastre. Elijen peces grandes y el 70 por ciento lo desechan muerto. Es criminal. Sacan jureles de no m�s de 15 cent�metros, millones de toneladas. El gobierno dice que la corriente se llev� la merluza m�s al sur. Es mentira. En todo el mundo los industriales han exterminado la merluza. Imag�nese cu�nto cesante queda. La soluci�n es proteger la mar, no vivir de limosnas".
En caleta Diego Portales vendieron m�s de la mitad de las embarcaciones: "Hab�a 120� si quedan 60, es mucho. Nos dicen que podemos hacer otro arte de pesca� Bien, pero con estos botes no. Para trabajar langostinos, hay que llevar trampas� no caben ac�. Cu�ntos han muerto ahogados por sacar jibias. En el �ltimo tiempo tres pescadores se han ahorcado, por la desesperaci�n", dice Leonardo Mu�oz.