Luis Alberto Romero: Argentina: Otra vez unitarios y federales (original) (raw)
9 de abril del 2008
Argentina
Otra vez unitarios y federales
Luis Alberto Romero
Club de Cultura Socialista / La Insignia. Argentina, abril del 2008.
Despu�s de 30 a�os, los unitarios y los federales han vuelto al discurso pol�tico. Aunque el sentido es claro, el uso no es muy apropiado. En 1822, en un pa�s sin Constituci�n ni Estado, el unitario Rivadavia introdujo el uso del presupuesto, mientras que el federal Rosas us� durante m�s de 20 a�os todo el ingreso fiscal del pa�s -las rentas de Aduana- para golpear a los adversarios, disciplinar a los partidarios y construir un poder personal del que no rend�a cuentas.
En 1853, la Constituci�n estableci� una rep�blica representativa y federal y acot� los poderes del presidente. Las provincias y el Congreso, con sus senadores y sus diputados, establecieron los criterios legales para la recaudaci�n y para el gasto, y dieron forma al antiguo principio: la contribuci�n fiscal debe estar asociada al consentimiento de los contribuyentes.
Muchas cosas cambiaron en el pa�s desde entonces. Los ingresos fiscales y los gastos se hicieron m�s variados y complejos. La puja por la distribuci�n de la carga fiscal y por la asignaci�n del gasto estatal fue cada vez m�s dura. Se abrieron otros �mbitos de negociaci�n. Pero un principio qued� firme: el lugar de la discusi�n y la resoluci�n era el Congreso.
A lo largo del siglo XX, gobiernos caudillistas y dictaduras militares erosionaron este sistema. El golpe decisivo lo dio la �ltima dictadura, que estableci� la arbitrariedad como norma. Durante mucho tiempo no advertimos la profundidad de la crisis del Estado y de las instituciones, ni lo d�biles que, frente a la magnitud del da�o, resultaban las intenciones y los instrumentos de los gobiernos democr�ticos y republicanos.
Desde 1989, las crisis, recurrentes y cada vez m�s agudas, alejaron la posibilidad de la reconstrucci�n. Se dijo que la crisis exig�a decisiones r�pidas; que los mecanismos representativos y burocr�ticos, llenos de controles, las entorpec�an. Es posible que en parte sea cierto. Pero, como explic� Hugo Quiroga, la "emergencia permanente" fue y es el gran argumento para la centralizaci�n de las decisiones y la supresi�n de los controles.
En tiempos de unitarios y federales, la Legislatura de Buenos Aires concedi� a�o tras a�o a Rosas la suma del poder p�blico. Desde hace algunos a�os, el Congreso delega en el presidente las decisiones presupuestarias clave: a qui�n cobrar y c�mo gastarlo. La caja presidencial -la chequera, como graficaron los dirigentes agrarios- es hoy el gran instrumento para concentrar el poder y seguir us�ndolo discrecionalmente, en la imposici�n y en el gasto. En 1853, la Constituci�n federal puso coto a esto. La Constituci�n est� vigente hoy, pero funciona poco y mal. Convendr�a volver a ella.
El autor es historiador y profesor de la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional de San Mart�n.
Art�culo publicado originalmente en el diario La Naci�n, de Argentina.