Isabella (Cuento) (original) (raw)

ISABEL, REINA DE CORAZONES

Ricardo López Aranda 206 ISABEL II. (En pie.) ¡Eugenia! (Avanzando.) ¡Pero qué guapísima estás! (Se abrazan y se besan.) ¿Cuándo has llegado de España? Ricardo López Aranda 208 EUGENIA DE MONTIJO. Ayer. ISABEL II. Déjame que te huela. (Le huele el cuello y las manos.) Hum...! ¡Aún hueles a jazmines de Sevilla! EUGENIA DE MONTIJO. Ay, no me ahogues, hija; deja que me siente. ISABEL II. ¡Ay! sí, cuenta. (Se sientan; ansiosa.) ¿Cómo está mi hijo el Rey de España? EUGENIA DE MONTIJO. El pobre; hecho un flautín con bigote; eso sí, guapísimo. Igualito, igualito que su paa... ¡Vamos, igualito! ISABEL II. Ay, ese hijo; que no me lo echen también; al menos, todavía. ¿Y Madrid, como está, aparte de los tiros de siempre? Y el Gobierno, aparte de hacer tonterías como siempre, ¿le es fiel aún a mi hijo el Rey? EUGENIA DE MONTIJO. (Abriendo el abanico.) Eso parece... Comme ci, comme ca, pero más con cá que con cí. ISABEL II. (Cerrando de golpe el abanico.) ¡Ay, ay, ay! ¿Le diste mi carta secreta? EUGENIA DE MONTIJO. ¡Delante de todo el mundo!; y allí mismo la leyó y me dijo: «Dile a mi madre, de mi parte, que eso es, precisamente, lo que estoy haciendo» (Curiosa.) ¿Qué le decías tú? ISABEL II. Que aguante lo que le echen: Pronunciamientos, golpes de Estado; lo que sea; pero ¡pegado al trono como una lapa..! EUGENIA DE MONTIJO. Sí, hija, que ese sillón es de quita y pon. ISABEL II. Si lo sabré yo; que me trague sapos y culebras, pero agarrado al trono con los dientes: que de eso tienen dentadura postiza casi todos los reyes; que un trono no es un tenderete en el Rastro, que lo quitas cada domingo y ¡hasta el siguiente! En este tenderete nuestro se recogen los trastos un momento para una necesidad, y cuando vuelves... ¡Ya hay otro con el culo bien ISABEL II. (Angustiada.) Sí, sí, pero ¿cuánto le durará el empleo? Que vienen noticias de atentados y de golpes de Estado cada diez días, ¡qué sufrimiento! Todas las cabezas coronadas de Europa están en un ay; y es que se ha vuelto esto nuestro tan inseguro... EUGENIA DE MONTIJO. (Muy lumia.) Yo, menos mal, sigo aún en el machito; y en plan Emperatriz. ISABEL II. (Irónica.) Sí, mujer, sí. (Curiosona.) Pero, cuenta. ¿Cómo Ricardo López Aranda 210 están en Madrid mis antiguos amantes? EUGENIA DE MONTIJO. Con otras. ISABEL II. ¿Pero me recuerdan? EUGENIA DE MONTIJO. Sí ¡ya lo creo...! ISABEL II. Para asparme; te habrán contado de mí horrores. EUGENIA DE MONTIJO. Me han dado recuerdos. ISABEL II. ¡Qué atentos! Se me han muerto a puñados últimamente... EUGENlA DE MONTIJO. Es que tú los dejabas ya muy gastaditos. ISABEL II. Ay, cuántas cosas han pasado desde que te recibí en mi Palacio de Oriente ¿Te acuerdas? EUGENIA DE MONTIJO. ¡Ya lo creo! ISABEL II. Acababa de nacer uno de mis diez hijos y mi marido, pobre, estaba como loca: había logrado, al fin, presidir en mi ausencia, un consejo de ministros. Que, ¡qué aburrimiento! Pues él, ¡como loca! Ay, si pudiéramos volver a nuestros juegos de niñas. Qué destinos tan paralelos y qué vidas tan distintas. Siempre te agradeceré tu hospitalidad aquí, en París. EUGENIA DE MONTIJO. Un día yo por ti, otro, quizá, tú por mí. Son panes prestados. ISABEL II. (Irónica.) Y que lo digas. (Nostálgica.) ¡Ay! ¿Qué queda de aquellas jovencitas que se confiaban sus secretos en los jardines del Alcázar de Sevilla? EUGENlA DE MONTIJO. Ha llovido desde entonces. ISABEL II. Mira cómo estoy. En cambio tú, qué envidia: estás como una raspa. (Rabiosa.) Pero ¿tú comes? EUGENIA DE MONTIJO. De todo. ISABEL II. ¡Ay!; yo como un arenque y noto donde se me pone. No Isabel, reina de corazones 211 es que me queje de Francia, pero ¡me engorda! Si yo no debí irme de España ni arrastrada. EUGENIA DE MONTIJO. Hija: ¡es que te echaron a patadas! Acuérdate, pero tú volverás. ISABEL II. Como una foca y con los pies por delante. EUGENIA DE MONTIJO. ¿Qué te apuestas a que antes de tres meses estás en Madrid y a todo plan? ISABEL II. Pécora; que llevo años como el burro tras la zanahoria; y, cuando creo que ya estoy en Venta de Baños, despierto en las Tullerías. Y ¡tan sola! EUGENIA DE MONTIJO. (Irónica.) ¿Sola tú? ¿tú sin un hombre? Cuando las ranas críen pelo. ISABEL II. (La muestra.) Mira. Mi pitillera de oro de los seis rubíes. ¿Convencida? EUGENIA DE MONTIJO. (Atónita.) Del todo; pues... (Desconfiada.) a mí que me pareció verla no hace mucho en manos de tu Manfori... ISABEL II. (Definitiva.) ¿Ese? ¡Agua pasada! Se la mandé pedir esta mañana. EUGENIA DE MONTIJO. Ah; cuenta; cuenta. ¿Quién es el próximo? ISABEL II. (Loca.) Se llama Fifito Puñonrostro. EUGENIA DE MONTIJO. ¡Fifi! (Ríen ambas.) ISABEL II. ¡Fifi!; me empieza hoy, aquí, a las ocho (Contempla la pitillera de oro.) Esta pitillera ha pasado por tantas manos de hombre. A todos hice muchos regalos pero esta pitillera es distinto; es un símbolo. (Coqueta.) Cuando comienza se la entrego al hombre de mis sueños; pero, al acabar ¡se la he pedido a todos! Y tú, ¿cómo andas (Con intención.) de lo mismo? (Se oye el ruido

Solé Isabel

En síntesis, en este apartado he pretendido poner de relieve que leer es comprender, y que comprender es ante todo un proceso un proceso de construcción de significados acerca del texto que pretendemos comprender. ¿Qué es leer?¿Qué es comprender? Es un proceso que implica activamente al lector, en la medida en que la comprensión que realiza no es un derivado de la

La Aplicación Isabel

isabel.dit.upm.es

ISABEL es un aplicación programable de conferencia de audio/video/datos, que permite crear escenarios de colaboración adaptados a las necesidades de usuarios. El elemento central es el gestor programable, que permite crear escenarios de colaboración a la medida del usuario. Con él que se han construido plataformas de tele-educación de ámbito universitario, de telereunion y teleformación corporativa o de realización de congresos y seminarios distribuidos.

Cuento

ÍSTMICA. Revista de la Facultad de Filosofía y Letras

Ana Escoto (El Salvador, 1984) es economista y doctora en Estudios de Población, radicada en la ciudad de México, donde se dedica a la investigación y la docencia. No obstante, su alma se encamina a la narrativa breve y a la poesía. Perteneció en 2006-2007 al taller literario La Casa del Escritor, dirigido por Rafael Menjívar Ochoa. En narrativa ha publicado el libro de cuentos cortos “Menguantes y Otras Creaturas” (Dirección de Publicaciones e Impresos, 2008), así como ha contribuido con la antología “Memorias de la Casa – Narrativa” (Índole Editores, 2012), y con el proyecto de narrativa erótica “Cuerpos” (FyG Editores, 2015). También formó parte del proyecto bilingüe “Vanishing Points/Puntos de fuga” (Kalina, 2017) y ha participado en la antología internacional seleccionada por María Farazdel [Palitachi], “Voces de América Latina – Fictio – III” (Media Isla, 2016). Algunos de sus poemas han sido publicados en antologías en El Salvador como “Nuevas Voces Femeninas en El Salvador” ...

Rosario Castellanos - Cuentos

Selección y nota introductoria de Nahum Egged Casi a las puertas del décimo aniversario de su muerte, sigue siendo Rosario Castellanos, la poeta-escritora- dramaturga-ensayista chiapaneca, uno de los fenómenos más felices que cruzaron las letras mexicanas. Un ser que dio cabida en su pluma a lo mágico y a lo lógico. De su bisturí no escaparon los fenómenos que rodeaban su vida como individuo y como pueblo, mas, al mismo tiempo, la declamación mágica, el verbo de los ancestros mayas, se escurrían a través de todos los espacios, haciendo escuchar la voz que años de conquis ta y aculturización no pudieron borrar.