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2015, Cuadernos de Arquitectura y Fortificación 2

Cuando se ha doblado la bisagra del medio siglo, muchos de los que nos acompañaron, solo son yarecuerdo. Familia, amigos, conocidos, vecinos... van engrosando la presencia del recuerdo, el archivo de nuestra mente que nos hizo humanos y se alimenta cada día de imágenes, sensaciones y sonidos en cada uno de los los centenares de millones de habitantes de las “tierras emergidas”, como diría un naturalista. Pero hay personas de las que atesoramos, además de recuerdos de la época en que frecuentamos su trato, la obra que nos dejan tras su partida, el fruto paciente y silencioso de toda una vida entregada a los demás, bajo el epígrafe de ese conjunto de recuerdos sistematizados e incesantemente transmitidos que llamamos ciencia. Y es el caso de este primer obituario que escribimos, de D. Leonardo Villena Pardo, de quien tuvimos el honor de ser alumno en una de las varias facetas del universo científico que cultivó durante su dilatada existencia. De esta forma, será la castellología la columna vertebral de nuestras líneas, como memoria en esta revista, que en cierta medida es fruto del tenaz y vasto magisterio de D. Leonardo.