Poder, pene, erección, castración y machismo en la obra de Mario Vargas Llosa (original) (raw)

Iván Thays en este artículo se sostiene que el eje de la narrativa de Mario Vargas Llosa gira en torno al poder y sus relaciones con los miembros de la sociedad, entre conspiradores y resignados. a su vez, se propone que la lucha por el poder es consecuencia de la convivencia en una sociedad machista, más específicamente falocéntrica, donde los "machos" buscan perpetuarse en el poder y ejercerlo de manera autoritaria y arbitraria, con referentes sexuales masculinos constantes (desde la erección hasta la castración), mientras que los conspiradores tratan de librarse de ese autoritarismo y ganar, a veces también a través de la violencia, su soberanía, su individualidad y su libertad. el artículo alude a la teoría de los demonios personales de Vargas Llosa y al exorcismo del tema del padre ausente. Recorre la obra del autor y se centra en la novela que, al parecer, es la más pertinente para comentar ese exorcismo público: La fiesta del Chivo. Estudios Públicos, 122 (otoño 2011). w w w. c e p c h i l e. c l 468 esTuDiOs PúbLiCOs Macho al guna vez, Mario Vargas Llosa inició un discurso pidiendo excusas por el exabrupto. Dijo entonces que la novela era el género mayor. También yo quisiera iniciar este ensayo con un exabrupto. Deseo afirmar categóricamente que la literatura del llamado Boom Narrativo Latinoamericano es machista. Falocéntrico si gustan, para abusar una palabra fea y pedante. Pero sobre todo, una literatura de "machos". Me refiero, desde luego, a la actitud de los escritores ante la prensa y el público en general. el terno, la corbata de seda, el compromiso político, el cabello apenas despeinado, la esposa perfecta proyectándose como la mujer latinoamericana que se rige bajo la regla: "detrás de cada gran hombre hay una gran mujer". Ni siquiera voy a insistir demasiado aquí en la infortunada frase de Julio Cortázar sobre los lectores machos (activos, transgresores, lúdicos) y las lectoras hembras (pasivas, conservadoras, lineales). No hace falta. Como anécdota, en todo caso, es insuperable aquella de la que nos hemos enterado hace poco por Pilar Donoso (en ese libro curioso llamado Correr un tupido velo), en el libro que le dedica a su padre, según la cual fue invitada a un programa sobre hijos de famosos y José Donoso le pidió, me imagino que con mucha vergüenza, que por favor, cuando le interrogasen por los hobbies de sus padres, no comentase en el programa su gusto por la decoración. No he leído las cartas de Donoso, no sé si su aparente homosexualidad fue una etapa, una latencia o una represión, y Pilar Donoso nunca lo dice explícitamente, pero es seguro que José Donoso estaba muy preocupado (demasiado para mi gusto) en encajar bien en la foto del Boom Narrativo Latinoamericano, y para eso desde luego tenía que aparentar ser bastante macho. una fotografía donde no encaja, por ejemplo, Manuel Puig y su militancia homosexual y sus amantes impresentables o sus novelas "ligeras" con tanta referencia a actrices de Hollywood y gays convertidos por amor al comunismo (y comunistas machos que aceptan hacer el amor con homosexuales como un acto solidario). No, Puig queda muy mal en esa foto. Hablando de fotos, podríamos hablar, sí, de una muy interesante. Podríamos referirnos, por ejemplo, al célebre 12 de febrero de 1976, cuando en la cola de un cine en Ciudad de México Mario Vargas Llosa w w w. c e p c h i l e. c l iVáN THays 469