José María Laso Prieto, La Izquierda en el siglo XXI, El Catoblepas 59:6, 2007 (original) (raw)

El Catoblepas, número 59, enero 2007
El Catoblepasnúmero 59 • enero 2007 • página 6
Desde mi atalaya

José María Laso Prieto

Ramón Cotarelo publica un libro con este título

Ramón Cotarelo, La izquierda en el siglo XXI, Universidad Externado de Colombia, Bogotá 2006, 183 págs.Con este mismo título, La Izquierda en el siglo XXI, publica Ramón Cotarelo su libro publicado por la Universidad Externado de Colombia, y que es una obra muy útil para tener una idea de lo que es la izquierda actual. El profesor Ramón Cotarelo, nacido en 1943, es M. A. «In Politics» por la Universidad de Lancaster (Inglaterra), Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid y catedrático de Ciencia Política de esa Universidad, de cuyo Departamento de Ciencia Política y de la Administración fue Director. En la actualidad imparte docencia en las materias de «Teoría Política Contemporánea», «Sistemas políticos comparados», «Arte y política» y dirige un programa de doctorado sobre «conflictos políticos y procesos de pacificación». Ha publicado ya más de una treintena de libros sobre su especialidad y asimismo un libro de cuentos, dos novelas y dos libros de crítica literaria. De uno de éstos, publicamos recientemente en La Nueva España una reseña titulada «La fabula del otro yo». En esta reseña, analizando el problema del doble en literatura, demuestra tener un conocimiento amplísimo y profundo de la literatura universal, que pretende completar con un segundo tomo sobre el tema.

Para proporcionar una idea de la amplitud de su temática actual, conviene reproducir el índice de esta obra. Sus capítulos son: primero, a modo de justificación; segundo, dos propuestas; tercero, la sombra de la ruina; cuarto, el mundo nos pertenece (la izquierda y la globalización); quinto, Y no siempre queda la patria (la izquierda y el nacionalismo); conclusión y bibliografía.

En su «A modo de justificación» dice: «Sobre la izquierda se ha escrito mucho y seguirá escribiéndose. No es por deformación profesional, pero encuentro el asunto interesante. Por muy repletos que estén los anaqueles de las bibliotecas de libros sobre esta orientación política, siempre habrá lugar para uno nuevo. La izquierda es venero inagotable a fuerza de misterio. Una de sus características es su afán intermitente de examen de conciencia, un modo de ser fundamentalmente introspectivo. Algo que no sucede con la derecha. Por el contrario la de la izquierda es aquella cuya misión parece ser cuestionar todo lo existente, encontrándose a sí misma, lógicamente se cuestiona (...). Se trata de un debate permanente, que dura más de cien años, sobre la esencia de la izquierda. ¿Qué es y que no es la izquierda? Un acuerdo no ya universal, ni siquiera de validez general en un único ámbito cultural. La razón de tanta discrepancia reside probablemente en que el concepto es de carácter histórico y carece de un único contenido, por el que todas las observaciones que se quieran hacer de él, filosóficas, morales, políticas, son irrelevantes.

«Derecha e izquierda –dice Bobbio– no son palabras que designen contenidos fijados de una vez y para siempre. Pueden designar diferentes contenidos, según los tiempos y las situaciones... lo que es la izquierda lo es con respecto a la derecha. El hecho es que izquierda y derecha representan una oposición que quiere decir simplemente que no se puede ser lo mismo de derechas y de izquierdas. Pero no quiere decir nada sobre el contenido de las dos partes contrapuestas. La oposición permanece, aunque los contenidos de los opuestos puedan cambiar.»

En la contradicción entre los conceptos de derecha e izquierda, como términos opuestos de una relación, lo que es permanente es la relación, la oposición, la confrontación y el conflicto. Para que exista un conflicto (fuera del que cada ser humano lleva en sí mismo) es necesaria la presencia de dos partes enfrentadas cuando menos.

Tratando no obstante de precisar eventuales contenidos, el profesor Cotarelo precisa así. «Para dejarlo en sus elementos más simples, considero de izquierdas toda actividad que cuestione el orden social existente y pretenda transformarlo en la realidad material, mediante el empleo de los elementos legales en el Estado democrático de Derecho, no para volver al «statu quo ante» sino para alcanzar un orden social nuevo que descanse sobre la trinidad revolucionaria de «libertad, igualdad y fraternidad». El hecho de que en los discursos más recientes, la izquierda se olvide de la famosa fraternidad, y prefiera hablar de solidaridad, sólo debe atribuirse a un afán de actualidad algo puntualista».

Asimismo puntualiza el profesor Cotarelo: «Por descontado, siendo el ámbito de lo político tan subjetivo, y moviéndose en un ámbito en el que es difícil distinguir entre enunciados descriptivos, normativos y desiderativos, conviene precisar que el marxismo no ha fracasado, ni el comunismo, simplemente se ha abierto una nueva etapa y muy prometedora. Merece la pena considerar que, como expone Carlos Fabretti, que «el hecho de que en la Unión Soviética y los países socialistas de la Europa del Este, la revolución no desembocara en la democracia, es el principal argumento de la derecha a favor del supuesto fracaso del marxismo que muchos creyeron derrumbarse junto con el muro de Berlín. Pero la caída del muro de Berlín no fue el principio del fin sino el fin del principio. Con el desmembramiento de la URSS terminaba la fase primitiva, infantil, del llamado socialismo real y empezaba una nueva etapa de maduración y desarrollo. El dramático «periodo especial» que atravesó Cuba, tras la crisis de la Unión Soviética, fue una crisis de crecimiento, y su superación el segundo triunfo de la Revolución Cubana».

Después del marxismo, ¿puede haber una izquierda no marxista? La pregunta es un poco irritante, como todas las que ofician de clarificadoras, por cuanto la respuesta es sí y no al mismo tiempo. No por que la huella del marxismo es imborrable. De no haber pasado Marx por el mundo, quizás no hubiera Departamentos de historia social en las Universidades. ¿Y cómo se entiende, sino pensando en marxista, el repentino interés de la derecha mundial en dar la batalla de las ideas? Son los viejos soldados de la izquierda, retornados al pensamiento conservador, los que en los años del eurocomunismo, del socialismo con rostro humano y similares fórmulas de sospechoso tufo mercadotécnico, bebieron en Gramsci las ideas del bloque de clase, la hegemonía ideológica (sobre todo ésta última) y el intelectual orgánico.

Con esta obra, donde el profesor Cotarelo introduce tantas matizaciones y precisiones, no cabe duda de que contribuye muy potentemente a lo que puede ser la izquierda en el siglo XXI: Hay que felicitarle por su notable aportación a tal fundamental tema.

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