Política y teoría política (original) (raw)

En un número que trata de dar cuenta de las diferencias existentes entre las distintas sub-disciplinas de la Ciencia Política, y de indagar, en particular, en la definición o definiciones que hoy podemos hacer de la Teoría Política (TP) 1 , me ha parecido particularmente relevante aproximarnos a la relación entre la TP y su objeto de conocimiento, la política. Lo hago con la intención de denunciar una cierta deriva de nuestra disciplina a apartarse del mismo, de la política, para casi limitarse a la práctica de ejercicios metateóricos, al estudio de otras teorías. Tal parecería que la investigación que emprendemos no se hace sobre nuestro objeto de estudio, sino sólo sobre " observaciones " que otros han venido haciendo, incluso con siglos de distancia, de los fenómenos propiamente políticos. La teoría política ha devenido así en una mera " observación de observaciones ". Eso, unido a la casi inescapable especialización, ha provocado que hoy se echen en falta teorías que tengan la capacidad de ofrecer un diagnóstico sobre lo que pasa en la política actual. Como está ocurriendo en casi todas las disciplinas de cualquier naturaleza, esta especialización nos permite saber cada vez más, pero sobre campos más y más parcelados y estrechos, que amenazan con hacer caer a innumerables estudios en la irrelevancia. Al final acabamos añorando teorías más generalistas o análisis conceptuales más pegados a la realidad. Un efecto de esta actitud metateórica de la TP contemporánea es que quienes nos dedicamos a ella solemos estar ausentes de los debates públicos sobre problemas de la democracia u otros que afectan a la política de hoy. Nuestra presencia en ellos no suele ser requerida cuando se inquiere, por ejemplo, sobre cuestiones tales como cuáles son las opciones para conseguir una mejor integración de los inmigrantes, problemas de justicia distributiva o las deficiencias de nuestro sistema de representación política. Lo que debería ser nuestro lugar es ocupado ahora de forma creciente por periodistas u " opinadores " de distinta ralea. Esto ocurre también, desde luego, con los científicos de la política, que sólo son solicitados cuando es necesaria alguna aclaración sobre 1 Voy a dar por supuesto que TP es prácticamente lo mismo que eso que se llama Filosofía Política. Por mi experiencia, la diferencia responde más a criterios de distinción académica que a diferencias metodológicas o del objeto. Quienes se hayan ubicados en Facultades de Filosofía, de Derecho o Humanidades en general, tienden a preferir el término de Filosofía Política, mientras que quienes lo estamos en Departamentos o Facultades de Ciencia Política preferimos calificarnos de " teóricos políticos ". Dryzek, Honig y Phillips (2006), los editores del Oxford Handbook of Political Theory (véase la introducción " What is Political Theory "), sí afirman, sin embargo, que habría una cierta diferencia entre ambas, siendo la FP más propensa a los enfoques históricos y a la abstracción filosófica y el universalismo. Por razones obvias, voy a dejar fuera de mis consideraciones a quienes se dedican a la Historia de la teoría política. Es obvio que muchos de nosotros nos hemos acercado también a la historia del pensamiento político como parte de nuestra actividad en tanto que teóricos políticos, pero este aspecto de nuestra labor no entra en las consideraciones que aquí pretendo discutir.