"Work, Survival and Suffering": a review of the film, 12 Years a Slave (original) (raw)
The Horrors of Slavery and Crisis of Humanity in Amistad and 12 Years a Slave
2014
Abstract: Solomon Northup’s testimonial 12 Years a Slave (1853) tells the heart-wrenching story of how a free black man living in New York was captured by slave traders and forced to live as a slave on southern plantations in the 1840s under inhuman and oppressive conditions. Writing up and publishing his experiences, Northup presents a searing portrayal of the evils of slavery that influenced abolitionist arguments and movements in the pre-Civil War period as debates over slavery intensified, leading to the bloodiest war in American history. The horrors of slavery created a crisis of humanity in the United States in which a class of Americans participated in slave-holding, a practice that was seen in some parts of the country as causing a crisis of humanity in which millions were subjected to inhuman living working and living conditions. While the U.S. constitution and American revolution had produced “liberty and justice for all,” and proclaimed equal rights before the law obviously the system of slavery created a crisis for U.S. constitutional democracy that led to a Civil War that almost tore the country apart. Hollywood cinema has traditionally been reluctant to portray the horrors of slavery, providing idealizations of slavery in films like Birth of a Nation (1915) and Gone with the Wind (1939), and tending to ignore it during the highly charged post-World War II period that featured an intensifying powerful Civil Rights movement. Steve McQueen’s 2013 film provides a powerful cinematic rendition of Northup’s 12 Years a Slave and has been affirmed as one of the one most powerful films on slavery ever produced, a film being nominated for and winning multiple awards as I write in winter 2014. In this article, I will contrast Gordon Parks’ relatively unknown PBS “American Experience” film of 1984 Solomon Northup’s Odyssey with McQueen’s film, although I open with a look back at Steven Spielberg’s Amistad (1997), which presents a 1839 slave revolt on a ship bound to the Americas and the subsequent trial of the rebels. The Amistad rebellion and trial, like Northup’s book, influenced the abolitionist movement and is a significant, although often forgotten moment in U.S. history. Hence, the current discussions of McQueen’s highly acclaimed film provide the opportunity for a look backwards at a painful moment in U.S. history and for discussion of different modes of cinematic representation of slavery and how a crisis of humanity in the U.S. has received different modes of cinematic representation. Accordingly, I will contrast Spielberg’s film with Parks’ and McQueen’s presentations of slavery in their versions of Northup’s 12 Years a Slave. Although Spielberg’s Amistadcontains many features of dominant American ideology and an individualist Hollywood narrative which informs Spielberg’s liberal cinema, it is perhaps the most modernist and one of the most compelling of Spielberg’s films that deserves a second look and comparison with Park and McQueen’s 12 Years a Slave. I will, however, first examine Amistad which provides a broader panorama of the system and complex effects of slavery in U.S. life and history than Parks’ powerful narrative of Northup’s book and McQueen’s more concentrated and intense focus on the horrors of slavery in 12 Years a Slave. I contrast Parks’ use of classical realist modes of representation with McQueen’s aestheticized and modernist version. Juxtaposing different cinematic representations of slavery and cinematic renditions of Northup’s slave testimony, I show how McQueen’s film provides a modernist version of Northup’s text that forces the audience to experience the horrors of slavery and crisis of humanity, while Parks uses a conventional realist narrative to tell Northup’s story and depict the institutions of slavery. These films, I believe, are among the best English-language cinematic efforts to engage the “peculiar” and arguably monstrous American institution of slavery that continues to shape our history today into the Obama era. Resumen: El testimonio personal de Solomon Northup en 12 años de esclavitud (1853) relata de manera desgarradora la captura de un afroamericano libre, ciudadano de Nueva York, a manos de unos traficantes de esclavos y su traslado a las plantaciones del sur en la década de 1840, donde inicia una nueva vida en condiciones inhumanas y opresivas. En sus memorias, Northup recrea el escenario ominoso de la esclavitud en los años previos a la Guerra de Secesión, lacra que encendió los argumentos del movimiento abolicionista e intensificó los debates en torno a la esclavitud, hasta el punto de conducir a la nación a una de las guerras más sangrientas de la historia estadounidense. Los horrores de la esclavitud han provocado una crisis de humanidad en la conciencia nacional. En determinados territorios del país, una clase social contaba con esclavos en propiedad y esta práctica sometió a una vida inhumana a millones de personas. Si bien tanto la Constitución como la Revolución se habían obrado bajo el lema “libertad y justicia para todos” (“liberty and justice for all”), y habían proclamado la igualdad de derechos ante la ley, la institución esclavista originó una crisis democrática y constitucional que desgarró el país con una guerra civil. Tradicionalmente, el cine estadounidense, y Hollywood en particular, se han mostrado reacios a retratar los horrores de la esclavitud e incluso han proporcionado idealizaciones de la esclavitud en películas como El nacimiento de una nación (1915) y Lo que el viento se llevó (1939). Tras la segunda guerra mundial, Hollywood tendió a ignorar el tema durante un período en que, sin embargo, surgió un poderoso movimiento a favor de los derechos civiles. La película de Steve McQueen producida en 2013 ofrece una versión cinematográfica del relato autobiográfico de Northup, también titulada 12 años de esclavitud. Sin duda se trata de uno de los filmes más impactantes jamás realizados, nominado en 2014 a nueve Óscar y finalmente premiado por la Academia de Hollywood con el galardón a la mejor producción, a la mejor actriz de reparto y al mejor guion original. El presente trabajo se propone establecer un contraste entre la película de McQueen y Solomon Northup’s Odyssey, un título relativamente desconocido, realizado por Gordon Parks en 1984. Además, en este contexto crítico, se ofrece una retrospectiva del filme de Steven Spielberg Amistad (1997), que relata la revuelta de esclavos ocurrida en 1839 a bordo de un barco negrero en aguas caribeñas y el posterior juicio a los rebeldes. Como el libro de Northup, el caso de la goleta “Amistad” también influyó decisivamente en el movimiento abolicionista, aunque se trate de un episodio a menudo olvidado. Por este motivo, el éxito y el debate ocasionados por 12 años de esclavitud ofrecen un contexto propicio para revisitar uno de los momentos más dolorosos de la historia del país y, al mismo tiempo, examinar de manera crítica las distintas representaciones cinematográficas de la esclavitud en cuanto crisis de humanidad. Es posible que Amistad contenga numerosos tópicos de la ideología norteamericana dominante, así como una visión individualista típica de Hollywood que se mezcla informa el cine más progresista de Spielberg. Sin embargo, quizás sea también el más innovador de cuantos ha realizado y uno de los más sugerentes e impactantes, factores que lo hacen merecedor de una segunda mirada y de una comparación crítica con los títulos de Park y de McQueen. En primer lugar se examinará Amistad, que proporciona un panorama más amplio del sistema esclavista así como los complicados efectos históricos de la esclavitud, por encima del poderoso retrato de Park y el reciente filme de McQueen, más centrado en la descripción del horror humano. Se contrastará el realismo clásico propio de la representación de Parks con la versión de McQueen, esteticista y modernista. Al contraponer diferentes representaciones fílmicas de la esclavitud en torno al testimonio de Northup, se mostrará cómo el filme de McQueen proporciona una versión modernista del texto autobiográfico que empuja a la audiencia a experimentar los horrores de la esclavitud, mientras Parks emplea una visión narrativa convencional en su representación de la esclavitud a través del relato de Northup. En mi opinión, las tres películas son una muestra de los mejores esfuerzos realizados en lengua inglesa para recrear la monstruosa institución esclavista durante la era Obama.
SLAVERY IN AMERICAN LITERATURE: TWELVE YEARS A SLAVE
Abstract KRÁLIKOVÁ, Lenka: Slavery in American Literature: Twelve Years a Slave [Master´s Thesis] University of SS. Cyril and Methodius in Trnava. Faculty of Arts. Department of British and American Studies – Supervisor: Mgr. Diana Židová, PhD. Degree of Professional Qualification: Master. - Trnava: FF UCM, 2016. 79 p. The main aim of my thesis is the answer to the following questions: How was slavery represented in literature, what was the purpose of the slave narrative in “Twelve years a slave” by Solomon Northup. The thesis has four parts. First part describes slavery in America from its beginning through the gradual development of the system until the abolition. The second part of the paper is description of the slave narrative and other slave narrators with their works. Biography of the author is the main topic of the third part. Last part of the thesis is the analysis of the novel from the point of view of the representation of slavery in the literature and its translations in the Middle European literature. Key words: Religion. Slavery. Slave Narrative. Rescue. Interpretation. American history.
Markus Nehl focuses on black authors who, from a 21st-century perspective, revisit slavery in the U.S., Ghana, South Africa, Canada and Jamaica. Nehl's provocative readings of Toni Morrison's A Mercy, Saidiya Hartman's Lose Your Mother, Yvette Christiansë's Unconfessed, Lawrence Hill's The Book of Negroes and Marlon James's The Book of Night Women delineate how these texts engage in a fruitful dialogue with African diaspora theory about the complex relation between the local and transnational and the enduring effects of slavery. Reflecting on the ethics of narration, this study is particularly attentive to the risks of representing anti-black violence and to the intricacies involved in (re-)appropriating slavery's archive.