La conquista de México en Pedro Mártir de Anglería y Juan Ginés de Sepúlveda (original) (raw)

2011, Emprunts et transferts culturels: Mexique (dir. Nicole Fourtané et Michèle Guiraud)

Las narraciones sobre el descubrimiento y la colonización de América comenzaron tan pronto como Colón regresó de su primer viaje en la primavera de 1493. Las opiniones vertidas por los autores de esos textos circularon por Europa, y atienden en igual medida al contexto intelectual en el que fueron escritos y al conocimiento directo de la realidad indiana. Pedro Mártir de Anglería y Juan Ginés de Sepúlveda escribieron sus obras con una diferencia de casi 30 años, aunque las fuentes que ambos utilizaron fueron las mismas para algunos pasajes. El humanista milanés pertenece a la primera generación de cronistas del Nuevo Mundo, mientras que Sepúlveda escribe su historia de América casi al final de su vida y en un momento histórico muy diferente. Su acercamiento a los problemas políticos y morales derivados del proceso difiere, por estas y otras razones, en cuestiones primordiales. Por lo tanto, el hecho de que el uso de las mismas fuentes puede conducir a diferentes conclusiones hace buenas las palabras de John Elliott sobre la asimilación europea del Nuevo Mundo; según el historiador británico, el proceso de asimilación supuso «un camino sinuoso que vuelve sobre sí mismo e incluye repliegues, avances y más de un falso comienzo» 1 . A la hora de tratar la conquista de México ambos autores basan su narración en los Comentarios de Hernán Cortés, e incluso ambos mencionan reuniones con el conquistador extremeño. Pero mientras Pedro Mártir recogía la información tal y como llegaba de América y la vertía en su correspondencia, Sepúlveda tuvo tiempo para asimilar, componer y repensar sus perspectivas. Las circunstancias, por tanto, resultaron determinantes en la composición de ambos textos y su estudio también debe serlo para el historiador. Sirva, por ahora, un dato como muestra del ambiente en el que la obra de Sepúlveda fue escrita: sólo un año antes de que finalizara la redacción de su De rebus Hispanorum ad novum terrarum orbem Mexicumque gestis, el primer concilio de México había descrito a los indios como «criaturas débiles e inconstantes con una inclinación natural hacia el vicio» 2 . Dentro de ese estado de opinión se encuadra la obra de Sepúlveda, mientras que la de Mártir, escrita aún «en los años del asombro o la gran sorpresa», y cuya redacción duro otros treinta, es más tentativa y por tanto su estudio y encuadre tipológico resultan más complejos 3 .