México y las políticas de criminalización hacia los migrantes del norte de Centroamérica. Blog del Observatorio de Política Migratoria de El Colegio de la Frontera Norte, febrero 2023 (original) (raw)


En el siglo XXI la migración irregular centroamericana por México y con destino a Estados Unidos es masiva e histórica; producida por causas estructurales. Este artículo argumenta que, con base en fuentes oficiales e informes de derechos humanos (2014-2019), esta migración experimentó procesos de contención territorial, derivada de la presión estadounidensey de políticas migratorias del gobierno mexicano (Programa Frontera Sur en 2014 y el envío de la Guardia Nacional a esa misma zona en 2019). Lo anterior se expresó en la diferenciación y aumento en la distribución de los lugares de las detenciones y deportaciones de los migrantes. Un aporte del presente trabajo consiste en mostrar que la contención migratoria se concentró territorialmente en el sur de México (Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Tabasco) y fue resultado de procesos de producción política y socio jurídica de fronteras.

In the 21st century, Central American irregular migration in transit through Mexico and bound for the United States is massive and historical, produced by structural causes. This article argues, based on official sources and human rights reports (2014-2019), that this migration underwent processes of territorial containment derived from pressure from the us and migration policies of the Mexican government (the South Border Program in 2014 and the deployment of the National Guard to that same area in 2019). This was expressed in the differentiation and growth in the distribution of detention areas and migrant deportations. One of the contributions of this study is to show that migratory containment was territorially focused on the south of Mexico (Chiapas, Oaxaca, Veracruz, and Tabasco), and was the result of political and socio-legal processes of border production. En el siglo xxi la migración irregular centroamericana por México y con destino a Estados Unidos es masiva e histórica; producida por causas estructurales. Este artículo argumenta que, con base en fuentes oficiales e informes de derechos humanos (2014-2019), esta migración experimentó procesos de contención territorial, derivada de la presión estadounidense y de políticas migratorias del gobierno mexicano (Programa Frontera Sur en 2014 y el envío de la Guardia Nacional a esa misma zona en 2019). Lo anterior se expresó en la diferenciación y aumento en la distribución de los lugares de las detenciones y deportaciones de los migrantes. Un aporte del presente trabajo consiste en mostrar que la contención migratoria se concentró territorialmente en el sur de México (Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Tabasco) y fue resultado de procesos de producción política y socio jurídica de fronteras.

Este trabajo es un intento de reflexión sobre cómo pensar las relaciones entre procesos migratorios (de centroamericanos en tránsito por México), las políticas migratorias y las fronteras, y cuáles son los efectos de todo esto para las personas en movilidad forzada. Lo que proponemos es un camino que parte, primero, de una reflexión en términos de cómo pensar teóricamente estas relaciones. Después, el abordaje del contexto de la migración centroamericana. Esto lo haremos de manera muy rápida, sobre todo para delinear algunas de las principales características en términos de los flujos demográficos de la migración forzada en marcos estructurales y de las dinámicas de violaciones de los derechos humanos de los migrantes y la vulnerabilidad que enfrentan a causa de los procesos de irregularización en su tránsito por México. Después, utilizaremos dos momentos para pensar como las fronteras son procesos de construcción jurídico-política que obedecen a ciertos intereses específicos (y pueden ser de carácter nacional o de carácter regional, dependiendo de la condición geopolítica y nacional de los países involucrados). Finalmente, cerraremos con una serie de reflexiones sobre cómo pensar el momento actual, en términos de los procesos de movilidad forzada y en el contexto de la pandemia del Covid 19 (en el año 2020), y que nos permitirá, a su vez, subrayar algunas hipótesis en torno de cómo abordar todo esto.

Desde hace varios lustros y en condiciones de tránsito por México muy adversas y violentas, uno de los flujos migratorios principalmente sin documentos que se dirige al territorio estadounidense y que ha tomada notoria visibilidad es el que se origina en el Norte de Centroamérica, de personas procedentes de países como El Salvador, Guatemala y Honduras. En este contexto, el objetivo del presente libro es, a través de diversos casos de estudio y mediante diferentes perspectivas disciplinares, describir y analizar los procesos de las migraciones originadas en el Norte de Centroamérica de diferentes grupos sociales y a través del México contemporáneo, con particular énfasis en las dinámicas socio espaciales y de exclusión y violencia que experimentan estos centroamericanos, como su- jetos sociales en tránsito irregularizado por el país. Y esto con especial atención en lo acontecido en la frontera sur del país. El principal aporte del texto reside en que, no sólo se aborda la dimensión temporal y espacial de los movimientos humanos transfronterizos e irregularizados del NC en tránsito por México en este siglo y durante la década del 2010 en específico, sino también indaga sobre otra serie de dinámicas socio políticas relacionadas, como las construcciones de fronteras, las dinámicas de agencia migrante y las configuraciones étnicas y de diversidad sexual en ciudades en contextos fronterizos.

El capítulo explora, analiza y reconstruye los sentidos, alcances y contradicciones de la relación entre territorios, fronteras e (in)movilidades poblacionales en el espacio fronterizo del sur de México con Centroamérica. A partir de dicha reconstrucción, y de la prospectiva que se intuye para este espacio fronterizo, se presenta una propuesta analítica entrelazada en dos de carácter conceptual: territorio denso y vórtice migratorio, en las que se condensan los presupuestos para abordar la interrelación entre lo fronterizo y las (in)movilidades humanas. Para ello la región se deconstruye en dos espacios fronterizos concretos y particulares, pero íntimamente integrados: el sur de la frontera sur, con los estados de Chiapas y Oaxaca como altamente representativos de los procesos de (in)movilidad humana, y el norte de dicha zona limítrofe, conformado por los estados de Quintana Roo, Yucatán, Campeche y Tabasco, donde el impacto de los reordenamientos territoriales en marcha cierra la reconfiguración de la frontera tradicional.

En el presente capítulo me dispongo a abordar la migración garífuna en tránsito y con destino a México. Para ello analizaré en un primer momento los factores estructurales que permiten caracterizar este proceso como parte de un desplazamiento forzado en curso, vinculado con el despojo territorial. Posteriormente desarrollaré un bosquejo de los patrones migratorios de la población garífuna procedente de Honduras desde mediados del siglo XX hasta el presente, incluyendo el constante incremento de la migración que se ha dado desde 2013, en un contexto atravesado por éxodos masivos y caravanas centroamericanas.

La movilidad humana en México, y especialmente el tránsito indocumentado de personas de origen centroamericano rumbo a Estados Unidos, se ha vuelto un fenómeno complejo, por los cambios en los patrones, las dinámicas de los flujos y la respuesta del Estado. El objetivo de este artículo es describir las principales políticas estatales de control fronterizo y migratorio que se han consolidado en México en los últimos diez años. Con un componente muy restrictivo, estas tienen como fundamento a la securitización, que desplaza a la seguridad humana. Se presenta un análisis crítico de la influencia del paradigma de seguridad nacional sobre la representación de la migración como amenaza en el contexto de la pandemia de COVID-19. Se concluye que la pandemia permitió justificar la indiferencia estatal frente a las personas en situación irregular en el país, y continuar implementando medidas de contención migratoria. Abstract Human mobility has become an extremely complex phenomenon in Mexico...

Desde hace varios lustros, México, no sólo es un país de origen de migrantes “irregularizados”, también se ha vuelto territorio de tránsito y, en menor medida, de destino, de migración de retorno y de deportaciones masivas. En este contexto, en meses recientes se hizo público el Informe de la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (REDODEM), Red que está conformada por aproximadamente 23 albergues y casas de migrantes, en aproximadamente 14 entidades federativas de México. El informe se titula Migraciones en México: fronteras, omisiones y transgresiones (2020), y da cuenta de diversas movilidades humanas inter y transfronterizas a lo largo de México. En el contexto de los cerca de 200 mil migrantes irregulares que transitaron por el país en 2019 (de acuerdo con datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación del Gobierno Mexicano), los albergues y casas de las REDODEM recibieron a cerca de 27 mil migrantes (de diversas nacionalidades) durante ese año; y, la gran mayoría de ellos, se dirigía a Estados Unidos (EU) como su destino principal, y, muy por detrás, el segundo destino en importancia era México (aunque cada año más migrantes piensan en México como destino preferente).

La movilidad humana en México, y especialmente el tránsito indocumentado de personas de origen centroamericano rumbo a Estados Unidos, se ha vuelto un fenómeno complejo, por los cambios en los patrones, las dinámicas de los flujos y la respuesta del Estado. El objetivo de este artículo es describir las principales políticas estatales de control fronterizo y migratorio que se han consolidado en México en los últimos diez años. Con un componente muy restrictivo, estas tienen como fundamento a la securitización, que desplaza a la seguridad humana. Se presenta un análisis crítico de la influencia del paradigma de seguridad nacional sobre la representación de la migración como amenaza en el contexto de la pandemia de COVID-19. Se concluye que la pandemia permitió justificar la indiferencia estatal frente a las personas en situación irregular en el país, y continuar implementando medidas de contención migratoria.