Hinting en pantallas de alta resolución (original) (raw)
Las pantallas de alta resolución no son algo nuevo —hay prototipos documentados ya en los años ochenta— pero al parecer ha llegado el momento de implantar esta tecnología: en junio de 2010 Steve Jobs presentó el iPhone 4 con la pantalla Retina como principal novedad: una superfície de 3,5 pulgadas con una densidad de 336 píxeles por pulgada. El ojo humano es incapaz de distinguir los píxeles en una imagen de esa resolución, por lo que el equipo directivo de Apple decidió bautizarla como Retina y utilizarla también en su nuevo iPad, presentado en marzo de 2012. Esta vez se trata de una superfície de algo menos de 10 pulgadas (9,7) con una densidad de 264 ppp —2048×1536 píxeles; para hacernos una idea, una televisión de alta definición Full HD tiene 1920×1080 píxeles, un tercio menos—. El siguiente paso lógico era dar el salto a la gama alta de portátiles y equipos de sobremesa, y Apple presentó en junio los MacBook Pro con pantalla Retina. Acer y Asus también han anunciado portátiles con 1920×1080 píxeles para el primer semestre de este año, lo que hace sospechar de una próxima guerra por la alta resolución, que tendrá que ir acompañada de un aumento de potencia en los procesadores gráficos. Ya hemos vivido antes revoluciones de este calibre: durante un tiempo viviremos una transición en la que los tipos que diseñemos se verán en pantallas de baja resolución, como las actuales, que rondan los 100 ppp, mientras aumenta el uso de pantallas de alta resolución, como las Retina de Apple, que rondan los 300 ppp. Cuando las últimas se conviertan en el estándar, los diseñadores de tipos se verán enfrentados a un cambio metodológico que afectará al proceso de hinting de sus creaciones, pues apenas existirán pantallas de baja resolución que deformen su trabajo —deformando las astas, cambiando los grosores, alterando la simetría de sus dibujos y cerrando o abriendo sus contragrafismos—. El trabajo del hinting se centrará en los cuerpos más pequeños, los que tienen menos píxeles por cuadratín, y puede que modifique también el uso del formato OpenType TrueType. Bajo este nuevo paradigma es preciso averiguar el alcance de las deformaciones de los glifos en las nuevas pantallas y determinar qué nuevos procesos de hinting serán necesarios. En este trabajo se harán pruebas de pantalla a diferentes cuerpos y con distintas tipografías (con y sin hinting) para comenzar a perfilar el alcance y la profundidad del nuevo sistema, y se hará una propuesta concreta que pueda servir de base para futuros estudios sobre el tema.