Los cambios culturales ante la violencia en la pareja y la familia (original) (raw)

2023, Cuando ellas agreden: mujeres víctimas y victimarias

En la violencia doméstica y de pareja las representaciones sociales han sido, por lo general, de dos tipos: una que presenta a las mujeres como unas personas pasivas, receptoras impávidas de las violencias que les infligen los hombres. En la otra, que los valores culturales y el machismo avalan la violencia del hombre hacia la mujer y la condenan cuando es la mujer quien la ejerce hacia los hombres. Las diversas formas de violencia doméstica y abusos que sufren las mujeres de parte de sus parejas o familiares o la violencia en sus relaciones laborales han sido documentadas en abundancia (United Nations Office on Drugs and Crime [UNODC], 2019; UN Women & UNODC, 2022) y han mostrado que “no se trata de incidentes aislados que tienen lugar en forma repentina e imprevista, sino más bien del acto último de violencia que tiene lugar en un continuo de violencia” (Naciones Unidas, 2012). La mayoría de esos estudios representan a la mujer como la víctima inocente y pasiva y al hombre como ejecutor, y no ven la posibilidad de una inversión de los roles (Kempínska, 2018; Straus, Gelles y Stenmetz, 2006; Straus, 2009). La imagen de la mujer pasiva, sin embargo, ha sido contestada en las últimas décadas por estudios que intentan comprender de una manera más completa la dinámica de la violencia en la pareja y las formas más adecuadas de intervención social y legal en tales circunstancias (Straus, 2012). Una buena parte de esa imagen exclusivamente pasiva de la mujer ha sido fomentada por el silencio de los hombres, quienes, por razones culturales, han callado en los casos en que la mujer ha sido la agresora (Taylor, 2022) por el estigma cultural que representaría ser víctima de una mujer (Overstreet y Quinn, 2013).