Reseña: Evelia Reyes Díaz, Ciudad, lugares, gente, cine. Apropiación del espectáculo cinematográfico en la ciudad de Aguascalientes. 1897-1933, Aguascalientes, Universidad Autónoma de Aguascalientes, 2012 (original) (raw)
Related papers
Ciudad, lugares, gente, cine. Apropiación del espectáculo cinematográfico en la Ciudad de Aguascalientes, 1896-1933., 2012
Historia sociocultural de cómo el espectáculo cinematográfico fue integrándose a la vida cotidiana de los aguascalentenses a inicios del siglo XX, desde la llegada del cinematógrafo a la ciudad hasta 1933, cuando aparecerá el cine sonoro en Aguascalientes. Se trata de un análisis sobre cómo se fueron creando espacios de exhibición (protosalas, salas multifuncionales y salas de cine), su relavancia urbana y social, así como el ritual de ir al cine y cómo era apropiado por la gente de Aguascalientes. El objetivo es comprender cómo un espectáculo tan público puede ser a la vez, tan íntimo.
El presente artículo propone el análisis de los espacios cinematográficos como elementos de distinción social. Para ello, se utiliza el caso de la ciudad de Aguascalientes durante los primeros años de exhibición cinematográfica. Específicamente, la autora ha elegido los dos espacios más importantes del período que comprende los años de 1908 y 1914, momento en que se da el establecimiento del cine en la ciudad: se trata del Teatro Morelos y del Salón Vista Alegre. Ambos espacios intentaron atraer a públicos específicos, utilizando la publicidad en los periódicos locales con la intención de llamar la atención de sectores alfabetizados. En sus anuncios, enfatizaron las comodidades, el tipo de vistas y películas que exhibían, así como su calidad moral y educativa. De esta manera, la exhibición cinematográfica dejó de ser solo un momento de ocio y diversión, para generar expectativas sociales y culturales entre quienes asistían a las funciones. Publicado en: Revista Versión, No. 36, Públicos de Cine (UAM-X)
[Reseña] Cine y ciudad. Condenadas a Entenderse
En ocasiones, cine y ciudad son palabras sinónimas. Las películas deben localizarse en un escenario, ya sea una ciudad grande o una pequeña, y en todas las ciudades hay o ha habido un cine. No podemos entender el surgimiento del cine sin identificarlo a una ciudad. De hecho, la primera muestra cinematográfica, La sortie des ouvriers des usines Lumière à Lyon Monplaisir (Louis Lumière, 1985), tiene lugar en una ciudad: Lyon. Desde los orígenes del cine este arte ha estado ligado a la ciudad, como así lo manifestaron los directores de documentales sociales como Jean Vigo, Manoel de Oliveira o Walter Ruttmann al realizar sus célebres sinfonías de ciudades o sinfonías urbanas. En todas estas obras la imagen de la ciudad no deja de ser una extensión de la mirada del director: en Berlín, sinfonía de una gran ciudad (Walter Ruttmann, 1927) se retrata durante un día la vida en la ciudad alemana, en A propósito de Niza (Jean Vigo, 1930) se muestran, mediante la utilización de un montaje en contraposición de música e imágenes, las desigualdades sociales de la Niza de los años 20, y en Duoro, faina fluvial (Manoel de Oliveira, 1930) la ciudad de Porto y su gente trabajadora son los protagonistas.
2014
Resumen: Reseña del libro Ciudades de cine. Francisco García Gómez Gonzalo M. Pavés (coords.). Veintinueve ciudades. Veinte países. Cinco continentes. De forma similar a como Jamal, protagonista del filme Slumdog Millionaire (Danny Boyle, 2008), observa los majestuosos rascacielos de Bombay en la portada del libro, desde lo alto, Francisco García Gómez y Gonzalo M. Pavés nos invitan a sobrevolar cerca de una treintena de urbes especialmente relevantes en la producción cinematográfica. Los guías, treinta y un expertos en el análisis del cine, la mayor parte de ellos especialistas en Historia del Arte, se encargan de desplazarnos en un recorrido bello y ameno, como si acompañásemos el rodaje de un cuidado movimiento de travelling mientras navegamos por uno de los tan icónicos canales de Venecia.
Imagofagia, 2020
Las compiladoras Irene Depetris Chauvin y Natalia Taccetta —investigadoras adjuntas del CONICET e integrantes del Seminario de Género Afectos y Política (SEGAP)— ofrecen en el presente libro un conjunto de artículos dedicados a indagar interdisciplinariamente el modo en que el arte, pero especialmente la cultura visual, permite “entrar en contacto” con el pasado (9). Tal metáfora nos lleva directamente al marco general que acoge a estas reflexiones: el “giro afectivo”. Las grandes corrientes y autorxs principales de esta perspectiva de análisis —que surge como respuesta y desafío a las aproximaciones deconstruccionistas y semióticas que predominaban como formas de análisis en los 90’ en las humanidades— son presentados en la Apertura que da inicio al compendio. Allí las compiladoras proporcionarán algunas herramientas conceptuales básicas que permitirán orientar a quien lee a lo largo del viaje propuesto por el libro trazando el camino que siguió el giro afectivo al interior de los Estudios Visuales.