Rota Se Camina Igual (original) (raw)
No nada Me voy a cortar el pelo. Voy a quemar el teléfono. Voy a tirar las sábanas por la ventana de mi pieza. Esta agenda está vencida, tiene nombres de gente que no recuerdo. Así que va al tacho de la basura. Arranqué las perchas de mi placard, una por una. Hay ropa que voy a regalar y puse en una valija. En la heladera hay cosas que no como hace tiempo y las voy a donar. Tengo un baúl de recuerdos que son solo eso: recuerdos. Ninguno vive en mi presente. Lo acabo de dejar en la calle, junto con una bolsa que llené de pelotudeces que ocupaban lugar. Estoy por limpiar el piso de casa de punta a punta con lavandina. Un solo trapo no alcanza. Lo hago a baldazos, pero no me pienso cambiar de ropa. Si se mancha, me viene bien, así la tiro de una puta vez. Veo que el pasto está crecido. Tan crecido, que tengo que caminar por el costado. Hoy lo corto. En un rato, ahora, ya. Lo quie-ro al piso. Voy a juntar lo que sobra y me quiero sentar a olerlo. Nunca nada me gustó tanto como el olor a pasto recién cortado. En cuanto a vos, ya está. No me llames, no vengas, no nada. Siempre creí que, cuando se cierra una puerta, se abre el Universo entero. No me vas a encontrar porque me estoy yendo. Casi que ya me fui. Así se destruye un mundo. Así se construye el mío. Fotón Fotón. Te digo que si me apurás un poco, veo la familia perfecta que todos quieren tener. Todos, menos vos. Ese flaco, que te acomoda la vida, no te despierta una puta mariposa hace años. No sabés lo que es coger mirándolo a los ojos y temblando de amor. Ese tipo, que te organiza la rutina y te cambia la lamparita del baño, te secó. Ya no te mueve ni un pelo. Se nota. No seas boluda. Se te nota. No sabés, ni siquiera, hace cuánto tiempo que dejaste de ser vos. Esquivás los espejos por miedo a no verte ni siquiera en el reflejo. Y tenés razón. No te vas a ver. No estás más. Hace rato que te fuiste de vos misma. Vivís con la paz de tener los cajones acomodados, a cambio de tener tu corazón anestesiado. Esa mano que le das y ese beso amargo, que apenas te roza los labios, te cuestan un huevo y un par de sonrisas. Te vas a dormir temblando, por si se le cruza meterte una mano. Dejá de mentir. Ya está. Agarrá tus cosas y volá. Ya pasó. Abrí la jaula que podés. Sí, podés. Salí corriendo y no frenes hasta que no te choques de frente con vos misma. Anímate. Dejá la foto para el cementerio y viví tu vida de verdad. Latiendo a cada segundo. Volvé a vos. Buscá tu lugar en tu mundo, ese que hace rato postergaste por una foto del orto que no le importa a nadie. Volá sobre tu propio cielo. Escuchá otra vez la música que dejaste de escuchar. Visitá a esas amigas que dejaste de ver. Vestite otra vez como te gusta. Sacate esa ropa que no es tuya. Acordate qué Fotón querías ser hace un tiempo y selo. Buscate, carajo. No pares hasta encontrarte. A ese tipo, un día, lo quisiste un montón. Hoy no lo querés más. ¡No lo querés más! Te quedás porque te morís de miedo, pero no de amor. Dejá de mentir. Dejá de mentirte. Agarrate de la mano y rajá. Rompé de una puta vez con esta vida que no querés y que te opaca la mirada. Nadie dice que no va a doler. Pero tampoco nadie se anima a decirte que esto también te está doliendo. Te duele. Hace rato que esa foto te duele. Elegí otra vez. Elegí vivir la vida que querés y que sentís. Escuchá tu corazón, que ese no se equivoca. Dale. Escuchalo. Escuchá bien. Apagá los ruidos de tu cabeza y sentí tu latido. Agarrate de ese latido. Tocate el pecho, hacé un esfuerzo y mirate al espejo. Mirate a los ojos. Y así como estás, hecha mierda y con los mocos colgando, volá. Volá, carajo. ¡Volá! Mariposas de mierda Me importa un carajo que, cuando cerré la puerta, todo lo que no había empezado ya se había terminado. Yo te extraño igual Mentira. Más que antes te extraño. La malquerida La malquerida no cede su lugar a cambio de nada. Y ahí la ves, poniendo el ojo donde no cabe la bala. Pero ella lo pone igual. Se desangra, se lastima, se desespera. Por un amor que no tiene vuelto ni retorno. Amores que no van a parir. Que no existen más que de una sola mano y, cuando uno quiere a quien no puede, la vida se transforma en una calle a contramano. Todo cuesta. Todo se complica. Todo se lo chupa el desgano del desamor. El karma de la malquerida. De la no mirada. Del abandono antes de ser tenida. El otro no la quiere y se queda igual. Se queda en la sala de espera al llamado de un turno que nunca van a llamar. Calienta una silla pensando que un día el fuego lo va a avivar. Se queda y espera. Fiel a un fantasma. Y se ata. Se amputa el alma. Se pone botones en los ojos para no tentarse y mirar para otro lado. Una misma se provoca su propio desgarro. Sabe que no hay amor. Claro que lo sabe. Pero antes que tolerar el abismo del silencio, se queda con las caricias no dadas. Porque una cosa es no tener dónde tirarse y otra muy distinta es poder tirarse, a pesar de que no haya nada. Por eso, me amo. Por atrevida. Pero dejen que la gente se sane. Dejen que se curen, carajo. Los ojos también mienten Antes de irme, quería dejarte dicho algo. Si me quedé de más, fue porque aposté a tus ojos. Yo vi cómo me mirabas y eso me alcanzó para frenar mi vuelo y esperarte. Creí en tu mirada más que en tu boca. Por eso, frené. Después, las cosas pasaron y nada pasó. Nada cambió. Terminaste siendo parte de un eslabón más de mi cadena de fracasos, de esos que nunca empezaron. Pensé que con vos, sí. Pero me equivoqué otra vez. Tu mirada no fue honesta. La mía tampoco lo fue. Me bastaron un par de días para develar el misterio y volver a abrir las alas. Sí. Uno ve lo que desea que suceda. Los ojos también mienten.