El Yacimiento de la Cabilda Tendiendo lazos entre la arqueologia el patrimonio cultural y la sociedad (original) (raw)

2020, Apuntes de El Ponderal 3: 14-28

Con este trabajo queremos hacer hincapié en la dimensión divulgativa y didáctica del yacimiento arqueológico de La Cabilda (Hoyo de Manzanares). Si bien la intervención en el yacimiento nunca ha perdido su afán investigador y generador de conocimiento, la vocación original de este proyecto impulsado por el Ayuntamiento de Hoyo de Manzanares en colaboración con distintos equipos arqueológicos siempre ha sido la de crear un vínculo entre el yacimiento y la sociedad hoyense, y, por ende, con la de la Comunidad de Madrid. Por ello, queremos comenzar este artículo haciendo una reflexión sobre la arqueología y el público, para mostrar cómo se han entendido, desde el proyecto de La Cabilda, todos los trabajos orientados a llevar el conocimiento, obtenido por los y las arqueólogas que han intervenido en el yacimiento, al público no especializado, a la sociedad. La definición más sencilla de la arqueología es la que la describe como la ciencia que estudia las sociedades del pasado a través de sus restos materiales. Es decir, que los arqueólogos nos dedicamos a estudiar objetos físicos, tangibles, palpables, con el fin último de conocer y entender una sociedad. El salto cualitativo de lo material a lo inmaterial implica un proceso de abstracción, a través del cual pretendemos conocer cómo se vivía en una sociedad que ya no existe, qué tipo de organización social tenía, qué actividades económicas desarrollaban sus gentes, cuáles eran sus creencias, cómo se enfrentaban a la enfermedad y a la muerte y, así, un largo etcétera. Uno de los estereotipos de nuestra profesión es el del arqueólogo arrodillado, cargado de paciencia y de un pincel, afanado en encontrar en el suelo algún objeto precioso. Pero, ni todo lo que encontramos es precioso, ni la única herramienta que utilizamos es el pincel, ni el objetivo último de nuestro trabajo es encontrar fósiles o vasijas. Lo de la paciencia, en cambio, sí es necesariamente verdad. Es importante tener en cuenta que para conseguir ese conocimiento histórico y social se utilizan gran variedad de herramientas que podríamos englobar en la metodología arqueológica. Así, cuando se excava un yacimiento arqueológico, la metodología nos permitirá documentar de forma sistemática y rigurosa todos los procesos que han tenido lugar en el yacimiento y poder llevar a cabo un posterior trabajo de laboratorio, análisis y reflexión. Además, se trabaja con profesionales de otras áreas para obtener datos sobre la cronología de los yacimientos, sobre las características del paisaje y del medio ambiente en general, con datos geológicos, faunísticos, ambientales, y otros más, de la zona de interés. El yacimiento de La Cabilda ha sido utilizado como recurso para hacer llegar a la sociedad en general tanto el método de trabajo usado en arqueología, como las conclusiones a las que hemos llegado sobre las formas de vida de las personas que habitaron Hoyo de Manzanares en el pasado. Además, se ha escogido una visión global del ámbito de acción de la didáctica arqueológica. Frente a una visión más centrada en el público escolar, se ha optado por una estrategia en la que se incluyen todas las acciones de los ámbitos educativos formal (escolar), no formal (museos y ocio educativo) e informal (medios de comunicación, cursos y talleres para adultos, conferencia, etc.) (Cardona G, 2015). Con las actividades que se han desarrollado hasta la fecha en el yacimiento, se han intentado abarcar objetivos de distinta índole y, de menor a mayor profundidad, podríamos decir que son los siguientes: transmitir conocimientos sobre la sociedad de la tardoantigüedad que habitó La Cabilda y sobre los pasos que se han seguido para llegar a ese conocimiento; otorgar valor al propio yacimiento y a los restos patrimoniales que lo componen; e implicar a la sociedad hoyense en la defensa y protección del patrimonio histórico y cultural en general, y el patrimonio arqueológico de La Cabilda en particular, estableciendo lazos entre vecinos, profesionales y en general distintos agentes sociales del municipio, y el propio yacimiento. Así, si bien desde la arqueología actual huimos del culto al objeto, más propio del coleccionismo y la arqueología del siglo XIX, por entender el valor del mismo en cuanto a su capacidad informadora más que por sus características estéticas, el uso de la parte material de los yacimientos arqueológicos, esto es, los muros, estructuras, cerámicas, otros objetos hallados en el contexto arqueológico e incluso el paisaje, es un recurso didáctico muy potente que consideramos que puede y debe utilizarse para crear fuertes lazos con la sociedad. .