LA CREACIÓN DEL MUSEO EPISCOPAL DE VIC: COLECCIONISMO, EDUCACIÓN RELIGIOSA Y RECRISTIANIZACIÓN (1891-1931 (original) (raw)

En la ciudad de Vic, la Iglesia conservó durante todo el siglo XIX una enorme influencia social. Este municipio, sede de una extensa diócesis, albergaba un seminario con cerca de mil estudiantes. 2 En el año 1900, la población religiosa masculina y femenina era de 761 personas, 3 un 6'5% del total. Si sumamos a esta cifra los mil estudiantes del seminario, el porcentaje se sitúa en el 7'4%. Si tenemos en cuenta que algunas provincias españolas, como Huelva o Albacete, tenían una media de siete u ocho clérigos regulares por cada diez mil habitantes, 4 podremos considerar la importancia del estamento religioso en la sociedad vicense. El ambiente ciudadano estaba impregnado de catolicismo, con un gran protagonismo del clero. Esta situación otorgaba a Vic un aire de ciudad «levítica», con pautas de moralidad pública y privada muy coercitivas. La ciudad era lo que María Cruz Mina llama una «sociedad clericalizada». 5 Los acontecimientos ciudadanos y el ciclo del año se estructuraban alrededor de la religión católica: misas, procesiones, repiques de campanas, prédicas, cofradías, etc. En este entorno local de religiosidad hegemónica, la educación, las artes y la cultura estaban íntimamente vinculadas a la Iglesia, a sus instituciones y a sus maestros. El papel central que ejercía el Seminario Conciliar de Vic no era tan solo demográfico y social, como ya se ha evidenciado, sino también cultural, educativo e ideológico. El obispo, y su entorno de poder (burguesía industrial y terrateniente, miembros de la curia, políticos locales), ejercía una función que iba más allá de la orientación espiritual, actuando a menudo como un auténtico poder terrenal que proponía y ejecutaba proyectos de organización social y política, aprovechándose además de las múltiples tribunas de las que disponía (actos religiosos, prensa local, instituciones educativas).