Batalla de la Arada | San José La Arada (original) (raw)

La Batalla de la Arada fue la amenaza más latente de Guatemala perder su soberanía y la libertad como República. Además de ser la victoria militar más importante de toda su existencia como estado independiente. Es parte de la Guerra de Guatemala contra la coalición liberal de Honduras y El Salvador.

Antecedentes

Luego del retorno de Rafael Carrera, de su exilio en 1849, el gobernante salvadoreño Doroteo Vasconcelos dio asilo a los liberales guatemaltecos, quienes hostigaban al gobierno de Guatemala en varias formas: Don José Francisco Barrundia lo hacia desde un periódico con ese expreso fin; Vasconcelos alimentó, durante todo un año a la facción rebelde “La Montaña”, en el oriente de Guatemala distribuyendo dinero y armas entre los sublevados. A fines del año de 1850, Vasconcelos se sintió cansado de esta guerra lenta contra Guatemala y decidió obrar abiertamente. Así las cosas, el mandatario salvadoreño inicio una cruzada contra el régimen conservador de Guatemala, invitando a participar en la alianza a Honduras y Nicaragua; pero de amos gobiernos solo el hondureño presidido por don Juan Lindo aceptó participar en la invasión.

Entre tanto, en Guatemala, donde se conocían perfectamente los planes de invasión en su contra, el presidente de don Mariano Paredes toma las previsiones necesarias para enfrentar la situación, mientras el arzobispo don Francisco de Paula García Peláez ordena en su archidiócesis rogativas de paz.

El día 4 de enero de 1851 se reunieron en Ocotepeque los presidentes de Honduras y El Salvador, con la cual quedó sellada la alianza en contra de Guatemala. El ejército salvadoreño se componía de 4,000 hombres perfectamente municionados y con apoyo de artillería; los hondureños por su parte, aprestaron 2,000 hombres para la campaña. El grueso de las fuerzas aliadas se situó en Metapán, por ser esta una ubicación próxima a Honduras y a la frontera guatemalteca.

La Declaración de Guerra

El 28 de enero de 1851, el presidente salvadoreño dirigió al Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala un extenso comunicado, en cual se manifestaba:

Al que el gobierno guatemalteco respondió lacónicamente con una nota que decía: