"Esteras" de Carlos Valdez: la polifónica materialidad con la que se entreteje la ciudad (original) (raw)

La espiritualidad como equilibrio socionatural

Territorialidades, espiritualidades y cuerpos: Perspectivas críticas en Estudios Sociales, 2021

La emergencia sanitaria, a consecuencia de la pandemia del covid-19, ha producido un obligatorio retraimiento social en el planeta. La humanidad se encuentra tan vulnerable frente a un fenómeno, que ha intensificado la lógica hegemónica del individualismo capitalista. Los efectos principales dan cuenta de que predomina el miedo ante cualquier contacto presencial que provoque fatales contagios, aspecto que ha sido muy bien aprovechado por la sociedad capitalista y sus procesos de subjetivación de individualismo extremo. Además, este acontecimiento ha puesto a la globalización en recesión económica a pesar de que ciertos negocios han lucrado con la pandemia: variedad de transnacionales farmacéuticas, por mencionar uno de los ejemplos. Esto obviamente responde a la lógica del interés oligopólico de multinacionales, más que por el deseo de proteger la vida de miles de seres humanos. En la coyuntura actual, adicionalmente, la mencionada degradación se constata también en la política. Existe un severo desgaste cuando se imponen Estados de excepción como garantía de cumplimiento forzado de cuarentenas . Los Estados de excepción han sido recursos jurídico-políticos de extremo autoritarismo para con poblaciones de sectores populares, y de servil complacencia para las oligarquías, que exigen el retorno a la normalidad sin las mínimas precauciones, que en distintos territorios de América Latina, por ejemplo, ha significado un peligroso repunte pandémico, más que de reactivación económica . Durante los meses de junio y julio se ha promocionado retomar irresponsablemente actividades productivas, comerciales y turísticas, que lo único que han reactivado son los índices de propagación del covid-19. El fenómeno mencionado se constata además en la complicidad de parte gobiernos de corte neoliberal, que no organizaron medidas dentro de planes prolijos de diferenciación en zonas y sectores con necesidades específicas o por condiciones de marginalidad social; este es el caso de poblaciones subempleadas, mayoritarias a nivel mundial, que irremediablemente desacataron las medidas a causa de necesidades urgentes de sobrevivencia. En definitiva, la actual crisis sanitaria y económica es síntoma de un claro proceso social ya no exclusivamente de riesgo, término que con solvencia abordará Beck (2004), sino de preocupante degradación civilizatoria, por más de cien años: varias pandemias, guerras de alto poder destructivo y del acelerado calentamiento global, entre los de mayor impacto. Entonces, la degradación civilizatoria lleva algo más de cien años, con etapas de crisis, dentro de las cuales se ubica el actual fenómeno por covid-19. En contextos de crisis, lo común se caracterizaba por multitudinarias movilizaciones de protesta e indignación, que implicaba tomar espacios públicos representativos. La problemática por covid-19 impide retomar tales manifestaciones políticas y promueve señalar si dichas acciones han sido suficientes para detener la degradación civilizatoria que mencionamos, que caracteriza al sistema global del capital, tanto en tiempos de normalidad como de crisis. Ante el contexto brevemente señalado, procede entonces, reflexionar en teorías que contribuyan hacia propuestas de cambio civilizatorio con las dificultades expuestas. Sabemos que tal proceso requerirá de tiempo y, sobre todo, reposicionar substancialmente el debate alrededor de rutas espirituales que puedan ser usadas en iniciativas de índole diversa para propiciar lo que muchos hemos sostenido como otro mundo o cambio de época. Obviamente, en el presente texto no procede realizar una historia de los aportes respecto a la espiritualidad, sino únicamente tomar en consideración aquellos con mayor posicionamiento para la comprensión, a nuestro juicio, del mundo contemporáneo.