Retos y oportunidades para el aprovechamiento y manejo ambiental del ex lago de Texcoco (original) (raw)


El presente trabajo examina las ideas acerca del posible uso de la tierra descubierta debido a la desecación del lago de Texcoco, producto del Desagüe del Valle de México. El texto explica la variedad de ideas propuestas por ingenieros y otros expertos, muchos de los cuales imaginaron un espacio de múltiples usos, con fines agrícolas, silvícolas, recreativos y ecológicos. La aportación de esta investigación consiste en mostrar cómo y por qué esos planes e ideas cambiaron a lo largo del siglo XX. Los resultados muestran que la transformación de su aspecto y naturaleza ha sido un anhelo constante, limitado por las especiales condiciones del subsuelo. Para la realización de esta investigación se consultó un gran número de fuentes escritas y se acudió al Archivo Histórico y Biblioteca Central del Agua y al Museo Archivo de la Fotografía.

En el marco de las investigaciones impulsadas desde el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC) de la UNAM se circunscribe este estudio del territorio para el ex-vaso de Texcoco debido a su importancia para la zona central del pais. Este territorio del ex-vaso de Texcoco se contrajo de 2,000 km2 a 70 km2 a lo largo de los anos. Ademas, a una profundidad de 200-500 metros existe un acuifero que es fuente de agua potable para los pobladores cercanos. Por otro lado, se presenta una reconstruccion historica de las ideas y planes elaborados por diversos estudiosos y funcionarios publicos, para transformar las tierras desecadas del Lago de Texcoco, con el objetivo de mostrar como y porque esas ideas y planes han cambiado a lo largo del siglo XX y XXI. Desde la “bonificacion” para drenar y lavar las tierras, hasta la introduccion de ganado, la reforestacion y recuperacion de la cuenca lacustre. Si bien el uso de los terrenos para diferentes actividades no relacionadas con ...

La descripción del puerto de San Lázaro, expuesta magistralmente por Manuel Payno en su obra Los Bandidos de Río Frío, y que sirve de epígrafe para iniciar esta introducción, permite imaginar las condiciones climáticas del Valle de México a finales del siglo XIX; además revela la insuficiencia de obra hidráulica necesaria para el buen manejo de las aguas en el Lago de Texcoco. Esto último, muestra la existencia de una larga trayectoria de malas decisiones, que se ejercieron para el equilibrio y la gestión de los recursos naturales en la zona. Hay que considerar que, desde la Colonia, se le dio prioridad a la expansión y al crecimiento urbano y se miró al lago como un enemigo; con el paso del tiempo y hacia la primera mitad del siglo XX, el lago de Texcoco enfrentaba su casi total extinción. En este entorno, la problemática desatada por los intentos de construir un aeropuerto, entre los años de 2001 y 2014, en los terrenos del ex-vaso del Lago de Texcoco, solo logró evidenciar la existencia de una tendencia insostenible de despojo territorial, que inició con la forma occidental de expandir una ciudad arrasando el terreno del lago y acabando con la Naturaleza que aún quedaba en estas tierras, aparentemente infértiles. Debido a ello, ha emergido una lucha por la defensa de la tierra por parte de los pueblos que se ubican en las márgenes del lago y del somontano o faldas de la montaña texcocana.

La catástrofe ambiental provocada por la rotura de la balsa de residuos mineros de Aznalcóllar fue un gran reto para el medio natural de la cuenca del río Guadiamar y para la economía de la zona. La recuperación del accidente también ofreció nuevas oportunidades. En este capítulo se han recogido los principales retos y oportunidades que se discutieron en la mesa redonda final de la jornada del 26 de abril 2018. Entre los retos a corto plazo destacó la recuperación de los suelos contaminados; a largo plazo, se consideró fundamental mantener la vigilancia y el monitoreo de la zona contaminada. Un reto importante es transmitir a los habitantes de la zona afectada que los riesgos de toxicidad, aunque reducidos, siguen presentes. La consolidación del corredor ecológico que conecte Doñana y Sierra Morena es un reto a medio y largo plazo; esta función ecológica debe ser compatible con el uso múltiple del Corredor. Un reto preocupante es la reapertura de la mina, que debe ser compatible con el mantenimiento de la calidad ambiental y el estado favorable de los ecosistemas. Se recordó el reto pendiente: el que ha contaminado, que pague. La oportunidad más relevante surgida después del accidente minero fue el impulso enorme de la investigación ambiental relacionada con la recuperación de los suelos contaminados por elementos traza, y la evaluación de los efectos de estos elementos sobre plantas y animales. El Corredor Verde del Guadiamar ha sido un gran laboratorio natural donde ensayar diversas medidas de recuperación y seguir la dinámica de los contaminantes. La localización privilegiada del río Guadiamar brindó la gran oportunidad de conectar las poblaciones aisladas de Doñana con el gran territorio natural de Sierra Morena. Al mismo tiempo, se ha abierto un nuevo espacio natural para actividades recreativas y de ecoturismo. Una oportunidad futura para el complejo minero de Aznalcóllar es el desarrollo de nuevas tecnologías más limpias y sistemas más fiables.

Priista de actividades que deben realizarse en un plan de manejo para el are protegida Laguna Madre que en corresponde al estuario y delta del Rio Bravo Influenciado por todo el desarrollo urbano a ambos lados de la frontera entre México y USA.