Emotividad (original) (raw)

La relación inicial que el ser humano tiene con la realidad es, además de sensible, de naturaleza afectiva. El niño pequeño no sólo es capaz de sentir la realidad (el frescor del agua, el sabor de la leche materna, el olor de la hierba), sino también de captar en ella determinados valores: peligrosa, interesante, amable, odiosa, que, a diferencia de los animales, no son estimúlicos. Se trata de un aspecto cognoscitivo que no es ni puramente sensible ni puramente inteligible, sino de carácter existencial porque se refiere a nuestras vivencias de la realidad. Desde el punto de vista de los fenómenos de conciencia puede decirse que la afectividad pertenece a un tipo particular. Si la conciencia sensible es de objetos particulares y la inteligible de objetos universales, la conciencia afectiva no es fundamentalmente de objetos, sino de la misma subjetividad.