José María Laso Prieto, Estudio de las fuerzas políticas que actúan en Euzkadi y su respectiva potencialidad, El Catoblepas 85:6, 2009 (original) (raw)

El Catoblepas, número 85, marzo 2009
El Catoblepasnúmero 85 • marzo 2009 • página 6
Desde mi atalaya

José María Laso Prieto

Publicado en 2000 en El Basilisco, nº 27

En un prólogo, que en su día elaboramos para el libro La lucha por la Democracia en Oviedo, del ex-concejal Juan Fernández Ania, abordamos el tema de la necesidad de recuperar la memoria histórica colectiva de lo que había sido la lucha por el restablecimiento de la democracia en España. Es evidente que tal necesidad es muy acuciante por las consecuencias negativas que tiene esa pérdida para la conciencia cívica y política de los españoles. Nos referimos, claro está, a un aspecto parcial de esa memoria histórica colectiva. El que trata de la lucha clandestina por la recuperación de la democracia en España. Por las condiciones en que se realizó en España la transición hacia la democracia, se ha producido un raro fenómeno respecto a tal lucha. España es el único país de Europa Occidental donde no hubo una ruptura política democrática al eliminar el fascismo. Se dio, en cambio, el híbrido denominado «ruptura pactada» que fue un compromiso entre las fuerzas democráticas y el sector evolucionista que procedía del régimen franquista. Se consiguió así la amnistía para los presos políticos y exiliados y, en contrapartida, la no exigencia de responsabilidades penales para quienes habían asesinado y torturado al servicio del régimen franquista. En principio, ello resultaba positivo y coincidía, en, lo concreto, con la política de reconciliación nacional que preconizaba el PCE. Empero, tal compromiso supuso también importantes consecuencias negativas para los españoles. Una de ellas, que no se democratizó a fondo el aparato represivo estatal. Del sector de jueces militares y civiles, así como en el de policías, apenas si hubo cambios entre quienes habían actuado represivamente contra los demócratas. Con consecuencias no menos negativas que la anterior, actuó una especie de manto oscuro tras el cual se trató de ocultar la lucha clandestina de los demócratas españoles contra la dictadura franquista. En ese sentido, se trató de completar la manipulación y tergiversación que la dictadura franquista realizó de la lucha contra su régimen. Sin embargo, la manipulación continuó todavía una vez restablecida la democracia en España. Sobre todo, mediante un consenso que suscitaba la oscuridad y el silencio sobre los verdaderos protagonistas de esa lucha. Así, aprovechándose de tal coyuntura, proliferaron relatos y memorias de quienes no habían sufrido más que días escasos de detención, destierros y confinamientos menores. Por el contrario, se trató de ocultar la lucha de quienes habían sufrido largos años de prisión, fueron fusilados o estuvieron a punto de serlo. Incluso hubo quienes pretendieron que el mayor mérito y protagonismo, en el restablecimiento de la democracia en España, la correspondía a don Juan de Borbón.

Al plantear este tema, no se trata meramente de reivindicar el protagonismo a unos y rasgárselo a otros. El problema es más profundo. Se trata de las consecuencias que ha tenido ese borrado, o neutralizado, de una faceta importante de la memoria histórica colectiva de los españoles. Actualmente, la gran mayoría de los ciudadanos o desconoce, o apenas conoce, la importancia que tuvo la lucha por el restablecimiento de la democracia en España. Y ello constituye una grave limitación para el desarrollo de la conciencia colectiva de los demócratas españoles. Este fenómeno afecta, sobre todo, a las nuevas generaciones que no vivieron aquella etapa histórica y, como consecuencia, fomenta su «pasotismo» y descompromiso político y social.

Además de las razones expuestas, para publicar el denominado «Informe de Laso», se da otra no menos relevante. Tal Informe, cuarenta y dos años después de su elaboración, constituye un auténtico documento histórico, ya que refleja muy bien uno los aspectos más relevantes de la lucha contra el franquismo. recuperación actual se la debo a la Directora del Archivo Histórico del PCE, Victoria Ramos, que muy amablemente me facilitó una copia del original allí archivado. Fue una buena iniciativa suya, ya que, en realidad, los documentos que yo le había solicitado eran fotocopias de números del periódico clandestino La Libertad que yo editaba entre 1943 y 1947. Es decir, antes de ingresar en el PCE.

El origen del «Informe de Laso» es un viaje que realicé clandestinamente a París en Diciembre de 1957. Tuve que utilizar un pasaporte francés falsificado por el equipo técnico que dirigía Domingo Malagón, que tan bien queda descrito en el libro MALAGÓN, biografía de un falsificador cuya coordinación realizaron Mariano Asenjo y Victoria Ramos. La finalidad de tal viaje clandestino era doble. De una parte, que me conociese, personalmente, la dirección del PCE. De otra, que informase sobre las fuerzas políticas que actuaban en Euzkadi, y del resultado de las elecciones sindicales que se habían realizado en el País Vasco en Septiembre de 1957. Una vez que llegué a París, dispuse de unos días para elaborar ese doble informe. Poco después lo leí en una reunión conjunta del Secretariado del Partido Comunista de Euzkadi y del Buró Político del Partido Comunista de España. Como el Informe fue muy amplio, 28 páginas a máquina de escribir, en un sólo espacio, Santiago Carrillo –que presidía la reunión– propuso posponer la discusión de mi informe hasta que finalizasen las reuniones del Buró Político, a las que se me invitó a participar con voz pero sin voto. Como consecuencia, recorrí, durante casi un mes, toda la banlieu de París, ya que las reuniones se celebraron en los locales de la CGT situados en los distintos barrios periféricos de la capital francesa.

El denominado «Informe de Laso» está mecanografiado sobre la base de la transcripción mecanográfica que realizó el entonces secretario particular de Santiago Carrillo, Julio Aristizabal. Como consecuencia, tiene algunas erratas que no alteran lo sustancial del texto aunque, a veces, se haya producido alguna sustitución de palabras. En todo caso, valoro mucho que la dirección de El Basilisco me haya solicitado la publicación de un informe que, con toda justicia, considera como un auténtico documento histórico.

«Informe de Laso»
(diciembre de 1957)

El estudio de las diferentes fuerzas políticas que actúan en la arena política en Euzkadi, ofrece indudablemente gran importancia, ya que es indispensable para que los organismos dirigentes del partido puedan conocer con exactitud la situación real en el interior de la nación y en consecuencia, elaborar la táctica más adecuada para el desarrollo posterior de la lucha contra el franquismo. Sin embargo, un análisis de esta índole presenta en la actualidad muchas dificultades, debido a que exceptuando a nuestro partido la mayor parte de las fuerzas políticas en presencia no han alcanzado todavía el suficiente grado de organización para que pueda ser fácil su identificación y clasificación sistemática. En la práctica, por el momento, se trata sólo de embriones de los futuros partidos político y se circunscriben a determinados grupos más o menos numerosos polarizados en torno a ciertas personalidades que por su relieve intelectual, posición social o capacidad política, constituyen un núcleo de atracción.

A las dificultades mencionadas, deben añadirse las derivadas del confusionismo creado por una situación política sujeta a continuas fluctuaciones, que impiden considerar como definitivas todas las apreciaciones que acerca de las características exactas de los grupos y fuerzas pudiera formarse como señala acertadamente nuestro secretario general, camarada Dolores Ibarruri, en su informe ante el III Pleno del Comité Central del Partido Comunista de España: «En este sentido, hay que comprender que la situación es de una inestabilidad extraordinaria y que toda clasificación de las fuerzas, aunque sea necesario hacerlo para orientar nuestra política tiene siempre un carácter provisional y forzosamente un poco esquemático.»

Por lo tanto, después de haber señalado las limitaciones que está sujeto el presente estudio, pasamos de lleno a iniciarlo. En este sentido, una aplicación consecuente del método marxista de análisis de las superestructuras políticas nos lleva previamente al examen de la estructura económica que constituye su base determinante y, en consecuencia, a estudiar el papel de las diferentes clases sociales, de las cuales los distintos partidos políticos son los portavoces en la defensa de sus intereses.

Dado que la correlación actual de fuerzas nos muestras que la clase obrera constituye el motor que moviliza a las restantes capas de población, comenzaremos como es natural por ella y en primer lugar por su vanguardia más combativa: el Partido Comunista.

Veinte años de fascismo, y su consecuente represión terrorista, no han podido desarraigar en el proletariado vasco el cariño y adhesión a su partido marxista-leninista: el PC de Euzkadi. Por el contrario, todos los datos que poseemos corroboran que cuenta con más adherentes y simpatizantes que en cualquier época del pasado. Esto es cierto hasta el punto de que, se admite en general, que puede darse por finalizado prácticamente el casi monopolio de representación de la clase obrera que en el pasado ostentaron los socialistas. En la actualidad, una gran parte de la clientela política del PSOE ha abandonado las directrices políticas oportunistas de sus dirigentes y se considera comunista, milita en las organizaciones del PC o las apoya con su simpatía.

Este fenómeno, no es exclusivo de los obreros de ascendencia socialista, sino que se produce también entre los de procedencia cenetista o nacionalista y sobre todo, especialmente entre los obreros sin partido. Es decir, entre los que antes de la guerra civil no militaban en ninguna organización obrera o entre los que por pertenecer a las nuevas generaciones de la posguerra no tuvieron tiempo e hacerlo.

Profundizar en las causas determinantes de la citada evolución de la clase obrera vasca, nos llevaría mucho tiempo. Por ello nos vamos a limitar a enumerar, más o menos esquemáticamente, los factores que han contribuido a ello, sin que el orden de la enumeración suponga forzosamente una clasificación dada su importancia relativa. No obstante comenzaremos por uno de los que a nuestro juicio, se puede considerar como fundamentales.

  1. El hecho indudable de que durante todo el periodo de la negra reacción, y brutal dominación franquista, ha sido el partido la fuerza más combativa y de hecho durante largo tiempo la única activa en la lucha popular contra el franquismo. Como es lógico, el pueblo vasco en general, y el proletariado en particular, han sabido apreciar este hecho que con lógica aplastante le señala de qué lado pueden encontrar la ayuda más consecuente en sus aspiraciones de democratización y emancipación social. Para contrarrestar este realidad, de nada ha servido que determinados anticomunistas, camuflados con etiquetas democráticas lo hayan intentado, calumniando al partido y a la Unión Soviética al pretender que ambos, tras los bastidores de una aparente opinión, se entendían secretamente con Franco. El vacío en que han caído mentiras tan groseras, y el ridículo que han proporcionado a sus propagadores, no puede sorprendernos, ya que los hechos poseen una fuerza invencible, rebelde a todas las tergiversaciones.

  2. La creciente simpatía hacia la Unión Soviética de las más diversas capas populares que han visto en ella, durante estos años de opresión, la más consecuente amiga del pueblo español en su lucha por la libertad. Por otra parte, a pesar de las deformaciones franquistas el pueblo de España va conociendo gradualmente las realizaciones soviéticas en los más diversos campos e las actividades humanas, y las atribuye –justamente– a la superioridad del sistema socialista sobre el capitalista. A la generalización de esta concepción, aún entre los sectores más influenciados por la propaganda enemiga, han contribuido considerablemente los grandiosos éxitos soviéticos en materia de Sputnicks. Complementario de lo anterior, es la ascendente impopularidad de los americanos en España. Esta impopularidad de los yanquis no sólo tiene por origen el descarado apoyo que, han proporcionado a Franco, mientras simultáneamente se presentan con el mayor cinismo como los «abanderados del mundo libre», sino que se deriva también de su política belicista general y, muy especialmente, de su propósito de servirse de nuestro país para lanzar un ataque contra la URSS exponiendo a la población de las cercanías de las bases a las represalias consiguientes. De ahí que la mayoría de la población española haya acogido con complacencia el fracaso de los yanquis en el lanzamiento de su satélite artificial. Sobre todo porque éstos pretendían concederla una significación bélica que apuntalase su tambaleante «política desde posiciones de fuerza».

  3. Consecuencia de los dos factores citados, es el hecho de que se observa un aumento apreciables del interés de diversos grupo sociales hacía la doctrina marxista-leninista. Aparte de que entre la clase obrera penetra más de día en día la influencia de las ideas marxista, merced a la labor propagandista del partido, es digno de señalarse que es, sobre todo, entre los intelectuales: artistas, estudiantes, &c., donde se observa con más intensificación este fenómeno. Al reforzamiento de la citada tendencia puede contribuir considerablemente la aparición de la revista N.I. –la cual ha producido una excelente impresión en los medios culturales– y la regularidad en la publicación de Nuestra Bandera.

  4. Asimismo hay que tener en cuenta que cada vez cobra más cuerpo la mente del proletariado vasco la necesidad de no limitarse a una lucha puramente reivindicativa en el aspecto económico, pues de lo que se trata es de modificar radicalmente la actual estructura social, poniendo definitivamente punto final a la explotación de los trabajadores. Esta convicción atrae hacia el partido a un creciente número de personas que en el pasado pusieron sus esperanzas en el Partido Socialista, pero más adelante han comprobado en la práctica que en ningún país donde este partido ha llegado al poder, ha realizado reformas sociales sustanciales que iniciasen la fase de edificación socialista.

La situación se ha clarificado hasta tal punto que, todo el que desea sinceramente poner fin al capitalismo no puede dejar de comprender que sólo se puede llegar a ello si la clase obrera es dirigida en su lucha emancipadora por un partido marxista-leninista. Últimamente y, sobre todo entre los intelectuales, las nuevas tesis sobre la posibilidad del paso pacífico hacia el socialismo han contribuido notablemente a aumentar la atracción que el Partido ejerce sobre vastas capas de población.

Como se pude apreciar, por las causas enumeradas, el balance es francamente satisfactorio en cuanto a la extensión actual de la influencia del Partido entre la clase obrera vasca y otros sectores de la población de Euzkadi. Sin embargo, procediendo con objetividad, debemos de reconocer, que, a pesar de que en los últimos tiempos se han realizado importantes avances en el aspecto de organización, por el momento, el estado de ésta sigue muy en retraso con respecto a la influencia real anteriormente mencionada. Aunque es normal que en una fase de clandestinidad, por las dificultades inherentes a ella, el grado de organización difícilmente puede alcanzar al de la susodicha influencia, no cabe duda tampoco de que asimismo contribuyen a ello otros factores. Entre ellos se pueden citar los siguientes:

a) Cansancio entre los viejos militantes que fueron duramente golpeados en la guerra y posguerra y posterior lucha clandestina, los cuales, en general –salvo honrosísimas excepciones– se han inhibido en los últimos años de participar en las organizaciones regulares del Partido. Aparte del cansancio, también ha contribuido a su actitud el hecho de que, en la mayoría de ellos, la preparación política es muy débil, y ello les impide apreciar el desarrollo de la lucha en su adecuada perspectiva.

b) Insuficiente trabajo de reclutamiento entre la juventud, a pesar de que la rebeldía inherente a los obreros jóvenes, ofrecía excelente campo para ello. No obstante, como estos jóvenes se desentendían aparentemente de la política, no hemos sabido valorar adecuadamente su postura. Asimismo ha ayudado a ello la actitud estrecha de algunos antiguos militantes que desconfían de la juventud, tanto por razones de seguridad como por considerar que no había alcanzado el grado de preparación para militar en el Partido. Esta actitud es tanto más errónea cuanto que la militancia en el Partido es la mejor escuela para que los adherentes puedan desarrollar sus conocimientos políticos. Sin embargo, últimamente se han dado importantes pasos en la corrección de estos errores, pudiéndose afirmar rotundamente que, la organización del Partido en Euzkadi, sin descuidar la recuperación de antiguos militantes, tiende sobre todo en sus esfuerzos de reclutamiento a captar entre la juventud, la masa de sus futuros militantes y cuadros.

c) El sectarismo que durante todo un periodo ha caracterizado a algunos de los militantes –sobre todo entre los viejos– el cual ha sido muy perjudicial no sólo para el desarrollo de la organización del Partido, sino sobre todo para el reforzamiento de las relaciones con persona de otras tendencia políticas con vistas a la unidad general antifranquista. En este terreno, la evolución posterior es también muy satisfactoria, habiéndonos proporcionado gran ayuda la corrección general por el Partido de los errores del culto a la personalidad y el restablecimiento de la dirección colectiva. En el proceso de corrección del sectarismo, hemos tenido especial cuidado en no caer en el extremo opuesto: el oportunismo. Para evitarlo, la dirección del Partido en Euzkadi se ha esforzado en hacer comprender a todos los camaradas, cómo la política de reconciliación nacional, ni excluye la lucha de clases, ni supone abandono alguno de nuestros principios ni de nuestros objetivos finales. Hay que reconocer que, en el periodo actual de la lucha, y muy especialmente debido a las características especiales de ésta, el oportunismo no ha supuesto en Euzkadi el mismo peligro que el sectarismo.

d) La insuficiente utilización de las posibilidades legales, sobre todo en los sindicatos, ha sido durante largo tiempo una de las principales deficiencias de la labor del Partido en Euzkadi, aunque a ello han contribuido causas objetivas, como la desconfianza de los trabajadores vascos en general, hacia los sindicatos, porque su carácter corporativo fascista, no cabe duda que también ha jugado su papel el sectarismo anteriormente citado y el trabajo rutinario y artesanal que, a causa de su debilidad orgánica, caracterizó la reanudación de la actividad el partido en Euzkadi a partir de la caída general de su organización en abril-mayo de 1948. También en este terreno se han corregido en general, las deficiencias, como lo demuestra elocuentemente el resultado muy satisfactorio obtenido en las recientes elecciones sindicales el cual proporciona al Partido una base importante en los sindicatos, no sólo para el actual periodo de la lucha, sino posiblemente también para que pueda ser posible en un futuro relativamente próximo la transformación, mediante su democratización, de los sindicatos actuales en un sindicato único de la clase obrera. La satisfactoria utilización de las posibilidades legales que caracteriza el último periodo de trabajo del Partido no le limita sólo al aspecto sindical, sino que se extiende también a las organizaciones culturales como la «Asociación Artística Vizcaína» y el «Instituto de Cultura Hispánica» donde se han obtenido también muy apreciables resultados.

e) Se puede considerar asimismo como una debilidad del Partido en Euzkadi la insuficiente atención que durante bastante tiempo se prestó al problema nacional del pueblo vasco. No podemos decir lo mismo del Secretariado del PC en Euzkadi pues la carta dirigida a un grupo de nacionalistas, publicada en Nuestra Bandera, constituyó una buena aportación y asimismo lo ha sido, aunque por limitaciones por su irregularidad, la publicación de Euzkadi Roja. La corrección de esta debilidad se inició sobre todo a partir de fines del año pasado, en que se constituyó formalmente la dirección del Partido en el interior de Euzkadi. Desde entonces, ésta se has esforzado en superar los prejuicios de chovinismo centralista que arrastraban del pasado algunos camaradas, cuidando de no caer tampoco en el nacionalismo burgués. En este sentido, h a jugado un papel importante Aurera, cuyo prestigio ante el proletariado vasco se ha acrecentado extraordinariamente a raíz de la publicación de un artículo sobre el problema nacional con motivo del día de Aberi-Egura. Una buena ayuda la ha constituido también la constitución de Euzkadi Obrera –muy acertada la modificación del nombre dadas las nuevas condiciones– sobre todo por el desenmascaramiento que en su primer número se hace del papel tan importante que la burguesía monopolista vasca desempeña en el seno de la oligarquía financiera española. Sería muy conveniente que Euzkadi Obrera se distribuyese en el país con regularidad y en mayor cantidad que hasta ahora.

A pesar de los progresos iniciados, todavía queda mucho camino que recorrer en la corrección de la debilidad mencionada, y quizá, no se pueda superar totalmente , sin una discusión a fondo del problema nacional por la totalidad del Partido en Euzkadi, como lo ha hecho el PSUC en su último congreso.

PSOE

Por las causas que ya examinamos al estudiar el fortalecimiento de nuestro Partido se hace evidente la pérdida de una parte de la influencia que el PSOE, con anterioridad a 1936, ejercía entre la clase obrera vasca. Sin embargo, a raíz del fin de la última guerra mundial, en un periodo que abarca desde 1945 a 1948, pareció que el Partido Socialista sería capaz en el país vasco, de mantener una parte sustancial de sus anteriores efectivos. Fue éste también el periodo de su máxima actividad clandestina, cuando aparte de contar con organizaciones en numerosas factorías del país, distribuían con abundancia y regularmente Lucha de clases (órgano del Partido) y Aurera (órgano de la UGT). Sin embargo, aún durante esta época de auge de su actividad, desempeñaron, en general, el papel de freno de la lucha popular. De todos es conocido que la grandiosa huelga general del 1º de mayo de 1947 –planteada por iniciativa del PC de Euzkadi– si no se extendió y prolongó, asentando un golpe todavía más fuerte al franquismo, fue por la actitud vacilante de los socialistas que preconizaron la vuelta al trabajo, cuando existían magníficas condiciones para el mantenimiento de la huelga, sembrando la confusión entre los trabajadores.

No obstante, fue a partir del Congreso del PSOE, celebrado el Toulouse en julio o agosto de 1947, cuando, como consecuencia de haber roto las proposiciones oportunistas de Prieto la unidad de las fuerzas republicanas en el exilio, se acentuó dicho papel de freno contribuyendo de lleno a tratar de contrarrestar varias acciones reivindicativas iniciadas por el PC de Euzkadi y singularmente la huelga general que posiblemente hubiera tenido lugar el 1º de mayo de 1948.

Esta política derrotista, unida a una gran negligencia en cuanto a medidas de seguridad, que permitió a los franquistas introducir confidentes policíacos en las organizaciones socialistas, tiene por consecuencia la casi total desaparición del Partido Socialista como fuerza eficaz en el interior de Euzkadi. A partir de entonces dejan de distribuirse masivamente Lucha de clases y Aurera, limitándose la propaganda al envío irregular a determinados militantes socialistas de ejemplares aislados de El Socialista y algunos artículos de Prieto.

Posteriormente se realizan intentos de reconstruir la organización, pero unas tras otras, todas las ejecutivas en el interior de Euzkadi van cayendo en manos de la policía. Entre tanto ha subsistido, después de haber pasado por varias vicisitudes una presentación socialista en el Consejo Delegado del Gobierno de Euzkadi. Sin embargo, este organismo, que debía haber desempeñado el papel de centro coordinador de la acción unitaria antifranquista en el país vasco, la causa de la pasividad de nacionalistas y socialistas, se había convertido ya en esta época en una especie de sociedad de socorros mutuos, dedicada únicamente a prestar una escasa ayuda económica a correligionarios en apuros. No obstante aún esta labor limitadísima, cesó a partir de abril de 1952, cuando a causa de la existencia de Euzkadi de dos Ejecutivas rivales (consecuencia de la rivalidad entre Cecilio Gordua y Sandalio Gómez Beltrán) caen ambas y por derivación de la representación socialista es detenido el Consejo Delegado en la totalidad de sus componentes.

Desde entonces no hay más indicios de actividad socialista organizada. Al parecer algunos antiguos militantes siguen cotizando, más o menos regularmente, en ciertos talleres, pero el fondo recaudado ser reserva para ayuda de algunos de ellos que puedan ser detenidos. Otros se limitan a conversar de política mientras alternan por bares y tabernas. Las discusiones que inician suele ser de muy poca altura, a causa de su escasa formación política, y de ahí que muchos antifranquistas califiquen despectivamente a estos grupos con la denominación de «socialistas de taberna».

Por lo que se refiere al sector intelectual ha surgido, en el Instituto de Cultura Hispánica de Bilbao un grupo que se autocalifica de socialista, integrado por el economista José Maña Sáez, el abogado Enrique Gil Sanz y el químico Pablo Madariaga. Sin embargo, algunos de ellos poseen convicciones religiosas: consta que no mantienen contacto orgánico con el PSOE y, por lo tanto, más que de socialistas propiamente dichos, en la aceptación de la palabra de España, se trata de personas que coinciden con la necesidad de ciertas reformas en la actual estructura económica de la sociedad española. Con este grupo se halla el Partido en buenas relaciones, formando parte además de un organismo unitario que después describiremos más ampliamente.

La impresión que producen los datos consignados es de que la potencialidad actual del PSOE en Euzkadi no es muy considerable. Debe tenerse en cuenta, no obstante, que en el futuro, cuando se hayan restablecido las libertades democráticas, se acrecentará, pues existe una base social objetiva destinada a proporcionar clientela política a los socialistas, la cual se halla constituida por el sector de la llamada «aristocracia obrera» (que se beneficia de alguna de las migajas del banquete de la burguesía) e importantes capas sociales pequeño-burguesas, vacilantes en cuanto a su posición de la lucha de clases.

Incluso hoy en día parece observarse cierto acrecentamiento de su actividad, sobre todo en lo que se refiere al aspecto de la propaganda. No deja también de ser significativo, pues demuestra que a pesar de su pasividad, todavía influencian ciertos medios obreros, el hecho de que un solo socialista que trabaja en los Astilleros de la Naval y el cual se las da de dirigente, aconsejando a algunos de sus correligionarios despedidos, haya logrado hacer abortar la carta que iban a dirigir a los obreros de la citada empresa. De todas formas, en general, puede afirmarse que los trabajadores socialistas participan junto a los comunistas y sus restantes hermanos de clase en las luchas reivindicativas lográndose así en la práctica la unidad por la base.

Por último, y aunque se trate de una personalidad aislada, no estará de más mencionar el caso de Juan Elua, de la ABAO, el cual por sus relaciones sociales y el puesto que desempeña, está jugando, y puede aún más jugar en el futuro, un papel muy importante. De convicciones socialistas, Elua es decidido partidario de la unidad de acción de socialistas y comunistas, no sólo por lo que se refiere a la actual fase de la lucha contra el franquismo, sino que la considera también indispensable para la futura edificación socialista. Las relaciones del Partido con él son excelentes y está prestando ya una buena ayuda en los preparativos de la Jornada Nacional de Lucha Programada.

CNT

En primer lugar hay que tener en cuenta que, contrariamente a lo que ocurría en Cataluña, los anarcosindicalistas nunca contaron en Euzkadi con gran fuerza. La localidad donde posiblemente contaban con mayor influencia era Baracaldo, pero el núcleo más activo de ella desapareció con la guerra.

Con posterioridad a la liberación de Francia, algunos cenetistas llegados de ésta, reconstituyeron la organización en Euzkadi, pero la escisión producida en la emigración entre «puros» y «políticos» repercutió desfavorablemente sobre ella restándole eficacia. Aun así la CNT participó junto con la UGT y el Sindicato de Trabajadores Vascos en la preparación de la huelga general de 1947 y en otras acciones del mismo periodo. A partir de entonces, y al parecer como consecuencia de haberse infiltrado agentes franquistas en las organizaciones cenetistas de la emigración, van siendo gradualmente destruidas por la policía las sucesivas organizaciones que actúan en Vizcaya. Asimismo por entonces corrió la misma suerte un organismo integrado por intelectuales libertarios que dirigía el escultor Lucarini.

Durante toda esta fase la CNT contó con un representante en el Consejo Delegado por lo cual al ser destruido éste en abril de 1952, fue detenido Santiago López Gorrastachu que desempañaba dicha función. Recientemente éste ha salido clandestinamente de España –no le concedían pasaporte– para reunirse con su familia que había emigrado en Venezuela.

Los intentos posteriores de reorganización no dieron resultado y en la actualidad no cuentan con nada efectivo en el país. Por otra parte la mayoría de procedencia cenetista han evolucionado hacia las posiciones del Partido y en las luchas reivindicativas participan unidos activamente a nuestros camaradas. El hecho de que excepcionalmente exista algún elemento retardatario no hace más que confirmar la regla general.

Recientemente se observa un cierto incremento de su propaganda, la cual en los últimos años prácticamente había desaparecido. No obstante una parte de ella ha sido inefectiva pues estaba redactada dirigiéndose a los turistas españoles que visitan Francia, tratándoles de llamar la atención sobre la existencia de las organizaciones democráticas españolas en la emigración.

Del organismo unitario recientemente constituido, al que antes hemos hecho alusión, forma parte Emiliano Serna. Este compañero ha militado en la CNT desde antes de la guerra civil, permaneciendo largo tiempo en la emigración. Durante su estancia en Francia debió desempeñar cargos de cierta responsabilidad en el seno de su organización. Según él, aunque en el curso de su actuación tuvo ciertos roces con camaradas del Partido, su actitud, independientemente de las discrepancias ideológicas fue siempre unitaria. En la actua-lidad ha evolucionado mucha hacia nuestras posiciones aprobando abiertamente la política del Partido e inclusive, reconociendo la necesidad de la dictadura del proletariado si se desea garantizar la transformación real de la sociedad. Sus relaciones con el Partido son muy buenas, nos presta gran ayuda en lo que se refiere al trabajo entre los intelectuales y se le facilitan los materiales de que disponemos para su estudio. Asimismo forma parte del organismo unitario que se ha constituido recientemente en Bilbao.

JOAC y HOAC

Es apreciable la evolución que se ha producido entre las fuerzas sociales católicas, desde los sindicatos «amarillos» de anteguerra que generalmente desempeñaban el papel de rompehuelgas y adormecedores de la conciencia de clase de los obreros, a las actuales organizaciones de la JOAC y de la HOAC que se caracterizan por una combatividad, en ocasiones, bastante acentuada. Sin entrar a analizar a fondo las causas de este fenómeno, es evidente, que independientemente de la sinceridad de la mayoría de los militantes de estas organizaciones, el sector reaccionario de las altas jerarquías de la Iglesia tratará de utilizarlas como base de la constitución de unos futuros sindicatos demócrata-cristianos que al mismo tiempo que mantiene la influencia de la Iglesia sobre un sector del proletariado impiden el logro de la unidad sindical de la clase obrera.

Sin embargo, es muy posible que si el Partido logra llevar a la práctica su política de democratización de los actuales sindicatos verticales la maniobra fracasará y será España uno de los primeros países de Europa Occidental donde se logra la unidad sindical.

De todas formas, por el momento, no cabe duda de que la JOAC y la HOAC desempeñan, en general, un papel positivo en las luchas reivindicativas de los trabajadores y en consecuencia merece la pena que nos detengamos un poco en su estudio.

Como punto de partida de él podemos tomar el año 1946, en que por medio del semanario TU realizaron una campaña de propaganda entre los obreros. Es difícil sintetizar en pocas palabras las características de TU pues le faltaba homogeneidad y de unos números a otros variaba en cierto grado su orientación. No obstante en general respiraba inconformismo acerca de la situación social, aunque a veces acompañado de un exceso de demagogia irresponsable. Hacia 1950, desaparece de la circulación este semanario, rumoreándose que había sido prohibido por las autoridades.

Aunque en la huelga general de 1951 se observó ya la participación de algunos militantes de la JOAC, fue sobre todo en las luchas obreras de la primavera de 1956 cuando su actitud se hizo más destacada. En esta huelga aunque el papel dirigente lo desempeñó el Partido, los «jocistas» realizaron también una buena labor. Varios de ellos fueron detenidos y otros intentaron entrevistarse con el obispo para que les apoyase en su lucha por la aplicación en la práctica de la doctrina social de la Iglesia que ésta tan demagógicamente había aireado a raíz de la llamada «Pos-misión Social del Nervión». Al negarse el obispo a recibirles, la reacción que se produjo entre los «jocistas» fue tan fuerte que los de la organización de Sestao quisieron dimitir en bloque, y así lo hubieran hecho de no haber sido por los consejos de su consiliario, el sacerdote Anastasio Olabarría, el cual, en parte para darles satisfacción, escribió al Obispo una carta muy dura.

Posteriormente, un «jocista» formó parte de la «Comisión unitaria» organizadora de los actos del 1º de mayo, pero lo hizo a título personal ya que aunque estaba relacionado con la organización de Vizcaya, él en realidad pertenecía a la de Valladolid de donde había tenido que marcharse por correr el peligro de ser detenido a causa de su participación en algunas acciones obreras.

En la última huelga de la Constructora Naval de Sestao, la actuación de los «jocistas» ha sido también destacada, tanto en su preparación como en la lucha propiamente dicha, en la cual marcharon unidos fraternalmente a los camaradas del Partido. Asimismo, al principio se portaron muy bien en la labor de ayuda económica a los despedidos, pero posteriormente, al ser coaccionados por la policía para que cesaran en la ayuda, se amedrentaron notablemente cayendo en la pasividad. Este fenómeno se ha dado sobre todo en uno de sus elementos más activos apellidado Allende, el cual ha sido después elegido para la Junta Social de Sestao.

En la fase de elecciones sindicales, han sido varias las empresas donde se han concertado los jocistas con los camaradas del Partido para presentar candidaturas conjuntas que luego resultaron elegidas con votaciones muy nutridas. Ello ofrece la perspectiva de que, tanto en los jurados de empresa como en las juntas sociales, sea posible concertar también la acción de jocistas y camaradas elegidos, sobre la base de la defensa de los intereses de los trabajadores.

Es difícil precisar con exactitud los efectivos de la JOAC y de la HOAC en Euzkadi. Los indicios coinciden en que la organización de Bilbao no debe ser muy fuerte y que además no cuenta con gran prestigio, por creer los «jocistas» que se halla excesivamente vinculada a Acción Católica y por tanto a elementos burgueses y pequeño burgueses cuyos intereses difieren grandemente de los obreros. Por el contrario, se puede asegurar que la organización «jocista» de Sestao es la más fuerte y activa. En ello posiblemente influya el hecho de que, aparte de ser por su composición social muchos más netamente obrera, se halla bajo la dirección del mencionado sacerdote quien ofrece unas características mucho más progresiva que el término medio del clero bajo español. Para formarse una idea más exacta de su mentalidad, parte de lo que ya se conoce de su actuación o estará de más el mencionar los datos que acaban de llegar a nuestro conocimiento. Uno el de que personalmente he adquirido El Capital de Marx y La Isla de los Pingüinos de Anatole de France, para la biblioteca del centro «jocista» de Sestao y el otro de que celebrándose en el Patronato Católico un acto con motivo de la llamada «Iglesia del Silencio», en la que se calumniaba groseramente a las DD.PP., intervino para manifestar que le constaba la falsedad de lo que allí se estaba exponiendo y que por lo tanto faltaban a su deber de católicos al no exponer la verdad los que de tal manera tergiversaban los hechos.

Dadas las características de Olabarría, creemos que podría ser muy efectiva su participación en la preparación de la Jornada Nacional y, en consecuencia, se le ha enviado por correo el texto de la resolución sobre la Jornada junto con una atenta carta. Más adelante –una vez que se conozca su reacción– se proyecta establecer contacto directo con él por medios apropiados.

Solidaridad de Trabajadores Vascos

Con anterioridad a 1936, este sindicado era el medio de que servía la burguesía nacionalista vasca para tener sometido bajo su influencia a un buen sector del proletariado. Ello sólo lo logró en pequeño grado y, en consecuencia el papel que S de TV desempeñó en las luchas sociales de la preguerra fue más bien exiguo. Con posterioridad, se reconstituyó clandestinamente bajo el franquismo participando junto con la UGT y la CNT en la preparación de la huelga general del 1º de mayo de 1947 y en otras acciones antifranquistas de menor importancia. Más tarde repercutió también en este sindicato el pasivismo de los dirigentes nacionalistas y ello unido a la captura por la policía de varios de sus organizadores hizo que S de TV dejase de contar como fuerza política efectiva en el interior de Euzkadi.

Indirectamente esta hoja nos proporciona datos significativos acerca del potencial actual de S de TV. En Vizcaya no se tiene conocimiento de que se distribuyesen más que en la empresa Faes de Lamiaco y en algunos talleres pequeños. En Guipuzcua, por el contrario, fue distribuida masivamente en Eibar. El caso resulta más paradójico si se tiene en cuenta que el Partido mantiene en Eibar buenas relaciones con lo que parece ser una organización de S de TV y su dirigente expuso al responsable del Partido que ellos se hallaban también disconformes con el texto de la hoja pero que las habían distribuido por disciplina. Asimismo le manifestó que le había agradado la respuesta de Aurera y que oportunamente habían comunicado a sus superiores el desacuerdo de los solidarios de Eibar con una hoja que objetivamente sólo servía para hacerle el juego al franquismo. En todo el periodo subsiguiente las relaciones han sido buenas con este grupo e, inclusive, en las últimas elecciones sindicales se han presentado candidaturas conjuntas que han sido elegidas.

Partido Nacionalista Vasco

Han transcurrido muchos años desde que Sabino Arana fundó este partido, a principios del siglo. Sin embargo, en la práctica, sigue desempeñando el mismo papel que cuando nació: servir a la burguesía vasca de instrumento para hacer del problema nacional una bandera con la cual alejar a los trabajadores de la lucha de clases. De ahí su falta de consecuencia en cuanto a la necesidad del desarrollo democrático y por tanto las vacilaciones que caracterizaron su política lo mismo durante la República y la guerra civil que posteriormente. Por lo que a éste último se refiere, hubo un periodo, durante los años que van del 1944 al 1948 en que el PNV desarrolló una intensa actividad clandestina, sobre todo en lo que se refiere a la propaganda. Fue esta la época en que el Consejo Delegado del Gobierno Vasco y la Junta de Resistencia Vasca realizaron una buena labor. A esto contribuyó sin duda el hecho de que ambos organismos reflejaban la unidad que en el Gobierno de Euzkadi existía entre las diferentes fuerzas políticas vascas. La situación cambió completamente a fines de 1947 cuando, a base de la maniobra de todos conocida, fue expulsado el PC del Gobierno de Euzkadi. A partir de entonces el PNV se orienta hacia el mantenimiento de la pasividad más absoluta en el interior de Euzkadi, poniendo todas sus esperanzas en las negociaciones con los monárquicos y en el apoyo de los países capitalistas. Esta táctica de esperar que «les sacasen las castañas del fuego» las llamadas «democracia occidentales» supuso prácticamente el cese de la actividad en el país. Sólo esporádicamente, de vez en cuando, y sobre todo en la fecha de Aberi-Eguna (día de la Patria) lanzaban alguna hoja, colocaban banderas o efectuaban una concentración, después de la misa correspondiente. Todo ello era notoriamente insuficiente para mantener un espíritu de resistencia entre las masas nacionalistas y gradualmente la mayoría de sus partidario se desmoralizan y abandonan la lucha creyendo que teníamos franquismo para décadas.

Esta tendencia general no se halla contrarrestada por el hecho de que los nacionalistas tuviesen cierta participación en la huelga general de abril de 1951, aprovechando sobre todo algunas posiciones que tenían dentro de las organizaciones de Acción Católica. En realidad fue un hecho aislado, de carácter excepcional, pues en los demás aspectos seguían sumido en la pasividad.

Y ello a pesar de que formalmente continuaba subsistiendo el Consejo Delegado pero, como ya anteriormente indicamos, la labor de éste no se distinguía de una de tantas Asociaciones de Socorros Mutuos con carácter legal. Aún así, y como consecuencia de la derivación descrita al tratar del PSOE, el Consejo Delegado fue capturado en abril de 1952, siendo entonces detenidos: su presidente Luis Ibarra Enchiondo, profesor de idiomas que con anterioridad a la guerra había sido redactor del periódico deportivo Sporting, Basterra, delegado del PNV y concejal nacionalista en Bilbao durante el periodo de la República, y un tal Tuvet, delegado de Acción Nacionalista Vasca. Los franquistas mismos demostraron la escasa importancia que se podía conceder a la labor del Consejo Delegado cuando, después de un mes de arresto gubernativo, les pusieron en libertar sin siquiera procesarles. Como contraste, merece la pena mencionar que a los camaradas del Partido que fueron detenidos casi simultáneamente que el Consejo Delegado, les pusieron a la disposición del Tribunal Militar Especial que dirigía el tristemente famoso Coronel Aymar y la mayor parte de ellos permanecieron año y medio en prisión.

Entre tanto, con el transcurso del tiempo, se fue haciendo evidente el fracaso de la política de pasividad que habían mantenido los dirigentes nacionalistas. Aún los más obtusos pudieron percibir –sobre todo después del pacto yanqui-franquista– que no cabía alimentar por más tiempo esperanza de ayuda de los países capitalista y que, por lo tanto, la liberación del pueblo español, aunque contase con la simpatía y apoyo de los países auténticamente democráticos debía ser esencialmente obra de los españoles mismos. Por esta época comenzaron también a observarse indicios crecientes de descomposición del régimen, a causa de los golpes que le había infringido la lucha popular. Todo ello contribuyó a que el sector más sano de los militantes nacionalistas formado especialmente por la juventud, se decidiese a reanudas la acción. En principio, se sirvieron para ella de algunas asociaciones deportivas como el club alpino «Artagan», utilizándolas como tapadera para, mediante el desarrollo del folklore vasco, realizar un trabajo de captación entre la juventud. Esta labor adquirió un auge apreciable y culminó en un acto folklórico que tuvo lugar en 1955 en el Frontón Euzkaldura y en el cual llegaron a cantarse públicamente por centenares de personas, cantares abiertamente nacionalistas. En vistas del cariz que tomaba el asunto los franquistas clausuraron el club «Artagan» y en lo sucesivo no autorizaron actos folklóricos semejantes.

Simultáneamente, el grupo juvenil descrito, después de haber alcanzado un cierto desarrollo de su organización, creando numerosísimas organizaciones en varios pueblos de la provincia, se lanzó a un trabajo de propaganda de las teorías nacionalista publicando varios folletos. Posiblemente su labor hubiese tenido bastante repercusión entre las masas nacionalistas, de no haber sido detenidos en la primavera de 1955, una treintena de los principales activistas como consecuencia de negligencias cometidas en cuanto a las medidas de seguridad. Después de permanecer un par de meses en prisión, fueron puestos en libertad la totalidad de ellos.

Estudiando las características de este grupo juvenil llegamos a la conclusión de que, dentro de la calificación general de nacionalistas vascos entran gentes muy heterogéneas. Entre ellos, había un sector que militaba en Acción Católica y por tanto adoptaba una posición muy clerical sobre diversos puntos. Otro núcleo, principalmente de origen social proletario, aparte de manifestarse como anticlericales, se acercaban mucho en el aspecto social a las posiciones del Partido. Algunos de ellos inclusive manifestaron públicamente que, si militaban en las organizaciones nacionalistas era porque, como vascos tenían el deber de luchar por la libertad de Euzkadi, pero que discrepando de la política del PNV y como obreros, una vez que se hubiese logrado dicha libertad, pasarían a engrosar el partido que mejor defendiese sus intereses de clase. Esto no es sorprendente, por el contrario, fácilmente se puede comprender, que el lema del PNV (Dios y leyes viejas) difícilmente puede complacer a un sector de la juventud que, aunque por la existencia de un problema nacional se sienten atraídos por la necesidad de resolverlo, tienen otros de índole económica mucho más acuciantes. Por ello si el Partido sigue consecuentemente su actual política de desenmascarar el importante papel que la burguesía vasca desempeña en la oligarquía financiera española y, por otra parte, concede en cuanto a la forma nacional todo lo que no se halle en discrepancia con nuestros principios, es casi seguro que atraeremos hacia el Partido una parte importante de la clientela obrera nacionalista. Igualmente no puede descartarse la posibilidad de que en un futuro relativamente próximo pueda producirse en el seno del PNV una escisión en la cual el sector más reaccionario se mantendrá en sus posiciones burguesas, mientras que el resto avance de lleno hacia posiciones más sociales.

Con este grupo juvenil, el Partido ha mantenido siempre cierta relación basada en la existencia de amigos comunes. Por ello a raíz de los preparativos que se efectuaban en relación a la concentración proyectada para el 1º de mayo del presente año, se hicieron sondeos tendentes a concertar su posible participación en la Comisión unitaria organizadora. Aunque en principio, la mayoría veían con simpatía la celebración de dichos actos, dieron a entender que por encontrarse su grupo en periodo de reorganización tenían que estudiarlo. Su respuesta fue finalmente negativa acerca de una participación oficial basándose para ello en que no tenían tiempo de recibir oportunamente la respuesta de sus dirigentes, y ellos no podían por sí mismos adoptar dicha iniciativa. Sin duda alguna, los dirigentes les pusieron el veto. Aun a pesar de ello, pero con carácter personal, uno de los miembros del grupo, José Miguel Archederra, participó en la Comisión.

Posteriormente, existen fuertes indicios de que han realizado avances en su labor de reorganización pero no han dejado traslucir una actividad abierta.

Como conclusión cabe afirmar que, aunque sujeto a las limitaciones anteriormente descritas, el PNV sigue siendo en Euzkadi una fuerza política importante por las masas que atrae. De ahí la necesidad de mantener buenas relaciones con ellos en el actual periodo de la lucha, por lo cual el PC realiza en Euzkadi continuos esfuerzos que empiezan a obtener resultados.

Acción Nacionalista Vasca

Desde que este partido surge como una derivación del movimiento nacionalista aparece como menos ligado que el PNV a los intereses de la burguesía y a la influencia del clero. En realidad, refleja más bien la posición de la pequeña burguesía. Quizá por ello adopta la actitud vacilantes de estar oscilando según las circunstancias entre la burguesía y el proletariado. De ahí que como partido no sea nunca plenamente consecuente con los principios democráticos que dice defender. No obstante sus militantes han adoptado siempre en el aspecto social una postura mucho más avanzada que los nacionalistas propiamente dichos, y en al clandestinidad se han mostrado muchos más combativos. En general, en los lugares de trabajo se han mostrado también propicios a la colaboración con los camaradas del Partido existiendo buenas relaciones con ellos en Vizcaya y más especialmente todavía en Eibar y Vergara.

Por lo que se refiere al Vizcaya, aunque se encuentran grupos de Acción en numerosas fábricas y talleres, los indicios son de que no se hallan organizados y de que si luchan lo hacen por iniciativa propia. En cambio cabe asegurar que existe un grupo organizado que dirige el ingeniero Abrisqueta, el cual asistió como delegado al Congreso Mundial Vasco de París. No existen datos concretos sobre la potencialidad de este grupo, pues aunque sus relaciones con el Partido son muy estrechas, facilitándoles periódicamente materiales de propaganda, se muestran muy reservados en cuanto a las cuestiones internas.

Últimamente se ha mostrado muy activo también el grupo «Yagui-Yagui», que se caracterizó por su mayor extremismo nacionalista. Sus integrantes han sido los autores de gran cantidad de pequeñas octavillas de diferentes colores que firmados por el Frente Nacional «pro Independencia Patria» se han distinguido en Euzkadi en diversas ocasiones. No obstante, es casi seguro que este supuesto frente es bastante unilateral, pues detrás de él no debe encontrarse más que el «Yagui-Yagui».

De todas formas, su orientación parece ser positiva si nos atenemos a las dos últimas octavillas que han lanzado. La primera de ellas, con motivo del día de Aberi-Eguna, llamaba a la unidad de todas las fuerzas antifranquistas no establecía ninguna discriminación. La segunda, dedicada a la propaganda doctrinal nacionalista apareció bajo la fórmula de un diálogo entre un nacionalista y un internacionalista proletario. En el curso de él, el nacionalista argumentaba que, pro su parte, reconocía lo positivo del internacionalismo proletario, pero que creían que a su vez los internacionalistas debían reconocer que aun verdadero internacionalismo sólo se puede llegar cuando se ha reconocido el derecho de todas las naciones a la autodeterminación.

Tradicionalismo en Euzkadi

El Tradicionalismo, que constituía una fuerza política importante a fines del siglo pasado ha experimentado desde entonces una pérdida constante de sus efectivos. En el campo, y entre la pequeña y media burguesía, los partidos nacionalistas le han arrebatado una gran parte de su clientela política.

En las zonas industriales, han sido las organizaciones obreras las que han atraído, por la propia dinámica de la lucha al sector proletario que durante algún tiempo estuvo sometido a la influencia tradicionalista. Este fenómeno se ha incrementado, sobre todo a partir del final de la guerra, a medida que gran número de carlistas sentían en su propia carne los resultados prácticos obtenidos a consecuencia de su participación en la rebelión franquista. Por otra parte, el hecho de que, después de haber tenido una participación muy activa en el Movimiento, al lograr la victoria no se les concediese satisfacción a sus aspiraciones políticas, siendo en realidad totalmente desplazados por Falange, ha originado en muchos tradicionalistas una decepción que ha servido de base para su evolución a otras posiciones políticas.

Aún así, siguen contando con cierta fuerza en pueblos tradicionalmente carlistas como Tolosa, Ondarroa, Azcoitia, Elorrio, Mondragón, Durango. Sin embargo, en estos últimos les ha perjudicado el desarrollo de la industrialización que por una parte ha radicalizado a la población local y por otra ha aportado contingentes de obreros de otras regiones totalmente inmunizados contra el virus carlista. No deja de ser significativo el hecho de que en Mondragón, donde han sido elegidos algunos carlistas para la Junta Social Local de los sindicatos, éstos adopten una buena posición en la cuestión social, marchando unidos en las luchas reivindicativas al resto de sus compañeros de otras tendencias políticas.

En Vizcaya, hasta 1954, tuvo cierta importancia la organización estudiantil tradicionalista, AET, la cual agrupó a un número relativamente grande de estudiantes. La causa de ello, estribaba en el hecho, de que, al no existir durante este periodo ninguna organización estudiantil antifranquista, para muchos jóvenes que surgen a la vida política con una tendencia inconformista la AET era lo primero que encontraban que representaba una oposición, aunque no fuese más que en apariencia. Como es natural, este fenómeno dejó de producirse a medida que fueron surgiendo organizaciones y grupos de otras tendencia, produciéndose entonces una polarización más, en consonancia con las ideologías e interese en presencia. Lógicamente, el resultado fue un debilitamiento de la AET que, unida a que su dirigente más activo, el estudiante de ingeniero Carlos Ibáñez, una vez terminara la carrera se colocó en una azucarera de Miranda no pudiendo en adelante atender a los asuntos de la organización, produjo a partir del citado año 1951, la descomposición de la AET como fuerza política activa en Euzkadi. En la actualidad siguen existiendo algunos estudiantes tradicionalistas pero sin una organización que coordine sus actividades.

Por lo demás, no existen indicios de una actuación por parte de otros grupos carlistas. En Bilbao, bajo la tapadera de una ofician comercial, existe en la calle Diputación un círculo carlista –el único legalmente autorizado en España es el de Estella– pero no representa otro papel que el de servir de centro de reunión a algunos individuos de esta tendencia para que puedan conversar tranquilamente acerca de su ideario.

En cuando a la propaganda, aparte de la que lanzan en algunas fechas significativas para ellos, como «Los Mártires de la Tradición», «Cristo Rey», aniversario del Tercio de Montejurra, &c., no desarrollan gran actividad, limitándose a la publicación semilegal de algún periódico de muy pobre forma y contenido. En general, su propaganda es confusa, pues tropiezan con la contradicción de que si por una parte no están totalmente de acuerdo con muchos de los aspectos de la realidad actual, por otra, tampoco están dispuestos a combatirlo consecuentemente ya que sus aspiraciones no rebasan los límites de una vuelta al espíritu del 18 de julio que, a su juicio, ha sido traicionado por los franquistas. Esta contradicción, por otra parte, es lógica puesto que los tradicionalista representan los intereses de clase de algunos de los sectores más reaccionarios de la población: de las capas residuales del feudalismo. Por ello, no sin inquietud, ven muchos carlistas como el Opus Dei les va desplazando gradualmente en la representación ideológica. Lo que parece afectarles más es la posibilidad de una restauración monárquica de la rama alfonsina, pues aunque muy desunidos entre sí, en cuanto a quién otorgar la corona, los carlistas coinciden en su repudio a lo que consideran dinastía usurpadores. A esto ha tratado de salir del paso el grupo de Calvo Serer sosteniendo en la revista Reino que la cuestión dinástica está resuelta puesto que en Don Juan Carlos revierten los derechos de ambas ramas y que por lo tanto quienes –como los carlistas– lo niegan, independientemente de sus deseos subjetivos, objetivamente le hacen el juego a la revolución.

Demócratas Cristianos

Desde hace algunos años se viene observando que en la Iglesia Católica española no existe homogeneidad absoluta, sino que en su seno se desarrollo una lucha entre las tendencias sociales y democráticas que han surgido últimamente y los obscurantistas de tipo medieval. Existe asimismo, un sector que pudiéramos considerar como de centro y que, posiblemente, sea el que con más fuerza cuente entre la Jerarquía y el conjunto de los católicos. Este sector, durante el Movimiento y un largo periodo posterior, apoyó decididamente a Franco considerando que su régimen, por los privilegios que concedía a la Iglesia, era el que más convenía a los intereses de ésta. Sin embargo, a medida que transcurrían los años y la situación económica empeoraba a consecuencia de la política del franquismo, un importante sector de estos católicos, sintiéndose afectado en sus intereses, comenzó a evolucionar hacia posiciones democráticas, presionando fuertemente en el mismo sentido al bajo clero, el cual a su vez, lo ha hecho en as altas Jerarquías. En realidad, no podría por menos de ser así, pues a la Iglesia le es imposible aislarse del ambiente social en que se desenvuelven sus actividades y, por lo tanto no estaban en condiciones de permanecer inmunes a las corrientes democráticas que se iban abriendo paso en vastos sectores de la población. Por otra parte, los golpes que la lucha popular ha asestado al franquismo han minado de tal manera la estabilidad del régimen que, ante las altas jerarquías de la Iglesia ha aparecido claramente el peligro de que el régimen pueda irse al traste mientras la Iglesia parece fuertemente ligada a él, lo cual supondría un gran peligro para el mantenimiento de su influencia entre el pueblo en un futuro régimen democrático. Todo ello ha contribuido a que la Iglesia se aleje en cierto grado del franquismo, a través de críticas tan fuertes de la situación como las que se hacían en la Carta Pastoral del Episcopado Español sobre la cuestión social, mientras que, por otra parte, trata de organizar la estructura de un futuro partido demócrata-cristiano aprovechando para ello la base que le proporcionan las actuales organizaciones de AC. Este partido demócrata-cristiano realizando una política de centro-derecha sería el encargado de mantener la influencia de la Iglesia entre vastas capas de la población, como así lo vienen haciendo en otros países. De todos es conocido el papel que en estos planes desempeñan personajes como Martín Artajo, Ruiz Jiménez, Herrera Oria y Gil Robles, pero los exámenes de su actuación desbordan los límites de este informe.

Por lo que se refiera a Euzkadi, AC después de haber pasado por un periodo de auge, a raíz de la terminación de la guerra, en la actualidad ha perdido una parte de su influencia habiéndose alejado un sector de sus militantes de ella por hallarse disconformes con la política de la Iglesia. También es necesario mencionar que en Euzkadi no le es posible a la Iglesia arrastrar hacia la democracia cristiana a la totalidad de las masas de AC, debido a que los nacionalistas cuentan con bastante simpatía entre ellas.

En el aspecto orgánico, donde parece que han avanzado más los demócratas cristianos es entre los estudiantes. En Bilbao, disponen de una organización que dirige un tal Leguina, el cual se halla en contacto con las organizaciones de Madrid y personalmente con Gil Robles. Asimismo, Leguina va a formar parte del organismo unitario constituido últimamente en Bilbao no habiéndolo hecho hasta ahora por coincidir las reuniones con algunos de sus viajes a Madrid.

La política del Partido con respecto a la Iglesia, a partir del V Congreso, ha sido de lo más acertada, pues el superar un anticlericalismo sectario de tipo burgués no que no tenía nada que ver con el marxismo nos ha permitido actuar con mucha mayor flexibilidad en relación a los grupos católicos que han ido surgiendo en la oposición.

Sin embargo, consideramos que como la Iglesia no se ha decidido ha romper del todo los lazos que la unen al franquismo, para obligarla a acabar con este doble juego, estimulándola hacía un desarrollo democrático más consecuente, quizá sería conveniente que el Partido redoblase sus ataques contra ella como institución política, aunque manteniéndole todo el respeto como doctrina religiosa.

Católicos Sociales

La actividad política de los católicos no se circunscribe a los demócrata-cristianos. Existen asimismo otros grupos muy activos. Entre ellos, una de las tendencias más potentes es la constituida por los católicos sociales, los cuales se diferencian de los demócrata-cristianos en los siguientes aspectos:

  1. En su muy superior combatividad, como consecuencia de que sobre ellos la jerarquía no puede realizar tan fácilmente, como entre los primeros, el papel de freno.

  2. Por su tendencia anticlerical, que les lleva a considerar indispensable la separación de la Iglesia y del Estado.

  3. Por ser mucho másavanzados en el aspecto social, llegando algunos de ellos hasta posiciones que comprenden la abolición del capitalismo y sus sustitución por un régimen socialista.

  4. Por hallarse más predispuestos a una colaboración con el Partido, no sólo en la actual fase de lucha y en el posterior desarrollo democrático sino incluso en la fase de edificación socialista.

En Bilbao, concretamente, existe un grupo relativamente numeroso de ellos, surgido inicialmente entre los estudiantes de economía de la Universidad de Deusto. Es curioso, cómo la nueva generación, por conocer directamente los frutos del capitalismo, reacciona ante los textos de Economía Política burguesa en un sentido inconformista y siente nacer en ellas la curiosidad de conocer las obras marxistas. Ello les acerca a nosotros aunque sigan limitados por sus convicciones religiosas y su origen de clase. De este grupo forma parte el periodista L. Rincón que, aparte de haber colaborado en revistas como Índice, Sábado Gráfico y Dígame, lleva el montaje de Gran Vía colabora asiduamente en ella. Se trata de un periodista muy brillante, a pesar de su juventud (26 años) y se ha venido caracterizando por la valentía y audacia de sus artículos. Durante algún tiempo desempeñó la corresponsalía de Gran Vía en Madrid y en este periodo tomó parte activa en el movimiento estudiantil de oposición. Asimismo ha pronunciado conferencias sobre temas culturales, sirviéndose siempre de ellas como plataforma para lanzar ataques bastante directos a la situación. Entre los componentes del grupo, es uno de los que más consecuentemente sostiene la necesidad de una colaboración con el Partido ya que, según él, la experiencia de la resistencia francesa e italiana, demuestran que no es posible efectuar una política de oposición efectiva sin contar con el PC. Forman asimismo parte del grupo los estudiantes de economía Ramírez Escudero y San Martín, los cuales, junto con Rincón, integraban el Consejo de Redacción de la revista Deusto. En un informe anterior, ya se expuso como esta revista, después de haber lanzado un número muy positivo dejó de salir a causa de haber sido derrotada en las luchas intestinas de la Compañía de Jesús la fracción que la apoyaba. Últimamente parece que iba a reaparecer, habiendo escrito Rincón un artículo muy interesante para ella titulado «La nueva generación del 98», en el cual sostenía la tesis de que, a la actual generación le incumbía la misma misión, en la lucha contra la situación, que había desempeñado a principios de siglo la del 98. No obstante, a última hora han decidido no participar en la redacción e la revista por no ofrecerles garantías de continuidad en la orientación que trataban de imprimirle.

Aunque a este grupo le habíamos clasificado originalmente entre los católicos sociales, por ajustarse a las características de esa tendencia los miembros de él que conocíamos, posteriormente nos hemos enterado de que su dominación social es «Nueva Izquierda». Según ellos no desean que se les coloque la etiqueta de católicos pues entre ellos no militan sólo los de estas convicciones, sino también agnóstico y ateos, siendo sólo la coincidencia en sus apreciaciones políticas lo que les une. «Nueva Izquierda» se halla representada en el organismo unitario varias veces mencionado y por medio de Rincón pidieron al Partido recientemente que se les facilitase un centenar de ejemplares del texto de la resolución sobre la Jornada Nacional para distribuirlos entre los estudiantes. Así se hizo. Igualmente se han dedicado a extender en los medios universitarios el texto del manifiesto constitutivo de la UDE que les ha llegado de Madrid.

Republicanos

No se observa ningún indicio de actividad de los partidos republicanos burgueses. El último dato de una actividad concreta de su parte, lo hallamos en la participación del Consejo Delegado como representantes de Izquierda Republicana del fabricante de crema de calzado José Oyarzaba. Como los demás representantes que integraban el Consejo Delegado, fue detenido en abril de 1952 y puesto en libertad poco tiempo después.

De todas formas, si se confirmase el reanudar de una posible unificación de los partidos republicanos burgueses, y remozan su propaganda, es posible que todavía atraigan algunos partidarios, sobre todo entre la pequeña y media burguesía.

Liberales

Es extraño que, contrariamente a lo que ocurre en otras regiones de España, en Euzkadi no se halle constancia de la existencia de una oposición liberal organizada.

Desde luego que, sobre todo entre los intelectuales, se encuentran gentes de inclinaciones liberales, pero siempre a título personal sin que se observe su agrupación.

El mismo movimiento de Ridruejo no cuenta con seguidores directos, pues no se puede considerar como a tales a los del grupo de «Nueva Izquierda» a pesar de que hayan estado entre sí en buenas relaciones.

Además, aunque las declaraciones de Ridruejo tuvieron una buena acogida entre las personas de tendencias democráticas, fue más por la valentía de su protesta contra el régimen que por compartir el programa que en ellos se exponía.

Monárquicos

Cuentan con algún grupo en los medios universitarios pero su actividad es muy reducida. Debe tenerse en cuenta que en Euzkadi, de no ser entre la aristocracia y un pequeño sector de la gran burguesía, la influencia monárquica es muy reducida.

Durante este verano como en la misma época del años pasado, suscitó cierto interés en algunas capas de la población la publicidad que en la prensa del régimen se hacía al hijo del pretendiente. Muchos lo consideraron como signo de una pronta restauración y lo veían concierta esperanza con tal de salir de la actual situación. En realidad, se trataba simplemente del fenómeno de la supuesta inevitabilidad de la Monarquía que tan magistralmente analiza la camarada Dolores Ibarruri en su informe al Pleno del Comité Central. Los planteamientos formulado en dicha reunión plenaria pueden ser de gran ayuda para disipar el confusionismo de algunos sectores de la población, que aún consideran la restauración inevitable, sin ser monárquicos, y se adaptan políticamente a ella cayendo en la más absoluta pasividad.

Opus Dei

Esta secta era casi desconocida en Euzkadi hasta la crisis ministerial del presente año. A raíz de ella, un sector del comercio puso su esperanza en Ullastres y Gual Villalbí. La causa de este fenómeno, se basaba en que ambos, saliéndose de la línea de la demagogia que habían practicado los ministro falangistas, en sus discursos habían creado una impresión de sinceridad. El desarrollo posterior de la política del Gobierno ha dado al traste con tales esperanzas. Por ello, en un breve espacio, el Opus se ha hecho tan impopular como la Falange.

En los medios intelectuales su impopularidad es todavía más aguda, habiendo impresionado fuertemente en Euzkadi la vileza de sus famosos informes. Por ello, no puede extrañar que en algunos medios estudiantiles de Bilbao como la Escuela de Ingenieros, donde el Opus ha intentado introducir profesores y estudiantes, se han encontrado con un vacío tan absoluto que han tenido que emigrar a ambientes más propicios.

Falange

Euzkadi no es una excepción en la descomposición general de la Falange que se observa en el país. Más concretamente, en Vizcaya, aparentemente siguió desempeñando cierto papel mientras ocupó el cargo de Gobernados el falangista recalcitrante Genaro Riestra. No obstante, ya antes de su fallecimiento se le daba por muerto políticamente y se rumoreaba su sustitución por un militar. En efecto, así sucedió y desde entonces se hizo también más patente que, como señala la camarada Dolores en su informe, «la Falange ha sido liquidada como partido político y a partir del decreto de reorganización del Movimiento se transforma en una asociación de obras sociales».

Todos conocemos cómo los restos de la Falange han tratado de refugiarse en los sindicatos para desde ellos seguir ejerciendo alguna influencia política. Sin embargo, en Euzkadi, esta maniobra se puede dar por fracasada, pues el resultado en las últimas elecciones sindicales ha constituido una derrota tan aplastante para Falange que aunque conserve algunos puestos directivos se ha quedado sin base en el aparato sindical. Por otra parte, la crisis del régimen y la presión de la clase obrera está teniendo por resultado el que muchos funcionarios de dicho aparato evolucionen hacia pociones democrática, apoyando las reivindicaciones de los trabajadores. El ambiente en los sindicatos ha cambiado mucho. Hace algunos años, cuando los obreros les presentaban sus demandas y protestas, por lo general les despedían con cajas destempladas. Hoy por el contrario todo es cordialidad y si los trabajadores lo desean podrían permanecer hora enteras charlando con los burócratas sindicales.

Por lo que se refiere a la Guardia de Franco, su número es tan reducido y el desprestigio entre la población tan grande, que su importancia política se la puede considerar como nula. Además aún en esta organización de la que se pretendía hacer la elite del régimen, existen corrientes de descontento que es muy posible que se canalicen hacia la constitución de grupos de oposición. Es muy significativo que en un país fascista como España sea rarísimo ver hoy en día llevar públicamente la camisa azul. Parece como si se avergonzasen de su condición y no se atreviesen a afrontar abiertamente la hostilidad del pueblo.

Es muy evidente el fenómeno que se da en el SEU. Aparentemente la Jefatura Provincial de Vizcaya ha evolucionado hacia posiciones de oposición. La causa de ello se atribuye al desmoronamiento del régimen y al descontento producido por la posibilidad de una restauración monárquica. Hasta ahora dicha oposición se ha traducido en la publicación de un periódico titulado Clamarius en el cual se viene criticando aspectos de a situación universitaria y general, y en el desarrollo de una campaña de oposición a la nueva ley de enseñanza técnica. También han organizado un ciclo de coloquios bajo el título de Tribuna Universitaria en los cuales se han pronunciado críticas bastantes fuertes a la realidad actual.

Recientemente, el jefe provincial, Juan Antonio Marcos Lemona, en una entrevistas transmitida por Radio Bilbao, hizo patente su disconformidad total con la situación universitaria española. Sus críticas fueron tan inconformistas que desbordaban los límites de lo universitario para caer de lleno sobre el franquismo.

Sin embargo, es difícil conocer con exactitud cuál es la posición política de Marcos Lemona. Precisamente, con objeto de que se definiese, a iniciativa de Rincón, desde hace tiempo se está tratando de concertar una reunión con él en la que, ante un grupo de amigos, expondría su postura. Desgraciadamente hasta ahora, y por diversas causas, no ha sido posible celebrar dicha reunión.

Por el momento, las versiones que acerca de él conocemos son contradictorias aunque proceden de la misma fuente: el periodista Rincón. Según éste, si por una parte Marcos se define como republicano sindicalista de oposición y afirma que le han destituido de su cargo de redactor jefe de Radio Juventud por considerarle políticamente peligroso, por otro afirma que la crítica debe ser constructiva dando la sensación de que no desea pasar de una oposición reglamentaria.

Una buena piedra de toque, podría constituirla su actitud ante la Jornada Nacional de Reconciliación. Le hemos enviado por correo el texto de la resolución, acompañado de una atenta carta. Siempre según Rincón, su reacción ha sido positiva, dejando entrever, incluso, que el SEU trataría tiemblen que las Cámaras de Comercio e Industria, prestasen su apoyo a la Jornada.

Es muy posible que esta actitud contradictoria se derive del hecho de que, hasta ahora, Marcos no haya rebasado la etapa de las vacilaciones y fluctúe, en un sentido u otro, según las presiones a que se halla sometido. Precisamente por él el Partido en Euzkadi va a seguir con mucha atención su evolución, procurando, al mismo tiempo, contribuir a ella ejerciendo los medios de presión que se hallan a su alcance.

Como complemento de este estudio, vamos a examinar un poco la constitución del organismo unitario. En el transcurso del pasado verano, habiéndose observado un mayor interés por las cuestiones políticas entre los integrantes del grupo de Cultura Hispánica, y los del que después se denominaron Nueva Izquierda, se les propuso celebrar una reunión en la cual cambiar impresiones acerca de las posibilidades de acción que se observaban. Se trataba más que de nada de tantear la respectiva predisposición. A la reunión asistieron Rincón y Gabriel San Martín en representación de Nueva Izquierda. José María Sáez, Pablo Madariaga, y Enrique Gil por Cultura Hispánica, y Emiliano Serna y Vidal por la Asociación Artística Vizcaína. Asimismo participó el representante del Partido que ha venido llevando la responsabilidad del trabajo entre los intelectuales.

En cuando se abrió la reunión, se llegó a la conclusión de que la predisposición era superior a lo que se esperaba. Por ello se pasó rápidamente a estudiar puntos concretos. Fruto de la discusión fueron los siguientes acuerdos:

  1. Coordinar la actividad de ambas entidades culturales, procurando dentro de las posibilidades existentes utilizarlas como plataforma de difusión de las ideas democráticas. Simultáneamente aprovechar esta labor para entrar en contacto y captar para los fines comunes a numerosos intelectuales que se hallan dispersos en Bilbao.

  2. Intercambiar propaganda y materiales de información entre los constituyentes del organismo.

  3. Estudiar las posibilidades que ofrecía Gran Vía para crear entre sus lectores una inquietud sobre las cuestiones literarias y artísticas relacionadas con los problemas políticos que tiene.

  4. Celebrar, en el Instituto de Cultura Hispánica, un ciclo de conferencias sobre europeismo que sirviesen de pretexto para lanzar fuertes ataques a la falta de libertades políticas en España.

  5. Celebrar otra reunión en la cual, mediante un temario previamente preparado, se trazare el plan de las futuras actividades del organismo.

Como puede deducirse, de los descrito, para tratarse de una primera reunión, de toma de contacto, los resultados no fueron desdeñables.

Posteriormente, aunque se llevaron a la práctica los acuerdos adoptados, la pausa que el verano supone siempre en la vida cultural, repercutió también en el organismo, no celebrándose la siguiente reunión hasta primeros de noviembre. En esta sesión, se acordó constituir oficialmente el Comité Unitario, fijándose sus reuniones para la primera semana de cada mes. Asimismo se decidió dar entrada en él a los representantes de otras tendencias políticas que lo deseasen. En aplicación de este acuerdo, serán próximamente incorporados Leguina, por los demócrata-cristianos, y el representante de un grupo nacionalista. El resto de la reunión se dedicó a debatir un problema de táctica. Se trataba de decidir si se aprobaba la proposición que Marcos Lemona les había hecho a Ramírez Escudero y Gabriel San Martín de que se hiciesen cargo de la Comisión de relaciones culturales del SEU. Aunque todos coincidían en que dicha comisión ofrecía buenas posibilidades que convenía aprovechar, discrepaban sobre si sería posible hacerlo. Rincón sostenía la tesis de que aunque debían ocuparse los cargos del SEU que fuesen de elección, no debía hacerse lo mismo con los de designación oficial, pues ello suponía quemar políticamente a los compañeros que los desempeñasen, al aparecer ante los estudiantes como individuos que se habían dejado ganar por la Falange. Después de un animado debate general en el que el representante del Partido expuso la postura de éste en cuanto a la utilización de las posibilidades legales, se decidió que Ramírez Escudero ocupase el cargo y que Gabriel San Martín permaneciese al margen apoyándole desde fuera.

El día 6 de diciembre se celebró una nueva reunión. En ella, Rincón informó de la situación política, tal y como se veía en Madrid a raíz de su reciente viaje. Por su parte, el representante del Partido lo hizo acerca de los progresos que se habían realizado hacia la unidad entre las fuerzas democráticas en el exilio y sobre el desarrollo del conflicto de la Naval desde su iniciación hasta su evolución presente. Después de haber acordado tomar nota del Manifiesto de la UDE como una orientación general del trabajo a desarrollar entre los estudiantes, y de haber fijado el orden del día para la próxima reunión a primeros de enero, entre cuyos puntos se incluye la posible publicación periódica de un órgano del comité y el estudio de la participación de éste en la Jornada Nacional, la reunión se clausuró.

Finamente, por lo que se refiere a la Asociación Artística Vizcaína, por la importancia que tiene en cuanto a núcleo de atracción de intelectuales, el Partido ha prestado una gran atención a su trabajo en ella. La tarea no ha sido fácil, pues la asociación, después de haber tenido un periodo de auge hace unos años, se hallaba sumida en el más completo letargo y con la Directiva en estado de dimisión. La primera labor a realizar era, por lo tato, renovar esa directiva a base de gente joven y dinámica que le diese el impulso que necesitaba. En octubre de 1956 no parecía que iba a ser difícil el lograrlo, pero posteriormente surgieron dificultades. Sin duda, el hecho de que más de un centenar de jóvenes intelectuales se reuniesen periódicamente en los locales de la Asociación, alarmó a ciertos círculos, los cuales utilizaron toda su influencia para demorar en lo posible la reanudación de las actividades oficiales de la entidad.

Durante toda una etapa la situación llegó a ser verdaderamente difícil, apareciendo las posiciones de los grupos que la integraban tan distanciadas que se llegó a rumorear la disolución de la Asociación. El Partido procuró superar las dificultades que e presentaban y, después de vencer mil obstáculos que sería excesivamente largo enumerar, logró finalmente que en el transcurso del mes de noviembre, se llegase a un acuerdo. Mediante él, se eligió una Junta Directiva representativa de las diferentes tendencias existentes en su seno. Fue por lo tanto una solución de conveniencia que alguien calificó, acertadamente, de una aplicación concreta de la política de Reconciliación Nacional.

La Presidencia y Vicepresidencia la ostenten Echevarría y Barreiros, hombre de tendencia liberal vinculados a un grupo de antiguos socios. Emiliano Serna figura como secretario y como vocales el simpatizante Vidal de Nicolás y el camarada Julián Viejo. El sector que pudiéramos calificar como clerical, y que se opone a toda implicación política, se halla representado por los pintores Joyo y Jimeno, los cuales desempeñan los cargos de tesorero y contador, respectivamente. En cambio fracasó el intento de introducir como vocal al falangista Ángel de la Iglesia.

Mediante el camarada Viejo y los simpatizantes Serna y Vidal, el Partido está en condiciones de influir decisivamente en la orientación de la Asociación, sobre todo si se tiene en cuenta que, por ocupar Vidal la vocalía de Literatura, va a dirigir el diario hablado semanal que es el que más trascendencia pública tiene. Todo ello permite esperar, de ahora en adelante, un progreso todavía más considerable del trabajo del Partido entre los intelectuales, pues la amplitud que se va a dar a la labor pública de la Asociación atraerá en el futuro un contingente mucho más numeroso de gente interesada por las cuestiones culturales.

Merece la pena mencionar también el hecho de que Elua, por simpatía con los camaradas que trabajan en la entidad, haya conseguido que la ABAO conceda al a Asociación una subvención de 5000 pesetas, que serán empleadas en mejorar el local.

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Si en un examen general de la situación política en Euzkadi partimos del importante aumento de salarios que la clase obrera conquistó con su lucha en octubre de 1956, debemos proseguirlo observando cómo fracasaron los esfuerzos de ciertas empresas tendentes a absorber estas mejoras, utilizando para ello como pretexto las alzas que las acciones parciales habían logrado ya. Sin embargo la victoria obtenida, creó en los trabajadores una moral tal que, manteniéndose firmes, dieron al traste con los intentos patronales.

No obstante la política inflacionista del Gobierno, al provocar un alza continua de los precios, no sólo produce la absorción sino la reducción del poder adquisitivo del salario real de que disfrutaban los trabajadores antes de la subida de los jornales. En enero el fenómeno se había desarrollado ya tanto que el descontento de las masas se acrecentaba de día en día.

Por ello, el pueblo vasco acogió con la mayor alegría la noticia de los boicots de Barcelona y Madrid que representaron auténtico plebiscitos populares contra la Dictadura. Cuando en Bilbao se produjo el alza de los medios de transporte, la indignación del público fue grande, dándose las condiciones para haber efectuado con éxito un boicot similar a los señalados. Sin embargo, el resultado obtenido no fue satisfactorio ya que no pasó de un tercio de los usuarios habituales los que dejaron de utilizar los trolebuses y tranvías.

Al discutirse en la organización del Partido este resultado, se llegó a la conclusión de que a él habían contribuido los siguientes factores:

  1. Falta de agilidad en la organización del Partido que, pudiendo haber previsto el alza debía haber tenido preparado el material. Por no disponer de él se fijó el boicot para varios días después de la subida, cuando ya se había disipado parte del malestar que causó.

  2. Planteamiento excesivamente ambicioso. Se fijó una duración en una semana, cuando en Madrid, donde las condiciones eran más favorables, se habían limitado a dos días.

  3. Haberse limitado a una distribución mecánica de la propaganda confiando que ella por sí sola surtiría efectos milagrosos. No fue, como debía haber sido, completada con una agitación verbal en los lugares de trabajo.

  4. El limitar la difusión de la propaganda casi exclusivamente a la clase obrera. No se tocaron los importantes sectores de usuarios constituidos por la pequeña y media burguesía. Aunque la verdad es que entonces, contrariamente a lo que ocurre ahora, no estaba en Euzkadi el Partido en condiciones de llegar con su voz a esos sectores sociales.

Asimismo influyó negativamente:

a) La falta en Bilbao de una concentración estudiantil de la densidad y conciencia política de Madrid y Barcelona, que jugase el papel de difusión que había desempeñado en esas ciudades.

b) El hecho de que los trabajadores vascos se sienten más predispuestos a participar activamente en una huelga que a tomar parte en un boicot pasivo. Ello se debe a una falta de perspectiva que sólo se puede corregir con una adecuada orientación del Partido.

Entre tanto, la contundencia de los golpes asestados por la lucha popular había provocado la crisis del Gobierno. En Euzkadi el pueblo acogió, en general, los cambios ministeriales con el mayor escepticismo. Es significativo que se oyese continuamente aplicar el refrán «los mismos perros con distintos collares». Un sector más consciente comprendió, no obstante, que el resultado de la crisis había debilitado al régimen estrechando su base social. Sin embargo, por parte de otro más atrasado, se llegó a confiar en el nuevo gobierno, esperando alguna mejoría de la situación económica. La realidad se encargó pronto de disipar estas esperanzas.

Por esta época la organización del Partido en Euzkadi se dedicó a preparar la campaña del 1º de mayo. Para que las concentraciones proyectadas pudiesen tener éxito se consideró convenientemente que en su organización participasen también otras tendencias políticas. Se hicieron sondeos entre los socialistas, nacionalistas, jocistas y cenetistas con el resultado negativo que ya se conoce. Aún así se constituyó la «Comisión Unitaria Organizadora», pero sus integrantes, aunque procedían de esas tendencias lo hacían sólo a título personal.

Después de una intensiva campaña de propaganda el 1º de mayo tuvieron lugar las concentraciones. Aunque el mal tiempo influyó negativamente, independientemente de ello, el resultado tampoco se consideró como satisfactorio, pues el número de antifranquista que asistieron fue inferior al que permitía esperar dadas las posibilidades existentes.

En este caso no cabía achacar la responsabilidad a un retraso de la propaganda o a su insuficiencia numérica. Lo que si se dio fue que los camaradas de las organizaciones de base en talleres y fábricas, siguieron con la rutina de la entrega mecánica del material, en lugar de trabajar a sus compañeros para que, citándose previamente, pudiesen asistir en masa a las concentraciones. Hubo algún caso de esos pero la regla general fue lo otro.

Posiblemente el factor determinante de que el resultado hubiese sido sólo parcial fue el no haber logrado la participación activa de los restantes sectores políticos antifranquistas. No es lo mismo que una comisión unitaria esté constituida formalmente por individuos de diferentes tendencias, si sólo hacen a título personal, que si representan a grupos que pueden tener una participación activa. En la práctica se comprobó que, aunque asistieron muchos trabajadores sin partido, y algunos socialistas y nacionalistas, el contingente principal de los participantes estaban constituido por camaradas del Partido y simpatizantes.

De todas formas, asistió un número suficiente para que, si en vez de estar dispersados en dos lugares y durante todo el día, lo hubiesen estado en uno sólo y a una hora determinada hubiese constituido una concentración importante.

Durante el mes de abril el Partido realizó también en Euzkadi una campaña importante de orientación de los trabajadores en relación a las elecciones sindicales que iban a celebrarse por entonces. Sin embargo los franquistas no se decidieron a efectuarlas, pues observaron que el ambiente no les era muy favorable.

Durante el verano siguió acrecentándose el descontento popular, al comprobar que con el nuevo gobierno, a pesar de sus progresos demagógicos, el coste de la vida en lugar de bajar había seguido ascendiendo a alturas cada vez más inaccesibles. Para entonces, y como ya hemos señalado anteriormente, la publicidad proporcionada a las andanzas del hijo del pretendiente prestaron cierta verosimilitud a los rumores que circulaban acerca de una posible restauración monárquica. Aunque sin compartir sentimientos de esa índole, un sector de la población acogía favorablemente esos rumores por creer, faltos de la adecuada perspectiva, que la monarquía era la única salida factible sin guerra civil, para liberarse del franquismo. Todavía mucho mayor éxito tuvo el artículo publicado en la revista El Español y reproducido por algunos periódicos, que dejaban entrever que numerosas personalidades de la emigración y del interior del país iban a firmar un manifiesto unitario que abriese la posibilidad al restablecimiento pacífico de la democracia en España. Aunque la intención del artículo era desprestigiar ya a priori a un Manifiesto de esta índole, el resultado fue diametralmente opuesto, sirviendo para producir una notable reactivación del interés popular por las cuestiones políticas.

Esta acogida demuestra cómo ha calado la política de Reconciliación Nacional entre las más diversas capas de la población y el efecto decisivo que produciría un documento semejante si se llegase realmente a publicar.

Después de un minucioso examen crítico y autocrítico de las últimas acciones, el Partido se dedicó en Euzkadi en el periodo estival a una labor de fortalecimiento de sus organizaciones en los lugares de trabajo. Para ello, se celebraron una serie de reuniones entre miembros de la Dirección y los responsables de los comités de fábrica de las principales empresas controladas. En estas reuniones, se estudiaron los problemas específicos de cada una de ellas y venciendo importantes dificultades se consiguieron resultados apreciables. Entre tanto, la constante labor realizada por el Partido tendente a la reorganización de sus efectivos en Eibar, Vergara y otros pueblos industriales de Guipuzcua, empezó a cosechar sus frutos, consiguiéndose que las organizaciones comunistas de ambas villas adquiriesen un desarrollo que hace años se hubiese considerado imposible. Por otra parte, este desarrollo no se llevó a cabo en abstracto sino que se ligó a las luchas reivindicativas de los trabajadores, obteniéndose diversas mejoras en varias acciones parciales.

En agosto tuvieron lugar en los talleres de calderería y ebanistería de la Constructora Naval diferentes acciones por objetivos concretos, que terminaron con el triunfo de los trabajadores. Como estos resultados parciales son por si mismos insuficientes y de lo que se trataba era de obtener el salario mínimo vital, aprobado como reivindicación legal en el III Congreso Nacional de los trabajadores, empezó a crearse en la Naval el ambiente tendente a una acción más amplia que plantease a la empresa esa demanda. Los «jocistas» tuvieron una participación importante en la preparación del clima necesario. Sólo es de lamentar que, añadiendo la demanda de la implantación de la jornada intensiva, petición que desborda por su complejidad las condiciones presentes, creasen cierto confusionismo entre los trabajadores. Afortunadamente, los camaradas del comité de la fábrica, reaccionaron orientando a los trabajadores y así tuvo lugar el primer plante. Éste tenía por objeto el dar a la empresa un toque de aviso, en el sentido de que si no satisfacía las demandas de los obreros, una vez que éstos hubiesen vuelto de las vacaciones que entonces iniciaban, emprenderían una acción de mayo envergadura. Al no acceder la empresa a las más justas demandas de los trabajadores, a primeros de septiembre se reanudó la acción. Desgraciadamente los jocistas procedieron con cierta ligereza, al iniciarla prematuramente, sin hacer dado tiempo a los trabajadores de otras empresas para que pudiesen prestarles su solidaridad. Aunque a los camaradas del Partido en la Naval les sorprendió en cierto grado esa ligereza, reaccionaron con agilidad apoyando la acción, lo cual dio por resultado a que se llegase al paro total. El desarrollo posterior de la lucha ya se ha expuesto detalladamente en Aurera, en cuya publicación se consideró la huelga de la Naval como un modelo en su género por las experiencias positivas que proporcionaba.

Es de señalar que, a pesar de haber quedado los camaradas del comité de fábrica momentáneamente aislados de la dirección del Partido por la ausencia de un camarada y la enfermedad de otro, por ello no se amilanaron, sino que se plantearon las reivindicaciones principales de la huelga. Un salario mínimo de 85 pesetas diarias sobre la base de la jornada de ocho horas y equiparación con los empleados en cuanto se refiere a pagas extraordinarias y vacaciones.

Por las razones expuestas, la Dirección del Partido en Euzkadi, no pudo jugar por completo su papel dirigente. Con bastante retraso se imprimieron unas hojas llamando al resto de los trabajadores a expresar su apoyo a los compañeros de la Naval. El resultado que se obtuvo con ellas fue efectivo en cuanto a la ayuda económica pero tardío en lo que se refiere a un apoyo directo.

Con anterioridad en la Babcok-Wilcox, 40 trabajadores iniciaron un paro de solidaridad, pero acabaron volviendo al trabajo al vacilar el resto de sus compañeros. Por su parte, en Eibar estaban dispuestos a salir si así lo hacían el resto de las empresas de Vizcaya.

Es muy posible que si la Dirección del Partido en Euzkadi hubiese lanzado un llamamiento concreto, a tiempo y simultáneamente movilizado a todas sus organizaciones, se habría logrado un paro total en Vizcaya y parte de Guipuzcua. Sin embargo, la cuestión es más compleja. Como se señalaba en el artículo de Aurera se tiende a veces a un concepto maximalista de la utilización de la huelga general, sin comprender que ésta no es la única arma de que dispone la clase obrera, y que no siempre en conveniente emplearla. Hay que tener en cuenta que la huelga general suele engendrar en el proletariado una fatiga de la que luego le cuesta algún tiempo recuperarse, mientras que la utilización de otros métodos de lucha, como las protestas, plantes, paros parciales, &c., si por una parte golpean al enemigo, por otra educa a los trabajadores, estimulándoles a pasar a acciones de mayor envergadura.

La actitud discriminatoria de la Naval despidiendo a 19 trabajadores que no habían cometido otro delito que participar en la acción junto al resto de sus compañeros, suscitó la indignación general. Por ello, el movimiento de solidaridad económica fue muy fuerte desde el primer momento no sólo en la fábrica sino en los restantes lugares de trabajo. Singular mención merecen los camaradas de Eibar que consiguieron que el proletariado en masa de la villa guipuzcuana se sumase a la colecta aportando varios miles de pesetas.

Pero no se trataba sólo de ayudarle económicamente, sino sobre todo, de lograr su readmisión. Para ello, el PC de Euzkadi prestó desde el primer momento su apoyo a los despedidos, celebrando varias reuniones con los camaradas que había entre ellos con objeto de orientarles. En estas reuniones se decidió:

1º. Mantenerse firmes sin buscar trabajo exigiendo su readmisión. Así lo han hecho hasta el final 16 de los 19.

2º. Utilizar todos los medios de presión legal, protestas en los sindicatos, en la delegación de trabajo, en la Dirección de la Empresa, en el Gobierno Civil, visitas al obispo, al gobernador, &c.

3º. Presionar asimismo desde abajo realizando plantes y paros parciales en la fábrica.

En la aplicación de estas decisiones, se comenzó por recoger las firmas casi unánimes de todo el personal obrero y administrativo de la empresa, exigiendo su readmisión. Una comisión de trabajadores se encargó de elevar los pliegos a la Dirección, pero esta pretendió que ella no podía decidir nada por tratarse de un problema gubernativo.

Otra comisión se entrevistó con el delegado provincial del trabajo, Sr. del Toro, pero éste dio la razón a la empresa. Por su parte, el jefe provincial de Sindicatos, Sr. Galo, se negó a recibir a la comisión.

Entre tanto, por otra parte de los compañeros se había decidido no trabajar como protesta un sábado pro la tarde, pero vacilaron y no se llegó a nada práctico. Para dentro de 10 días se fijó el paro de una hora, realizándose una buena campaña de preparación. Pero el día señalado a las 8 de la mañana todos los técnicos y encargados se hallaban en la fábrica cuando normalmente no suelen ir hasta las 10. Asimismo se observó la presencia de una brigadilla de policía y en vistas de ello se aplazó el paro para otro día.

Como el tiempo transcurría y los despedidos se mantenían firmes en no buscar trabajo, la policía les presionó en diversas ocasiones para que lo hiciesen, interrogándoles simultáneamente sobre la ayuda económica que percibían. Es significativo que la policía no conociese en estos interrogatorios que ya no está en condiciones de impedir la solidaridad económica, limitándose en sus aspiraciones a que esta no fuese monopolizada por «determinado partido político». Como los jocistas habían indicado a nuestros camaradas que si les pedía explicaciones sobre la ayuda económica podían asegurar libremente que procedía de ellos, así se hizo y con ello se dieron por satisfechos los policías. Todo ello constituye, en la práctica, una legalización de la solidaridad económica, que años atrás constituía un delito por el cual fueron a la cárcel muchos antifranquistas.

Ya en el mes de noviembre, una comisión de despedios fue a visitar al gobernador pero, por encontrarse éste enfermo les recibió su secretario. Éste, después de escucharles les dijo que estaban muy interesados por la cuestión y que volviesen los mismo el próximo sábado. Cuando así lo hicieron tenían la ficha policíaca de todos ellos, en la cual aparecía que dos habían estado desterrados por tomar parte en la huelga de 1956 y el otro preso por propaganda antifranquista. Sin embargo, no hizo especial hincapié sobre ello. Según él, le constaba que entre los despedidos se hallaban los dirigentes de la huelga y las cosas se facilitarían si se designasen quiénes eran para que no pagasen justos por pecadores. Como los de la Comisión manifestasen que la responsabilidad era de todos, pues se habían limitado a participar en la huelga junto al resto de sus compañeros, al no acceder la empresa a sus justas reivindicaciones de carácter legal, el secretario les respondió que quizá tuvieran razón, pero que en realidad el problema debía resolverlo la empresa.

Estas presiones por arriba eran muy adecuadas, pero su efecto hubiese sido mucho mayor si los trabajadores no hubiesen descuidado entre tanto la que debían realizar en el interior de la empresa. En vista de ello se decidió, a finales de noviembre, realizar un último esfuerzo presionando simultáneamente en ambas direcciones. Por un lado, en la fábrica tendrían lugar los paros y los plantes varias veces demorados y por otro lado los 16 despedidos que seguían sin trabajo dirigirían una carta a sus compañeros en la que después de agradecer la ayuda que les habían prestado, les demandasen un último esfuerzo para lograr su readmisión. En ella se hacía también el balance de lo logrado desde que en agosto se inició la acción, se describían las gestiones realizadas y se mencionaban las declaraciones contradictorias de autoridades y empresa. En resumen, se trataba de una carta muy fuerte por su contenido, pero ponderada en la forma, de tal manera que como la iban a firmar y enviar copias a las autoridades y medios de información, se trataba de evitar que tuviese un carácter subversivo que diese pretexto a los franquistas para adoptar medidas contra los firmantes, aunque esta posibilidad no se consideraba probable, los despedidos estaban dispuestos a correr el riesgo. En este caso el Partido estaba decidido a emprender una amplia campaña de solidaridad provocando pasos y protestas en los diferentes lugares de trabajo. Con respecto a la carta, después de dejar dos o tres días de intervalo a partir de su envío, sería reproducida en número a varios centenares de ejemplares en un extraordinario de Aurera. Como se ve todo estaba previsto y el resultado hubiese sido magnífico, lográndose muy probablemente el reingreso de los represaliados, de no haberse vuelto atrás a última hora tres de los socialistas que en un principio estaban dispuestos a firmar. La causa estribó en que, con posterioridad a ello, consultaron con un antiguo dirigente socialista que trabaja en los astilleros y éste les respondió con los tópicos habituales: «No seáis locos, no firméis pues iréis todos a la cárcel. Además, tener un poco de paciencia pues las cosas van muy bien en el exterior y finalmente todo se arreglará.» Hubiese sido posible aún así lograr que firmasen la carta de ocho a diez despedidos entre camaradas y simpatizantes, pero se desistió de ello pues una de las principales condiciones para la efectividad de la carta estribaba en que fuese firmada unánimemente. Por ello, se la sustituyó por una carta de la Redacción de Aurera a los trabajadores de la Naval, en la cual se conserva la mayor parte de la forma y contenido de la anterior. La diferencia más esencial entre ambas media en que mientras en la primera se hacía un último llamamiento en la segunda se da por liquidado el problema después de realizar un balance más numeroso que en la anterior. Desgraciadamente, esta liquidación constituía una necesidad ineludible pues la misma actitud de los despedidos es demostrativa de que actualmente les faltaba el impulso necesario para lograr su readmisión. Por otra parte, hay que tener en cuenta que esa readmisión no se presentó nunca fácil. De haberse logrado hubiese constituido un gran triunfo pues no existen precedentes similares en un régimen fascista. Además los despedidos, en su lucha, no se batían sólo con la empresa, sino en realidad con toda la gran burguesía monopolista vasca que apoyaba a ésta por temor al precedente que con ello se podía originar. Tampoco son desdeñables las presiones que casi con seguridad ejerció Alonso Vega sobre las autoridades, pues es notorio el pánico que el general tiene a las acciones de los trabajadores.

Estas apreciaciones no consideramos que sufran modificaciones sensibles por el hecho de que, a última hora, los nuevos enlaces se han dirigido a los sindicatos solicitando la readmisión de los despedidos, para que puedan pasar confortablemente en la familia las próximas fiestas de Navidad. Aunque positiva, se trata de una acción tardía que es difícil que obtenga resultados concretos.

Por último, para enjuiciar acertadamente la falta de eficacia de las acciones solidarias en el interior de la Naval, hay que tener en cuanta que entre los 19 despedidos se hallaban dos de los camaradas del comité de fábrica y precisamente era los que se caracterizaban por su mayor formación y actividad. Este hecho debilitó indudablemente la organización del Partido en la empresa, pues aunque los camaradas siguiesen reuniéndose, no era posible utilizar directamente la fuerza persuasiva de estos dos excelentes activistas.

Con respecto a las elecciones sindicales, ya señalamos con anterioridad que durante el mes de abril, el Partido realizó en Euzkadi una buena campaña de orientación de los trabajadores. Desgraciadamente, no podemos decir lo mismo de septiembre. En primer lugar, el retraso con que se recibió el manifiesto especial redactado por el Buró Político, hizo que apenas se pudiese sacar partido de tan magnífico documento.

Por otra parte, debilidades inherentes a las características de la Dirección del Partido en el interior de Euzkadi, hicieron que ésta se retrasase también en la difusión del llamamiento que había elaborado con motivo de las elecciones. Todo ello tuvo como consecuencia que al distribuirse ambos documentos, cuando la primera fase de los comicios se había ya inicia, en las empresas en que el Partido no tiene organización o ésta es muy débil, hubo trabajadores que por carácter de orientación o siguieron la vieja técnica de atención o votaron a candidatos dudosos.

A pesar de ello, por la labor de orientación llevada a cabo previamente por todo el Partido y el magnífico trabajo de explicación desarrollado por los camaradas de las organizaciones de la base, podemos asegurar que los resultados han sido en conjunto francamente buenos.

En la mayoría de las grandes fábricas, Altos Hornos de Vizcaya, Constructora Naval, Babcok-Wilcox, Euzkalduna, General Eléctrica, han sido elegidas candidaturas que componen gran número de camaradas y simpatizantes. El resto está constituido por trabajadores sin partido y algunos socialistas y nacionalistas. Se puede considera a todos ellos como obreros combativos y conscientes de su deber de clase. Sólo muy excepcionalmente y en número que se puede contar con los dedos, ha sido elegido algún paniaguado del régimen.

Por lo que se refiere a los talleres pequeños, en muchos de ellos han sido elegidos en bloque las candidaturas del Partido, integrados en algunos casos en su totalidad por militantes y simpatizantes, y en otros en plan de unidad con jocistas, nacionalistas de acción y obreros sin partido. Sería demasiado prolijo enumerar todos los pequeños talleres y el cuadro tampoco resultaría completo, pues constantemente nos llegan nuevos datos. De todas formas, con los que contamos hasta ahora se puede asegurar que el partido tiene muy buenas posiciones en las siguientes empresas: Beltrán y Casado, Talleres Elorriaga, Talleres de Zorroza, Ferrovías, Talleres de Iposa, Fundición Lagordny, Talleres Elajobarría, Aguirena, Talleres Villanueva, &c. Asimismo sin poder de momento precisar con exactitud han sido buenos los resultados en la zona minera, en la Sefanitro y en la Unquinesa y en varios talleres de Erandio.

En cuanto a Eibar y Vergara, es innecesario el dar detalles precisos. En la casi totalidad de sus fábricas y talleres han sido elegidos las candidaturas del Partido y que aquí también han estado integrados, o bien por camaradas y simpatizantes, o en plan de unidad con acción vasca.

En la Constructora Naval, los resultados hubiesen sido todavía mucho más satisfactorios de no haberse producido el despido de los camaradas de que hablamos con anterioridad. A causa de ello hubo cierta irregularidad de unos talleres a otros, siendo muy excelentes los resultados donde hubo un camarada que orientó a los trabajadores y no tan buenos donde faltó.

En la preparación de la segunda fase de las elecciones, no se dieron los inconvenientes de la primera y el Partido pudo desempeñar plenamente su papel orientador. En este sentido, lanzó una octavilla en la cual después de calibrarse los triunfos obtenidos, daba instrucciones a los trabajadores para que en la siguiente etapa los completasen con victorias todavía más importantes. Asimismo se prevenía a los obreros sobre la posibilidad de que los franquistas, mediante sus habituales artimañas, tratasen de adulterar los resultados. Así que aunque efectivamente algunos burócratas sindicales, se dedicaron a maniobrar de ese tipo, la unidad y fortaleza de los trabajadores acabó por prevalecer. Gracias a ello el Partido dispone en la actualidad de camaradas en las juntas sociales locales de Bilbao, Baracaldo, Eibar, Mondragón y Vergara. En los citados pueblos guipuzcuanos, por estar compuestas las juntas sociales casi en su totalidad por camaradas del Partido, estos trataron mediante el empelo de lo que se denomina «tercio sindical», de tomar parte en la elección de los concejales. Sin embargo, por los últimos datos de que se disponen de Vergara, ello se presentaba muy difícil, pues los jerarcas habían concedido el mismo número de compromisarios a los 3000 obreros que a los 150 comerciantes del mismo lugar que formar parte de otra sección sindical.

Mucha mayor importancia tiene el hecho de que en las juntas de Eibar, Vergara y Mondragón se han concertado para presentar en los Sindicatos, como base para restablecer contratos colectivos, un jornal mínimo de 85 pesetas, diarias sobre la jornada de 8 horas.

En Vizcaya, los nuevos enlaces elegidos han celebrado una serie de reuniones, unas veces en el interior de las empresas y otras en el sindicato. En estas reuniones aparte de tratarse de la elección del Jurado de Empresa y Junta Provincial, se han puesto de acuerdo para plantear a las direcciones una serie de reivindicaciones concretas sobre salarios, comedores, condiciones de seguridad e higiene, &c. Asimismo se ha planteado en la mayoría de ellas la cuestión del salario mínimo vital. En una gran parte de estas reuniones han participado, conjuntamente, obreros, técnicos y administrativos estableciéndose muy buenas relaciones entre ellos.

Como preparación de la última fase de las elecciones, el Partido lanzó una nueva octavilla en la cual se volvía a insistir sobre su importancia, haciéndose al mismo tiempo el balance de lo conseguido en las otras fases. Por último se daban instrucciones concretas con respecto a esta fase final.

A primeros de diciembre, existía un gran descontento en la General Eléctrica por la supresión de una paga extraordinaria. Por parte de los empleados se había redactado una esquela humorística haciendo alusión a la supresión. Es muy probable que el descontento de estos trabajadores se manifieste próximamente en alguna acción concreta.

Por su parte, los obreros de «Aguirena» de Erandio llevan desde el 15 de noviembre sin trabajar horas extraordinarias en apoyo de la siguiente demanda:

1º) Dos pagas extraordinarias suplementarias al año.

2º) Que las horas extras les sean pagadas, las dos primeras con el 50% en vez del 30% como hasta ahora, y las restantes con el 200%.

En esta empresa existe la jornada intensiva de 6 a 2 y el personal trabaja otras cuatro horas más hasta las 6. En el curso del conflicto han sido estas cuatro horas extraordinarias las que han dejado de trabajar.

Desde que se suscitó la primera vez, comprendió el Partido en Euzkadi la gran importancia que tenía la realización de la Jornada de Reconciliación Nacional. Por ello, en cuanto se dispuso del texto de la resolución aprobado en el III Pleno se llevó a cabo una profunda discusión de ella en sus diversas organizaciones. En la propia discusión, uno de los aspectos que se tuvo en cuenta es que ésta no se realizase en abstracto, sino ligándola a los problemas reales del momento. Este método de discusión, permitió a los camaradas aportar toda una serie de ideas concretas que serán de mucha utilidad en la preparación de la Jornada.

Lo primero que se tuvo en cuenta es que dado el papel dirigente que el Partido debía desempeñar en su realización, fue la necesidad de fortalecer sus organizaciones. En este sentid se están reforzando los comités de fábrica que ya existen en las grandes empresas, con los camaradas que se han revelado como los más activos en las últimas elecciones sindicales. Allí donde no se da este caso serán creados a base de simpatizantes de las mismas características.

Una gran importancia en esta tarea de perfeccionamiento en la estructura orgánica del Partido la han tenido la ampliación y reforma del Comité Local de Bilbao. A partir de primeros de octubre ha quedado constituido un secretariado compuesto por tres camaradas de gran experiencia, un representante de la organización del Partido en Euzkalduna, otro de Beltrán y Casado, y otro de la célula de la Asociación Artística. Una vez que se halle constituido el Comité de fábrica de Echevarría, tendrán también su representante en el local. O sea que en el citado comité local aparte del secretariado que se reunirá con frecuencia, estarán también representadas las células de las principales empresas de Bilbao y la de los intelectuales. Con carácter de pleno celebrarán reuniones mensuales.

A partir de la puesta en marcha del comité local, ha sido posible constituirse varias células de barriada y algunas más en pequeños talleres. Como objetivo inmediato se trata de ampliar la organización del Partido en la zona de Bolueta, Arrigorriaga y Miravalles, donde existen importantes industrias. Por su parte los camaradas de Guipuzcua tratan de crear ramificaciones en otros pueblos de la provincia y asimismo de Durango y Vitoria.

Prosiguiendo con la Jornada, nos hallamos todavía en la fase de difusión del texto de la resolución. En este sentido se ha realizado una buena labor, administrando los materiales para que alcanzasen la máxima difusión. Se está utilizando también mucho el correo para llegar a los centros oficiales y a aquellas personas que, por su significación, puedan aportar una contribución importante a la preparación de la Jornada. Próximamente se pasará a la siguiente fase que estriba en editar una serie de octavillas destinadas a determinados sectores: comerciantes, industriales pequeños y medios, estudiantes, intelectuales, fuerzas armadas, &c., donde se expondrán sus reivindicaciones específicas ligándolas para su consecución al éxito de la Jornada. Asimismo se lanzarán otras sobre problemas candentes como el alza de los precios, la amnistía, la escasez de ciertos artículos, &c.

Como la realización de la jornada no puede ser obra de un solo Partido, se está poniendo el máximo interés en ligar a otras tendencias en su preparación. Sobre ellos ya nos hemos extendido bastante el realizar el estudio de las diferentes fuerzas políticas que actúan en el país. No obstante no creemos pecar de optimistas si aseguramos que se puede considerar como perfectamente factible la constitución de diferentes círculos organizadores de carácter unitario.

El Partido en Euzkadi no ha considerado nunca la preparación de la jornada como una tarea abstracta, por el contrario concibe su realización como el punto culminante de múltiples luchas parciales y acciones concretas. Por ello se esfuerza y se esforzará por ligar a dicha preparación todo cuanto de rebeldía y lucha pueda suscitarse en el país. Precisamente el escandalosa escasez de huevos, azúcar y aceite que se ha dado recientemente y que ha provocado verdaderos ramalazos de indignación popular ha constituido una buena ocasión que nuestro Partido ha aprovechado, orientando la lucha de las amas de casa. En el futuro todavía se podría hacer más en este sentido sacando el mayor provecho para el bien general de estados de ánimo semejantes.

El Partido es consciente en Euzkadi de que la victoriosa ejecución de la Jornada si no pone fin al franquismo nos acercará notablemente a este momento tan anhelado por todos.

Para ello, a partir de ahora la Jornada ocupa un lugar central en sus actividades, disponiéndose todos los camaradas con la máxima abnegación y entusiasmo a aportar su contribución al logro del triunfo que corone el esfuerzo común del pueblo español.

El Catoblepas
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