José María Laso Prieto, ¿Quién tiene la culpa?, El Catoblepas 58:6, 2006 (original) (raw)
El Catoblepas • número 58 • diciembre 2006 • página 6
José María Laso Prieto
Ramón Cotarelo publica su segunda novela
Con este mismo título, presenta el profesor Ramón Cotarelo su segunda novela en la editorial Calima Ediciones, de Palma de Mallorca. Una primera impresión que nos produce esta obra, es que el autor ha superado algunas de las deficiencias de primerizo en tales lides que se observaban en su primera novela titulada Fraternidad. Por otra parte, antes de iniciar su segunda novela, Ramón Cotarelo procuró documentarse sobre el terreno. Para ello recurrió a sus buenos amigos doña Lola Fernández Lucio y yo mismo para que le acompañásemos a contemplar en la localidad de Villaviciosa una finca que en su exilio había utilizado un general nazi que había sido un personaje de la famosa Luftwaffe. También visitamos otras mansiones en Asturias y todo ello se refleja en su actual novela que se desarrolla entre Oviedo, Madrid y Nicaragua. Asimismo esta excursión quedó reflejada en un párrafo de la novela en la que se alude a una pareja de intelectuales que tenían un casita en Valdediós, y son sin duda Juan Benito Arguelles y Lola Fernández Lucio.
En su conjunto, la novela se centra en las relaciones familiares y conflictos entre sus personajes centrales y otros que se podrían considerar como colaterales. El personaje en torno al cual giran todos los demás, sobre todo en la mitad de la obra, se llama Mateo y es un gran admirador de la Revolución Sandinista de Nicaragua, hasta el punto de que se traslada al país centroamericano para combatir como aviador voluntario en un MIG con el que combatir a los mercenarios «contra» al servicio de los norteamericanos intervencionistas. Mateo es derribado y hecho prisionero por los «contra». Su compañera, Natacha, organiza una expedición para rescatarle, que cuenta con el apoyo del embajador nicaragüense en Madrid. Al cabo de diversas vicisitudes, Mateo es canjeado y regresa inicialmente a España. Él, Natacha y el hermano de ésta, de nombre Alejo, habían formado parte de una especie de comunidad espiritual conocida como «el espíritu de 1981» que compartía los ideales sandinistas. Posteriormente, con el transcurso del tiempo, esa comunidad tiende a debilitarse por la incidencia de los acontecimientos posteriores como el referéndum sobre la pertenencia de España a la OTAN y el debilitamiento del movimiento sandinista. Todo ello hace que surjan apreciables diferencias en el seno del trío y que, finalmente Mateo regrese a Nicaragua para unirse a los sandinistas más radicales. Finalmente, en un ataque nocturno de la «contra» Mateo fue asesinado, con lo cual se perdió el personaje más interesante de la novela. Natacha, que había vuelto a Nicaragua, fue testigo de ese asesinato y acabó manteniendo relaciones sexuales con un compañero negro de Mateo. Como consecuencia de ello acabó alumbrando a un niño mulato, casi negro.
El ambiente de Oviedo está muy bien descrito a través de las características de los respectivos padres de los protagonistas. Uno de ellos es el matrimonio Quirós Versoix. Él era un magistrado de la Audiencia de Oviedo de corte muy liberal. Por el contrario, el padre de Natacha era un catedrático de literatura rusa muy reaccionario, que había estado en la División Azul, y de carácter muy rígido e intolerante, que pertenecía a la Universidad de Oviedo. Las relaciones entre ambas familias siempre fueron tan distantes que hizo fracasar algunos de los intentos de acercamientos mutuos. Todo ello, junto con la acción de algunos personajes secundarios hace muy variada e interesante la narración.
No obstante, lo más destacado de esta novela, es que constituye un elogio de la coherencia y la consecuencia en el mantenimiento de unos ideales, sobre todo, en lo que se refiere al personaje principal. Quizás la extraordinaria admiración del más destacado personaje del libro, el ovetense Mateo, por la Revolución Sandinista es que, por primera vez en la historia de las revoluciones sociales, la Revolución Sandinista ha sido la única realizada sin la aplicación de la pena de muerte. Posiblemente por ello, su ciclo histórico fue el más corto de tales revoluciones. Ello me hace recordar a un personaje histórico muy famoso, llamado Robespierre. Como se recordará, Maximilien Robespierre fue inicialmente radicalmente contrario a la pena de muerte y también estuvo en contra de que la República Francesa declarase la guerra a sus potenciales enemigos. Sin embargo, posteriormente, por exigencias de la defensa de la causa revolucionaria, se vio obligado a rectificar drásticamente cuando presidió el famoso Comité de Salud Pública. De adversario de la pena de muerte y de la guerra, pasó a ser el más radical partidario de ambas formas punitivas. Con ello se confirma el hecho de que muchas veces los personajes históricos se ven obligados a actuar en contra de sus convicciones iniciales.
La parte final de la obra se diversifica mucho, a través de la relación de la protagonista, Natacha, con un antiguo novio de nombre Ramiro que se muestra muy insistente en la recuperación de la relación y que incluso está dispuesto a adoptar los tres hijos de Natacha, los dos gemelos hijos de Mateo y el mulato de Arístides. En la contraportada del libro se dice de Ramón Cotarelo, «el autor cultiva igualmente el género literario con Cambio de rumbo (relatos, 1993) y Fraternidad (novela, 1994),compagina su labor investigadora y publicística con una presencia activa en los medios, tanto de prensa escrita, con una columna en Diario 16 como audiovisuales, como contertulio en Protagonistas, de Luis del Olmo, en Onda Cero».