Roc�o Silva Santisteban: Per�: Libertad para Melissa Pati�o (original) (raw)

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30 de marzo del 2008

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Per�

Libertad para Melissa Pati�o

Roc�o Silva Santisteban

Columna Okupa / La Insignia. Per�, marzo del 2008.

De todas las personas a las que veo entre los muros del Establecimiento Penitenciario Chorrillos II los lunes por la tarde, ella era con la �nica que no habr�a deseado encontrarme. Estaba con un libro de Armando Robles Godoy entre los brazos, un polo claro, sus lentes de lectora empedernida y un rostro sereno pero absolutamente triste. Como sostiene Pilar Coll, cuando una va a la c�rcel sabe que no visita inocentes, pero cuando se encuentra con alguien como Melissa Pati�o, comprende que el sistema no s�lo es injusto sino incluso perverso.

No quise escribir p�blicamente al respecto cuando recib�a los innumerables correos electr�nicos que ped�an su libertad porque no ten�a mayores referencias. Desde afuera, mujeres solidarias como Susana Reisz, Francesca Denegri y Mariela Dreyfus me preguntaban por ella. Yo no sab�a nada, excepto que era enamorada de Giancarlo Huapaya, un poeta que conoc� en Villa El Salvador en uno de los recitales que organiz� hace un par de a�os el editor Alvaro Lasso. Por eso mismo, para enterarme bien, le pregunt� a Javier Ar�valo, sobre quien no puede pesar ninguna sospecha de acercamiento radical ni pol�tico de ninguna �ndole. Javier la hab�a convocado para trabajar con �l en el hermoso proyecto Recreo que dirige y que est� centrado en la difusi�n de la lectura. A Javier lo conozco desde hace muchos a�os y s� que si suscribe una defensa de Melissa Pati�o no es por empat�a emocional, sino por argumentos racionales.

Javier me confirm� lo que sospechaba: Melissa es una estudiante universitaria del programa de administraci�n de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con v�nculos con colectivos literarios y un activismo literario en su distrito, que fue invitada a Quito para participar de la Coordinadora Continental Bolivariana en lugar de un amigo de Stereo Villa. Un infeliz endose que, a estas alturas y en el Pabell�n C de delincuentes comunes del penal de "m�xima seguridad" para mujeres, es un pasaje para una de las peores temporadas en el infierno que le ha tocado vivir.

El lunes 24 de marzo ella entr� al auditorio de la c�rcel, donde dict� el taller de literatura, con bastante timidez, mientras hac�a la hora de patio que tiene asignada. Seg�n me coment� Melissa brevemente, acept� la invitaci�n para conocer Quito porque, como toda joven, quer�a viajar por Am�rica Latina y pisar otras ciudades, latear por esas calles y reconocerse en las librer�as y los parques, que fue lo que hizo cuando estuvo all�. El local de la reuni�n fue la Universidad Polit�cnica y la Casa de la Cultura de Quito, donde asisti� a conferencias de ind�genas mapuches y otros ponentes, pero cuando pod�a se escapaba para visitar la ciudad, la Universidad Cat�lica y el Caf� del Libro.

Cuando habl� con Javier, y despu�s de escuchar la historia de Melissa, supuse que el Poder Judicial no iba a dar inicio a un proceso, y si lo hac�a, pens� que en todo caso ir�an a dictar orden de comparescencia. Incluso supuse que si el jueves anterior escrib�a sobre ella, ya estar�a en libertad a la hora que se publicara el art�culo; inclusive por la natural posibilidad de que sus abogados habr�an interpuesto un recurso de habeas corpus. Pero el lunes me qued� impactada de verla en la c�rcel de m�xima seguridad como si fuese una avezada criminal o un mando militar de un grupo subversivo.

�De qu� se le acusa? Me dice que formalmente no se le ha notificado, pero que se tratar�a de un delito de intentar sabotear las cumbres o algo por el estilo. Seg�n la entrevista de Paul Maquet a Roque Gonzales La Rosa, la prueba del mismo es haber visto el video de Ra�l Reyes que se encuentra en youtube en este link, por si a alguno de ustedes, desocupados lectores, se les ocurre delinquir.

�Puede una muchacha peruana, de veinte a�os, pretender organizar un sabotaje a las cumbres y regresar al pa�s tan campante entrando por Aguas Verdes? Y, adem�s, todo esto perpretado desde... �la Casa de la Cultura de Quito!, local oficial del encuentro de la CCB. Ella me ha comentado que conoci� a las personas con las que viaj� en la misma agencia de transporte Flores, es decir, unos minutos antes de tomar el bus que la llevar�a hasta Tumbes, primero, y a Quito luego. Puede ser cierto, puede ser falso, pero en el caso del Per� y los dem�s pa�ses suscritos a tratados internacionales, lo que se presupone no es la culpabilidad para que la persona haga su descargo: lo que se presupone es la inocencia para que el fiscal haga su cargo. Excepto en flagrante delito -como es el caso de varias de las personas que ahora purgan prisi�n en esa misma c�rcel- o de alta peligrosidad, lo usual es que las pruebas encontradas sean lo suficientemente severas para declarar la detenci�n. Pero en este caso, adem�s de la asistencia al encuentro de la CCB, no hay pruebas de uso de armas, acopio de explosivos, ni de nada.

La criminalizaci�n y la sospecha nos puede llevar a enfrentarnos nuevamente con un escenario favorable para la intolerancia y la discriminaci�n (y me refiero a todas las partes, esto es, tanto a los agentes del Esrado como a grupos que pretenden desestabilizar al Estado). Si las actividades que se realizaron en Quito fueron p�blicas, e incluso televisadas por los medios, �es acaso factible que posteriormente se diga que se trata de actividades sospechosas? Es cierto que varios funcionarios est�n interesados en "pantallazos" medi�ticos que nuevamente, y de manera irresponsable, actualicen y pongan en agenda un tema inflado, como es el del supuesto v�nculo entre subversivos peruanos y las FARC. Pero estos intereses subalternos no pueden imponer su l�gica perversa para que una muchacha de 20 a�os est� entre rejas por una sospecha difusa en un caso confuso. No hay que repetir los errores que el Informe de la CVR ha se�alado con tanta lucidez. Por eso mismo, Melissa Pati�o debe de estar en libertad ya.