Trump y Musk se lanzan contra los refugios para migrantes en Nueva York (original) (raw)
La mentira la dijo Donald Trump durante la campaña electoral. El entonces candidato afirmó durante el primer debate presidencial, en junio, que la ciudad de Nueva York aloja a migrantes “en hoteles de lujo”. Se refería a los albergues que la ciudad ha habilitado para acoger a los más de 230.000 extranjeros que han arribado a la Gran Manzana desde la primavera de 2022, algunos de los cuales sí son antiguos hoteles y moteles. Ahora, casi ocho meses más tarde, la Administración del republicano ha comenzado su cruzada contra estos refugios: cuatro empleados de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) fueron despedidos este martes por sus funciones en el desembolso de fondos federales para alojar a migrantes en hoteles de Nueva York.
Los empleados despedidos, incluida la directora financiera de la agencia, Mary Comans, están acusados de “eludir el liderazgo para hacer unilateralmente pagos atroces para hoteles de lujo en Nueva York para los migrantes”, según Tricia McLaughlin, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que supervisa la FEMA. McLaughlin no especificó cómo los trabajadores habían socavado el liderazgo, pero dijo que entre los despedidos también había dos analistas de programas y un especialista en subvenciones.
Como en muchos de los otros despidos que se han producido dentro del Gobierno federal desde que Trump volvió a la Casa Blanca hace tres semanas, Elon Musk tuvo algo que ver. El hombre más rico del mundo, asesor cercano del presidente y encargado de recortar gastos y reducir la plantilla de la Administración federal como cabeza del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), publicó en su red social, X, a primera hora de la mañana del lunes que su equipo acababa de “descubrir que la FEMA envió 59 millones de dólares la semana pasada a hoteles de lujo de Nueva York para alojar a inmigrantes ilegales”.
Musk añadió, sin aportar prueba alguna, que el dinero estaba “destinado a ayudar a los estadounidenses en caso de catástrofe y, en cambio, se gasta en hoteles de lujo para ilegales” y calificó el gasto de ilegal. “Hoy se presentará una demanda de devolución para recuperar esos fondos”, culminó. Un par de horas después, el director en funciones de la FEMA, Cameron Hamilton, anunció que los pagos en cuestión se habían “suspendido” y que el personal responsable tendría que “rendir cuentas”.
Al día siguiente, llegaron los despidos de los cuatro empleados. “Bajo el liderazgo del presidente Trump y de la secretaria [Kristi] Noem, el DHS no se quedará de brazos cruzados y permitirá que los activistas del estado profundo socaven la voluntad y la seguridad del pueblo estadounidense”, reza el comunicado del Departamento de Seguridad Nacional anunciando las destituciones.
Ni Musk ni nadie del DHS han especificado los fondos de la FEMA a los que se referían. Pero parecen ser pagos realizados por el Programa de Refugio y Servicios, que el Congreso creó en 2023 bajo el Gobierno de Joe Biden para conceder subvenciones a grupos y localidades que proporcionan refugio y otros servicios a los migrantes que son liberados de la custodia del DHS después de cruzar la frontera.
Migrantes descansan en el suelo frente al Hotel Watson, en enero de 2023, en el centro de la ciudad de Nueva York.Andrew Lichtenstein (Getty Images)
En un documento judicial presentado el martes, Hamilton, el director en funciones de la FEMA, dijo que la Administración Trump retiró fondos del Programa de Refugio y Servicios debido a preocupaciones de que el dinero estaba “facilitando actividades ilegales” en un hotel de Manhattan utilizado para alojar a migrantes. Como prueba de ello, el oficial citó una noticia del New York Post según la cual la banda venezolana Tren De Aragua estaba utilizando el Hotel Roosevelt como “centro de reclutamiento y base de operaciones para planificar diversos delitos”. Hamilton añadió que si los pagos de la FEMA continúan, “probablemente financiarán actividades criminales”.
Aunque la declaración de Hamilton era en respuesta a una demanda que buscaba bloquear la congelación de subvenciones y préstamos federales por parte de la Administración Trump (orden que ya ha sido revocada), el documento demuestra que funcionarios del Gobierno republicano tienen el Programa de Refugio y Servicios en su mira. De hecho, Trump lleva despotricando contra el programa desde la campaña electoral. Después de los huracanes Helene y Milton, afirmó falsamente en múltiples ocasiones que la FEMA se había gastado todo su presupuesto en alojar a migrantes, desviando fondos de ayuda para catástrofes.
La realidad, sin embargo, es que el Congreso asignó esos fondos —un total de 650 millones de dólares— el año pasado, y aunque los pagos son emitidos por la FEMA, son completamente distintos a los millones asignados a hacer frente a catástrofes y desastres naturales.
Nueva York es una de las ciudades que recibe estos fondos. En el caso de la Gran Manzana, el Gobierno le asignó 237 millones de dólares en 2024 para ayudar a reembolsar una pequeña parte de los más de 7.000 millones de dólares que la ciudad y el Estado de Nueva York han gastado para albergar, alimentar y proporcionar otros servicios a los 230.000 migrantes que han llegado a la ciudad. Los 59 millones de dólares a los que Musk se refería, según las autoridades municipales, parecen ser un pago de la FEMA que la ciudad recibió la semana pasada como parte de esa asignación. Alrededor de 19 millones de esa cantidad se gastaron en hoteles.
Aunque la crisis migratoria de Nueva York, que comenzó a mediados de 2022 cuando la ciudad empezó a recibir autobuses cargados de extranjeros, ha empezado a remitir, 46.000 migrantes siguen bajo el cuidado de la ciudad. En su mayoría son familias con niños que viven en almacenes reconvertidos, campamentos de tiendas de campaña y docenas de hoteles. Entre estos últimos figuran viejos hoteles de Manhattan y moteles económicos de otros distritos. Y migrantes consultados por este periódico aseguran que las condiciones dentro de estos centros están lejos de ser “lujosas” como insisten Trump y los suyos: muchos denuncian que viven con suciedad, entre cucarachas, ratones y basura.