Lino Camprubí Bueno, Confluyendo en el Ródano, El Catoblepas 120:13, 2012 (original) (raw)

El Catoblepas, número 120, febrero 2012
El Catoblepasnúmero 120 • febrero 2012 • página 13
Libros

Lino Camprubí Bueno

Reseña del libro Sara B. Pritchard, Confluence: the Nature of Technology and the Remaking of the Rhône (Cambridge, MA: Harvard UniversityPress, 2011), 371 páginas

Para Cayo Julio César, el Ródano, como el Rubicón, marcaba divisiones políticas cuyo traspaso acarreaba el peso de la Historia. Para los gerentes de la Compagnie Nationale du Rhône (CNR), este río «encarnaba y realizaba» (pág. 3) la reconstrucción política y física después de la Segunda Guerra Mundial. Para los lectores de Sara Pritchard, el río más poderoso de Francia constituye una oportunidad sin par para medir el alcance de su enfoque «técnico-ambiental» y para sopesar el significado político de los ríos.

Junto con James C. Williams, Pritchard acuñó el concepto «técnico-ambiental» hace más de una década y lo usó como nombre de lo que se convertiría en uno de los grupos de interés más activos de la Society for the History of Technology (SHOT), la sociedad norteamericana de historia de la tecnología. La historia técnico-ambiental aúna recursos procedentes tanto de la historia medioambiental como de los llamados «estudios de ciencia y tecnología.» Su tesis fuerte es que las tecnologías son mediadores entre los humanos y la naturaleza y no cabe reducirlas ni al reino de la naturaleza ni al reino de la cultura. Dentro de la historia técnico-ambiental, Pritchard identifica dos corrientes: la «materialista», centrada en la producción de nuevos organismos y paisajes, y la «cultural», que gira en torno a los «significados» de la tecnología o la naturaleza. Podríamos poner esta distinción en correlación a la que hace Gustavo Bueno entre momentos tecnológicos y momentos nematológicos de las instituciones.

Este libro aspira a reunir estas dos corrientes, pues las transformaciones del Ródano en la segunda mitad del siglo XX requirieron la movilizaciónde embalses, símbolos, laboratorios, canales, informes, agua, mediciones, diaclasas geológicas, elites estatales, peces, nacionalismo y técnicas de irrigación local. El título del libro –_Confluence_– se refiere a la reunión, en la medida de lo posible, de estas diferentes escalas de análisis. También alude a las conexiones entre la naturaleza, la política y la tecnología dentro de los diversos «sistemas técnico-ambientales» que saturaron las aguas del Ródano, a menudo produciendo turbulencias entre sí.

El resultado de esta integración sitúa a la historia de la tecnología en el centro de la historia política de Francia. La autora escribe, enmendando a Benedict Anderson, «puede que las naciones sean imaginadas, pero también _se hacen un sitio_» (pág. 8).{1} El original «take place» podría también traducirse por «toman un lugar» para subrayar la importancia de la transformación operatoria del paisaje en los procesos de apropiación del territorio por parte de un Estado.{2} La construcción del Estado se nutre de agentes y objetos muy alejados de los debates parlamentarios y que tienen que ver con la gestión del territorio y las ideologías asociadas a ella. Por ello, al igual que hizo Gabriel Hecht con la tecnología nuclear, Pritchard demuestra que no puede entenderse la historia reciente francesa sin tener en cuenta el manejo francés de los ríos.{3}

El capítulo 1 describe la historia de las transformaciones del Ródano en la Francia moderna como contexto para la transfiguración del río tras la Segunda Guerra Mundial. El capítulo 2 se centra en categorías emic, o «de los actores», metáforas cargadas y estrategias retóricas que dan cuenta del modo en que el Ródano se convirtió en «el río de la nación.» Estas construcciones ideológicas prepararon el terreno de la «construcción literal» del río por parte de la CNR como parte de la reconstrucción de la grandeur francesa y de la economía política post-bélica del país.

Los dos siguientes capítulos se centran el la sección del río llamada «Donz�re-Mondragon», inaugurada en 1952 pero cuyo proyecto se realizó durante el régimen de Vichy. Así, el capítulo 3 describe la necesidad de energía eléctrica de la Francia de posguerra y cómo ésta determinó ciertas elecciones técnicas. Aquí hubiera sido de agradecer algo más de atención al proyecto original aprobado durante los años de colaboracionismo con el tercer Reich, porque así se hubieran comprendido mejor las continuidades y rupturas del proyecto que de hecho se terminó haciendo y esto tal vez hubiera permitido a la autora reforzar su tesis de que las peculiaridades de la posguerra dieron forma técnica al proyecto.{4}

A la hora de optar entre los posibles usos de las aguas del Ródano se primó la producción de energía hidroeléctrica y nuclear sobre la navegación o la agricultura. Estas decisiones produjeron choques importantes entre la CNR y otros organismos estatales así como entre éstos y algunas poblaciones locales. Tales choques se dirimían, a menudo, en términos técnicos, y el capítulo 4 está dedicado a las incertidumbres que rodeaban a algunos de estos debates, en especial los relacionados con la cambiante hidrología del río. En el curso de los debates los argumentos políticos y los hidrológicos formaron una maraña imposible de deshilar en la práctica.

Los capítulos 5 y 6 abandonan la sección del río «Donz�re-Mondragon» y avanzan hacia una época posterior en la que la reconstrucción nacional ya no era la prioridad. La integración económica europea y el regionalismo pasaron a ocupar las primeras páginas de las agendas políticas francesas y los debates sobre el Ródano viraron hacia la agricultura y proyectos tales como su posible vínculo con el Rin (un trasvase promovido por el historiador Fernand Braudel). Estos cambios se unieron a la creciente fuerza de grupos ecologistasy llevaron a sustituir el programa de transformación total del río por lo que la autora llama una «nueva modernidad», que desgrana en el último capítulo del libro. Pero Pritchard se cuida de presentar este cambio en la orientación programática como el avance por una supuesta línea de progreso. En primer lugar, las continuidades tecnológicas subyacen a mucha de la retórica nueva. En segundo lugar, Francia y la CNR continuaron con sus programas de transformación total en otros países «en vías de desarrollo», muchas veces ex-colonias francesas sobre las que la ideología desarrollista permitió a Francia seguir manteniendo su dominio.

La conclusión del libro alude a los debates actuales sobre los usos de diversas tecnologías y sugiere que tanto los ecologistas como los ingenieros debieran abandonar sus respectivos mitos de la Naturaleza y de la Técnica y admitir que el modo humano de estar en el mundo es por mediación de sistemas técnico-ambientales de consecuencias políticas.

A lo largo de todo el libro Pritchard mantiene la atención puesta en la transformación técnico-ambiental del Ródano, pero a la vez da pistas sobre temas involucrados en ella tales como la importancia de los ingenieros en la política francesa del siglo XX, las vinculaciones entre las investigaciones de laboratorio de diversas disciplinas y su reflejo en los paisajes transformados, el papel del Plan Marshall o la organización corporativa capital-trabajo de ciertos sectores de la economía francesa tutelados por el Estado. Confluence, por tanto, no sólo permite medir el alcance de la perspectiva técnico-ambiental sino que demuestra que remontando la historia de un río se llega a tierras muy fértiles histórica y políticamente.

Uno de estos temas sobre el que la autora pasa rozando es el de las negociaciones que en los primeros años de la pasada década se sostuvieron respecto a la posibilidad del trasvase de las aguas del Ródano a tierras españolas. El proyecto se propuso como alternativa al trasvase de las aguas del Ebro al sureste de la península. Pritchard no podía saber que a principios de febrero de 2012 esas conversaciones se retomarían lideradas por Artur Mas en el contexto de la «Eurorregión Pirineos Mediterráneo». Como es habitual en estos casos, cada una de las partes en conflicto presenta sus propuestas mediante argumentos técnicos y defiende su idoneidad técnica sobre las alternativas. Pero, como también es habitual, la dimensión política es interna a los debates y actuaciones técnico-ambientales. Las autoridades francesas se muestran partidarias del trasvase del Ródano a España, que se sumaría a las exportaciones de energía hidroeléctrica y nuclear que ya se producen. Desde el lado de España, habrá que plantearse si el trasvase del Ródano a España favorece o no a los intereses del conjunto de la sociedad política y hasta qué punto estos intereses son compatibles con los promotores de dicho trasvase reunidos en la «Eurorregión.»

Notas

Una versión inglesa de esta reseña apareció en la revista Water History, 3 (2011): 163-164.

{1} El libro de Benedict Anderson al que se refiere críticamente Pritchard es muy citado en teoría del Estado e historia del nacionalismo, Comunidades imaginadas: reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo (FCE, México 1993).

{2} Para el concepto de apropiación, puede verse Gustavo Bueno, Primer Ensayo sobre las categorías de las «ciencias políticas" (Biblioteca Riojana, Logroño 1991).

{3} Gabrielle Hecht, The Radiance of France, Nuclear Power and National Identity after World War II (MIT Press, 1998).

{4} Sobre las continuidades técnicas en otras áreas de la Francia de posguerra con el regimen de Vichy es recommendable Christophe Bonneuil y Frédéric Thomas, «Purifying Landscapes: The Vichy Regime and the Genetic Modernization of France», Historical Studies in the Natural Sciences, 40, 4 (2010): 532-568.

El Catoblepas
© 2012 nodulo.org