“Ladrones de tinta, de Alfonso Mateo-Sagasta (2004). La presencia de Cervantes y la crítica del Quijote de 1605”, Emilio Martínez Mata (ed.), Cervantes y el Quijote. Actas del Coloquio Internacional ( Oviedo, 27-29 de octubre de 2004), Madrid, Arco/Libros, 2007, pp. 354-367. (original) (raw)

“La intertextualidad quijotesca, la dialéctica Cervantes-Avellaneda (...) en Ladrones de tinta, de Alfonso Mateo Sagasta”, Actas del XI Coloquio Internacional de la Asociación de Cervantistas, Chul PARK (Ed.), Seúl, Universidad Hankuk de Estudios Extranjeros, 2005, pp. 385-397.

Al igual que ocurre con otras recreaciones literarias de la biografía de Cervantes 1 , el lector de Ladrones de tinta, novela escrita por Alfonso Mateo-Sagasta y publicada en 2004 2 , debe reconocerse como participante comprometido en un juego que consiste en reinterpretar el pasado gracias al recurso de reinventar su contemporaneidad. Si el lector participa en esta propuesta lúdica con la necesaria docilidad y con el necesario entusiasmo, entenderá que el sentido del juego consiste en ver la realidad con otra mirada, apoyada en el equilibrio no siempre fácil entre la gratuidad de toda creación ficticia y el grado de verosimilitud que el autor de la recreación es capaz de conseguir.

“‘El verdadero Sancho Panza soy yo’: Cervantes en el espejo”. El “Quijote” de 1615: dobleces, inversiones, paradojas, desbordamientos e imposibles. Eds. Antonio Cortijo Ocaña, Gustavo Illades Aguiar y Francisco Ramírez Santacruz. Santa Bárbara: Publications of eHumanista, 2016. 87-97.

El inicio del discurso-yo de Sancho suele ubicarse en el capítulo siete del Quijote de 1605 cuando con sus primeras palabras promueve la imagen de estar capacitado para gobernar una ínsula: "Mire vuestra merced -le dice al caballero andante-, que no se le olvide lo que de la ínsula me tiene prometido; que yo la sabré gobernar, por grande que sea" (I, 7, 127) 1 . Sin embargo, no es sino hasta el capítulo diez de la Segunda parte que escuchamos por vez primera salir de su boca su nombre: "Yo soy Sancho Panza" (II, 10, 109), exclama frente a tres labradoras que el escudero hace creer a don Quijote que son Dulcinea y dos doncellas que la acompañan. Más de un tomo, muchos golpes, un manteamiento y una serie de autorretratos parece que fueron necesarios para que Sancho asumiera su yo; a partir de ese momento se convierte en el autobiógrafo por excelencia de todo el libro.

"Cervantes y las leyendas de los santos", en Ángeles Varela Olea y Juan Luis Hernández Mirón, eds., Huellas de Don Quijote. La presencia cultural de Cervantes (Madrid: Instituto de Humanidades Ángel Ayala-CEU, 2005), pp. 59-82.

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«Cervantes, lector del Abencerraje: El gallardo español ante la literatura morisca». Don Quijote en Azul 13. Actas selectas de las XIII Jornadas Cervantinas de Azul celebradas en Buenos Aires en 2022. Ed. Julia D’Onofrio, Clea Gerber y Noelia Vitali. Tandil: Unicen, 2024. 13-39

Don Quijote en Azul 13. Actas selectas de las XIII Jornadas Cervantinas de Azul celebradas en Buenos Aires en 2022, 2024

Este trabajo examina El gallardo español como una reacción cervantina al Abencerraje y otros textos fundamentales de la literatura morisca, concretamente algunos célebres romances de Luis de Góngora y, sobre todo, Lope de Vega. Sostenemos que en El gallardo español Cervantes combinó estas obras con recursos propios de la comedia lopesca para desarrollar aspectos que solo estaban esbozados en El Abencerraje, o que incluso resultan totalmente extraños a la novelita. Concretamente, Cervantes convirtió la traza del Abencerraje en una obra sobre el deseo, y en particular sobre el deseo femenino, fuerza que El gallardo español presenta como algo que nace del relato, que se siente atraído por la gallardía y que se manifiesta en afanes visuales. En la comedia, la dirección de ese deseo lleva a Cervantes a explorar la gallardía, cualidad que equipara con comportamientos marciales que, como revelaremos, dependen de romances y comedias de Lope, y que llevan al alcalaíno a retocar el esquema básico del Abencerraje. Para demostrarlo, examinaremos en primer lugar las opiniones de la crítica acerca de la relación entre El gallardo español y El Abencerraje, tras lo que expondremos en detalle no solamente cuáles son los puntos en común entre estas obras, sino también sus diferencias, que mostraremos recurriendo a estudios de tipo cuantitativo y cualitativo. Asimismo, llevaremos a cabo un análisis lexicográfico para explorar hacia qué sentidos de la palabra “gallardía” tiende la cualidad que presenta Cervantes en la obra, pues esta supone a un tiempo una imitación y una corrección no solo de El Abencerraje, sino también del romancero y comedia lopesca.