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Papers by malvina hidalgo
Y nuestra ambición es aportar elementos de respuesta a la gran pregunta de quienes construyen y c... more Y nuestra ambición es aportar elementos de respuesta a la gran pregunta de quienes construyen y construirán Europa, a todos los que se interesan por ello en el e mundo: «¿Quiénes son los europeos? ¿De dónde vienen? ¿A dónde van?». JACQUES LE GOFF No me atreveré nunca a aconsejaros que secundéis la extraña idea, que habéis alumbrado, de soñar con una lengua universal. FRANCESCO SOAVE, Reflessioni intorno all'instituzone di una lengua universale, 1774. Psamético entregó a un pastor dos niños recién nacidos, hijos de padres cualesquiera; tenía que llevarlos junto a su rebaño y criarlos de tal modo que ante ellos jamás se pronunciara una sola palabra… Dio tales órdenes porque quería saber cuál sería la primera palabra que pronunciarían los niños… Una vez transcurridos dos años en los que el pastor así actuaba, un día al abrir la puerta y entrar, los niños se echaron a sus pies y extendiendo las manos pronunciaron la palabra becas… [Psamético] averiguó que los frigios llamaban becas al pan. De este modo los egipcios… admitieron que los frigios eran más antiguos que ellos. HERÓDOTO, Historias, II, 1 [Federico II] quiso comprobar qué lengua e idioma tendrían los niños al llegar a la adolescencia si no habían podido hablar jamás con nadie. Y para ello dio órdenes a las nodrizas y ayas de que dieran leche a los niños… pero con la prohibición de hablarles. Quería en realidad saber si hablarían la lengua hebrea, que fue la primera, o bien la griega, o la latina, o la lengua árabe; o si acabarían hablando la lengua de sus propios padres, de quienes habían nacido. Pero se afanó en vano, porque los niños o infantes morían todos. SALIMBENE DA PARMA, Cronaca, n. 1664 Si Dios inspirase a Vuestra Alteza Serenísima el pensamiento de concederme tan sólo que los 1.200 escudos que habéis tenido la bondad de fijar se convirtieran en una renta perpetua, sería feliz como Ramón Llull, y quizá con mayor merecimiento… Porque mi invención comprende el uso de la razón entera, un juicio para las controversias, un intérprete de las nociones, una balanza para las probabilidades, una brújula que nos guiará a través del océano de las experiencias, un inventario de las cosas, una tabla de los pensamientos, un microscopio para examinar las cosas presentes, un telescopio para adivinar las lejanas, un cálculo general, una magia inocente, una cabala no quimérica, una escritura que cada uno leerá en su propia lengua; y, finalmente, una lengua que se podrá aprender en pocas semanas, y que enseguida se extendería por todo el mundo. Y que llevaría consigo, adonde quiera que fuese, la verdadera religión.
Hume y el indio: introducción a la investigación empírica La función de la crítica y la historiog... more Hume y el indio: introducción a la investigación empírica La función de la crítica y la historiografía. LOS PERSONAJES USO PRACTICO DEL PERSONAJE .... El problema estético del «tipo» 215 Razones de las poéticas de la tipicidad ... 218 Precisiones estéticas sobre lo típico Fisonomía del personaje típico. . Tipo, símbolo, «lugar» 233 El uso científico de la tipicidad ..... 235 Tipo y «topos» 235 Recurso al tópico y sensibilidad decadente. Conclusiones EL MITO DE SUPERMAN ....... 249 Símbolos y cultura de masas El mvto de Supe* man La estructura del mito y la civilización de la novela La intriga y el consumo del personaje. Consumo y temporalidad • 266 Una trama sin consumo ....... Superman como modelo de heterodirección. 275 Defensa del esquema iterativo ..... 278 El esquema iterativo como mensaje redundante. 284 Conciencia cívica y conciencia política. .
Una última consideración: los mapas medievales no tenían una función científica, sino que respond... more Una última consideración: los mapas medievales no tenían una función científica, sino que respondían a la demanda de lo fabuloso por parte del público, del mismo modo que hoy las revistas de papel cuché nos demuestran la existencia de platillos volantes y en la televisión nos cuentan que las pirámides fueron construidas por una civilización extraterrestre. En el mapa de Las crónicas de Nuremberg, que data de 1493, junto a una representación cartográficamente aceptable, aparecen representados los misteriosos monstruos que se decía que habitaban aquellos lugares. El mapa del mundo según Hartmann Schedel, en Liber chronicarum, Nuremberg, 1493. Por otra parte, la historia de la astronomía es curiosa. Un gran materialista como Epicuro cultivaba una idea que sobrevivió tanto tiempo que en el siglo XVII todavía era discutida por Gassendi, y que en cualquier caso aparece testimoniada por el De la naturaleza de Lucrecio: el Sol, la Luna y las estrellas (por muchos motivos muy serios) no pueden ser ni más grandes ni más pequeños de cuanto aparecen a nuestros sentidos. De ahí que Epicuro juzgase que el Sol tenía un diámetro de unos treinta centímetros. De modo que, si bien algunas culturas antiquísimas creían realmente que la Tierra era plana, muchos contemporáneos nuestros, en contra de lo que afirman Lambert de Saint-Omer, Liber floridus, siglo XI, ms, lat. 8865, fol. 35r, París, Bibliothèque Nationale de France. A la derecha la zona Austral, o sea, las Antípodas. HIPÓLITO (siglos II-III) Refutatio, I, 7 La Tierra es plana y cabalga sobre el aire. De modo semejante el Sol, la Luna y los demás astros ígneos cabalgan en el aire porque también son planos. […] Anaxímenes dice que los astros no se mueven debajo de la Tierra, como han supuesto otros, sino alrededor de ella, como gira el gorro de fieltro alrededor de nuestra cabeza. […] El Sol no se oculta por estar debajo de la Tierra sino porque lo cubren las partes más elevadas de la Tierra. LA TIERRA ESFÉRICA PLATÓN (siglos V-IV a. C.) Fedón, 99c y 109a El uno implantando un torbellino en torno a la tierra hace que así se mantenga la tierra bajo el cielo, en tanto que otro, como a una ancha artesa le pone por debajo como apoy o el aire. […] Estoy convencido y o, lo primero, de que, si está en medio del cielo siendo esférica, para nada necesita del aire ni de ningún soporte semejante para no caer, sino que es suficiente para sostenerla la homogeneidad del cielo en sí idéntica en todas direcciones y el equilibrio de la tierra misma. Pues un objeto situado en el centro de un medio homogéneo no podrá inclinarse más ni menos hacia ningún lado, sino que, manteniéndose equilibrado, permanecerá inmóvil. ARISTÓTELES (siglo IV a. C.) Del cielo, II, 14, 298a Además, por la forma como aparecen los astros no solo resulta patente que la Tierra es esférica, sino también que su tamaño no es grande; en efecto, realizando un pequeño desplazamiento hacia el mediodía o hacia la Osa, surge ante nuestra vista un círculo de horizonte distinto, de modo que los astros situados sobre nuestra cabeza cambian considerablemente y hacia la Osa y hacia el mediodía no aparecen y a los mismos cuando uno se desplaza; pues en Egipto y en las inmediaciones de Chipre se ven ciertos astros, mientras que en las regiones situadas hacia la Osa y a no se ven, y los astros que en las regiones situadas hacia la Osa aparecen todo el tiempo se ponen, en cambio, en aquellos lugares. De modo que no solo es evidente a partir de estas observaciones que la figura de la Tierra es redonda, sino también que dicha figura es la de una esfera no muy grande; pues, si no, no haría patentes tan deprisa aquellos cambios al desplazarse uno tan poca distancia. Tierra esférica en una representación de Dios que mide el mundo con un compás, en una Bible moralisée, c. 1250. DIÓGENES LAERCIO (siglos II-III) Vidas de filósofos ilustres (IX, 21) Parménides fue el primero que demostró que la Tierra es esférica y que está situada en el medio. DIÓGENES LAERCIO (siglos II-III) Vidas de filósofos ilustres (VIII, 24-25) Alejandro en las Sucesiones de los filósofos dice haber hallado en los escritos pitagóricos también las cosas siguientes […] el mundo [es] animado, intelectual, esférico, que abraza en medio a la Tierra, también esférica y habitada en todo su alrededor. Que hay antípodas, nosotros debajo y ellos encima. EL MUNDO ES UN TABERNÁCULO COSMAS INDICOPLEUSTES (siglo VI) Topografía cristiana (III, 1 y 53) Cosmas Indicopleustes, El cosmos rectangular, ms. plut. 9.28, c.95v, Florencia, Biblioteca Medicea Laurenziana. Después del Diluvio, en tiempos de la construcción de la torre [de Babel], que constituía un desafío a Dios, cuando los hombres, una vez llegados a gran altura, empezaron a observar continuadamente los astros, por primera vez concibieron la idea errónea de que el cielo era esférico. […] Entonces Dios ordenó a Moisés construir el Tabernáculo según el modelo que había visto en el Sinaí, un tabernáculo que sería la imagen del mundo entero. Moisés lo construy ó, tratando de imitar al máximo la forma del mundo, y le dio una longitud de treinta codos y una anchura de diez. Entonces, interponiendo un velo en el centro del Tabernáculo, lo dividió en dos compartimientos, de los cuales el primero fue llamado el Santo y el segundo detrás del velo el Santo de los Santos. El tabernáculo exterior, según el Apóstol divino, era la imagen del mundo visible, desde la Tierra hasta el firmamento. Allí estaba la mesa, y sobre ella había doce panes; sobre la mesa, símbolo de la Tierra, había todo tipo de frutos, uno por cada uno de los meses del año. Alrededor de la mesa había una moldura labrada que representaba el mar que se llama Océano, y alrededor del Océano había a su vez un borde de un palmo de ancho, que representa la tierra más allá del Océano, en cuy a parte oriental se encuentra el Paraíso y donde las extremidades del primer cielo, en forma de bóveda, por todas partes se apoy an en las extremidades de la Tierra. Y finalmente Moisés puso en la parte sur un candelabro que iluminaba la Tierra del sur al norte, y puso en él siete lámparas para indicar la semana, y estas lámparas simbolizan todas las luminarias del cielo. LA TIERRA PLANA DE VOLIVA L. SPRAGUE DE CAMP Y WILLY LEY Las tierras legendarias (1952) Si los pensadores del período anterior a los grandes viajes de descubrimiento podían tener algún argumento a su favor-por lo general, la autoridad de las Sagradas Escrituras, o más bien la interpretación que de ellas daban-, los intentos posteriores de revivir el concepto de un mundo plano murieron al nacer. El más reciente, y sin duda el más famoso, fue el llevado a cabo entre 1906 y 1942 por Wilbur Glen Voliva, jefe de la Iglesia cristiana católica apostólica de Zion, en Illinois. El fundador de esta secta fue un menudo e inquieto escocés, un tal John Alexander Dowie, que renunció a su ministerio de pastor congregacionista en
Nunca un abogado ha tenido que ejercer su oficio en tan difíciles condiciones: nunca contra un ac... more Nunca un abogado ha tenido que ejercer su oficio en tan difíciles condiciones: nunca contra un acusado se había cometido tal cúmulo de abrumadoras irregularidades. Uno y otro, son en este caso la misma persona. Como abogado, no ha podido ni tan siquiera ver el sumario y, como acusado, hace hoy setenta y seis días que está encerrado en una celda solitaria, total y absolutamente incomunicado, por encima de todas las prescripciones humanas y legales.
Psicología de las masas y análisis del yo (O. C. v. IX), El porvenir de una ilusión (O. C. v. XIV... more Psicología de las masas y análisis del yo (O. C. v. IX), El porvenir de una ilusión (O. C. v. XIV), La civilización y sus descontentos.
"Sobre las palabras obscenas" Hasta aquí llegamos. Como esperábamos, al comprender la génesis de ... more "Sobre las palabras obscenas" Hasta aquí llegamos. Como esperábamos, al comprender la génesis de la alucinación onírica hemos comprendido el enigma de toda alucinación. La situación traumática es siempre en ella su fons et origo, su fuente y origen. Sabíamos ya, además, que las "malas" palabras tienen un efecto alucinatorio. Casi con el rigor de un silogismo, entonces, una conclusión se insinúa: ¿No serán las "malas" palabras hijas del miedo, del espanto, del trauma? ¿Y no favorecerá, acaso, nuestra investigación con una pista promisoria, saber que la mujer que provocaba el fogoso anhelo de la pija de Voltaire y que despertaba en él el deseo de besar su culo gentil, no era una amante común, sino su sobrina, la hija de su hermana Catherine, Marie Louise Mignot, y que, casada con el capitán Nicolás Charles Denis, conocemos como Mme. Denis? 10 Abraham, Karl "Sueños y mitos" 11 Rabelais, François "Gargantúa y Pantagruel" 9 Sade, Marqués de "La filosofía en el tocador" 10 Ibíd.
Reservados todos los derechos de edición en lengua castellana para todo el mundo. Cuarta edición:... more Reservados todos los derechos de edición en lengua castellana para todo el mundo. Cuarta edición: mayo de 2003 (Primera con esta cubierta) © Editorial Lumen, S. A., 1999 Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares de la misma mediante alquiler o préstamo públicos.
Pero lo que más hace resaltar el valor de su obra con acentuados relieves, es que toda ella, como... more Pero lo que más hace resaltar el valor de su obra con acentuados relieves, es que toda ella, como él mismo, fue el producto del esfuerzo propio. Muchacho huérfano, conoció tempranamente el dolor de la vida, es decir, tuvo que ser prematuramente hombre; mas eso no apagará la sed de perfección de su espíritu, el ansia fervorosa de saber, ni amainará el temperamento brioso y decidido. Vino a Buenos Aires, la suspirada Buenos Aires, ciudad deslumbradora y áurea, escenario indispensable a todas las consagraciones, no sin antes haber dado pruebas de su carácter enérgico encabezando una revuelta estudiantil en el colegio nacional de Mendoza, donde cursó estudios secundarios. Así, pues, sin oro en las talegas, pero con un gran valor para la lucha, llegó a Cosmópolis, a luchar brazo a brazo con la vida. Se formó solo en el estudio y el trabajo, sin directores mentales, sin guías, sin tutores de su inteligencia-la peor calamidad-siguiendo sus vocaciones unas veces, impulsado por las necesidades otras, hasta encontrar la definitiva orientación de su espíritu, a más de la mitad de su existencia, siguiendo luego por ese camino de progreso hasta su muerte. Esta condición de ser el producto de su trabajo, de no deber nada de sus prestigios y de sus méritos conquistados a nadie, será más tarde motivo de su orgullo, un orgullo legítimo, por cierto, que él expresará repetidas veces al decir de sus biógrafos en pertinente y expresivo idioma inglés: "self made man". La vocación de los grandes caracteres suele ser el apostolado de una idea-ha dicho un escritor contemporáneo[4], a propósito de nuestro dilecto pensador-y Álvarez tenía todas las características del apóstol: la fe inquebrantable que lo hace persistir en su lucha tenaz en un ambiente hostil, puesta la mirada visionaria hacia un ideal humanitario, de perfección social, de vida bella y mejor para todos por la difusión cultural, pues entendía que la educación forma una segunda naturaleza, creyendo "poder cambiar, por medio de la escuela, un pueblo de bellacos en un pueblo de gentes de bien y una tierra de miserias y maldiciones, en tierra de prosperidades y bendiciones"[5]. Esa es la calurosa pasión que se descubre a través de su crítica social en sus múltiples facetas, aunque ella se dirija más a la razón que al sentimiento, prefiera el cerebro al corazón y busque la reflexión serena más que la efectividad fácilmente impresionable. Por último, esa sencillez en el escritor, despreocupación en el hombre, proverbialmente suya, que consiste en el olvido de la propia persona para consagrarse a los otros, al culto de una idea o ideal que suele ser siempre una obsesión constante en los predestinados. El hombre, su vida entera, su espíritu templado en la adversidad y los reveses, se refleja en su obra de escritor; tan clara, tan nítida es la imagen, que nunca es más exacto aquello del estilo y el hombre. "Y tanto se refleja en el libro la personalidad de su autor-dice Alicia Moreau-que al leerlo parece que surgiera de entre las páginas aquella su original silueta, sencilla y modesta sin afectación, el gesto sobrio y ameno, la mirada serena, la sonrisa de bondad finamente matizada de ironía; el autor está en su obra tanto como la obra en su autor, pues nunca un hombre fue más autorizado para hablar de moral a sus prójimos"[6]. En vano buscaríamos en Agustín Álvarez esa unidad, esa consecuencia espiritual, que tienen a menudo otros escritores y pensadores, entre su juventud y la plena madurez. No existió en él. La vida lo obligó como a tantos otros a seguir orientaciones, que acaso no fueran las predilectas a su temperamento, y así lo vemos cambiar a menudo de rumbos. Múltiples actividades distraen y preocupan su existencia. Militar primero-y esto es lo más asombroso tratándose de Álvarez,-abogado, periodista, juez, escritor, diputado, profesor universitario después. Pero no será perdido en vano el tiempo transcurrido en los diversos campos de su actividad; irá acumulando datos, notas diversas, amontonando observaciones, haciendo aprendizaje en la naturaleza de los hombres y las cosas, en las costumbres y hábitos; palpando errores, deformaciones, vicios ancestrales, acaso siempre con esa sonrisa de hombre bueno, "matizada de ironía", que le servirán para su ulterior labor crítica y consultiva de escritor costumbrista y de filósofo moralista. Eso mismo lo hará abominar de todo el pasado hispano-colonial, sintiendo por él un santo horror, a igual de otros grandes pensadores nuestros: Sarmiento y Alberdi; pasado que ha moldeado ese tipo de individuos y de sociedades, resignados hasta el fatalismo, supersticiosos, fanáticos y perezosos, como una consecuencia del pésimo régimen político, del feudalismo de la tierra unido al detestable régimen económico y, sobre todo, como un producto de la morfina absorbida por siglos de cristianismo que en su afán de cultivar el alma para la otra vida ha descuidado ésta "flaca vida terrenal", formando así sociedades reacias a la higiene, a la cultura y al trabajo, poco aptas para la civilización y el progreso técnico. Con su moral de renunciamiento, de dolor y amargura, depresiva de la personalidad, que él combatirá tenazmente sabiendo cuán hondas son sus raíces y cuán esparcidas están, como fervoroso de la ciencia que era, sin ser propiamente un hombre de ciencia. Por eso procurará trazar las bases de un nuevo mundo moral, fundamentado en el culto de la vida, de la belleza y de la libertad interna y externa, mediante la educación del individuo en la virtud y libertad que da la sabiduría. Por eso también será un europeísta, coincidiendo en esto, como en su pasión por la educación popular, otra vez con Sarmiento, pues sobre todo era un apasionado del tipo anglo-sajón. Se esforzará por mejorar el individuo trabajando en la levadura criolla, según el modelo del norte, entendiendo así mejorar la colectividad. Lleno de un sano optimismo, confiaba en el futuro, labrando la dura argamasa sin temor de romperse las manos. * * * No hacemos aquí un estudio crítico. Esbozamos simplemente, sin mayor pretensión, la obra junto al hombre. Eticista a la manera de Emerson,-con quien se le ha encontrado tanto parecido-aunque no es tan exacta la semejanza, será el Emerson del sur, más propiamente, el Emerson argentino. Cuestión de millares o de centenares de siglos para subir los primeros escalones de la evolución, de decenas solamente para los últimos, ha llegado a ser, bajo el impulso de la instrucción pública liberal, cuestión de sólo docenas de años para alcanzar aumentos apreciables de capacidad mental en el individuo y en la comunidad. Pues, según leyes sicofisiológicas conocidas, el órgano que se ejercita se desarrolla, y alguna parte de esto o la aptitud para reproducirlo, se transmite, también, grosso modo, a la descendencia, por manera que, una vez así levantado por los hombres superiores y los medianos de una época el nivel moral o intelectual de la subsiguiente, los de ésta, emergiendo para su respectiva carrera desde una plataforma o base más alta, llegan más lejos con el mismo caudal o impulso, que es lo que explica el hecho notorio de que los hombres medianos y los superiores de Francia, por ejemplo, tomados en conjunto, valgan muchas veces más que los de España, en la misma pretendida raza latina, o los de la Argentina-que tuvo un Rivadavia, un Mitre y un Sarmiento,-mucho más que los de Bolivia, que ha tenido muchos obispos y ningún educador, en la misma América del Sud y del Papa; lo que explica que un Voltaire, un Michelet, un Renan, un Taine, un France, siendo un hecho natural en Francia, serían un caso prodigioso en España, absolutamente imposible en Marruecos. Ahora, la superstición, que no es más que un conocimiento falso de las cosas, es una forma de actividad de la mente-muy pobre, sin duda, pero "más vale algo que nada"-y de acuerdo con las leyes precitadas, la mente desarrollada por las primeras supersticiones, cuán lentamente lo fuera, creció, al fin, en alguna parte, lo bastante para excederlas, haciendo necesarias las segundas, después las terceras, y así sucesivamente, hasta culminar el género en el paganismo, el budismo, el judaísmo, el cristianismo y el mahometismo, que rematan la edad de la imaginación. Pobremente alimentada con patrañas, mitos y leyendas, la inteligencia humana ha crecido, al fin, lo bastante para necesitar alimentos más consistentes, explicaciones menos fantásticas y más positivas de los hechos y de las cosas del mundo, y se inicia, entonces, la edad de la razón, con el dominio progresivo del hombre sobre las fuerzas de la naturaleza, conquistadas con los métodos positivos de investigación. Como los hombres mismos, como los animales todos, que al término de su limitada carrera pasan a ser carga y estorbo, cartas de más en la baraja de la vida universal, que no puede conservar su perpetua juventud sino por la renovación perpetua, las creencias que se prolongan más allá de su radio de eficacia, acaban, como las uñas desmesuradamente alargadas de los aristócratas siameses, por embarazar y estrechar la existencia, debiendo ser, entonces, barridas por el olvido y la muerte bienhechores, para dar lugar a nuevas entidades, a
Y nuestra ambición es aportar elementos de respuesta a la gran pregunta de quienes construyen y c... more Y nuestra ambición es aportar elementos de respuesta a la gran pregunta de quienes construyen y construirán Europa, a todos los que se interesan por ello en el e mundo: «¿Quiénes son los europeos? ¿De dónde vienen? ¿A dónde van?». JACQUES LE GOFF No me atreveré nunca a aconsejaros que secundéis la extraña idea, que habéis alumbrado, de soñar con una lengua universal. FRANCESCO SOAVE, Reflessioni intorno all'instituzone di una lengua universale, 1774. Psamético entregó a un pastor dos niños recién nacidos, hijos de padres cualesquiera; tenía que llevarlos junto a su rebaño y criarlos de tal modo que ante ellos jamás se pronunciara una sola palabra… Dio tales órdenes porque quería saber cuál sería la primera palabra que pronunciarían los niños… Una vez transcurridos dos años en los que el pastor así actuaba, un día al abrir la puerta y entrar, los niños se echaron a sus pies y extendiendo las manos pronunciaron la palabra becas… [Psamético] averiguó que los frigios llamaban becas al pan. De este modo los egipcios… admitieron que los frigios eran más antiguos que ellos. HERÓDOTO, Historias, II, 1 [Federico II] quiso comprobar qué lengua e idioma tendrían los niños al llegar a la adolescencia si no habían podido hablar jamás con nadie. Y para ello dio órdenes a las nodrizas y ayas de que dieran leche a los niños… pero con la prohibición de hablarles. Quería en realidad saber si hablarían la lengua hebrea, que fue la primera, o bien la griega, o la latina, o la lengua árabe; o si acabarían hablando la lengua de sus propios padres, de quienes habían nacido. Pero se afanó en vano, porque los niños o infantes morían todos. SALIMBENE DA PARMA, Cronaca, n. 1664 Si Dios inspirase a Vuestra Alteza Serenísima el pensamiento de concederme tan sólo que los 1.200 escudos que habéis tenido la bondad de fijar se convirtieran en una renta perpetua, sería feliz como Ramón Llull, y quizá con mayor merecimiento… Porque mi invención comprende el uso de la razón entera, un juicio para las controversias, un intérprete de las nociones, una balanza para las probabilidades, una brújula que nos guiará a través del océano de las experiencias, un inventario de las cosas, una tabla de los pensamientos, un microscopio para examinar las cosas presentes, un telescopio para adivinar las lejanas, un cálculo general, una magia inocente, una cabala no quimérica, una escritura que cada uno leerá en su propia lengua; y, finalmente, una lengua que se podrá aprender en pocas semanas, y que enseguida se extendería por todo el mundo. Y que llevaría consigo, adonde quiera que fuese, la verdadera religión.
Hume y el indio: introducción a la investigación empírica La función de la crítica y la historiog... more Hume y el indio: introducción a la investigación empírica La función de la crítica y la historiografía. LOS PERSONAJES USO PRACTICO DEL PERSONAJE .... El problema estético del «tipo» 215 Razones de las poéticas de la tipicidad ... 218 Precisiones estéticas sobre lo típico Fisonomía del personaje típico. . Tipo, símbolo, «lugar» 233 El uso científico de la tipicidad ..... 235 Tipo y «topos» 235 Recurso al tópico y sensibilidad decadente. Conclusiones EL MITO DE SUPERMAN ....... 249 Símbolos y cultura de masas El mvto de Supe* man La estructura del mito y la civilización de la novela La intriga y el consumo del personaje. Consumo y temporalidad • 266 Una trama sin consumo ....... Superman como modelo de heterodirección. 275 Defensa del esquema iterativo ..... 278 El esquema iterativo como mensaje redundante. 284 Conciencia cívica y conciencia política. .
Una última consideración: los mapas medievales no tenían una función científica, sino que respond... more Una última consideración: los mapas medievales no tenían una función científica, sino que respondían a la demanda de lo fabuloso por parte del público, del mismo modo que hoy las revistas de papel cuché nos demuestran la existencia de platillos volantes y en la televisión nos cuentan que las pirámides fueron construidas por una civilización extraterrestre. En el mapa de Las crónicas de Nuremberg, que data de 1493, junto a una representación cartográficamente aceptable, aparecen representados los misteriosos monstruos que se decía que habitaban aquellos lugares. El mapa del mundo según Hartmann Schedel, en Liber chronicarum, Nuremberg, 1493. Por otra parte, la historia de la astronomía es curiosa. Un gran materialista como Epicuro cultivaba una idea que sobrevivió tanto tiempo que en el siglo XVII todavía era discutida por Gassendi, y que en cualquier caso aparece testimoniada por el De la naturaleza de Lucrecio: el Sol, la Luna y las estrellas (por muchos motivos muy serios) no pueden ser ni más grandes ni más pequeños de cuanto aparecen a nuestros sentidos. De ahí que Epicuro juzgase que el Sol tenía un diámetro de unos treinta centímetros. De modo que, si bien algunas culturas antiquísimas creían realmente que la Tierra era plana, muchos contemporáneos nuestros, en contra de lo que afirman Lambert de Saint-Omer, Liber floridus, siglo XI, ms, lat. 8865, fol. 35r, París, Bibliothèque Nationale de France. A la derecha la zona Austral, o sea, las Antípodas. HIPÓLITO (siglos II-III) Refutatio, I, 7 La Tierra es plana y cabalga sobre el aire. De modo semejante el Sol, la Luna y los demás astros ígneos cabalgan en el aire porque también son planos. […] Anaxímenes dice que los astros no se mueven debajo de la Tierra, como han supuesto otros, sino alrededor de ella, como gira el gorro de fieltro alrededor de nuestra cabeza. […] El Sol no se oculta por estar debajo de la Tierra sino porque lo cubren las partes más elevadas de la Tierra. LA TIERRA ESFÉRICA PLATÓN (siglos V-IV a. C.) Fedón, 99c y 109a El uno implantando un torbellino en torno a la tierra hace que así se mantenga la tierra bajo el cielo, en tanto que otro, como a una ancha artesa le pone por debajo como apoy o el aire. […] Estoy convencido y o, lo primero, de que, si está en medio del cielo siendo esférica, para nada necesita del aire ni de ningún soporte semejante para no caer, sino que es suficiente para sostenerla la homogeneidad del cielo en sí idéntica en todas direcciones y el equilibrio de la tierra misma. Pues un objeto situado en el centro de un medio homogéneo no podrá inclinarse más ni menos hacia ningún lado, sino que, manteniéndose equilibrado, permanecerá inmóvil. ARISTÓTELES (siglo IV a. C.) Del cielo, II, 14, 298a Además, por la forma como aparecen los astros no solo resulta patente que la Tierra es esférica, sino también que su tamaño no es grande; en efecto, realizando un pequeño desplazamiento hacia el mediodía o hacia la Osa, surge ante nuestra vista un círculo de horizonte distinto, de modo que los astros situados sobre nuestra cabeza cambian considerablemente y hacia la Osa y hacia el mediodía no aparecen y a los mismos cuando uno se desplaza; pues en Egipto y en las inmediaciones de Chipre se ven ciertos astros, mientras que en las regiones situadas hacia la Osa y a no se ven, y los astros que en las regiones situadas hacia la Osa aparecen todo el tiempo se ponen, en cambio, en aquellos lugares. De modo que no solo es evidente a partir de estas observaciones que la figura de la Tierra es redonda, sino también que dicha figura es la de una esfera no muy grande; pues, si no, no haría patentes tan deprisa aquellos cambios al desplazarse uno tan poca distancia. Tierra esférica en una representación de Dios que mide el mundo con un compás, en una Bible moralisée, c. 1250. DIÓGENES LAERCIO (siglos II-III) Vidas de filósofos ilustres (IX, 21) Parménides fue el primero que demostró que la Tierra es esférica y que está situada en el medio. DIÓGENES LAERCIO (siglos II-III) Vidas de filósofos ilustres (VIII, 24-25) Alejandro en las Sucesiones de los filósofos dice haber hallado en los escritos pitagóricos también las cosas siguientes […] el mundo [es] animado, intelectual, esférico, que abraza en medio a la Tierra, también esférica y habitada en todo su alrededor. Que hay antípodas, nosotros debajo y ellos encima. EL MUNDO ES UN TABERNÁCULO COSMAS INDICOPLEUSTES (siglo VI) Topografía cristiana (III, 1 y 53) Cosmas Indicopleustes, El cosmos rectangular, ms. plut. 9.28, c.95v, Florencia, Biblioteca Medicea Laurenziana. Después del Diluvio, en tiempos de la construcción de la torre [de Babel], que constituía un desafío a Dios, cuando los hombres, una vez llegados a gran altura, empezaron a observar continuadamente los astros, por primera vez concibieron la idea errónea de que el cielo era esférico. […] Entonces Dios ordenó a Moisés construir el Tabernáculo según el modelo que había visto en el Sinaí, un tabernáculo que sería la imagen del mundo entero. Moisés lo construy ó, tratando de imitar al máximo la forma del mundo, y le dio una longitud de treinta codos y una anchura de diez. Entonces, interponiendo un velo en el centro del Tabernáculo, lo dividió en dos compartimientos, de los cuales el primero fue llamado el Santo y el segundo detrás del velo el Santo de los Santos. El tabernáculo exterior, según el Apóstol divino, era la imagen del mundo visible, desde la Tierra hasta el firmamento. Allí estaba la mesa, y sobre ella había doce panes; sobre la mesa, símbolo de la Tierra, había todo tipo de frutos, uno por cada uno de los meses del año. Alrededor de la mesa había una moldura labrada que representaba el mar que se llama Océano, y alrededor del Océano había a su vez un borde de un palmo de ancho, que representa la tierra más allá del Océano, en cuy a parte oriental se encuentra el Paraíso y donde las extremidades del primer cielo, en forma de bóveda, por todas partes se apoy an en las extremidades de la Tierra. Y finalmente Moisés puso en la parte sur un candelabro que iluminaba la Tierra del sur al norte, y puso en él siete lámparas para indicar la semana, y estas lámparas simbolizan todas las luminarias del cielo. LA TIERRA PLANA DE VOLIVA L. SPRAGUE DE CAMP Y WILLY LEY Las tierras legendarias (1952) Si los pensadores del período anterior a los grandes viajes de descubrimiento podían tener algún argumento a su favor-por lo general, la autoridad de las Sagradas Escrituras, o más bien la interpretación que de ellas daban-, los intentos posteriores de revivir el concepto de un mundo plano murieron al nacer. El más reciente, y sin duda el más famoso, fue el llevado a cabo entre 1906 y 1942 por Wilbur Glen Voliva, jefe de la Iglesia cristiana católica apostólica de Zion, en Illinois. El fundador de esta secta fue un menudo e inquieto escocés, un tal John Alexander Dowie, que renunció a su ministerio de pastor congregacionista en
Nunca un abogado ha tenido que ejercer su oficio en tan difíciles condiciones: nunca contra un ac... more Nunca un abogado ha tenido que ejercer su oficio en tan difíciles condiciones: nunca contra un acusado se había cometido tal cúmulo de abrumadoras irregularidades. Uno y otro, son en este caso la misma persona. Como abogado, no ha podido ni tan siquiera ver el sumario y, como acusado, hace hoy setenta y seis días que está encerrado en una celda solitaria, total y absolutamente incomunicado, por encima de todas las prescripciones humanas y legales.
Psicología de las masas y análisis del yo (O. C. v. IX), El porvenir de una ilusión (O. C. v. XIV... more Psicología de las masas y análisis del yo (O. C. v. IX), El porvenir de una ilusión (O. C. v. XIV), La civilización y sus descontentos.
"Sobre las palabras obscenas" Hasta aquí llegamos. Como esperábamos, al comprender la génesis de ... more "Sobre las palabras obscenas" Hasta aquí llegamos. Como esperábamos, al comprender la génesis de la alucinación onírica hemos comprendido el enigma de toda alucinación. La situación traumática es siempre en ella su fons et origo, su fuente y origen. Sabíamos ya, además, que las "malas" palabras tienen un efecto alucinatorio. Casi con el rigor de un silogismo, entonces, una conclusión se insinúa: ¿No serán las "malas" palabras hijas del miedo, del espanto, del trauma? ¿Y no favorecerá, acaso, nuestra investigación con una pista promisoria, saber que la mujer que provocaba el fogoso anhelo de la pija de Voltaire y que despertaba en él el deseo de besar su culo gentil, no era una amante común, sino su sobrina, la hija de su hermana Catherine, Marie Louise Mignot, y que, casada con el capitán Nicolás Charles Denis, conocemos como Mme. Denis? 10 Abraham, Karl "Sueños y mitos" 11 Rabelais, François "Gargantúa y Pantagruel" 9 Sade, Marqués de "La filosofía en el tocador" 10 Ibíd.
Reservados todos los derechos de edición en lengua castellana para todo el mundo. Cuarta edición:... more Reservados todos los derechos de edición en lengua castellana para todo el mundo. Cuarta edición: mayo de 2003 (Primera con esta cubierta) © Editorial Lumen, S. A., 1999 Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares de la misma mediante alquiler o préstamo públicos.
Pero lo que más hace resaltar el valor de su obra con acentuados relieves, es que toda ella, como... more Pero lo que más hace resaltar el valor de su obra con acentuados relieves, es que toda ella, como él mismo, fue el producto del esfuerzo propio. Muchacho huérfano, conoció tempranamente el dolor de la vida, es decir, tuvo que ser prematuramente hombre; mas eso no apagará la sed de perfección de su espíritu, el ansia fervorosa de saber, ni amainará el temperamento brioso y decidido. Vino a Buenos Aires, la suspirada Buenos Aires, ciudad deslumbradora y áurea, escenario indispensable a todas las consagraciones, no sin antes haber dado pruebas de su carácter enérgico encabezando una revuelta estudiantil en el colegio nacional de Mendoza, donde cursó estudios secundarios. Así, pues, sin oro en las talegas, pero con un gran valor para la lucha, llegó a Cosmópolis, a luchar brazo a brazo con la vida. Se formó solo en el estudio y el trabajo, sin directores mentales, sin guías, sin tutores de su inteligencia-la peor calamidad-siguiendo sus vocaciones unas veces, impulsado por las necesidades otras, hasta encontrar la definitiva orientación de su espíritu, a más de la mitad de su existencia, siguiendo luego por ese camino de progreso hasta su muerte. Esta condición de ser el producto de su trabajo, de no deber nada de sus prestigios y de sus méritos conquistados a nadie, será más tarde motivo de su orgullo, un orgullo legítimo, por cierto, que él expresará repetidas veces al decir de sus biógrafos en pertinente y expresivo idioma inglés: "self made man". La vocación de los grandes caracteres suele ser el apostolado de una idea-ha dicho un escritor contemporáneo[4], a propósito de nuestro dilecto pensador-y Álvarez tenía todas las características del apóstol: la fe inquebrantable que lo hace persistir en su lucha tenaz en un ambiente hostil, puesta la mirada visionaria hacia un ideal humanitario, de perfección social, de vida bella y mejor para todos por la difusión cultural, pues entendía que la educación forma una segunda naturaleza, creyendo "poder cambiar, por medio de la escuela, un pueblo de bellacos en un pueblo de gentes de bien y una tierra de miserias y maldiciones, en tierra de prosperidades y bendiciones"[5]. Esa es la calurosa pasión que se descubre a través de su crítica social en sus múltiples facetas, aunque ella se dirija más a la razón que al sentimiento, prefiera el cerebro al corazón y busque la reflexión serena más que la efectividad fácilmente impresionable. Por último, esa sencillez en el escritor, despreocupación en el hombre, proverbialmente suya, que consiste en el olvido de la propia persona para consagrarse a los otros, al culto de una idea o ideal que suele ser siempre una obsesión constante en los predestinados. El hombre, su vida entera, su espíritu templado en la adversidad y los reveses, se refleja en su obra de escritor; tan clara, tan nítida es la imagen, que nunca es más exacto aquello del estilo y el hombre. "Y tanto se refleja en el libro la personalidad de su autor-dice Alicia Moreau-que al leerlo parece que surgiera de entre las páginas aquella su original silueta, sencilla y modesta sin afectación, el gesto sobrio y ameno, la mirada serena, la sonrisa de bondad finamente matizada de ironía; el autor está en su obra tanto como la obra en su autor, pues nunca un hombre fue más autorizado para hablar de moral a sus prójimos"[6]. En vano buscaríamos en Agustín Álvarez esa unidad, esa consecuencia espiritual, que tienen a menudo otros escritores y pensadores, entre su juventud y la plena madurez. No existió en él. La vida lo obligó como a tantos otros a seguir orientaciones, que acaso no fueran las predilectas a su temperamento, y así lo vemos cambiar a menudo de rumbos. Múltiples actividades distraen y preocupan su existencia. Militar primero-y esto es lo más asombroso tratándose de Álvarez,-abogado, periodista, juez, escritor, diputado, profesor universitario después. Pero no será perdido en vano el tiempo transcurrido en los diversos campos de su actividad; irá acumulando datos, notas diversas, amontonando observaciones, haciendo aprendizaje en la naturaleza de los hombres y las cosas, en las costumbres y hábitos; palpando errores, deformaciones, vicios ancestrales, acaso siempre con esa sonrisa de hombre bueno, "matizada de ironía", que le servirán para su ulterior labor crítica y consultiva de escritor costumbrista y de filósofo moralista. Eso mismo lo hará abominar de todo el pasado hispano-colonial, sintiendo por él un santo horror, a igual de otros grandes pensadores nuestros: Sarmiento y Alberdi; pasado que ha moldeado ese tipo de individuos y de sociedades, resignados hasta el fatalismo, supersticiosos, fanáticos y perezosos, como una consecuencia del pésimo régimen político, del feudalismo de la tierra unido al detestable régimen económico y, sobre todo, como un producto de la morfina absorbida por siglos de cristianismo que en su afán de cultivar el alma para la otra vida ha descuidado ésta "flaca vida terrenal", formando así sociedades reacias a la higiene, a la cultura y al trabajo, poco aptas para la civilización y el progreso técnico. Con su moral de renunciamiento, de dolor y amargura, depresiva de la personalidad, que él combatirá tenazmente sabiendo cuán hondas son sus raíces y cuán esparcidas están, como fervoroso de la ciencia que era, sin ser propiamente un hombre de ciencia. Por eso procurará trazar las bases de un nuevo mundo moral, fundamentado en el culto de la vida, de la belleza y de la libertad interna y externa, mediante la educación del individuo en la virtud y libertad que da la sabiduría. Por eso también será un europeísta, coincidiendo en esto, como en su pasión por la educación popular, otra vez con Sarmiento, pues sobre todo era un apasionado del tipo anglo-sajón. Se esforzará por mejorar el individuo trabajando en la levadura criolla, según el modelo del norte, entendiendo así mejorar la colectividad. Lleno de un sano optimismo, confiaba en el futuro, labrando la dura argamasa sin temor de romperse las manos. * * * No hacemos aquí un estudio crítico. Esbozamos simplemente, sin mayor pretensión, la obra junto al hombre. Eticista a la manera de Emerson,-con quien se le ha encontrado tanto parecido-aunque no es tan exacta la semejanza, será el Emerson del sur, más propiamente, el Emerson argentino. Cuestión de millares o de centenares de siglos para subir los primeros escalones de la evolución, de decenas solamente para los últimos, ha llegado a ser, bajo el impulso de la instrucción pública liberal, cuestión de sólo docenas de años para alcanzar aumentos apreciables de capacidad mental en el individuo y en la comunidad. Pues, según leyes sicofisiológicas conocidas, el órgano que se ejercita se desarrolla, y alguna parte de esto o la aptitud para reproducirlo, se transmite, también, grosso modo, a la descendencia, por manera que, una vez así levantado por los hombres superiores y los medianos de una época el nivel moral o intelectual de la subsiguiente, los de ésta, emergiendo para su respectiva carrera desde una plataforma o base más alta, llegan más lejos con el mismo caudal o impulso, que es lo que explica el hecho notorio de que los hombres medianos y los superiores de Francia, por ejemplo, tomados en conjunto, valgan muchas veces más que los de España, en la misma pretendida raza latina, o los de la Argentina-que tuvo un Rivadavia, un Mitre y un Sarmiento,-mucho más que los de Bolivia, que ha tenido muchos obispos y ningún educador, en la misma América del Sud y del Papa; lo que explica que un Voltaire, un Michelet, un Renan, un Taine, un France, siendo un hecho natural en Francia, serían un caso prodigioso en España, absolutamente imposible en Marruecos. Ahora, la superstición, que no es más que un conocimiento falso de las cosas, es una forma de actividad de la mente-muy pobre, sin duda, pero "más vale algo que nada"-y de acuerdo con las leyes precitadas, la mente desarrollada por las primeras supersticiones, cuán lentamente lo fuera, creció, al fin, en alguna parte, lo bastante para excederlas, haciendo necesarias las segundas, después las terceras, y así sucesivamente, hasta culminar el género en el paganismo, el budismo, el judaísmo, el cristianismo y el mahometismo, que rematan la edad de la imaginación. Pobremente alimentada con patrañas, mitos y leyendas, la inteligencia humana ha crecido, al fin, lo bastante para necesitar alimentos más consistentes, explicaciones menos fantásticas y más positivas de los hechos y de las cosas del mundo, y se inicia, entonces, la edad de la razón, con el dominio progresivo del hombre sobre las fuerzas de la naturaleza, conquistadas con los métodos positivos de investigación. Como los hombres mismos, como los animales todos, que al término de su limitada carrera pasan a ser carga y estorbo, cartas de más en la baraja de la vida universal, que no puede conservar su perpetua juventud sino por la renovación perpetua, las creencias que se prolongan más allá de su radio de eficacia, acaban, como las uñas desmesuradamente alargadas de los aristócratas siameses, por embarazar y estrechar la existencia, debiendo ser, entonces, barridas por el olvido y la muerte bienhechores, para dar lugar a nuevas entidades, a