Estructura e Historia (original) (raw)

En 1920, el antropólogo Manuel Gamío encontró que, entre la población indígena que vivía en el valle de Teotíhuacán, no existía vocablo alguno que nombrara a la nación (véase Gamio, 1922). Ocho años más tarde, otro antropólogo, Robert Redfield, se topó con una situación bastante parecida en el pueblo de Tcpoztlán: muchos se reconocían como mexicanos, pero les era imposible dar un contenido preciso a ese término (Redfield, 1930: cap. xu). El propio Redfield estudió otro poblado campesino-Chan Kom, en la península de Yucatán-durante la década de 1930; ahí, a pesar de las actividades propagandísticas del Partido Socialista del Sureste y de la existencia de una escuela primaría, la idea de la nación mexicana era virtualmente incomprensible (Redfield y Villa Rojas, 1934). Ahora bien: tanto Gamío como Redfield explicaban este fenómeno en términos de la incomunicación de los indígenas mexicanos. En Tepoztlán, los mismos habitantes distinguían entre "los tontos" y "los correctos"; "los tontos" eran precisamente quienes carecían de cualquier otra perspectiva que no fuera estrictamente la del pueblo y su entorno inmediato, mientras que "los correctos" eran quienes habían viajado y podían entender el mundo cítadino y nacional. Por ello, era de esperarse que al aumentar los fl~jos informativos 1 Agradezco los comentarios y críticas de los participantes en el seminario que dio origen a este volumen, en particular, a Viviane Brachet, Alan Knight y Susan Stokes.