Julio Millares | Universidad Nacional de Cuyo (original) (raw)
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Papers by Julio Millares
El crítico uruguayo Emir Rodríguez Monegal saludó a los hombres de la generación del boom como a ... more El crítico uruguayo Emir Rodríguez Monegal saludó a los hombres de la generación del boom como a los primeros artistas que se desentendían de la perocupación exclusivamente documental 1 para crear una escritura revolucionaria que les permitía "asediar otras dimensiones trascendentales de la realidad" 2 y fue precisamente la fuerza renovadoramente formal de esta literatura la que en su oleada barrió tanto al realismo americano como al neorrealismo español de los cincuenta. La eclosión de Cien años de soledad en el 67 marcó sin duda el triunfo definitivo de una estética de la forma que había logrado desembarazarse de toda sujeción al realismo social y en la que los personajes podían manipularse o agruparse sin tener en cuenta sus condiciones materiales sino que se debían a un molde caprichosamente conformado por el autor porque lo que interesaba no era el poder de representación de la realidad social sino el lenguaje encantatorio elevado a la categoría de protagonista.
El crítico uruguayo Emir Rodríguez Monegal saludó a los hombres de la generación del boom como a ... more El crítico uruguayo Emir Rodríguez Monegal saludó a los hombres de la generación del boom como a los primeros artistas que se desentendían de la perocupación exclusivamente documental 1 para crear una escritura revolucionaria que les permitía "asediar otras dimensiones trascendentales de la realidad" 2 y fue precisamente la fuerza renovadoramente formal de esta literatura la que en su oleada barrió tanto al realismo americano como al neorrealismo español de los cincuenta. La eclosión de Cien años de soledad en el 67 marcó sin duda el triunfo definitivo de una estética de la forma que había logrado desembarazarse de toda sujeción al realismo social y en la que los personajes podían manipularse o agruparse sin tener en cuenta sus condiciones materiales sino que se debían a un molde caprichosamente conformado por el autor porque lo que interesaba no era el poder de representación de la realidad social sino el lenguaje encantatorio elevado a la categoría de protagonista.