Una lectura neoconstitucional de la teoría del poder de policía (original) (raw)

Policía Metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires. Una aproximación desde la teoría del Estado

2018

el presente trabajo tiene por objetivo analizar la creación de la Policía Metropolitana de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desde dos perspectivas diferentes pero íntimamente relacionadas. La primera es estudiar la forma en que la Ciudad reclamó para sí el monopolio legítimo de la fuerza como requisito de existencia de aquella como Estado Autónomo y cómo lo efectivizó. Esta arista nos permite comprender el proceso que dio origen, y esta es la segunda perspectiva, a la creación de una policía propia en el ámbito de la Ciudad, en una coyuntura en la que los individuos buscan respuesta a las problemáticas asociadas con la seguridad personal y de los bienes.

El poder de policía en el ejercicio de la racionalidad gubernamental decimonónica

Estudios socio-jurídicos, 2023

El objetivo del presente trabajo es el de determinar lo que en la doctrina jurídica y política decimonónica se ha llamado poder de policía. Para lograr dicho objetivo se ha recurrido a un estudio de mediados del siglo pasado de un jurista argentino llamado Alberto Domínguez, en el cual se reúnen y se exponen de manera sistemática fuentes del pensamiento jurídico europeo y norteamericano del siglo xix y principios del xx. El análisis de dichas fuentes sirve para trazar una línea de estudio en continuidad con el trabajo de Michel Foucault sobre la técnica policial de los siglos xvii y xviii, que ha colocado la relación entre policía y gobierno en el centro de los debates de la filosofía política contemporánea. Con esto se pretende definir el lugar que tuvo el poder de policía en la nueva configuración gubernamental, que irrumpe desde el siglo xix.

Desconstitucionalizar para democratizar: Las Fuerzas Armadas y las Policías en la Nueva Constitución

Política. Revista de Ciencia Política, 2020

El texto describe y analiza críticamente el diseño institucional y el rol de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública establecido por la Constitución de 1980, de cara al proceso constituyente que experimenta el país. Primero, se re ere al poder de seguridad y la autonomía normativa reconocida a éstas, veri cando los elementos que se mantienen en la actual Constitución. En segundo lugar, a partir de una revisión prospectiva de seis materias relacionadas con las funciones de los cuerpos armados, el texto concluye con la necesidad de desconstitucionalizar una serie de elementos, con la finalidad de fortalecer la subordinación democrática de los militares y las policías.

La ley de la policía: edictos y poder contravencional. Ciudad de Buenos Aires, siglo XIX.

Revista Historia y Justicia (Chile), 2016

El artículo analiza el uso de los edictos policiales y de la elaboración de sumarios como modo de gobierno del orden urbano en la Buenos Aires del ochocientos. Desde su creación en 1822, el Departamento de Policía de Buenos Aires contó con estas herramientas, situadas en la base del poder territorial de los comisarios de barrio. Las comisarías, que se repartían fragmentos del territorio de la ciudad, utilizaban estos instrumentos legales para construir y consolidar tramas locales de poder. Así, en el camino que iba desde la jefatura a las seccionales, la policía porteña contaba con una ley propia que dictaba y ejecutaba. Mientras que el poder sumarial siguió el derrotero de la policía como auxiliar de justicia, el poder contravencional, herencia de los “bandos de buen gobierno” coloniales, entró en una nueva fase al establecerse la Municipalidad en la segunda mitad del siglo XIX. Desde entonces los edictos policiales y las ordenanzas municipales conformaron un complejo espacio de disputas y conflictos de jurisdicción.

Mitologías porteñas en torno al poder policial. Policía, contravenciones y gestión de ilegalismos en la Ciudad de Buenos Aires

La cuestión de los mitos urbanos es inseparable de un "imaginario geográfico" en el que el credo popular distribuye zonas estableciendo regiones proclives a la ilegalidad, con su concerniente cuota de peligrosidad, y otras donde la convivencia resultaría más amistosa. No puede decirse que estos saberes, ahora reproducidos por una estética televisiva "folclórica y obscena" de los lugares de la noche, la zonas oscuras del delito y la vida periférica, sean falsos. Pues, en cierto modo, están cimentados por la experiencia en aquellos territorios. Sin embargo, esas verdades, en su amplificación y cristalización como saber social, consolidan una serie de supuestos que omiten la pregunta por las condiciones concretas de funcionamiento del territorio como lugar conflictivo entre prácticas y criterios normativos. Hay, en todo caso, una reversibilidad de los actos legales e ilegales, en la que las instancias formales son reelaboradas y funcionalizadas en un espacio particular por fuerzas oscilantes (que trafican ley donde pareciera no haberla e introducen ilegalidad en la instancias institucionales). Lejos de la "tierra de nadie", la idea de que hay zonas liberadas para la ilegalidad requiere, como afirma la investigación que aquí presenta María Victoria Pita, una narración capaz de dar cuenta de las articulaciones específicas que regulan la violencia en los territorios: los sujetos concretos que la padecen (jóvenes, mujeres e inmigrantes), el poder y las jerarquías que resultan de esta operatoria que incrementa la capacidad de "autogobierno" de las fuerzas policiales. El antropólogo británico Edward Evan Evans-Pritchard estudiando entre los años 30 y 40 del siglo pasado la sociedad Nuer, en el sur del Sudán señaló la importancia de atender a la relatividad del espacio qua categoría instrumental. Así, consiguió demostrar que el espacio (al igual que el tiempo) no era simplemente una dimensión física y cuantificable. El espacio, señaló, está afectado por cuestiones de índole ecológica tanto como por otras de orden social. No es lo mismo, nos decía, al hablar del espacio, suponer que nos distancian de nuestro destino dos kilómetros lineales que esa misma distancia pero advirtiendo que en medio tiene bañados, nubes de moscas tsé-tsé o una serie de cuchillas arenosas que hay que atravesar a pie; tampoco el espacio es el mismo, si para llegar de un punto a otro, se deben atravesar zonas densamente pobladas por aldeas de parientes, donde seremos bien recibidos y podremos quedarnos a descansar y reponer energías, que si debemos atravesar un área en la cual se asientan o donde transitan nuestros inveterados enemigos. El espacio es relativo, está atravesado por una innumerable cantidad de obstáculos materiales y/o ecológicos (los bañados, las moscas y las cuchillas) y también sociales (nuestros enemigos) que lo vuelven denso y que relativizan la medida de las distancias. Algo semejante es lo que puede experimentar un viandante en la ciudad, o un flaneur, o por decir, un investigador. De hecho de esa relatividad del espacio sabemos, y nos consta por la propia experiencia y también por haber conocido las experiencias de otros, que todos los espacios cuentan con un doble mapa. El mapa formal y el mapa sabido, por así decir. Esto es, el mapa que nos orienta cardinalmente, que nos informa de hitos