La posmodernidad, cultura y vocación (original) (raw)
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Jaume Guillamet Francesc salgado (eds.) eL periodismo en Las transiciones poLíticas de la revolución portuguesa y la transición española a la primavera Árabe BiBLioteca nUeVa Periodismo_transiciones.indb 5 20/1/14 17:43:16 cubierta: a. imbert
La posmodernidad y la pregunta por lo occidental
A Parte Rei Revista De Filosofia, 2004
El presente texto ofrece la posibilidad de visualizar que el debate y reflexión que promueve lo posmoderno produce distinciones tanto con la época moderna como con lo occidental. En esta ocasión se resaltará la segunda distinción, por ello, categorías como metafísica, logocentrismo y estructura binaria serán las que se desplieguen en el análisis. Para ello se considerará como relevante las reflexiones que Heidegger y Derrida han realizado, sobre todo para exponer la relevancia del cuestionamiento que dichos autores realizan sobre la constitución de lo occidental. De la misma manera se expondrán, de manera resumida, los principales alcances de la crítica que Habermas realiza a estas concepciones, que afectan, por cierto, al proyecto 'inconcluso' de lo moderno, que dicho autor desea rescatar. También se propondrá, de manera inicial, un debate en torno al 'Ser', tanto desde la presencia y el signo (Heidegger), la ausencia y la huella (Derrida), como de las condicionantes que establecen los diversos espacios epistémicos que se pliegan y despliegan en la constitución del Ser en su devenir maquínico-reflexivo.
Reflexiones sobre la posmodernidad
El lector que tuviera la paciencia de pasear por la bibliografía sobre el tema podrá constatar que el debate acerca de la modernidad es bastante confuso. El propio término «pos» es ambiguo y da margen a dudas, sugiere una ruptura radical entre un «antes» y un «después», la modernidad percibida como algo perteneciente al pasado. Existe también una polarización política en torno de posiciones que en principio se caracterizarían como «progresistas» o «conservadoras», lo que añade un elemento más de complicación a la discusión. En el caso de América Latina, aún nos preguntamos si realmente tal controversia tendría sentido. ¿No se tratará de otra «moda» intelectual? ¿Cómo hablar de posmodernidad si no conocemos plenamente la propia modernidad? En Brasil el debate viene siendo trabajado más en los medios que en los medios intelectuales, lo que embarulla más las cosas. Mi punto de vista es que deberíamos tomarlo seriamente. Lo que interesa es comprender cómo la posmodernidad es una de las expresiones (y yo insistiré en que se trata de una entre otras) de un reacomodo de los procesos sociales y societarios «pos» industriales. Evidentemente no tengo la intención en este artículo, de discutir si esta condición «posmoderna» es fruto de una tercera etapa del capitalismo como piensa Frederic Jameson, o se adecúa más a las transformaciones de un capitalismo flexible que se inicia en los años 70, como propone David Harvey (1). Pero retomo de esos autores un argumento que me parece fundamental. Los cambios por los que pasan las sociedades industrializadas en este momento son reales, y se extienden no solamente a los países centrales, ellos abarcan el sistema internacional como un todo. Esta modernidad-mundo, para utilizar una expresión de Jean Chesnaux, es distinta de las modernidades del siglo XIX y de inicios del XX, lo que significa que las relaciones entre el hombre y el mundo y entre los hombres entre sí se encuentran en proceso de mutación. Probablemente el contratiempo de la discusión refleja este momento de transición que conocemos. Mi interés por la cultura, particularmente por la arquitectura, es en este sentido estratégico. El arte encierra no sólo disponibilidades estéticas sino también un aspecto cognoscitivo que traduce de manera ideal las relaciones sociales. Ella puede ser aprendida como un síntoma de las transformaciones más amplias que envuelven la sociedad. No es casual que la polémica sobre la posmodernidad se haya iniciado justamente en su ámbito (2). La sensibilidad artística traducía, ya desde los años 60, las inquietudes en relación a las irregularidades aún imperceptibles en el plano macro de la sociedad.
Exploración inicial entorno a las nuevas religiones y el concepto de posmodernidad. E Varias posturas que en el texto se mencionan ya las he elaborado mejor o cambiado a la luz de nuevas investigaciones y giros teóricos.
Trama & Fondo, 2000
Más que una corriente ideológica o una escuela de pensamiento, bajo la denominación genérica de posmodernidad o posmodenismo -pero también de postcapitalismo, era postindustrial o postcientífica, era del vacío, era de lo falso, neobarroco y otras-, se reconoce un cierto estado de ánimo correspondiente a la abolición generalizada de los sentidos y al sentimiento de que, una vez malogrados los grandes proyectos transformadores de décadas anteriores, no es viable ninguna de las certezas y los entusiasmos que caracterizaron la modernidad. Dentro de este clima general, que determina gran parte de la producción intelectual y artística del final del milenio, la llamada antropología posmoderna o postantropología identifica, como un movimiento dotado de una cierta coherencia y unidad de postulados, a un grupo de antropólogos norteamericanos que, desde el principio de la década de los ochenta, impugnaron las pretensiones de cientificidad de la disciplina y procuraron una exaltación del carácter experiencial del trabajo de campo.
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2001
Resumen es: El presente articulo intenta evidenciar cuales son las caracteristicas de la posmodernidad en el seno mismo del proceso de trabajo, desde una reflexion ...
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Investigacion En Enfermeria Imagen Y Desarrollo, 2012
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