Francisco Mendez - Academia.edu (original) (raw)
Uploads
Papers by Francisco Mendez
I El año pasado se cumplió el Centenario del nacimiento de Clemente Estable (1894-1976), creador ... more I El año pasado se cumplió el Centenario del nacimiento de Clemente Estable (1894-1976), creador de la investigación biológica en nuestro país y de su ámbito cultural. Merecidos y necesarios homenajes se le tributaron. Más necesarios hoy quizá que nunca, cuando nuestra ciencia ya tiene su bien sazonada y lograda historia dentro de su caudal natural y de su indiscutible dignidad. Momento, el actual, en que luego de denodado esfuerzo original e integrativo a nuestra cultura, de esa ciencia que bregaba por ser independiente, tiende a volver a ser colonial y encontrar sus jueces, sus méritos, sus relieves en la promoción, aprobación e imposición en las metrópolis. Fue sin duda Clemente Estable uno de los más eminentes fundamentalistas de nuestra ciencia en general y de la biología en particular, completando esta presencia por una tan sostenida como fecunda y original inquietud por el pensamiento filosófico y en especial orientado hacia la promoción de aprender, que es vocación y es aptitud lejos de los cánones corrientes de las propuestas en uso. Ya somos pocos los que estuvimos, estrecha o laxamente unidos a él, que a todos estimuló con su ejemplo y su mensaje. No dejó nunca de ser una conversación con él la invitación al entusiasmo por ver, mirar y crear, surgiendo con natural intención tanta crítica pero siempre mostrando caminos. Los países pequeños, que configuramos sociedades culturales a la medida del hombre, sin distinciones exitosas, frívolas u ocasionales, guardan como tesoro casi exclusivo la concreción de personalidades paradigmáticas que secularmente las representan, las singularizan y las trascienden. No están en relación con logros positivos específicos, el Premio Nobel, un invento redituable, un éxito contundente. No, están en relación con un hombre cuyo ejemplo vale por sí mismo, por su inmanencia. Por ello no creamos que al trazar la gesta cultural, tanto biológica como pedagógica o filosófica de Estable estamos relevando por demasía una personalidad local reducida sin duda al ámbito de una cultura nacional, sino la valoración de una integridad humana en la que convergieron valores justamente humanos que lo individualizan aquí, allá y siempre como un ejemplo de tenor humanista que aunque gustado por pocos no dejó de ser esencialmente universal. En él y en el entorno por él creado toma origen la ciencia independiente en el Uruguay (1) .
I El año pasado se cumplió el Centenario del nacimiento de Clemente Estable (1894-1976), creador ... more I El año pasado se cumplió el Centenario del nacimiento de Clemente Estable (1894-1976), creador de la investigación biológica en nuestro país y de su ámbito cultural. Merecidos y necesarios homenajes se le tributaron. Más necesarios hoy quizá que nunca, cuando nuestra ciencia ya tiene su bien sazonada y lograda historia dentro de su caudal natural y de su indiscutible dignidad. Momento, el actual, en que luego de denodado esfuerzo original e integrativo a nuestra cultura, de esa ciencia que bregaba por ser independiente, tiende a volver a ser colonial y encontrar sus jueces, sus méritos, sus relieves en la promoción, aprobación e imposición en las metrópolis. Fue sin duda Clemente Estable uno de los más eminentes fundamentalistas de nuestra ciencia en general y de la biología en particular, completando esta presencia por una tan sostenida como fecunda y original inquietud por el pensamiento filosófico y en especial orientado hacia la promoción de aprender, que es vocación y es aptitud lejos de los cánones corrientes de las propuestas en uso. Ya somos pocos los que estuvimos, estrecha o laxamente unidos a él, que a todos estimuló con su ejemplo y su mensaje. No dejó nunca de ser una conversación con él la invitación al entusiasmo por ver, mirar y crear, surgiendo con natural intención tanta crítica pero siempre mostrando caminos. Los países pequeños, que configuramos sociedades culturales a la medida del hombre, sin distinciones exitosas, frívolas u ocasionales, guardan como tesoro casi exclusivo la concreción de personalidades paradigmáticas que secularmente las representan, las singularizan y las trascienden. No están en relación con logros positivos específicos, el Premio Nobel, un invento redituable, un éxito contundente. No, están en relación con un hombre cuyo ejemplo vale por sí mismo, por su inmanencia. Por ello no creamos que al trazar la gesta cultural, tanto biológica como pedagógica o filosófica de Estable estamos relevando por demasía una personalidad local reducida sin duda al ámbito de una cultura nacional, sino la valoración de una integridad humana en la que convergieron valores justamente humanos que lo individualizan aquí, allá y siempre como un ejemplo de tenor humanista que aunque gustado por pocos no dejó de ser esencialmente universal. En él y en el entorno por él creado toma origen la ciencia independiente en el Uruguay (1) .